~CAPÍTULO 22~
Jeison
Había pasado una semana desde aquella noche la cual aún no lograba recordar. Shanea se había vuelto una completa diablilla molesta, siempre veía la manera de cómo hacerme sonrojar hablando del tema, tal vez si estaba actuando como un niño, pero no recordaba nada, para mi cuerpo y mente, seguía siendo un chico que jamás ha estado con una mujer y aunque trato de hacerme creer que ya no es así, mi cerebro parece no querer aceptarlo. La relación de Shanea y yo había mejorado en la última semana, al parecer, la noche en la que perdimos el control, nos había unido bastante y eso era un punto a mi favor.
Poco a poco iba olvidando la inmadurez con la que tomaba el tema de las relaciones sexuales, cuando Shanea hablaba de ello, solo solía reír o hacer una mueca, pero ella siempre salía con algo nueva que me sorprendía de inmediato. Ambos nos encontrábamos en la sala viendo una película de terror escogida por mí, en los ojos de mi pequeña podía ver el miedo que sentía en ese momento, pero aún no se atrevía a abrazarme y pedirme que la quitara.
—Tengo hambre. —mencionó ella sobando su vientre.
—¿Qué quieres comer? —pregunté pausando la película—. Pizza, hamburguesa, un perro caliente o quizá lasaña.
—Yo quiero... —Shanea se quedó en silencio mientras movía su mano cerca de su boca al mismo ritmo que su lengua. Estaba asiendo referencia a un sexo oral.
—Iré por una pizza. —me levanté del mueble y corrí hacia la cocina para calentar la pizza, a lo lejos pude escuchar la risita burlona de Shanea, me las iba a pagar.
No sabía en qué momento había cambiado tanto nuestra relación, yo era el malo de la película, ella era una chica secuestrada obligada a casarse conmigo, esto no era como las novelas de mafiosos que solía leer de niño. Pasaron algunos minutos y volví a la sala con la pizza en mano y algunos refrescos, Shanea puso de nuevo la película ésta vez sentándose a mi lado y empezaron a disgustar de la deliciosa pizza. Las horas seguían pasando y poco a poco la pizza se iba terminando, todo iba de maravilla, pero en el último bocado que Shanea ingirió, hizo una mueca de asco.
—¿Estás bien? —pregunté mirándola fijamente.
—No... —fue lo único que dijo para luego salir corriendo hacia el baño. La seguí rápidamente y al llegar la oí vomitar— debió haberme caído pesada la pizza, no pasa nada.
—¿Segura? —cuestioné preocupado. Ella solo asintió.
—Tranquilo, solo... —su mirada fue a parar a una pequeña caja con algunos productos personales— ¿Hace cuánto estamos aquí?
—Más de dos semanas ¿Por qué? —fruncí levemente mi ceño.
—Tengo un atraso.
Gracias por leer 💜💜
¿Qué es lo que más les gusta de la historia?✨
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