~CAPÍTULO 19~
Shanea
Me encontraba en la tina dándome un refrescante baño, la noche anterior había sido un desastre, no niego que ahora estaba más relajada, pues es verdad lo que dicen por ahí "el sexo hace que las personas se sientan mejor" pero eso no quitaba el hecho de que Jeison me haya visto en esa situación, de tan solo recordarlo me ponía roja como un tomate. Después de unos largos minutos, salí de la tina, me vestí, arreglé mi cabello y salí rápidamente del baño, pero el momento en el que lo hice, me encontré con la mirada fija de Jeison quién estaba tratando de entrar al baño.
—Buenos días. —saludé sin expresión alguna mientras miraba el suelo.
—Buenos días. —respondió seriamente mientras miraba hacia otro lado.
El momento se volvió demasiado incómodo, la atmósfera en medio de los dos se volvió pesada e insoportable, era tanta la molestia, que podría jurar que me costaba un poco respirar, no sabría cómo seguiríamos así por una semana. Al final yo salí hacia la cocina y Jeison se metió al baño cerrando la puerta con segura, que gran indirecta. Todo entre los dos se había convertido en un completo desastre y era una lástima, yo tenía la esperanza de crear una química verdadera entre los dos, pero yo misma me encargué de que esas posibilidades se fueran al infierno.
Las horas seguían pasado y por suerte no me volví a encontrar a Jeison, pronto se haría de noche y en lo único que pensaba era en él, no quería seguir así. Me levanté de la arena suave y cálida y me dirigí a la cocina, Jeison estaba en la sala viendo algo en la televisión con su rostro de aburrimiento, lo entendía muy bien, habían muchas actividades y ver televisión no era la mejor opción entre ellas. Empecé a cocinar algo rico y rápido, mientras sacaba algunos vinos y copas, ésta noche sería especial y olvidaríamos todo lo malo.
—¿Qué haces? —preguntó Jeison con curiosidad.
—Algo para los dos. —musité— ya es hora de que dejemos de portarnos como unos niños.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó nuevamente mientras miraba como servía los platos con lasaña y vino.
Ambos nos sentamos en la mesa para disgustar mi deliciosa comida, no era por halagar, pero yo hacía las mejores lasañas del mundo. Después de un rato de silencio, Jeison habló pidiendo disculpas por haber entrado al baño de la nada, sin antes preguntar. Yo tambien me disculpé por no haber cerrado la puerta con seguro, ese fue el primer paso. Poco a poco la comida se fue terminando, las botellas de vino fueron cayendo el suelo totalmente vacías y nuestro estado fue convirtiendo en uno de ebrios por completo, ya no podía ni sostenerme de pie y Jeison estaba peor que yo.
Esto me huele a que va a pasar algo.
😏😏😏
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