Extra 1
Janette...
Camino despacio hasta la cama y me siento en el orillo. Ezequiel dormia profundo abrazando a la almohada. Su respiración era suave y determinada. Pasé mis dedos por su cabello y deposité un beso en su mejilla rosada. El pobre estaba agotado. Han sido meses de viajes por todo el mundo. En dos días volvemos a estar de gira y es en España.
Si en España.
El lugar que me hizo vivir experiencias únicas e inolvidables y que llevo escrito en un viejo diario. Que por cierto Zequi adora leer y me dice que lo haga historia.
Estamos en Italia en un antiguo hotel de la cuidad, con una hermosa vista de ella. Los chicos y yo quedamos agotados, como cada noche después de cada concierto. Es increíble que mientras estas subida en el escenario no sientes ningún dolor pero al bajar, cuando la adrenalina baja empiezas a sentir dolor por todas partes.
He cantado con los chicos desde que emprendí mi viaje con ellos. Los fans lo aclaman y me siento parte de la banda aunque muchas chiquillas no lo aprueban, ya que dicen que soy una aprovechada, una oportunista y esas cosas que hacen los fans. Al principio era un misterio, porque nadie sabia de mi. Ahora estoy en todos lados. Tanto para bien como para mal.
Los chicos me aconsejan que no me agobie por los comentarios xenófobos y racista de los críticos y los infantiles de los seguidores y que me quede con los buenos, aunque sean pocos.
La relación entre Zequi y yo en todos estos increíbles meses han sido indescriptibles. He notado un Ezequiel tan maduro y diferente en el buen sentido. En unos de los países que visitamos nos encontramos a Jacob y me sorprendió que no haya puesto caras o me haya reclamado porque corrí a abrazarlo. Él estaba tranquilo y saludó al chico de los patines como si fueran los mejores amigos del mundo. Jacob estaba pasmado y me preguntó si era el mismo Ezequiel que le hacías señas obscenas o le ponía caras de querer matarlo cuando estaba cerca de mi. Mi chico de los suéteres lo confirmó. La cara de Jacob fue un poema y me preguntó en secreto si estaba tomando algún hongo extraño. Si, el cambio de Ezequiel ha tenido a todos muy sorprendidos y me encanta, juro que me encanta en todos los sentidos.
Dejé un beso en su mejilla antes de levantar y aprecié como fue dibujando una sonrisa. Me detuve, y volví a mi posición esperando que sus ojos me captaran. Cuando lo hace mi corazón vibra y se me escapa una sonrisa de felicidad. Me acerqué otra vez y dejé un segundo beso en la comisura de sus labios.
—Hola.
—¿Qué tal?
—Algo cansada—sus ojos azules viajaron hacia mi pequeña pancita y se levantó de la cama de un salto.
—¿Ya vas tener al bebé?—preguntó alarmado sentándose a mi lado.
—Solo llevo cuatro meses.
—¿Segura que todavía no viene?—negué con una sonrisa y besé sus labios entre abiertos.
—Si, segura —dijo volviéndose hacia mi —.Tranquilo.
—Vale —susurró y soltó una risita entre tranquila y nerviosa.
—Voy a ducharme.
—¿Te ayudo?
—Estoy embarazada, no invalida.
—Venga, te ayudo — negué y me acerqué para darle beso cortito.
Me levanté y me siguió los pasos hasta el baño en donde me desvestí al mismo tiempo que él. Sus ojos azules hicieron una inspección de mi cuerpo y se posaron en mi barriguita. Se acercó y colocó sus manos alrededor, le dejó varios besos y le habló en susurró.
—¿Qué quieres que sea? —ingresamos a la ducha y el agua empezó a mojar nuestros cuerpos.
—Gemelos —respondí dándole la espalda. Sus manos comenzaron a enjabonar mi espalda—.Adoro los gemelos.
—Siento que es mucho—besó mi nuca—.A mi me gustaría tener un niño.
Hice espuma con mis manos cuando me pasó el jabón y mientras me comentaba las cosas que no repetiría de su padre con él, empecé a pasarlas por mis brazos. Al terminar me giré y me encargué de enjabonar su torso y cuello. Su mirada estaba perdida y no dejaba de hablar del tema.
—Seré la versión mejorada de mi papá.
—Lo serás —dejé en beso en una de sus cicatrices—. y si tiene uno o dos hermanos nunca lo apartaré. Le daré la misma importancia y atención que aquella señora nunca me dio.
Hace como cinco meses me enteré que mi madre no es mi madre. Ella misma me lo confesó cuando mi papa decidió romper con su relación. Me echó la culpa de todo y me deseó que me fuera mal en todo. Mis hermanos hicieron lo mismo y me rogaron que jamás volviera porque me odiaban y una mantra de palabras hirientes que en su momento que causaron mucho dolor y lloré por varias noches seguidas. Todas mis preguntas fueron aclaradas y mi padre me explicó todo. Él le fue infiel y de ese desliz nací yo. La mujer que me dio la vida murió en un accidente y mi papá le pidió una oportunidad a mi supuesta madre. Ella lo perdonó y me aceptó o se le hizo creer porque desde que tengo uso de memoria siempre me sentí excluida.
Fue una mezcla de sentimientos al enterarme. Alivio, rabia y frustración. Estuve molesta con mi papá por haberlo ocultado. Yo si me daba cuenta que éramos muy diferentes. Ellos blancos con cabellos claros y yo multa de cabello oscuro, las diferencias físicas, todo. Las piezas finalmente encajaron después de tantos años.
—¿En que piensas?—levanté la vista, sus dedos estaban en mi mentón—.¿A dónde te fuiste?
Suspiré y llevé su cabello espumoso hacia atrás. Zequi lo notó sin haber emitido una palabra y me consoló con un delicado abrazo.
—Lo lamento mucho jul— hizo círculos en mi espalda—.Pero no te sientas triste, yo te presto a mi abuela.
Reí.
—Ella te dará mucho amor—afirmó y nos miramos a la cara. Alcé un poco la cabeza para enfocar mi mirada a la suya. Sonrió y por inercia yo también lo hice—. Creo que mas que a mi.
—¿Celoso?— pregunté entre risas al ver su expresión.
Rodeo mi cintura y pegó su boca a la mía.
—Es lo único de lo que tendré celos— estallé de risas y lo atraje hacia mi para continuar con los besos.
Ezequiel me ayudó a bajar un pequeño escalón. Lo miré tiernamente. Desde que se dió la noticia que quedé embarazada, ha sido todo un caballero y me trata como si tuviera cinco años. A veces me molesta un poco porque exagera demasiado, tanto que no me deja ni quitarme los zapatos. Igual lo amo. Sus acciones hace que quiera quererlo a cada minuto.
—Janecitaa — spencer me aplastó entre sus brazos y Zequi casi lo mata para alejarlo.
—Macho, ten cuidado —reclamó, me había lastimado un poco pero no dije nada —. Lo que lleva jul en su vientre es un bebé no un bolsa de juguetes.
—Disculpa —se alejó otro paso —. Es que extraño mucho a mi stef y Jul huele muy parecido a ella. Lo siento janecita — se acercó con cuidado y está vez me abrazó con más delicadeza.
—¿Y que nombre a pensando ponerle?—samuel nos miró a Zequi y a mi de una manera maliciosa—. ¿Tarzan y Shita?
—Hijo de puta —soltó Ezequiel y todos los italianos giraron sus cuellos en nuestro dirección.
Spencer estalló en risas.
—Venga—animó —.¿han pensado ya? Porque yo les tengo una lista.
—La hicimos anoche — añadió Samuel feliz. Levanté una ceja sorprendido —. Para nuestro futuro sobrino o sobrina.
Mi corazón se hizo pequeño.
—Me encantaría escuchar—alenté.
—Si es niña—zequi nos mira de reojo. Estamos entrando a la torre inclinada de pisa que por cierto casi pierdo el equilibrio—. Si les gusta. Sería majo que la llamarán zafiro.
—¿Zafiro? —preguntó Zequi brusco.
—Y si es niño—prosiguió —.Sebastián.
—A mi me gustó Santiago —alzó la mano Spencer.
—Es bonito.
—Tatiana —Ezequiel se mostró un poco Interesado —O... Susan.
—Hijo de puta —los chicos estallaron a carcajadas.
Negué.
Pasan los años y estos no cambian. Molestan a Ezequiel a cómo de lugar.
—¿Qué te parece Nina?—sugirió Samuel con la mirada sobre nosotros. Le estaba dando un besito en la mejilla a Zequi para que dejara lo gruñón —. Nadia.
—Oh, ese me gusta.
—Es horrible —protestó Zequi y me alejé en el acto —. ¿Qué? Es la verdad. Me gusta más Cameron.
—¿Camarón?—lo miré con horror.
—Cameron —corrige y los chicos sueltan un quejido.
—¿Por qué me miran así?—negué —. Ese nombre es lindo.
—No zequi —dije en desacuerdo —. Mi hija o hijo tendrá nombre español o latino.
—Tenemos otro—samuel alzó la mano — Si es niño Ulises y si es niña franchesca.
Arrugué la cara.
—Te dije que no les gustaría, que si eres tonto — reprendió spencer —.Escucha estos querida janecita. Edurne y fabian.
—Por dios — exclamó Zequi asqueado —. ¿Qué clase de nombres son esos?
Ambos se miraron.
—Gissela y pedro.
Negué.
—Roberta y juan.
—Antonio y carmen.
—Carmen suena a señora — bufó Ezequiel, negó y pasó las manos por su cabello — Mi hija se llamará Rosalinda o Nadia y si es chico — pausó para pensar — . Dilan.
—Lucas — dije cuando me posó su vista sobre mi.
—¿Lucas?
—¿Dilan?
—Es mejor Dilan que Lucas.
Abrí la boca ofendida.
—No es nombre español.
—Si lo es.
—Parece gringo.
—Fíjate que no lo es.
—Colegas...
—Y lucas parece nombre de perro.
—Claro que no —dije brusca — Si no es Lucas entonces Teo.
—¿Esos son nombres latinos?
—Si — sacudió la cabeza —.y es mejor que Dilan.
—Chicos....
—Sabes que no — refutó —esos nombres son feos.
—Son muy bonitos y me gusta para mi hijo.
—Nuestro hijo —corrige, nuestras narices empezaron a rozarse.
—Yo soy la que lo cargo.
—Pues de no ser por mi no lo tendrías— levanté ambas cejas, sonrió victorioso.
—Teo.
—Dilan.
—Por favor colegas —piden en coro samu y spency irritados—.¿Que le parece si hacemos papelitos y el que salga será el nombre de la creatura? Cómo gente adulta y civilizada.
—De acuerdo —sin apartar la vista de zequi, quien no puso objeción — .Seran Teo y Nadia.
—Cameron y Dilan.
Después de recorrer la ciudad. Volvimos al hotel y en nuestra habitación juntos a spencer y Samuel hizo los papelitos. El primero que salió fue el nombre Nadia y el segundo Dilan. Tuvimos una pequeña discusión que resolvimos rápido. Al final, en medio de la oscuridad. Teo por si es niño y Rebecca por si es niña. El nombre de chica lo eligió Zequi y ambos nos gustó.
Estamos en el último concierto de la gira internacional. Me da dolor de estómago tener que volver a ver la familia de Ezequiel — quienes seguramente ya deben saber que volvimos — enserio me da arcadas. Lo único rescatable son sus abuelos y la única razón por la cual volvería a Barcelona es porque tengo grandes amigos allí, si no hubiese nadie, me resigno a ir.
Ezequiel quiere darle una doble sorpresa no agradable a ellos. Bueno sería triple. Porque no hay que descartar lo del matrimonio. Espero que la señora tenga el ritmo cardíaco estable.
—¿Crees que lo sepan?—pregunté intrigada.
—¿Que, moana?— su voz sonó rasposa y más profunda de lo normal.
Hace un par de horas bajamos del escenario. Estamos en Madrid y nos hospedamos en un pequeño hotel de la ciudad. Los fans nos esperaban afuera y todavía siguen allí. El representante de la banda a hecho lo posible para que despejaran el lugar pero lo ha sido fácil. Desde hace más de un minuto no han parado de cantar la chica de la chaqueta naranja. Es la canción favorita de todos.
—Que tu y yo...— no soy capaz de terminar.
La cabeza de Ezequiel se despegó de pecho y las caricias en mi pancita también.
—A mi papá le importa una mierda que está pasando con mi vida en estos momentos y mi madre—mordí mi labio inferior—.Posiblemente. Pero no te preocupes por eso. Ya nadie nos puede y nos va a separar. Ya no somos aquellos chiquillos que podían dominar a su gusto y amenazar.
Sostuvo mi rostro entre sus suaves manos. Mis ojos estaban empañados.
—Esto es hasta el final —sonreí ante sus caricias en mi nariz y lo miré fijamente con el corazón a todo dar —. Te amo.
Lo primero que hicimos al llegar a Barcelona fue visitar a nuestra amiga Stef. Ella vive con spencer en un lindo apartamento. Los dos están muy felices y se ven lindos juntos. Cuando me vio entrar casi le da un desmayo. Me dio un abrazo aplastante y habló en su idioma quien sabe que cosas.
—Mi dolzella favorita.
—Stef cuidado con el bebe— le dijo Zequi por tercera vez, ella no me soltaba. Estaba llorando a mares y no me quería liberar.
—¿Cu-cual bebé?— preguntó entre sollozos —. El único bebé era calceto pero ese ya creció.
—Hablo el que Jul lleva dentro — su sollozos se detienen y se separa de mi.
—¿Que? — nos miró confundida.
—¡Vas a ser tía! — me subí la camiseta y le mostré mi barriguita de cuatro meses.
—¿Estáis jodiendo? — se llevó ambas manos a la boca, Zequi se colocó a mi lado y cruzó su brazos por encima de mis hombros.
—Vas a ser tía —repitió alegre —. y tú serás la Madrina.
—Hey, yo creí que iba a ser la madrina — reclamó spencer.
—Tu no eres mujer, idiota.
Reí.
—Con gustó seré la madrina — dijo a gusto y me dio un abrazo más suave.
Estuvimos un par de horas con ellos y regresamos a la casa de Ezequiel. Ingresar al apartamento me trajo tanta nostalgia que no pude resistir el llanto. Ezequiel me tenía envuelta de esa manera hasta que llegamos al piso.
Al entrar no tuve palabras. Zequi me llevó de la mano porque de la emoción no podía moverme. Más recuerdos invaden mi mente. El apartamento había cambiado tan solo unas cosas.
Cómo los muebles y el color de las paredes. La repisa donde Zequi tenía sus premios de boxeo ya no estaba. En su lugar había un mural de fotos de la banda y nuestra. Habían fotos mías que yo ni sabía que existían. Una en las que parezco una modelo y otras que daban pena pero según él era de sus favoritas.
Le pregunté que había pasado con los trofeos y las fotos. Me confesó que su terapeuta le dijo que tenía que deshacerse de todo lo que le hacía mal y el boxeo fue algo que marcó parte de su niñez y adolescencia. Entonces lo botó todo. Comentó que no fue fácil desprenderse de algo que un su momento se convirtió en su sueño pero debía hacerlo o los recuerdos de los maltratos de Andrés no iban a irse jamás.
—Y me aconsejó que pusiera algo que me hiciera recordar cosas lindas y que me llenen de mi vida—dijo mirando el mural —. Y lo único que me ha llenado y me ha hecho vivir cosas lindas se llama Janette Benavides.
—Me lo imaginé la música para ti ha sido— me corté a misma segundos después de darme cuenta lo que realmente había dicho —. Eh...¿qué?
—La música y tu son mis motivos de alegría —y corazón ha dado un vuelco —. Y ahora serán tres motivos.
Solté una risita emotiva y me escondí en su pecho. Sus brazos me rodearon hasta cubrir mi cuerpo.
—Me alegra que hayas superado todo eso que te causaba daño—le digo con toda honestidad mientras acariciaba su espalda con mis manos.
—Gracias mi Jul.
—¿Tu cómo te sientes?
—Todavía me cuesta un poco pero estoy bien —sinceré —. Me siento libre.
—Es lo mejor que te pudo ocurrir.
—Desde luego.
Estuvimos allí contemplando su nuevo mural y nos fuimos abrazados hasta su habitación. Otra vez mis ojos se empañaron debido a los recuerdos. Esta estaba cambiada pero mantenía el mismo aura.
—Aquí me diste tu virginidad — su voz me sacó de la nube de pensamientos. Suspiró manteniendo una sonrisa malvada —. Luego de eso me tenías como tú juguete sexual.
—¡Por supuesto que no! —protesté —. Quien no quería dejarme respirar eras tu.
Se llevó ambas manos al pecho ofendido.
—Yo era inocente hasta que te conocí— reí con falsedad —. Todas esas cosas perversas me la enseñaste tu.
Le saqué el dedo del corazón y estalló a carcajadas y me envolvió en sus fuertes brazos. Respiré su aroma y cerré los ojos. Estuvimos así unos largos minutos. Adoro con mi alma está atrapada en sus brazos. Es una sensación tan bonita que me hace sentir cosas indescriptibles.
Cuando supe lo de mi mamá ellos estuvieron allí para darme consuelo y fuerza en el momento que más necesitaba.
Me coloqué una linda bata holgada de color verde. Tenia un escote en forma de v. Ezequiel dejó espacio para mí y me llevó hasta su pecho. Abrigó mi cuerpo y miramos tarzan hasta quedarnos dormidos.
Ezequiel...
Le hice varias fotos a mi chica dormida. Es tan linda de ese modo que me es imposible no capturarla. Hice desayuno y fui a correr. Tuve inconvenientes para regresar ya que me encontré a muchas fans en el camino. Hoy visitaremos a Candela y después a mi madre. Ella ha estado llamándome y la he ignorado. Sé para que me llama. No hace falta cuestionarse. Seguramente lo vio en redes o en la televisión. Ahora soy una figura pública y de mi vida amorosa nadie sabía nada. Algunos tabloides comentaban que era marica y todas esas gilipolleces que inventa la prensa para crear intriga.
Cuando Jul apareció por primera vez las redes explotaron. Fui tendencia. Una mierda. Perdí fans como también gané. Unos apoyaban a mi chica y otros no.
Candela estaba molesta y me estrelló la puerta en la cara apenas la abrió, cinco segundos mas tarde estaba montada en mi cuerpo como un monito.
—Creí que era el engreído de Guzmán — me dice y me deja pasar.
Negué con un sonrisa y le di un abrazo apretado.
Ella había cambiado de casa, ahora que es toda una artista se ha dado sus lujos. Bien por ella. Hablamos hasta los codos, poniéndonos al tanto. Ella se convirtió en mi mejor amiga, mi gran confidente. Con ella me siento mas conforme que con los chicos, me comprende y siempre me da buenos consejos.
—Me alegra tanto que hayan regresado — sonreí tímido con el corazón acelerado —.Ustedes se merecían, mas que nadie. ¿Y que haces por aquí? pensé que te quedarías en América.
Ladee la cabeza como una posibilidad.
—No— se cubrió la boca, reí ante su reacción —. Pues me alegra mucho y espero que sean muy felices. Y siento que es una buena idea porque así tu mama no empieza con amenazarla de reportarla.
—Eso quiero evitar.
—Y cuando es la boda.
—En Mayo — sus ojos brillan — Pero primero haremos el recorrido que tanto le había dicho y supongo que después de ello haremos los planes de la boca y tu serás mi madrina.
Ella asentía y después dejó de hacerlo al percatarse. Esperé que dijera algo pero su reacción fue lanzarse sobre mi sudoroso cuerpo y abrazarme como si no tuviera fin. Habló entre la emoción tantas cosas que no entendí nada.
—Por supuesto que te ayudaré.
—¿Qué?
—Ustedes tranquilos que yo me encargaré— se ofreció y no me negué, le di las gracias y seguimos hablando hasta que se me hizo casi el medio dia.
Volví a casa. Jul me esperaba con un delicioso almuerzo. Había comido en casa de Candela pero ver su comida me dio hambre otra vez. Me di una ducha rápida y me reuní con ella en el comedor. Le platiqué la reacción que tuvo Candela. Ella me dijo que queria algo sencillo y en privado, no queria nada exotico o extravagante . Una boda tranquila entre nosotros.
A mi gustaría algo grande que llamara la atención de todos. Con un salón enorme y mesas llenas de comida. Así como iba a las bodas dónde me contrataban a tocar. Pero lo que diga Jul me parece buena idea.
Ella aprovechó mi ausencia para ir a la cafetería donde trabajó. Me contó que Tamara casi se muere de la impresión y los chicos. Simón y Mateo ya no estaban allí. Habían emigrado a Estados Unidos. La noticia la entristeció pero le pasó enseguida.
Eduard nos acompaña. Se colocó muy feliz al ver a mi chica con su pancita y nos dió unos posibles nombres para ella o para él. Le dejamos porque estaba muy emocionado. A mí me da gusto verlo otra vez. Me hizo mucha falta. En el trayecto a nuestra antigua casa nos platicó acerca de su restaurante y luego me dijo que había comprado mi álbum y que lo pone porque muchas fans van solo por oírlo y porque saben que soy hermano.
Me dijo que al principio le parecía divertido y creyó que podía salir con alguna de las chicas. Lo intentó creyendo que finalmente alguien se había interesado en él. Pero se dió cuenta que las chicas no le interesaba y todo el tiempo preguntaban de mi y de July.
Eso lo desmotivó y me sentí mal por él. Le dijo concejos. Le dije que no le prestara atención a esas chicas pero dijo que era difícil ya que todas eran mis fans. Lo alenté diciéndole que por allí hay chicas que no le guste mi música. Él se quedó tranquilo y luego de eso hablamos otras cosas.
Jul se extrañó al no ver a los perros. Le conté que habían muerto. Se enfermaron y se hizo lo que pudo pero los caninos no sobrevivieron. Ella se colocó triste y Eduard se apresuró a buscar algo que la hicieron sentir mejor. Justo tenia un chocolate samba y se la dió.
Al ingresar me sentí ansioso después de escuchar a jul murmurar algo. Sabia que estaba nerviosa e incómoda. Pero esto no duraremos mucho tiempo aquí. Solo responderé la pregunta que mi madre me dejó en un mensajes hace un año.
Ella estaba en el jardín. Las flores que tanto le encanta cuidar dejaron de florecer. Ha intentando de todo para que vuelvan a las vida pero cada vez es peor. Igual que las que tienen en París.
Su atención se enfocó en nosotros le dibujo una gran sonrisa pero esta no duró demasiado. Su expresión de desagrado fue notable y antes que soltara cualquier cosa de su cabeza, me adelanté.
—Vine para saludarte y anunciarte que tendremos un niño y que pronto nos vamos a casar—quedó en blanco y miró a Eduard en busca de ayuda pero este no dijo nada.
—Que barbaridad — negó incredula — no solo te vuelves a encontrar con esta mujer. Ahora la embarazas y te vas a casar. Pensé que te habías olvidado de esta chiquilla...
—Mamá — le hice señas a Eduard para que no la interrumpiera, que saque todo su veneno.
—Pensé que habías madurado — siguió y miré a Jul que permanecía a mi lado, se mostraba firme y no le bajaba la mirada a mi descontrolada madre.
Esa es mi chica.
—Ella jamás será bienvenida a esta familia — amenazó.
—Jamás pedí ser parte de su familia — los ojos de mi madre la miraron con furia y la pequeña tensión que se formó simplemente desapareció — no se preocupe, ya tengo la mía, no me hace falta.
Intercambié mirada con Eduard.
—Y olvídate de la herencia — me volví hacia a ella — si te casas con esta suadaca, te olvidas de la herencia, de nosotros y de mi. Te olvidas de todo.
—¡Mamá deja de expresarte así!— intervino Eduard irritado —. El abuelo es latino, tu eres latina. ¡Joder! Todos tenemos sangre latina por él. ¿Te da vergüenza? ¿Es por eso que nunca no los dijiste?
—Soy española.
—No lo eres—le hice señas a edu para que se tranquilazara pero estaba tan alterado que preferí no hacerlo —. Y si así lo fueras, eso no te hace superior, ni mejor. Pensé que después de estos años ibas ser diferente pero veo que no y Jany tiene razón. Ella no necesita ser parte de nuestra familia.
—A mi mamá la obligaron a casarse con él—crispe los labios y apreté la mano de July. La miré y le hice señas con la cabeza cuando levantó su cabeza hacia mi.
—¿Creis que somos tontos mamá? Ella misma nos contó su historia, como fue que se conocieron.
—¿Vamos?
—Si —dijo con la frente en alto. Sonreí orgulloso y delante de mi mamá le un beso.
—¡Ezequiel! —separó a Jul de mi bruscamente, casi cae al suelo. Mi corazón se detuvo en ese momento. Gracias al cielo actué rápido y pude evitarlo.
Es mejor irnos o ella va herir a mi chica o mi bebé.
—¿Estas bien?
Ella también estaba asustada, su cara palicedio.
—Vamonos July — le repetí varias veces y salimos los tres de la casa con sus pasos detrás de nosotros.
—Jamás reconoceré a ese bastardo como mi nieto, ¡jamás!
—Algun día lo harás — dije con afirmación y subí al coche después de ayudar a Jul.
Salimos del estacionamiento de la hacienda y en segundos estábamos en el tráfico. Hubo silencio por parte de los tres. No era incómodo y menos tenso. Creo que todos estábamos pensando lo mismo.
—Si no lo aceptan no importa—dice Edu cortando el silencio—. Habemos tres que si y lo vamos a querer mucho.
—Gracias Edu — le di una mirada y sostuve su mano entre la mía.
Ingresamos al parque de la golondrina. Edu se quedó en su casa y nosotros seguimos de largo. Este no tenía niños gracias a Dios y no hubo que chantajear a nadie para que mi chica se suba. Antes sentarme juntos ella, fui a comprar helados. Miles de recuerdos invadieron mi mente en ese momento y no pude resistir una sonrisa.
Subí y me senté junto a ella. Le pasé su helado y empezamos a comer casi a la vez. Entre risas recordamos como había chantajeado al niño y todas las cosas que vivimos juntos esos meses y este maravilloso año.
Hablamos hasta que se hizo de noche y el de seguridad nos hizo salir. La charla siguió entre risas, besos y bromas hasta llegar al apartamento.
Hice la cena. Prepararé lo que más me encanta hacer. Tortilla española. En la habitación me esperaba lista para ver televisión. Me quedé pasmado de solo verla. Con sus cabello largo y rizados cayendo por los costados su rostro. Ella no se percataba. Estaba escribiendo algo en su cuaderno o diario. Contemplé sus nariz medio torcida, la forma de sus labios. Me siento dichoso de probarlos la veces que quiera. Los gestos que hace cuando está concentrada. Cómo arruga el entre cejo y la manera que hace que los hoyuelos de sus mejillas se pronuncien, la forma como sus lentes cuelgan de su nariz sin que se caigan.
Ha recibido críticas de su físico, su color y su orígen. Dicen que es fea, que no me representa y le han hecho memes muy crueles sobre su tono de piel. Al principio me molestaba mucho y pedía respeto hacia ella pero ni palabra basta.
Los medios y las fans, mis supuestos admiradores le siguen tirando odio.
Supongo que esto no se detendrá y de alguna manera tenemos que vivir con ello. Esto no es nuevo. Y los medios se pueden ir la puta mierda y decir lo que quieran. Ellos no la conocen como yo y no saben lo esencial que es para mí.
Me acerqué después de quedarme embobado mirandola y me senté cerca de su cuerpo. Ella dejó de escribir para recibirme el plato y agradecerme con un suave y dulce beso.
—¿Y que películas vemos? — le pregunté a poca distancia de sus labios. Su mano acariciaba mi mentón.
—Mmmh — solté un risita ante su expresión y llene de besos su cara bonita —. ¿Tarzan? Oh, oh ya se, ¿buscando a Nemo?
—¿Mulan?
—Nunca me gustó Mulan — arrugó la cara —. ¿Y si vemos la Hera de hielo?
—Veamos buscando a Nemo y si no te quedas dormida la Hera de hielo.
—Yo no me quedo dormida.
—¿Cuanto quieres apostar a qué si?
Soltó bufido.
—¿Que quieres apostar? — desafió.
Subí las cejas con impresión.
—Tu no eres mi Jul — le digo y se ríe, me da un sonoro beso en la mejilla que me deja inconforme y lo completo con sus labios.
Soy adicto a ellos.
—Ya no más niñita tonta.
Estallé de risas.
Otro beso pero en la nariz.
—Vale — me acomodé mejor — si no me quedo dormida te dejas pintar las uñas por un mes.
Asentí confirme.
—Y si te quedas dormida — sonreí malicioso —. Me dejas peinarte el cabello.
—¿Que? — reaccionó asustada —. ¿Estas loco?Mi cabello solo se peina una vez.
—O te haces un tatuaje.
—¡Zequi!
—¡Ya se! — recordé — Si te quedas dormida... Tocaras el piano para mí desnuda por un mes.
—Ahora si te corrió una teja — me agarre del estómago de tanto reír —. Pero bien lo haré.
—¿Ah?— sacudí la cabeza sorprendido —. ¿Hablas en serio?
—Apuesta es apuesta — la miré con interés.
—Adoro está Jul — carcajeó —. Prepárate para deleitarme — sus mejillas se tiñeron rojo.
—Eso lo veremos querido muggle.
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Holaaa
¿Cómo están?
¿Cuanto tiempo?
¿Quién extraño a estos niños?
Yo si.
Y yo las extraño a ustedes pero pronto nos veremos en una nueva historia.
Gracias por estar aquí y espero que les haya gustado el extra de mis niños.
Les mando un abrazo y nos vemos en el proximo.
Un abrazo grande.
¡Las amo!
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