Epílogo

Si llegaste hasta aquí déjame decirte Graciaaaas✨

Cinco años después

Janette Benavides.

Han pasado cinco años desde la ultima vez que nos dimos un beso y después de tanto tiempo, parece loco, sigo sin olvidarlo, lo tengo tan intacto en mi mente como si hubiese ocurrido ayer. La ultima vez que hablé con él fue para su cumpleaños y luego de esa llamada no nos volvimos a escribir. Al principio lo fue, y demasiado, fueron dos años en los que pude ver un Ezequiel mas confiado y bromeador que nunca. Le conté que había hecho amigos gringos y también latinos pero de todos lo que hice, Alex, es el mas cercano a mi. Es de Australia y por increíble que esto vaya a sonar el también sufrió mucha discriminación cuando estuvo en la escuela y de hecho en la universidad fue lo mismo.

Lamentablemente la discriminación no tiene fin.

Y eso fue lo que nos hizo tan unidos, de todos mis compañeros, con él congenié mas y tenemos una hermosa amistad, tanto que tenemos una cuenta de Tiktok y subimos videos juntos, donde hacemos nuestras payasadas.

¿Y adivinen quién ya no le da pena expresarse libremente?

Sii, yo.

Gina me ayudó, a pesar que vio el cambio en mi, dijo que todavía me veía tímida y temerosa y para lo que me iba a enfrentar tenia que ser fuerte. Fui a terapia por mucho tiempo. No fue fácil porque cada vez creía que había avanzado, me daba cuenta que simplemente había retrocedido mucho. Alex me fue de mucha ayuda, él fue una parte de mi progreso, ya que bueno el era muy tímido y también pasó por ese proceso.

Le debo mucho.

Ezequiel se colocó muy feliz por mi y no se vio molesto o me hizo preguntas acerca de Alex. Cada vez que hablábamos lo sentía relajado, tranquilo y me preguntaba por él pero en plan de amigos. Para mi también es un alivio haberlo sentido de esa manera, porque me daba cuenta como le lanzaba mirada venenosas a Jacob o me alejaba de sus amigos para que no me abrazaran, al principio no lo veía mal, pero después de las terapias y todo eso me di cuenta que esas actitudes se debían a su desconfianza e inseguridades, el trauma que le causo Susan con su supuesta relación abierta.

Él también fue a terapia y fueron varios meses, me dijo que no fue nada fácil abrirse a la desconocida con lentes — como le llamó él — pero le ayudó mucho, dijo que había sentido como se hubiese quitado un gran peso. Me comentó que no imaginó que el trato de su padre le hubiese causado tanto daño igual con lo de Susan.

Si que lo necesitábamos, sentí que no, al menos yo, pero después de dos secciones me di cuenta que si, vaya que si.

Tanto que ahora que ninguno nos comunicamos no me afecta, si me da pesar, porque lo que tuvimos fue demasiado lindo, con sus subidas y bajadas pero fue hermoso, único aunque haya durado tan poco.

Con stef si he estado comunicada, con ella nuestra amistad prevalece aunque se desaparece por meses y regresa otra vez y así estamos. Candela es otra cosa, ahora que es actriz, no deja de escribirme y no le importa la hora que sea. Me escribe para sacar toda sus rabias. Pasa que esta haciendo un protagónico en una serie de netflix y el protagonistas es un pesado, grosero, engreído y no se soportan, lo odia y lo peor es que tiene que fingir que lo ama en la serie, y fingir que es una increíble persona en las entrevistas y todo eso.

Pobre Cande.

Cada quien tomó su rumbo ahora.

—¿Lista?

Asentí frente al espejo mirando mi perfil derecho.

—Te ves increíble — relajé los hombros con una sonrisa —.Deberías usar vestido a diario.

Me giré sobre los talones.

Gina y Alex no salían del asombro.

—¿Vamos fingir ser novios? — preguntó en tono divertido —. Quería amiguita, por favorr — suplicó en australiano y acepté.

A él le gusta fingir que es mi pareja. Cada que vamos a un reunión o fiesta a la que Gina es invitada debido a su trabajo — ella labora en una empresa de eventos — se encarga de organizar todo, no es un trabajo fácil, pero le encanta hacerlo y debido a ello le dan entradas gratis. Codearse con ese tipo de personas ha ayudado a mi personalidad, ya no tengo dudas de mi, puedo ser la mujer silenciosa o ser conversadora, ninguna de las dos esta mal porque así me identifico y eso esta bien.

Al que le gusta bienvenido y él que no, que le vaya bien.

—Les tengo un chismoso —dijo Alex cuando íbamos camino al lugar del evento, que esta en el centro de la ciudad.

Gina manejaba, yo estaba en el puesto del copiloto y él iba atrás, en medio de los dos asientos. Parecía un niño. En serio Alex es muy divertido. A pesar de su físico enorme y grandes músculos, parece un chamito y mas cuando intenta hablar español.

—Les cuento — aclaró la garganta — . Un señiora iba por detrás de mi y dice puto en bajo.

—¿Te dijo puto?

—Si novia, me dice puto y no había mas narie en la fila, solo yo, entonces me giré y le dije ; Que le pasa vieja grosera, respete — dijo alterado, un poco — y ella me miró asustada y yo le dije, soy gringo pero hablo poco español.

—Pobre señora — dijo entre risas.

—Quizás no hable muy bien español pero lo entiendo y he escuchado cosas que me dicen y mi cerebro español dice, hijos puta todos, le estoy entendiendo lo que dicen y todos se quedan petrificados cuando los enfrento.

—¿Y quien, no? —le digo — .Con ese cuerpote, cualquiera se hace en los pantalones.

—Todo bien hasta que sepan que le temo a los malditos conejos.

Negué riendo y sus dedos atraparon uno de mis rizos para ponerlo sobre su cabeza y jugar con hasta que llegamos al lugar donde va ser el evento. Fuimos bien recibidos por un hombre de traje y los tres ingresamos al establecimiento. Alex agarró mi mano y le pegué en el hombro cuando casi me hace caer, él se rio y luego hizo doblo su codo en forma para que pudiera sostenerme y fue mucho mejor.

—Oh vaya — exclamé por la bajo.

—Gracias — dijo Gina con orgullo en el momento que nos integramos entre las mesas redondas y manteles blancos que estabas esparcidas de forma muy organizada.

—Quedó muy bonito —dice Alex con la boca abierta. Todo era luminoso y bien elegante. En el centro del salón había un micrófono dorado que simbolizaba a la música. Este evento es en honor a la cantantes que le brindaron honor a la música. Entre los mas destacados esta Michael Jackson uno de los mas grandes exponentes de todo el mundo. Alex es fanático de él y no entendía que tan importante era, hasta que un día, por curiosidad me coloqué a escuchar una de sus canciones, y entendí la razón.

Este hombre no solo hablaba al amor, hablaba de la tierra, de las injusticias y del racismo. Me quedé sorprendida al enterarme que hubo alguien que fue capaz de protestar por medio de sus canciones, o sea hay artistas que lo hacen pero no como él.

Frente a la gran cantidad de mesas y sillas. Estaba la tarima era semi circular y sobre ella habían instrumentos musicales en los cuales estaban un grupo de chicos afinandolos y ensayando algunas notas. Detrás de ello había una pared en dónde estaban retratados los artistas que marcaron y han marcado historia en la música. Estos eran reflejados con collage y tenia tonalidades blanca y negras.

Lo grandioso de este gran evento. Es que no solo conmemora a los artistas ingleses si no también a la comunidad hispana.

Por Gina y Alex conozco a la mayoría porque si fuera por mi, no tendría idea quienes son ese montón de caras ilustradas a la pared.

Las luces celestes y violetas le daban un toque especial. Todo estaba tan bien ordenado y organizado que me siento orgullosa que mi amada prima haya sido parte de esto.

Teníamos mesa reservada. Del lado izquierdo no muy lejos del escenario. Alex capturó varias fotos que subió a las redes sociales.

Minuto a minuto iban llegando los invitados. Juro que mi corazón latía con cada segundo. Han estado llegando artistas y nuestro amigo Alex se muere por capturar fotos con ellos.

Es muy fan de la farándula y le gusta contar los chismosos.

El salón se llenó y la conductora del celebre evento estaba dando su discurso. Era una mujer alta delgada y cabello rubio. Tenía un lindo vestido negro, tallado a su silueta. La falda era suelta y la parte de arriba era de tiras con un lindo escote en forma de "V" no muy revelador. Su cabello lo había alisado y lo tenía apoyado en su hombro derecho.

Parecía una barbie.

Ella dio un breve discurso de todos aquellos artistas y el grupo que estaban afinando sus instrumentos, comenzaron a cantar una de las canciones más icónicas de Elvis Presley.

De solo recordar aquel nombre, me llevó al pasado y con una sonrisa. Observé mientras bebía al grupo musical.

Alex me sacó a bailar y no puse trabas para hacerlo. Las mujeres dejaron de ver al grupo que tocaba para pisar su atención en él.

—Esta noche sales con novia —echó un vistazo hacia atrás, ya no éramos solos nosotros bailando.

—Estoy esperando que una latina se de cuenta que todo lo que tiene está frente a ella — me quedé estática, rodó los ojos —. Eres preciosa amiga y te quiero con el alma. Pero no te veo más como eso. De quién te hablo es de Gina.

Pasé de estática a petrificada.

—¿Gina? — me cubrió la boca, no podía dejar de reír de la impresión.

—Si, ella, ella es mi — suspiró — . Mi amor y ya no se que hacer para que me pare bolas. ¿Qué más tengo que hacer? Soy caballero, soy detallista, la complazco en todo lo que le gusta, soy atento... Ha-hablo español, soy un buen tipo. ¿Qué más necesita?

—Que se lo digas — dije directa y sus ojos me miraron aterrados.

—¿Qué? —tembló —. ¿Estas jugando? ¿Decirle? ¿Y si no le gusto? ¿Y si solo me ve como su amigo? No creo que pueda soportarlo, ya no la veo así, y... Dios creo que me enamoré solo.

Mi corazón se encogió y no me reprimí el impulso de abrazarlo. Mi mente me gritaba que se lo dijera, que le confesara que Gina muere por él desde hace mucho pero que no había sido capaz. Ella tiene un complejo y es por la edad.

Gina me lleva cuatro años de diferencia. Está por cumplir los veintinueve, jamás ha tenido novio ya que nunca hubo un chico que le llamara la atención y cabe mencionar que tiene unos amigos muy lindos y no solo por lo simpáticos, si no también como persona pero ninguno de ellos lograba cautivarla hasta que conoció a Alex.

Con él fue amor a primera vista y lo mantuvo callado hasta que no pudo más y me explicó por qué prefería quedarse en casa que salir con nosotros. Es que Alex era muy amigable y todas las chicas andan detrás de él y si tiene muchas amigas, pero ninguna de ellas logró conquistar su corazón como lo hizo Gina y lo más hermoso de esto, es que a él le vale su edad.

A él importa un pepino que las mujeres sean mayores, toda su vida le habían gustado pero que no había encontrado una que lo llenara tanto como lo hizo Gina, él la adora y sé que ella también.

—Atrévete — digo regresando a la conversación, los dos nos fuimos a sentar. Gina no estaba en la mesa, no sé que se hizo.

—Estas bien loquita — me miró con terror.

—Yo se porqué te lo digo.

—¿Qué me estas ocultando? — entre cerró los ojos, rápidamente negué.

—Nada.

—Que sabes que yo no sepa.

Oh, no.

—No se nada — balbucee, y sus ojos azules se abrieron con sorpresa. Y su cara estaba tomando un color rosa.

Ya lo sabe.

—¿Es en serio?

—Ella no quería que lo supieras — dije desesperada —. No le digas nada.

—Es que no me has dicho nada.

—Pe-pero te enteraste y...— posó su mano en mi hombro para tranquilizarme.

—Algún día lo iba a hacer — tiene razón. Me relajé luego de eso y lo miré con aprecio. Tenía una gran sonrisa —. Tengo que corazón desbocado. ¡Que emoción! Solo espero que me acepte así y él no le parezca que se vaya a la mierda. Gina es la mujer de mi vida.

—¿De qué hablan? — Gina apareció detrás de nosotros. Alex y yo giramos a la vez asustados.

—De-de un chismoso — remedió Alex en el acto y ella sonrió, rodeo la mesa y se sentó junto al lado de él.

Por debajo de la mesa le di ánimos a Alex. Apreté su mano y él me dio una mirada que daba entender que ya lo había captado.

Estuve ausente de ellos. Me entretuve mirando a la banda cantar, tanto que no me di cuenta que este par se habían levantado de la mesa para la mesa. No sabía a dónde se habían ido, hasta que los vi, en el fondo, besándose.

Mi corazón se llenó de gozo. Alex se percató de mi mirada y me levantó el pulgar detrás de la espalda de mi prima.

Le dediqué una sonrisa, con la copa levantada y brindé por ellos.

Me volví hacia la banda. Había un peso en mi pecho. Me sentía feliz por ellos pero al mismo tiempo había un aire de tristeza recorriendo mi sistema.

Me causa pesar que una vez estuve en esa posición y creí que, a pesar de haber quedado como amigos, lo nuestro continuaría aunque fuese de esa manera. Poco a poco las conversaciones y llamadas fueran disminuyendo hasta que un día no hubo más.

Sabía de ellos por medio de las redes sociales, porque los seguía y por allí también les escribía. Me contestaron al principio pero después no volvieron a responderme.

Entonces lo di por terminado. Al principio me sentí muy mal. Después de un tiempo lo comprendí que no todo resulta como uno piensa y está bien, solo queda pasar página y dejarlo como un recuerdo bonito.

Una experiencia única, porque Ezequiel fue único y no ha sido fácil encontrar a alguien como él.

Me pregunto si ya habrá encontrado alguien.

Alex y Gina no volvieron. Supongo que fueron a un lugar más privada. Solo espero que no me abandonen. Revisé la hora en mi teléfono y este marcaba las once de la noche. La celebración seguía y la estaba pasando bien — a pesar de la soledad — la gente estaba disfrutándolo y podía verse en cada uno de sus expresiones.

Mi visión estaba enfocada en la banda. Mi cabeza y mi cuerpo se movían de lado a lado al ritmo de la música. Extendía los brazos y sonreía sin pena que me vieran.

La banda terminó y en ese momento empecé a tener la sensación que alguien me estaba mirando. Lo ignoré pensando que solo eran ideas y me centre en el discurso de la presentadora.

Alex y Gina regresaron a la mesa. La sensación seguía allí y no quería saber de quién se trataba pero era tanta la presión que sentía que no pude ignorarlo más.

—¿Qué buscas amiguita? — preguntó Alex al verme girar el cuello.

—Hace rato estoy sintiendo que me observan.

—¿Y quién no te miraría si luces espléndida en ese vestido negro? — cuestionó pero ya no le escuché lo siguiente que dijo porque luego de dar otra vistazo a mi entorno encontré al responsable.

Mi cuerpo se paralizó y en ese momento sentí que solo estamos él y yo. Todo lo demás había desaparecido. Era un estallido de emociones. Mi corazón palpitaba y mis labios se dibujó tan extensa que dolía.

La sorpresa me tenía petrificada. Jamás imaginé verlo y menos en este lugar. Quería moverme, quería correr hasta él y abrazarlo con todas mis fuerzas pero no podía hacerlo.

Como si hubiese leído mi mente. Él caminó hasta donde me encontraba y fui envuelta por completa entre sus brazos. Respondí tardía. La emoción, la sorpresa y las emociones que estaba experimentando no me permitieron reaccionar de inmediato.

Duramos no se cuánto tiempo abrazados, creo que ninguno de los quería alejarse. Él estaba aferrado a mi tanto como yo a él.

Lo extrañé demasiado y volverlo a abrazar ha recuperado todos esos años que pasé sin sentir su presencia.

—Janet —susurró suave en mi oído y me apretó hacia su pecho.

—Ezequiel —dije nostálgica.

Me aparté lentamente y enfoqué mi mirada en él. Sus facciones eran solo asombro, no dejaba de estudiarme y sonreír de hito a hito.

—Te ves...—mi corazón comenzó a aumentar sus latidos —. Espléndida.

—Gracias —dije sin poder apartar los ojos de él. Dios. Él también se veía espléndido — .Tu también te ves increíble.

—¿Y qué haces aquí? —curioseó, no salía del asombro, se pasaba las manos por el cabello y soltaba aire por la boca — , ¡Joder! Estas tan cambiada que me cuesta creer que seas tu. Además nunca te había visto con vestido y estoy perplejo. Parece que estuviera hablando con otra persona. Lo siento.

Reí y entonces recordé que estaba con Alex. Me llevé las manos a la frente y me acerqué para presentarlo. Lo había olvidado por completo.

Ambos se dan la mano y se saludan como si fueran viejos amigos. Ezequiel le respondió las preguntas a Alex acerca de la banda, muy animado.

Pasamos a la mesa. Gina nos había estado observando. Le presenté a Ezequiel y como con Alex se dieron las manos.

Ocupó la silla que estaba a mi lado. Rodeó con su brazo el espaldar de la silla y aunque lo intentamos no pudimos hablar. Queríamos hablar, la carga emocional era tan grande dentro de mi que le di la opción de retirarnos.

Él no se opuso, de hecho tenía el mismo pensamiento. Pedimos disculpas a Gina y Alex, nos despedimos con anticipación porque es posible que no regresemos.

Muero por hablar con él, muero por saber si, todavía sigue sintiendo lo mismo que yo. Si ya me olvidó o si hay alguien en su vida.

Salimos del estacionamiento. El frío erizó mi piel y la brisa movió mi cabello de lado a lado. Ezequiel se quitó su chaqueta y la colocó en mis hombros. Parpadee volviendo en su debido al peso y al calor.

Mantuvimos el silencio hasta que llegar a un auto azul deportivo. Lo miré sorprendida. Él me guiñó el ojo y dijo algo que no entendí porque me perdí en su sonrisa.

Me subí y segundos más tarde lo hizo, sacudiendo un poco el auto en el proceso.

Salimos del estacionamiento en retroceso y tomó unos segundos para involucrarnos en el tránsito pesado.

—¿Y cuéntame que has hecho en todos estos años? — le pregunté mirándome hacia él y le pegué en el hombro—. ¿Por qué te desapareciste?

Me dio una mirada fugaz por el raz de su ojo.

—Antes de contestar hay una cosa que deseo, que muero por saber, me urge saber — me dice desesperado— .y quiero que seas sincera conmigo, porque joder, me estoy volviendo loco por darte un beso pero lo único que necesito saber es si...¿Todavía me sigues queriendo?

Abrí los ojos en shock y dejé de escuchar los latidos de mi corazón, la música, el ruido de los coches. Todo a mi alrededor desapareció y para mí lo único que existían era él y yo, nadie más.

—¿Conociste a alguien más? —enarqué ambas cejas ante su pregunta tan directa. El coche se había detenido y ni cuenta me había dado.

Ezequiel....

La última vez que nos dimos un abrazo fue en el aquel aeropuerto hace cinco años y tenerla nuevamente entre mis brazos fue muy reconfortante. Mi corazón latió más fuerte que nunca. Para mi fue una inmensa sorpresa. Jamás creí que la volvería a ver. Mi vida cambió después de firmar el contrato con aquel productor. La banda surgió y en esos tres años debido a las giras y las presentaciones perdí total comunicación con todos.

Adrián, stef y Miguel ya no nos hablamos como antes. Ellos hicieron su vida, formaron una familia y viven fuera del país. Menos stef ella sigue viviendo en Barcelona y finalmente le dio el si a Spencer después de años.

Candela ha estado conmigo desde siempre. Cumplió su sueño de ser actriz. Comenzó haciendo papeles pequeños pero este año el director de una serie le dio la oportunidad de protagonizar y lo esta haciendo muy bien.

Eduard logró lo que tanto soñaba abrir su propio restaurante y mis padres lo que tanto deseaban — separarme de Janet — mis abuelos me aconsejaron mucho cuando perdí la comunicación con ella. Me dijeron que no forzara la cosas y que viera que todos habíamos crecido y que cada quien estaba tomando el rumbo de su vida. Que cada quien se estaba concentrado en su futuro y era normal que estás cosas ocurrieran que tuviera paciencia, que el momento de nosotros llegará.

A Susan la borré por completo de mis sentimientos. Mi corazón no dio ni un latido mas por ella desde la última vez. La sensación que experimenté fue de paz y alivio. Me liberé de las pequeñas cadenas que aún me tenia atado a ella.

Fue tan liberador que sonreí de felicidad. Ahora cuando la vea podré estar tranquilo, no me afectará como antes lo hacía.

Las terapias me fueron de muchísima ayuda. Me libré de una carga emocional que tenia acumulada desde hace mucho tiempo y que yo no tenía idea. Las pesadillas desaparecieron. La relación con Eduard ha sido de lo mejor y dejé el cigarrillo por completo.

Joder.

Jamás creí que tuviera tantas cargas encima.

Tenía muchas intenciones de ver a Janeth. Aprovechando la invitación de este evento quería reencontrarme con ella. Sabia donde vivía y mi intención era darle una sorpresa.

Quería invitarla a salir, llevarla al lugar más lindo que hubiese en la ciudad. Quería saber que había hecho, como le había ido y que estaba haciendo en estos momentos. Habían miles de preguntas me pasaron la mente pero la que más hacia énfasis era saber si ya me olvidó.

Porque yo no lo he hecho, en todos estos años sigue muy presente en mi corazón y no ha pasado un día que no deje de pensar en ella.

Tenerla frente a mi me tiene con los nervios de punta. Me sudan las manos, el cosquilleo en mi estómago parece interminable y el corazón está que se quiere salir de mi pecho.

Lo que más me tiene anonadado es lo que lleva puesto. Un vestido. Jamás la había visto de esa manera y estoy que no me lo creo. Luce tan hermosa, es que de hecho, está mucho más desde la última vez que nos vimos. Se ve madura, segura y confiada.

La estuve observando desde el momento que la vi. Casi me da un infarto. Lastima que spencer y Samuel no están aquí para verla.

Es satisfactorio ver su rostro de nuevo. Sus ojos reflejan que no es la misma chiquilla tímida y asustada. Este cambio nos sirvió mucho y siento que estar alejados —sin saber uno de lo otro por estos tres años — fue lo mejor, creo que no hubiese sido tan impactante y tan emocionante nuestro encuentro.

La abuela tenia tanta razón. Quiero volver a Barcelona y darle un abrazo a los dos. Ellos lo sabían. Sabían que mi encuentro con Janet iba a ser increíble e impactante.

Es que estoy aquí frente a ella y todavía no me lo creo. Estoy flipando y necesito que alguien me pellizque para confirmar si esto es real o un maldito sueño.

La verdad que lo necesito tío, porque si es un puto sueño me voy cabrear muchísimo.

Volviendo a la realidad vi que ella se sorprendió con mi pregunta. Sé que fui muy directo pero es que joder muero por saber si hay alguien.

A lo mejor si. Es que ha pasado mucho tiempo y es normal que pase. Cual sea la respuesta — que creo que es positiva — la felicitaré y le diré que se lo merece y le daré mis buenos deseos.

Aunque eso signifique perderla.

—Perdona que haya sigo tan directo pero — ella se ríe y mis palabras quedan en el aire —. ¿Por qué te ríes?

—Es que es lo mismo que te iba a preguntar —dijo sin dudar, manteniendo su mirada sobre la mía. Solté una risita de sorpresa y me incliné un poco hacia adelante.

—Pensé que me dirías como me había ido —me hice el ofendido.

Colocó ambas manos sobre su cintura.

—Pues fíjate que yo pensé lo mismo.

—Bueno entonces te pregunto — seguí el juego. Me acerqué más y mis ojos se desviaron hacia sus labios sonrientes —. ¿Cómo te ha ido?

—A mi bien, ¿y a ti? — colocó una mano en mi mejilla, atrapé su muñeca entre mis dedos.

—Feliz de verte — dije besándole la palma y acortando la distancia entre los dos. Quería besarla pero antes quería saber si todavía me sigue queriendo o no.

—A mi también me hace feliz verte — me dice y me distraigo en el movimiento de sus labios. El deseo se hacia más fuerte, tengas mi pulsación a mil.

¡Solo debo saber lo maldita sea!

—Janet solo responde — le pido —. ¿Estas saliendo con alguien más? Porque yo después de que te fuiste no volví a querer a más nadie.

Me miró directo a los ojos, ella no se movía, no parpadeaba. Parecía en shock. Me tenia confundido.

¿Por qué se quedó callada?

Será que si...

Mis pelea mental fue interrumpida por la suave presión de sus labios. Mi cuerpo saltó por la sorpresa y mi corazón que no dejaba de palpitar a su lado, aceleró su ritmo cardíaco que se sentí que me cortaba el aire.

Joder.

Me paralicé y no estaba reaccionando, no estaba respondiendo, quería hacerlo pero no podía. Aunque estoy temblando hay una sonrisa en mis labios que no me había percatado que tenía.

Cuando por fin puedo conectar mi mente y mi cuerpo empiezo a dar señales de vida. Mis manos se mueven hacia sus mejillas y profundicé el beso. Sentí una sensación cálida en mi pecho y ya no sentía los latidos de mi corazón.

La llevé atraje hasta mi pecho. Para sentirla, para afirmar que todo esto es real y que no se trata un puto sueño.

Me besó y la besé con la misma fuerza y la misma intensidad como si fuera el fin del mundo. Había extrañado sus labios, su calor, su olor. Lo placentero que es estar rodeado por sus brazos. La sensación de paz y de emoción que emite estar dentro de ellos.

Los lindos recuerdos se reprodujeron en mi cabeza. Desde la primera vez que nos vimos hasta nuestro último beso. Todos y cada uno de esos momentos salieron a flote como si se tratara de una película.

Fue increíble, y deseo seguir teniendo más eventos así por el resto de mi vida.

Estoy listo para afrontarlo y no me importa si a mí familia le agrada o no. Es mi vida, es mi decisión y es lo que quiero.

—Ahora si dime cómo te fue —vaciló y nos soltamos a reír, ella se distrajo y tomé aire mientras su atención estaba puesta hacia la nada.

Sigo en shock, no podía dejar de mirarla, mordí mi dedo incide y en el momento que se giró la atraje por el cuello y volví a unir nuestros labios, mi dulce adición.

—Me siento listo —le digo con la reparación entre cortada acariciando sus muslos descubiertos. Ella estaba sobre mi regazo, sus brazos detrás de mi nuca, mirándome atentamente con una fina sonrisa.

Sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillaban más que las luces que nos rodean. Su cabello resaltaba cada facción y cada imperfección. Ella es increíble.

—Estoy listo para lo que nos depara el futuro.

Sentí su piel erizarse y sus orbes expandirse. Por un segundo creí que me diría lo contrario, ya que pude ver una pizca de terror en sus expresiones.

—También me siento lista — decretó y transpiré, la emoción, la sorpresa casi no me permitió hablar.

Tuve que respirar profundo para calmarme. Mi cabeza es un lío.

—¿Me quieres? —solté y maldije internamente, iba a reponer pero sus besos me interrumpieron.

—Jamás he dejado de hacerlo, Zequi, sigo queriéndote como siempre — cerré mis ojos al sentir sus caricias en mi cabello — ,¿y tu?

Vuelvo a la lucidez enfocando mi mirada en la silla.

—Cada latido de mi corazón todavía te pertenece —acaricié su mejilla con el dorso de mi mano — y eso nadie lo podrá cambiar.

Me dio un abrazo corto y beso pequeño en la nariz.

—Tus padres, ¿cambiaron de pensamiento?

—Eso no tiene remedio Jul, es caso perdido —dice un tanto decepcionado, me hubiese gustado —. Pero eso no me importa. Que digan lo que quieran ellos ya no pueden separarnos. Tendrán que aceptarlo les guste o no. Tú eres lo que más quiero y no pienso perderte, no otra vez.

Me llevó a sus labios y me dio un beso profundo.

—Tampoco pienso perderte —dice con firmeza rozando mis labios y nos abrazamos — . Jamás me alejaré de ti y no me importa si no me aceptan, no hace falta, no necesito la aprobación de alguien para ser feliz.

—Por supuesto que no — acaricié su cabello y le di unas sonrisa cuando se incorporó, mientras la detallaba una idea se me cruzó por la cabeza — ¿Estas trabajando? ¿Qué estás haciendo?

—Estoy buscando trabajo en mi profesión y no ha sido sencillo, pero no pierdo la fe —sonreí, ladeó la cabeza — . ¿Por qué? ¿Qué tienes en mente?

—Ven conmigo — dije directo, sus ojos vibraron — .Haré mi primer tour internacional y sería grandioso que me acompañaras.

—Si, quiero —sacudí la cabeza ante su respuesta, creí que iba a dudarlo — , si quiero irme contigo.

—¿De verdad?

—El doblaje latino es mejor que el español.

Reí con la cabeza hacia atrás.

—¿Cantarías conmigo?

—Por supuesto —sonreí entusiasmado y la atraje hacia mis labios.

—Hay que ir por tus cosas —le digo, titubeando de la emoción —. Me voy mañana.

—¿Mañana?

—Si —dije no podía borrar mi sonrisa —. Pasado mañana me presento.

—¿Y los chicos?

—Ellos deben estar en el Hotel —sonrió emocionada.

—De acuerdo —se bajó de mi regazo y mis ojos se desviaron hacia sus preciosas piernas. Su mano buscó la mía y me sacó del trance —. ¿Listo para irnos?

—Si, muy listo, Jul — dije firmé — ¿Qué haces?

—Le estoy avisando a Gina que me voy y que no podré asistir a la marcha de mañana.

—¿Marcha? —giré la cabeza perdido —. ¿De qué?

—Contra el racismo y la xenofobia — Subí las cejas sorprendido — . Gina le contó mi historia a una amiga, su nombre es Julieta y ella es quien está organizando esto de la marcha.

—Ah —no supe que decir al darme cuenta que tenía planes.

¡Joder!

—No te preocupes —apretó mi mano — . Ella entenderá. Lo que podemos hacer es apoyar así sea de lejos. Mandamos hacer camisas y tal vez las podamos usar durante tu gira.

Me sentí aliviado y la besé en la mejilla.

—La usaría con mucho orgullo — sonrió enternecida y me abrazó — esta mierda de la xenofobia y el racismo debe acabarse — besé su cabello rizado y cerré mis ojos al recordar los malos tratos que sufrió mi chica.

La vergüenza, la frustración y la impotencia me invaden el cuerpo.

¿Cómo puede haber gente así?

Me da mucha rabia porque durante estos años he sido testigo del maltrato, del repudio de la gente, la mentalidad retrograda que aún existe. Cada vez que presenciaba un suceso, me acordaba de ella y lo que ha tocado vivir.

Ella no lo merece y por eso lo voy a apoyar. Por mi chica y todos aquellos que tan sido maltratado.

—¿Nos vamos? —ella asintió.

—¡Si, vamos ya!

Sonreí ante su alegría y saqué el carro donde me había estacionado. Entrelacé su mano con la mía y le di un largo beso en el dorso.

—¿Te casarías conmigo? — solté de repente y escuché un jadeo que no pude resistir darle un vistazo —. ¿Dije algo malo?

—Acabas de pedirme matrimonio — su voz tembló al repetirlo.

Sonreí divertido.

—¿Y qué pasa que te lo haya dicho?

—Es que no imaginé que me lo dijeras tan pronto —la miré unos segundos.

—Tarde o temprano te lo iba a proponer ¿no?

—Si-si bueno pero.

—¿Aceptas o no?

Suelta una risita nerviosa.

—¿A dónde será la luna de miel?

—Pero si ni siquiera...

—¿Cuántos hijos? — Bufó —. A mí me gustarían tres. Ya les tengo nombre.

—Zequi déjame...

—¿Quieres una ceremonia pequeña o por todo lo alto? —me pegó en el hombro, iba decir algo pero la interrumpí —. ¿Para que esperar tanto jul? Te amo, me amas. Estuvimos separados para sanar. Lo hicimos. Estamos listos para intentarlo de nuevo y creo que estamos mas que listos para casarnos. Formar nuestra familia.

—¿Pe-pero ya?

Subí y bajé los hombros.

—No veo ningún problema.

—¿Y si nos esperamos unos meses? — sugirió — .Tal vez unos cinco meses.

—¿Cinco meses?

—Démosle unos meses a esta nueva etapa de nuestra relación y después si planeamos la boda, los hijos y todo lo que quieras — se apoyó en mi hombro —. Quiero conocer a este Zequi, ¿te parece? Y se que tú también quieres conocer está nueva Juliet o ¿no?

Sonreí.

—De seguro que si.

—¿Entonces?

—Un año como máximo —lo pensé mejor —. ¿te gusta así?

—Si.

—La fecha puede ser esta — sugiero — veinte tres de mayo. Tributo a nuestro encuentro, ¿te parece?

—Me parece perfecto —aceptó recibí un dulce beso y sentí el peso de su cabeza en mi hombro — te amo Zequi.

Mi corazón dio un salto de felicidad.

—También July.


Hola!

Si llegaste hasta aquí.
Déjame decirte
💖Graciaaass 💖
Gracias por leer
Esta historia y los comentarios
Los amé mucho.

Hasta aquí llega nuestra historia entre Ezequiel y Janette.

No habrá segunda parte corazones.

Quizás haga unos extras.

Otra vez muchas gracias
Y nos vemos
¡Pronto!


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