Capítulo 40
Janeet
La idea de viajar a otro estado no estuvo en mis planes. En realidad muchas cosas nunca lo estuvieron. La idea que tuve desde un principio resultó todo lo contrario y me siento afortunada, demasiado bendecida porque encontré lo que nunca busqué y eso es algo, maravilloso.
Porque a los chicos no los esperaba y hacerme novia de un chico tampoco. Por mi actitud, mi forma de ser creí que me quedaría sola por el resto de mi vida - ya que a la mayoría de los chicos le gustan las mujeres sociales - y no las chicas más hogareñas.
Mi abuela me decía que algún día encontraría esa persona que amaría las chicas como yo. No lo creía por tantos ejemplos a mi alrededor hasta que un chico llamado ezequiel, el chico de los sueteres, el chico más engreído pero el más dulce que haya conocido apareció en mi camino para demostrarme lo contrario.
Es muy lindo lo que estoy viviendo. Jamás había tenido la experiencia que un hombre se interesara por mi, ese que te me mira fijamente con brillo en los ojos, que se le nota la felicidad al verte. Que te besa con todas las fuerzas de sus sentimientos y te hace sentir deseada cuando se está en la intimidad, que te susurra lo hermosa que eres sin importar los miles de defectos que tengas. Que se preocupe por ti y te ayude cuando estás en momentos de desesperación, que te entienda y te de su apoyo incondicional.
Jamás había vivido algo así y es hermoso, no puedo explicar cómo se siente realmente pero puedo decir que... inverosímil.
—¿Estamos todos listos? —preguntó Zequi mirando a todos —. ¿Edu tienes todo?
—Si, por supuesto —dice seguro y el chico de los suéteres lo miró con los ojos entrecerrados —. Vámonos ya.
Zequi lo miró cuando se dirigía a la puerta con los brazos cruzados como esperando algo.
—¡Joder! ¡mi pasaporte! —exclamó Edu y Zequi rodó los ojos. Reí viendo su expresión y me acerqué hasta quedar pecho con pecho.
Su cabeza estaba inclinada hacia atrás sobre el marco de la puerta y la bajó para sonreírme.
—¿Emocionada pichón? — preguntó burlón enredando mis rizos entre sus dedos.
—Tengo un diario que se muere por las siguientes aventuras —dije como respuesta —. ¡Iré a Madrid! — exclamé bajito cargada de emoción.
—¿Incrédula?
—Muchísimo -mis ojos se cristalizaron — No sé que decir. Esto un poco irreal ¿sabes?— digo extrañada y al mismo tiempo emotiva, asustada.
—Todo ha sido tan lindo que temo que un día se dañe —mencionó pensativo.
—¿Por qué piensas que se va a dañar?
—Siempre que me pasa algo bueno, dura muy poco.
—¿Lo dices por el viaje?
Se quedó callado.
—Zequi...
—Existe mucha más posibilidades que tú me dejes a mi que yo a ti— lo negué en el acto, mi corazón se sintió abatido— . Me romperás el corazón antes que yo rompa el tuyo.
—¡Por supuesto que no! —refuté indignada, me sonrió con amargura —. ¿Por quién me tomas?
—Somos ajenos al futuro Jul.
—¡Deja de hablar así! —protesté — .¡Yo nunca te traicionaría!
—Tomaremos caminos diferentes —me dice — . Conocerás otras personas. Es posible que te enamores...
—¿Y tú, no?
—Sabes que no —entre abrí la boca incrédula— .yo soy el tipo de imbécil que cuando quiere una persona se queda a su lado. En cambio a mí me dejan.
—Zequi, eres el primer chico que quiero de esta manera.
—Pero no soy suficiente.
—Para mi si lo eres.
—Eso dices al principio y cuando estés allá te darás cuenta que no lo soy.
—Estas loco.
—Es la realidad — negué —. Mi jodida realidad.
—Estas demente —repetí.
—Sé de lo que te hablo jul — intentó acariciar mi mejilla y me alejé de un arrebato —. Ya pasé por algo así.
—¿Qué insinúas?
Tragó despacio mirándome fijamente y la capté enseguida.
—¡Eres el colmo Ezequiel! -lo empujé con rabia contra la pared —. ¡Pensé que me conocías!
—Claro que lo hago.
—No, lo lo haces —me arranqué una lágrima —. Si me tuvieras confianza saldrías con eso.
—Confió en ti.
—No lo haces.
—Si confío en ti.
—¡No!
—¡Si! —gruñó y su mirada bajó hacia mis pies cuando ví un paso hacia —. Solo tengo miedo.
—Es igual Ezequiel, me tienes desconfianza.
—¡No!—frotó su cabello y su rostro con frustración.
—Listo, ¿nos vamos? —apareció Edu en medio de los dos con una sonrisa inocente —. ¿Y esas caras? ¿Qué pasó? — dice al percatarse.
—Que les haya bonito en Madrid.
Los ojos de ambos se abrieron en par.
—¡¿Qué?! —soltaron los dos.
—Se me quitaron las ganas - Eduard arrugó el entre cejo ante mi voz quebrada —. Vayan y disfruten.
Giré sobre mis talones viendo por última vez las cara de confusión de ambos y me encerré en la habitación de Zequi.
Había escuchado sus pasos detrás de mi y no demoraron para aporrear la puerta.
—Jul— no contesté y me hice bolita en la cama, hubo un prolongado silencio — .Moana.
—Cuñadita.
—Jul por favor, no seas inmadura.
Negué soltando un resoplido.
—¿Qué pasó? —preguntó Edu perdido —. ¿Por qué esta decisión de la nada? —hice un mohín y me quedé en silencio abrazada a la almohada del chico de los suertes.
Miré por encima del hombro hasta que no escuché más sus voces. La puerta principal que tiene un ruidito particular se abrió y se cerró. Aguardé en la cama hasta que sentí que dejaron el apartamento. Antes de salir, me aseguré que el carro no estuviera abajo.
Cuando veo que no está, las lágrimas descienden por mis ojos y me regresé a la cama. Me sentía tan dolida. No podía creer que Ezequiel fue capaz de dudar de mi después de todo lo que hemos vivido.
Juré que me conocía.
Compararme con su novia me afectó. Entiendo por lo que pasó. Pero eso no quiere decir que todas somos así de miserable como lo fue ella con él.
En una parte tiene razón. Las cosas pueden cambiar. Pero yo me siento segura de lo que siento. De mis sentimientos hacia él — Si eso llega a pasar que de verdad lo dudo — no estaría con mentiras y menos con inventos. Le sería clara. Cómo lo he sido desde que lo conocí.
Es que yo me siento tan segura de lo que siento por él, que lo dudo. Dudo enamorarme otro chico de los suéteres.
Media hora después de estar tendida en la cama decido salir de la habitación. El apartamento se encontraba solo y me sentí muy sola. Caminé hasta la cocina, tomé agua y después me dirigí al balcón a regar sus plantas. Las limpié, le quité las secas y con las Flores hizo un ramo pequeño.
Me reuní en la sala junto a calceto. Mi teléfono no ha dejado de sonar en todo el día. Me siento tan deprimida que no me dan ganas de responder a nadie.
Me preparé para salir. Me comuniqué con la abuela Emma para estar con ella y pasar estos días en los que voy a estar sola.
Stef me interceptó en lo que iba saliendo del edificio. Estaba molesta porque no le había respondido los mensajes. Le expliqué lo que había sucedido con Zequi y me comprendió. Me dio curiosidad saber por qué no había ido con ellos a Madrid y en lo que ella me dijo que no tenía sentido si yo no estaba.
Eso me hizo sentir especial.
Fuimos a la casa de Emma y antes de invitarla le pregunté a la linda abuela si ella podía ir.
Ella aceptó con gusto y nos recibió de una forma tan especial. Me recordó mucho a mi abuela. Me sentí como en casa. Estos dos días que he venido a su casa me he sentido como en mi país.
Estaba en el sofá de la sala del apartamento cuando una llamada ingresó al teléfono local. Me extrañó porque el tiempo que llevo aquí jamás lo había escuchado sonar.
Me acerqué con incertidumbre y me atreví a contestar. Creí que era un vecino o amigo pero cuando escuché su voz, casi me derrito.
—Moana.
Aclaré mi garganta. Rasqué mi nuca y mordí mi mejilla interna.
Solo han pasado dos días desde que me enojé con él y es increíble que en tan poco tiempo me haya hecho tanta falta escuchar su voz.
—Ezequiel — no pude evitar asomar una sonrisa y emocionarme.
—¿Sigues molesta conmigo? — cambié de un pie al otro mirando hacia el balcón — Jul, jamás quise compararte. Soy un idiota. Me dejé llevar por el miedo. Discúlpame. En qué momento se que me ocurrió decirle esa estupidez — exhaló arrepentido.
—¿Cómo va tu película?
—Muy jodido sin ti — me ruboricé —. Es un asco Jul.
—¿La película o tu? — vacilé.
—Jodidamente todo — confesó frustrado —. Solo tengo dos putas líneas y no las he podido decir bien. El director no deja de gritar con su voz de mierda; ¡Corte tío, corte!
—Eres mal actor, reconócelo —bromee.
—El que es malo es él que no sabe dirigir— negué.
—¿A poco tu si?
—Deja que reciba una clases para que veíais — negué, nos quedamos en silencio. Mi corazón no dejaba de saltar de emoción y lo único que pensaba era la alegría que siento en este momento —. Estoy desconcentrado. Sigo mal por haberte tratado así. Me duele saber que te lastimé y...
—Ya deja de sufrir —digo suprimiendo una sonrisa —. Todo está bien.
Se quedó callado.
—¿Muggle?
Reí.
—¿En serio me perdonas? —sonaba emocionado.
—Si, Muggle.
Carcajeó alegre.
—¿Qué has hecho en mi ausencia? —preguntó sonriente —. ¿Has pensado en mi?
—He ido...
—¿Me has extrañado? — rodé los ojos — .¿Lo has hecho?
—Si, pesado, te extrañado y pensado.
—Lo sabía — dijo campante —. También te he extrañado y pensado mucho.
Sonreí con ternura.
Suspiró.
—Es algo jodido — me confesó en susurro — .Prefiero la música mil veces. Pero bueno es el precio para llegar ser alguien ¿no?
—Ya eres alguien Zequi.
—Todavía soy nadie.
—Claro que no — le digo.
—Casi nadie me conoce, por eso soy nadie.
—Que no seas reconocido no significa que eres nadie —carcajeó —. Eres el chico de los suertes y eso ser alguien, al menos para mi.
—Ser tu novio me hace sentir que soy alguien —sonreí ruborizada.
—He ido a la casa de tu abuela —le comenté después de no poder hablar después de eso.
—¿Si? —sonó muy impresionado.
—Que no sé tanto la sorpresa — se rió malicioso.
—¿Y que hicieron? — sonó cómodo, como si hubiese acostado sobre algo.
—¿En dónde estás?
—En mi camerino que está increíble — dice presumido — . Le voy a tomar fotos y te las voy a enseñar.
—Bueno.
—Te extraño —me dijo y sonreí con el corazón emocionado. Es increíble lo que me hace sentir —Va ser jodido cuando te vayas —mi pecho se hundió —. Solo han sido dos putos días y te extraño como si hubiese pasado una eternidad.
Una lágrima corrió por mi mejilla.
—Los días sin ti van a ser muy jodidos.
—Eso se puede cambiar — le digo, reprimiendo un sollozo. Protestó en susurro —. Aquí puedo conseguir...
—Es más difícil Jul — chasquee los dientes —. Allá tienes el cupo asegurado.
Hice una mueca al recordar y puedo escuchar al fondo como alguien lo llamó.
—Tengo que colgar moana — anunció con un gruñido —. Tengo que grabar mis dos líneas.
Suspiré.
—De acuerdo.
—Te veré pronto —asentí con una sonrisa alegre — . Hasta pronto mi Moana.
—Hasta pronto mi muggle.
Colgué el teléfono y miré a calceto. Con sonrisa lo levante del suelo. Detallé sus ojos brillosos, él lamió mi nariz cuando me acerqué. Lo lleve hasta el sillón y lo dejé en mis piernas, miré hacia el balcón y me perdí en mis pensamientos.
Ezequiel..
Íbamos de regreso a Barcelona. Honestamente soy otro. No solo lo vi yo, también los idiotas que tengo como amigos y mi hermano Edu, no la estaba pasando nada bien, luego de haber discutido con July el viaje fue una mierda y cuando llegamos al set de grabación ocurrió lo mimos.
El puto director no debajo de gritarme con su puto megáfono de mierda; Corte, tío, Corteee. Por un segundo estuve a nada de lanzarme contra él y noquearlo para que callara su chillona voz, juro que estaba que lo mataba y los chicos me pedían que me calmara pero nada podía hacerlo.
Estaba mal, y no solo en las dos putas líneas que no podía decir si no también internamente. Haber comparado a Jul con Susan fue la estupidez mas grande que pude hacer en toda mi existencia. Quise llamarla pero sabia que molesta ella no me iba a contestar, la conozco y se que cuando esta en ese modo no habla con nadie. Spencer que aconsejó que la dejara tranquila hasta que la tensión bajara, como sabia que no iba a responder a su móvil decidí llamarla al local de la casa.
La mejor decisión.
Hablamos y nos contentamos nuevamente. Fue realmente un alivio. Me quitó un gran peso de encima. Logré hacer la escena, el director de voz chillona me felicitó, nos dio las gracias y nos repitió para que asistiéramos a la premier.
La película se llama un año diferente y lo que entendí, es que el ultimo curso escolar quería hacer algo diferente. Un grupo de colegiales quería que ese fin de año fuera recordado por su grupo y por la escuela. Dos chicas son fan nuestras, amaban nuestra música y como cantábamos pero casi nadie quería porque no eremos reconocidos. Sin embargo ellas se empeñaron en convencer a todos pero muy pocos lo lograron. A pesar de todo se colocaron en contactarnos, ofreciéndonos una buena suma de dinero para que tocáramos en la fiesta que tenían organizada.
Y entre ellos reunieron el dinero pero resultó menos de lo ofrecido. Aun asi la banda lo aceptó y asistimos. Dejando a todos atónitos y otros disgustados porque ellos esperaban un Imagine Dragons. El final no me gustó, ostias que fue incomodo y espero que Jul no se moleste si la ve, aunque no lo creo por selectiva que es. Al final las tres chicas que nos contactaron, se arman de valor y nos besan...en los labios, me tocó besar varias veces la actriz porque no se me notaba felicidad y nada.
Tuve que imaginar a jul, imaginar sus ojos, sus labios, su nariz, su cabello y su piel tan hermosa como lo es. La escena pudo salir y según los rumores del set la química entre nosotros fue indiscutible.
Cosa que no es cierto, la chica es un grano en el culo, no dejaba de coquetear y presumir no se que mierdas.
Me despedí de los chicos en el aeropuerto. Jul debe estar trabajando así que me dirigí hasta allá, Edu siguió hasta el apartamento en Taxi. Me dijo que la señora Edurne quería que le cuidara a Fernandito. Vi la alegría en sus ojos cuando me leyó la cantidad que le iba a pagar, porque gracias a él, su hijo le esta yendo bien en la escuela.
Me comentó que le falta poco para reunir las pastas y lo he estado considerando. Ya se lo había mencionado una vez y se negó. Pero no le voy a decir nada, le voy a preguntar cuanto cuesta el curso de cocina y se lo voy a pagar. Si yo estoy cumpliendo mis sueños, él también merece cumplir el suyo.
Bajé del coche retocando mi cabello, cerré la puerta detrás de mi y camino determinación hacia el trabajo donde trabaja mi chica. Ingrese empujando la puerta, el lugar estaba lleno. Sus compañeros caminaban de un lado a otro atendiendo a la clientela. Por suerte la mesa que le corresponde jul había un puesto vacío.
La divisé atendiendo un cliente. Antes de hacerme notar le di un vistazo alrededor. El estúpido de Mike no volvió a aparecerse y eso me llena de alivio. Supongo que se cansó de insistir y espero que no regrese mas porque si lo hace, no me tomara nada dejarle una advertencia.
Esperé escondido como aquella vez. Ella no se percataba de mi, me había visto pero no me reconocía. Estuve esperando como cinco minutos hasta que finalmente llegó a mi mesa.
—Comida pésima y mala atención al cliente —vacilé y levanté la cabeza.
Su pecho que había inflado para protestar se relajo en cuanto me vio. Sonreí como un angelito mientras era empujado y golpeado.
—¿Tienes un segundo?
—Mi descanso en es cinco minutos — me dice en secreto y asisto —. ¿quieres algo?
—¿Estas en el menú?
—No.
—No me apetece nada — le guiñé el ojo con coquetería —. Te espero aquí.
—Bueno —susurró, me dió un beso corto en la mejilla y se dispuso a trabajar.
Cinco minutos estábamos dándonos besos en el coche. Mis manos apretaban sus mejillas y la suya mi nuca.
Mientras la besaba lo estúpido que fui. Sé que Susan me dejó marcado. Sé que no es mi culpa pero no debo arrastrar mis miedos e inseguridades con Jul, ni menos hacer comparaciones o que me va a traicionar.
Joder.
Ella no es así ni lo será. Se ha demostrado tal como es desde que la conocí.
—¿Hoy vas a visitar a mi abuela?
Asintió con sus manos sosteniendo mi rostro. Mi corazón se aceleró cuando unió nuestros labios de forma suave.
—Me gusta hablar con ella — me dice — Sabe muchas cosas.
—¿Y dónde crees que saqué está inteligencia? — enarqué las cejas.
—Ya llegó don egocéntrico.
Carcajee.
—¿Cómo les fue? —eché su cabello hacia atrás y jugué con la cadenita que regalaron en su cumpleaños.
—Muy bien — contesté mientras recordaba última escena.
—No parece— dice entre risas al ver mi cara de disgusto.
—Es que... — resoplé —. Me tocó besar a una de las actrices.
Dejó de jugar con mi cabello para mirarme.
—¿Qué? — tragué despacio — ¿besaste a una chica?
—Fue parte de la actuación — me precipité —. Te juro que no quería pero segun en la película ellos habían hecho click y mágicamente se enamoraron.
—Como en los libros de Stef.
Rodé los ojos.
—Mas o menos así —la miré atentamente, elevando una ceja —... ¿Y no dirás nada?
—¿Qué voy a decir?
—Besé una chica.
—Aja.
Frunció las cejas.
—Fue actuación ¿no? — asentí varias veces. Subió y bajó los hombros con normalidad — . Es parte de tu trabajo.
Rasqué mi cabeza con disgustado.
—Trabajo difícil — confesé — más cuando tienes que fingir que le gustas.
—¿Y como hiciste para que saliera la escena?
Sonreí y prensé su mentón con mis dedos.
—Pensar en ti.
Se ruborizo y sus mejillas se hundieron al sonreír.
—¡Oops!— exclamó después de darnos un largo beso —. Mira la hora que es. Tengo que irme o Tamara me despide.
—¿Y qué pasa si te despide? — pregunté curioso —. Si lo hace no hay de que preocuparse.
—Es la costumbre — comentó.
—Eres desastre Jul — se sonrió — pero es mi hermoso desastre.
—Y tu el mío — me da un beso corto en los labios — .Confía en mí ¿si?
Asentí y me incliné para darle un beso en la mejilla. Ella se bajó de mi regazo y de mi regazo, cerró la puerta, bueno la tiró pero no dije nada. Ya me acostumbré que me la aviente del otro lado.
Nos dimos otro beso y arranqué en mi coche después de verla ingresar a la cafetería.
Llegué al apartamento y me encontré con edu en la sala con el niño de la otra vez. Los saludé a los dos y pasé de largo hasta la habitación. Dejé las maletas cerca de la cama y me tumbé sobre ella soltando un largo suspiro.
***
No sé cuántas horas dormí pero se hizo de noche. Escuchaba risas al fondo y la que más se destacaba era la de Jul. Me metí al baño a lavarme la cara y cuando salí todos estaban reunidos en la sala jugando con mi consola.
Me senté en medio de ella y Spencer quien le tenía la mano encima del hombro. Él protestó y para que no se enojara le di un beso en la mejilla. Jul rio a mi lado pero resulté regañado por ella, ya que no pedí permiso.
Me levanté, pedí permiso y me volvió a sentar en medio de los dos.
La sala olía a pizza y estómago rugió. Pregunté quién la había pedido y Edu levantó la mano. La miré, mordiendo mi labio inferior. Últimamente he comido comida mala y casi no he hecho ejercicios para quemar la grasa que le entra a mi cuerpo.
—Come Zequi —me dice Edu al verme dudar y me acercó un trozo.
—He comido mucha porquería estos días y no he hecho nada de ejercicios.
—¡Oye! — refutó Jul a mi lado —. ¡Mi comida no es porquería!
Abrí los ojos y me giré hacia ella. Le di un beso provocando que Spencer y Edu que quejaran en el acto.
—Me refería a la comida chatarra — acaricié su nariz con la mía y le di un beso corto a sus labios.
—Zequi no estás con papá — dice Edu —. Come tranquilo, sin miedo.
Me giré hacia él.
—Ya no estás en el boxeo —me acercó el trozo de pizza, tentándome.
—Mmmh.
—Come tranquilo tío — dice Spencer animándome.
—¿Quieres que te haga algo aparte? — sugirió jul a mi lado — una arepita asada.
Sonreí apreciado y me detuve a darle un beso cuando escuché que dos exclaman con ternura.
Spencer y Eduard hacia corazones palpitando con las manos.
—Si me van a tratar así, creo que quiero tener novia —comentó Eduard —. ¿Dónde puedo encontrar una así?
—A mi también me dan ganas de tener novia — le siguió spencer.
Rodé los ojos.
—Pizza estoy bien — le susurré cerca de sus labios acariciando su mejilla —. Mañana las hacemos juntos.
Asintió y se acunó en mi pecho para abrazarme.
Los otros seguían haciendo corazones.
Les saqué el dedo del corazón a los dos y me dediqué a ignorar sus comentarios tontos.
Terminamos en llanto después de ver coco. Todo el mundo había hablado de ella cuando se estrenó en su momento y creí que exageraban. Muchos comentaban que hacia llorar y la verdad no creí que era existiese algo más triste que la muerte mufasa.
Pero si...
Coco me hizo llorar y Jul se vio más afectada que todos nosotros. La abuela coco le recordó a la suya y los tres estuvimos consolándola hasta que se sintiera mejor.
La acomodé en mi pecho cuando nos acostamos. Ella todavía seguía callada. Mi mano acariciaba su cabello y la suya jugaba con mis pulseritas. Los segundos pasaban y seguíamos igual. En silencio. Mis ojos estaba cerrados pero atentos ante cualquier cosa.
Cuando me atreví hablar escuché que roncó. Miré hacia abajo y vi que su mano se descolgó de mi muñeca.
Suspiré con una sonrisa.
Le di un beso en su cabello esponjoso y llevé su mano a mi pecho.
Janet...
Miguel junto a Samuel quería celebrar como lo hicieron Manuel y Adrián, juntos. Y en el lugar donde los vi la primera vez. Ya que los chicos lo consideran bastante simbólico. Habían botellas de cervezas en la mesa y el ambiente era tan vivaz que todo el mundo giraba sus cuellos hacia nosotros con curiosidad. Zequi tenia su brazo alrededor de mis hombros y mi cabeza recostada sobre su hombro.
Hablábamos de cosas triviales, chistes malos y anécdotas de la vida. También de sueños y todos estábamos llenos de ellos. Eduard dijo que quería ser chef y tener un gran restaurante aquí en Barcelona pero que le encantaría expandirlo por todo el mundo. Stef desea maquillar a modelos y actores. Adrián y Miguel viajar por el mundo, Spencer y Samuel y Zequi lo que ya sabemos, ser una banda famosa y por ultimo quedo yo.
Mis grandes sueño es convertirme en pedagoga, tener mi propia casa con jardín lleno flores, mi propio coche y traer a mi papá conmigo. Porque no creo que mi mamá quiera respirar el mismo aire que el mío al igual que mis hermanos.
Adrián estaba contando un anécdota muy gracioso cuando de la nada apareció Susan. Todo el grupo quedó en silencio y giraron sus cuellos hacia ella en el momento que se acercó a la mesa. Ella usaba un hermoso suéter rojo y su cabello dorado caía por los lados dándole una linda simetría. Tenia un maquillaje en el que resaltaba muy bien sus rasgos en especial sus ojos claros.
—Hola —saludó pero nadie le contestó, ella sonrió forzada y miró a Zequi quien lo sentí tenso a mi lado.
—Enseguida vuelvo —indicó poniéndose de pie y se marchó con ella hasta desaparecer de nuestras vistas.
Me quedé mirando a los chicos. Todos nos quedamos como silencio. Stef me miraba al igual que Spencer. No sabia que decir o que pensar. Una vez mas Susan aparece y zequi desaparece con ella.
Hubo un silencio incomodo, juro que quería irme y no lo pensé mucho. Es la tercera vez que zequi se va con ella y seguramente no vendrá rápido. Pagamos la cuenta y dimos una caminata antes de volver al apartamento donde se suponía que terminaríamos la celebración de los chicos.
Lo esperamos, todos le enviamos mensajes y no contestó a ninguno. Al final cantamos el cumpleaños sin él. Traté que no me afectara pero fue inevitable, me sentía de mil maneras menos feliz.
¿Otra vez?
Pasamos el resto de la noche bebiendo. Tambien quise tomar. Quería olvidar este trago amargo y desaparecer de mi mente lo que creo que estoy imaginando.
No sé cuánto estuvimos celebrando hasta que decidimos ir a dormir. Cada quien se acomodó como pudo y yo me fui a dormir a la habitación de Zequi. Me quité la ropa, me coloqué mi pijama compuesta, fui al baño y me metí debajo de las sábanas.
Tenía el teléfono en la mano. Mirando el chat de nuestra última conversación. Él tenía una imagen de suya y mía como perfil. La contemplé mientras una lágrima bajaba por mi mejilla.
Le dejé un mensaje, dónde lo decía si estaba bien pero no respondió. Asumí con impotencia no lo iba hacer jamás. Por tercera vez él se va con ella y no dice nada. Estoy llorando aunque no quiera hacerlo. Las lágrimas se me salen y es inevitable no sentirse mal y pensar que Rosmery comienza a tener razón.
Me levanté antes de la hora y lo hice en silencio. Ezequiel amaneció en la cama. No sé a qué horas llegó, no lo sentí y verlo incrementa mi rabia.
Agarré mi toalla me metí al baño y cerré la mampara. Me estaba quitando el champú del cabello cuando cinco minutos más escuché que entró al baño.
—Me estoy bañando —digo sería y la rodó la mampara.
—Jul.
Tomé la toalla envolvi mi cuerpo y salí a tropezones de la ducha. Por suerte ya había terminado de bañarme.
—Moana — ni lo miré a la cara cuando le pasé por el frente. Estaba tan furiosa que me daba coraje escucharlo.
Pasé a la habitación, me dirigí al armario y saqué de allí mi uniforme. Su cuerpo estaba detrás de mi e intentó tocarme pero me alejé antes de tiempo.
Me vestí como una flecha. Él intentó detenerme y lo hace en medio de la sala dónde están todos durmiendo.
—¿Por qué te vas tan temprano?
—No quiero verte.
—Jul déjame explicarte...
—No —dije firme — .Es la tercera vez que sales corriendo detrás de ella. Ya se lo que pasó. No hace falta que me lo digas.
—No paso nada.
—¿En tanto tiempo no pasó nada Ezequiel? — sonreí con ironía y me safé de su agarre —. Si vas a desaparecer cada vez que ella aparece. Es mejor no continuar y no me sigas haciendo esto. Estoy pensando a creer que todavía amas a esa mujer más de lo que crees y la verdad quisiera no hacerlo —me acerqué a la puerta y la abrí.
—Dejame explicar...
—No Ezequiel —sus ojos vibraron —. Quiero estar sola, después hablamos. No quiero explotar y que terminemos mal. Quiero calmarme primero. Hablamos luego.
—Jul...
—Solo déjame sola —hago un ademán con mi mano y salí del edificio bajando por las escaleras de emergencia.
Llegué a la avenida, tomé un taxi y le di la dirección al chófer antes que lo preguntara.
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Otra vez Zequi :(
Gracias por leer corazones
Nos vemos pronto.
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