•10 | Un negro colosal.
«La lluvia otorga vida, pero por más que me moje en ella, no me concede el beneficio de querer existir »
La ciudad de Ottawa es maravillosamente hermosa, su estructura, la gente, la cultura, todo le otorgan un encanto que Kim Taehyung no supo apreciar cómo se debía, al ser este sitio un escape, una huida demasiada perfecta para su momento de desesperanza con respecto al amor no correspondido por aquel muchacho azabache de ojos demasiado brillantes que ha dejado atrás... O ha intentado desesperadamente.
No es que considere al país abiertamente su hogar, ya que cree que las personas que se ven en la obligación de buscar otros caminos diferentes por diversos motivos, siempre mantendrá a su país de nacimiento como su único hogar durante toda la vida; es solo que agrade haber escogido tan sabiamente su destino para cumplir una de sus mejores etapas.
El ser escritor, el ser amante de la vida, el conocer personas en cuerpo y alma, el relacionarse tan profundamente con la naturaleza, con su «Yo» que no había intentado nunca conocer, comprender. Justo en este momento se ha otorgado el plácido bienestar interno de vivir un día a la vez. No le permite a su mente volar demasiado lejos, ni demasiado cerca. Un término medio bastante decente para su tranquilidad.
Aunque no ha gozado de demasiada tranquilidad últimamente debido a la finalización de su último libro.
—Esto es mortificante—se queja—. ¿Por qué sigues en mis pensamientos tan insistentemente? ¿Jamás me dejarás en paz? Se supone que tenemos una promesa, en la otra vida, será—farfulla distraído, observando el río Ottawa que está justamente frente el lugar que ocupa inmediatamente.
Su mano derecha lleva hasta sus labios el vaso corto que contiene Whisky, saboreando la bebida alcohólica un segundo después sin demostrar ningún tipo de perturbación por los nervios que se van arremolinando en su interior.
Las luces de las construcciones del frente brillan a través de la parcial oscuridad que la naciente noche comienza a dejar, el silencio de la habitación es emprendido, la calefacción ayuda a que no siente ni un poco del frío que sabe azota las calles sin dar esperanza aquellas personas que odian abrigarse.
Su traje, no demasiado elegante, calza perfectamente en su cuerpo que sigue gozando de las proporciones normales desde que tiene consciencia. Sí, quizás la piel de su cadera esté un poco resentida por haber comido de más en alguna oportunidad hace tiempo atrás, pero justo ahora no queda más que líneas blanquecinas que son parte de su historia por el mundo. Su cabello castaño liso, sin verdadero encanto, está fijo a los lados dejando al descubierto su frente, su rostro limpio, terso, quizás con algunos signos de estrés hacia los lados de sus ojos, pero con aquella belleza que deja sin aliento a demasiadas personas.
Un elegante hombre que vive por las letras, que enseña lo diverso, profundo de su interior incomprendido a través de escritos que no pueden satisfacer a todos, pero que intenta dar aliento a algunos.
Ese es Kim Taehyung actualmente, un escritor que apenas está rozando la grandeza.
—Sr. Kim—la voz firme de una mujer cercana a sus treinta primaveras, lo saca de sus pensamientos rápidamente. Taehyung gira con cuidado hacia el marco de la puerta abierta, notando cuando la rubia ingresa—. Las personas del medio ya están inquietas por su aparición, lo más sensato sería que acudiera a la sala en la brevedad posible.
—Marlye, hoy te ves verdaderamente hermosa—halaga la ropa elegante que su editora viste—. Creo que a ambos nos hace bien vestir algo más que harapos algunas veces, ¿No crees?—enseña su propio traje, con una sonrisa divertida.
La mujer no cree que Taehyung hable tan en serio, ya que solo viste una falda de tubo color negro con un jersey tono crema. Quizás su cabello rubio si posea gran cambio, debido a que está recogido en un moño que deja escapar un par de mechones al descuido sobre su joven rostro sonrojado, mucho de lo que estaba dispuesta hacer en un principio. La verdad es que odia peinarse.
—Mi hermana me ha obligado a utilizar esto, y debo decir que estuve a nada de rodar por el suelo hace no demasiado tiempo. Los tacones son cosa del diablo—asegura en medio de negaciones—. Sin embargo, muchas gracias por apreciar mi esfuerzo sobrehumano por verme así. Tú también estás bastante elegante.
—Hoy es un día especial, lo sabes—recuerda él, volviendo su vista a la ciudad. Quiere grabar en su memoria ese hermoso panorama que de manera ilógica, le recuerda a la brillante sonrisa de Jungkook—. Marlye, ¿Pudiste hacer lo que te pedí? Realmente es de suma importancia para mí que se cumpla lo solicitado, y al ser tú mi más antigua amiga desde que resido aquí, no podría confiar en ninguna otra persona. Tú entiendes mi sentir, el significado de lo que te di... Es... Mi vida, mi vida está allí escrita—vuelve a los ojos azules de la muchacha, notando la compresión en su mirada.
—Sé que es tu vida entera, Taehyung. No debes preocuparte, yo me ocuparé—asegura con un movimiento de cabeza, llevando sus manos entrelazadas a su espalda para que no sea visible la forma en que comienza a temblar—. Te extrañaré. Te voy a extrañar, voy a echar de menos tu modo de escritura. Sin duda alguna, tus historias han sido las que más he disfrutado leer. ¿Lo sabes? Y si ya no hay nada por hacer... Solo espero que seas feliz con esta decisión tomada. Yo solo esperaré que sea la decisión correcta.
—Gracias—susurra bajo, dejando el vaso con alcohol a un lado para ir hasta la mujer. Sus ojos avellanados que se han endurecido un poco con el tiempo, se cristalizan para poder descubrir el fantasma de unas lágrimas que no planea dejar salir—. Eres la mejor—segura mientras la abraza.
—P-Por favor, ten una buena presentación—desea con todo su corazón, rompiendo el contacto para acomodar lo mejor posible el saco de su amigo.
Un instante después, ambos emprender el camino hacia el pasillo, pudiendo escuchar desde allí los murmullos de las personas que esperan por saber de su recién estrenado libro.
—Dios, esto es una mierda—asegura.
Ocho años han pasado desde el momento que tomó el vuelo aquel día que dejó ir a Jeon Jungkook de su vida. Incluso manteniendo una promesa que en otro vida será, diariamente Taehyung se pregunta si su "Amigo" Está bien, si es feliz, si está cuidando de su salud y un montón de mierda que sería mejor olvidar, pero que su mente le obliga recordar como un castigo divino que debe pagar.
A sus 32 años recién cumplidos, aún intenta olvidar la sonrisa brillante que le daba vida en su adolescencia de una manera paranormal. No lo entiende complementa, pero así sea una vez durante el día, lo revive con delicadeza, con añoranza, con amor.
Su vida sigue estando vacía, a pesar de haberse ligado con más personas de las que podía recordar actualmente; ha querido amar a los individuos que le prometieron amor, pero aun así... Lo sigue amando a él, lo sigue extrañando a él, lo sigue deseando con vehemencia a él.
Que tonto ¿No? Tal vez esta persona ni siquiera recuerde su nombre, su rostro... Y Kim Taehyung todavía continúa soñando como si fuera un niño y ese azabache su globo amarillo.
Algún flash perteneciente a las cámaras de los periodistas que abarcan la noticia de su libro, lo ciegan apenas sale del pasillo junto con su editora. Sin variar demasiado su expresión, continua su camino hasta tomar asiento en una de las dos sillas frente una pequeña mesa que mantiene unos ejemplares del nuevo trabajo que va a exponer.
—Buenas noches—habla firme callando la habladuría de las más de 15 personas del lugar que esperan ansiosos por preguntar al joven escritor coreano que se ha ganado los corazones de los lectores de una manera altamente sorprendente—. Primeramente, gracias por estar aquí en una nueva presentación de mi más actual trabajo. Es... Un honor tener la dicha de poder compartir mi corazón en forma de letras con todos ustedes. Mis lectores, gracias por apoyar y mandar sus mensajes de amor a través de los diversos medios. Me hacen sentir especialmente querido, y ansioso del significado que tendrá este nuevo trabajo para ustedes. Sin más preámbulo, ¿Quién hará la primera pregunta?
—Por acá—se levanta de su asiento de forma rápida un hombre con abundante barba y aspecto descuidado—. Buenas noches Sr. Kim, felicidades por su actual logro; todos sabemos que publicar un libro, y que sea altamente solicitado, es algo completamente difícil en esta época donde casi todo se maneja de forma electrónica. Felicidades. La pregunta más importante en esta noche, y de lo que todos nosotros aquí nos queremos enterar, es de qué tratará la obra en cuestión. Y Si me da la oportunidad, también quisiera que explicara si este libro tiene alguna semejanza a ese pequeño escrito que fue publicado hace 9 años cuando usted aún era estudiante en corea del sur; ya que ambos trabajos comparten el mismo nombre "Antes de despertar". Muchas Gracias.
—Gracias—Taehyung traga saliva, sintiendo el apoyo de su editora a un lado de él, enviándole energía para que pueda hablar correctamente de ello sin recurrir aquella tristeza que por momento surge—. Este libro es diferente al resto de todas mis anteriores trabajos, debido a que posee un valor sentimental muy alto en mí. Una vez tengan la oportunidad de leer, podrán ahondar más profundamente en los temas que trato de reflejar, por el momento, podría decirles superficialmente que el mismo explica el temor de un pequeño niño que intenta desesperadamente de no despertar de un profundo sueño, ya que lo que le espera en su realidad dicta de ser bueno. Respecto a la otra pregunta formulada... No. No tiene absolutamente nada que ver con ese escrito que realicé años atrás y que está en internet, simplemente tomé nuevamente el nombre porque me pareció un extraordinario título. Gracias. Siguiente pregunta.
—Dijo que este libro tiene un valor sentimental muy grande, ¿Por...-
Taehyung continuó estando físicamente en ese lugar, más su mente comenzó a viajar lejos. Su mundo al igual que en el libro, dicta de ser demasiado reconfortante. Él solo desea retroceder el tiempo y antes de despertar, ver una vez más hacia la dirección de aquel azabache para encontrar su cálida sonrisa... Sus ojos resplandecientes.
Solo desea que por lo menos Jungkook sea realmente feliz.
Solo quiere que lo recuerde de la misma forma en que él lo recuerda.
»❀«
—¿Cariño?—llama EunSang todavía adormilada, al no sentir el calor de su esposo al otro lado de la cama.
Sin querer verdaderamente, abre los ojos lentamente encontrando al hombre del otro lado de la habitación que apenas es alumbrada por tenue luz de la lámpara, mientras rebusca en el armario lo que cree es una chaqueta.
—¿A dónde vas? Está oscuro aún—dice ronca, enfocando lo mejor que puede su mirada sobre el reloj de la mesilla a un lado. Se despierta abruptamente por la hora—. Amor, son las 4 de la mañana, ¿A dónde vas tan temprano?
—Lo siento, no quise despertarte. Sé que es temprano, pero debo comprarlo—farfulla, completamente concentrado en abotonar la chaqueta negra que previamente había obtenido de algún lado. Su nariz reciente el olor a guardado, pero algo como eso no podría importarle cuando tiene tanta prisa justo ahora por salir de casa—. Tengo entendido que habrá gente haciendo cola fuera desde muy temprano, y debo ir en carretera aproximadamente 45 minutos hasta la librería que lo distribuirá. Los ejemplares son limitados, tendría que esperar semanas para que una nueva oleada llegara y no creo que pued...-
—Está bien—interrumpe con delicadeza ella, tratando de tranquilizar sus palabras que se vuelven más rápidas con cada segundo. Sin esperar, se coloca de pie para poder abrazar al azabache con cariño desde la espalda—. ¿Por lo menos dormiste? Me acosté y todavía estabas esperando que la librería publicara los horarios en que vendería el libro.
—Lo hice—miente convincentemente, medio sonriendo. EunSang acaricia su mejilla de la chaqueta olorosa a guardo, que todavía así traspasa el calor de aquel cuerpo que sigue manteniendo la dureza de años atrás—. Yo en serio no quise despertarte, es solo que... En serio necesito ese libro.
—No tienes que explicarlo, sé que lo quieres—farfulla triste.
El leve temblor en el cuerpo de Jungkook, hace que las ganas de llorar aparezcan inmediatamente en la mujer. Puede percibir el dolor que su esposo está guardando desde hace muchos años atrás, y que solo se convierte en una frustración que lo consumiría tarde o temprano. Ella no quiere verlo siendo un hombre amargado, sin motivación. No quiere. No puede.
—Deberías de dejarlo... Ya pasaron muchos años, estoy segura que él todavía espera por ti—retoma el habla bajito, por fin diciendo lo que tanto había querido expresar—. Sé que aún espera por ti.
—Me debe de odiar—su voz emerge un poco ahogada.
Negar que había pensado más de mil veces ir por él, sería mentira. Lo ha pensado, lo ha imaginado... Lo ha soñado. Es desesperante.
—No, él jamás te odiaría—sin poder evitarlo EunSang comienza a llorar de forma suave, odiando el tener que ver al hombre que ama con tanta culpa sobre sus hombros. Odia que no se perdone, que no olvide, que no supere. Odia que nunca hayan podido ser solo ellos dos—. Sé q-que él desea verte, tanto o más que tú. Jungkook... No importa que lo hayas dejado ir, ustedes crecieron juntos, JeonGguk, EunSoo... Ellos quieren conocer al tío del cual tanto hablas.
—Tengo miedo—acepta dejando salir un sollozo que los hace estremecer a ambos—. Tengo miedo de no volver a verlo, de no poder hablarle jamás. No quiero morir sabiendo que está allá... En algún lugar del mundo sin poder decirle que... Que yo...
—Entonces ya está. Ve por él ¿Sí? Recupéralo, por favor—pide suplicante abrazando más fuertemente al hombre que se quiebra como un cristal entre sus finos brazos que lo han sostenido por años.
Ya no puede soportar vivir de esa forma.
—S-Suena fácil.
—Lo es, lo es. Jungkook, basta de torturarte de esta manera, no fue tu culpa que se haya enamorado de ti, ¿Okey? Tampoco es su culpa, bebé. M-Mírame—con cuidado, lo obliga que observe directamente sus ojos; consiguiendo que su corazón se parta un poco más al distinguir las lágrimas bajar por el rostro ya maduro del que es su esposo hace ocho años.
Sin fuerza, limpia de inmediato sus mejillas pálidas ignorando las propias que todavía están un poco desgastadas por las noches sin dormir que el pequeño SooBin de apenas un año, le ha hecho pasar.
—Basta, ¿Si? Ve por él, no importa lo que pase... Solo hazlo, inténtalo. Taehyung te está necesitando en este momento, ve mañana mismo a tomar el primer vuelo a Canadá...S-Solo ve—rompe en llanto ella, yendo contra su pecho—. Deja de culparte... Deja de lamentar que lo dejaste ir por mí.
—EunSang—la abraza con urgencia, lamentando que todo haya acontecido de esta manera—. Lo siento.
Quizás si no lo hubiese dejado ir ese día, si hubiese aceptado darle una oportunidad... En este momento ambos estuvieran durmiendo juntos, abrazados, y no a miles de kilómetros con un amor que no pudo concluir, si los corazones se negaban hacerlo
—J-Joder Jungkook... No quiero ver que tú vida pase sin hacer nada al respecto. No quiero verte morir sin ser feliz.
—Lo s-siento... Lo siento.
—Soy tu esposa, quiero verte feliz—susurra con seguridad, aunque por dentro se esté muriendo lentamente por lo que eso significa. Le está dando la oportunidad de irse sin lamentarlo, lo está haciendo porque lo ama, adora lo que Jungkook significa en su propia vida y las de sus hijos. No puede seguir viéndolo morir lentamente sin que se dé cuenta de lo que sucede—. Ahora vete o no podrás comprar su libro. Yo arreglaré lo necesario para que viajes... Solo... No lo pienses demasiado.
—EunSang...
—Por favor, ahora no. Anda vete, cuídate—lo empuja levemente hacia la puerta—. ¡Es mejor que llegues aquí con ese libro!—grita viéndolo salir de la habitación. Su lágrimas solo se magnifica al caer sentada sobre la cama, teniendo que ocultar su rostro entre sus manos—. Tontos... Los dos son unas cabezas huecas—hipea—. Taehyung, ¿P-Puedes esperar un poco más? Él irá por ti... P-Por favor hazlo feliz.
—¿Mami?—un somnoliento azabache de escasos seis años asoma su carita hinchada de tanto dormir por la puerta abierta de la habitación, su bracito mantiene fijo al viejo osito de peluche que su papá le regaló tiempo atrás, y que ya tiene diversas costuras en partes específicas del cuerpo. Según el hombre, ese peluche se lo dio su tío Taehyung—. ¿Estás llorando?—pregunta bajo, ladeando su cabeza.
—JeonGguk... Es que mami ha tenido una pesadilla, no es nada—tranquiliza rápidamente, pidiendo que ingrese a la habitación y le dé un abrazo—. ¿Quieres dormir con mamá?—el niño asiente rápidamente sin querer soltarla—. Bien, acuéstate. Iré por el dormilón de EunSoo para que también nos haga compañía, ¿Está bien?
—¡Sí!—exclama emocionado, yendo hacia el lado de la cama perteneciente a su papá, para poder arroparse con las sábanas hasta el mentón.
»❀«
Jungkook esperó 5 horas en una fila con una temperatura de 7 grados solo para poder comprar el libro que tanto habían esperado los fieles lectores que había ganado Kim Taehyung. Dios, todavía le parece irreal que esa persona tan increíble que venden miles de copias de sus libros, sea el mismo que estuvo con él durante 20 años.
Le parece increíble que ya ocho años han pasado desde la última vez que le habló, le miró directamente o suplicó que no le dejara. Indudablemente, el azabache se siente culpable por todo lo que fue de la vida de Taehyung luego de que cortaron lazos, o dejara ir, como habían acordado. El limitarse a no volver a corea, el pedir explícitamente a sus padres que no le dieran su número de teléfono, correo electrónico, dirección... O algún dato que sirviera para contactarlo; a pesar que con el tiempo toda esa información, a excepción del teléfono privado, fuera de dominio público al volverse rápidamente un escritor renombrado.
Suspira pausadamente para no llorar; y es que solo basta ver la portada del libro para que su garganta comience a cerrarse.
Sin perder el tiempo que no tiene, estaciona el auto en una de las desiertas calles de vuelta a casa, obteniendo el libro de la bolsa que mantiene el nombre de la librería en letra rosa.
Es verdad que siente la necesidad de ir a ese lugar donde vio en más de una oportunidad a Taehyung perdido en sus pensamientos, donde sabía que lo encontraría indudablemente años atrás, y no habla de algo más, sino de esa banca que guarda las millones de lágrimas, los millones de te amo, una triste historia de un amor no correspondido.
El lugar que Jungkook sin darse cuenta, volvió el sitio favorito de Taehyung en el proceso de duelo por haberse separado.
Sin embargo, no es como si pudiera entrar a su antigua universidad cada vez que le diera la gana, por ello, ese sitio quedaría completamente para la memoria de ambos como su base secreta estando ya adultos. Sonríe tristemente, parpadeando para volver a la realidad. Mira nuevamente el libro frente sus ojos, tardando un par de minutos en poder abrirlo; porque sabía que aunque Taehyung se encargó de decir que no tiene nada que ver con ese escrito de hace 9 años, él está más que consciente que es falso.
La portada es más que suficiente para saberlo; fondo gris, un niño de cabello castaño completamente despeinado que sostiene un globo de color amarillo con un delgado hilo de su mano derecha. Duele. Aún le duele saber que luego de tantos años, ese amigo que perdió todavía piensa en él, ¿Acaso Jungkook merecía algo como eso?
—Antes de despertar—lee en voz baja, reclinando el puesto de conductor con el palanca a un lado—. Que nostalgia siento al leer ese nombre por segunda vez, Taehyung—susurra, verificando la cantidad de páginas que tendrá la dicha de poder leer, notando que solo tiene 263.
Un detalle en particular, hace sentir su corazón latir con fuerza, al observar que el 26 está separado del 3 por un punto, corroborando inmediatamente que no se está volviendo loco; sino que de ese modo efectivamente fue impreso.
—¿26.3?—cuestiona suave—. Joder... No lo puedo creer, ¿En serio? E-Eres un idiota—murmura mientras sus ojos se cristalizaron—. 26 de marzo, el día que confesaste con ayuda de palabras que me amabas... N-No lo merezco—asegura una vez más.
Luego de algunas lágrimas traviesas que se escapan sin permiso, reúne el valor suficiente para pasar la primera hoja, y tener la oportunidad de leer la dedicatoria.
«Un negro colosal que abarca todo a su paso, como la inmensidad más allá del cielo, el universo. Así de grande, amigo, así de gigante eres para mí.»
Esa escasas dos líneas son suficientes para comenzar a llorar al recordar que eso mismo le dijo a Taehyung años atrás. Sin detenerse, sigue leyendo. Llorando inmediatamente, a pesar de que no dijera nada triste; porque está leyendo su propia historia una vez más reflejada entre palabras llenas de amor, admiración y felicidad. Con el paso de las páginas, el llanto solo se magnifica teniendo que detenerse en más de una oportunidad, pero aun así continúa entre pequeñas risas agonías.
Las horas pasan en el mismo lugar dentro de su auto, no siente hambre, no siente ganas de nada, solo de leer. Cuando sus ojitos irritados dan con la última página, una mueca de dolor surco su rostro completamente; ni siquiera trata de detener el llanto que desciende por sus mejillas como si de cascadas se trataran. Basta de soportarlo. Sus manos tiemblan mientras sostiene la obra entre sus dedos. Se siente vacío, roto, tan triste, tan miserable, tan cobarde, tan temeroso. Lleva su cara hasta el libro sin importar que sus lágrimas lo mojen dejando de ese modo salir los fuertes sollozos que le desgarran la garganta agudamente.
—Tae... T-Tae—habla con la esperanza de que su voz le llegue a donde sea que esté—. Perdón... Perdón, lo siento... Lamento todo esto... Lamento no haber podido sentir lo mismo por ti en ese momento. Yo de verdad quería decirte mil cosas antes de que me dejaras. Yo no quería que terminara así, yo de verdad te amaba, te amo—su voz falla por unos segundo, solo dejando oír sus sollozos a través de la fría carretera por donde de vez en cuando un solitario auto transita—. Yo quería dejar de soñarte... Quería dejar de imaginar tu rostro triste, quería decirte que no estabas solo. ¡Fui un maldito idiota! Y solo... S-Solo te perdí, me dije que estaríamos bien... Pero... No lo estamos...
Separa su rostro de la obra para observar nuevamente entre la borrosidad de sus lágrimas, acariciando la portada limpiando lo húmedo que ha dejado.
—Yo también quisiera retroceder el tiempo para jamás dejar de ver a tu dirección. Y-Yo de verdad esperaba verte en la graduación, en mi boda como mi padrino... En el nacimiento de JeonGguk, porque sí—una frágil sonrisa se forma entre tanto dolor—. Le colocamos así por ti; porque tú mencionaste que así se debía llamar mi primer hijo, ¿Recuerdas? J-Joder... Estos 8 años sin hablarte me están matando, ¿Sabes? T-Tengo todo, todos tus libros, las entrevistas, fotos. Todo... Más no te tengo a ti. Tae... Hubiese querido mantenerte un poco más a mi lado antes de despertar. Fuiste el mejor, eres el mejor y seguirás siendo el mejor frente mis ojos. S-Siempre creíste que yo era tu sol... Pero en realidad, tú siempre fuiste el mío. Incluso después de mil años, voy a seguir pensando en ti.
»El regalo, ese regalo que me diste el día que te fuiste a Canadá aun lo conservo. No sé cómo es que aún lo tenías, pero lo cuido como lo cuidaste tú; jamás pensé que guardabas ese osito de peluche que gané hace tantos años en un juego—sonríe en medio de un sollozo—. Tu globo se había ido... S-Sé que jamás lo olvidarías... Un lindo globo amarillo como este—acaricia la portada con sus manos temblorosas—. Entonces gané ese peluche para que dejaras de llorar... Eras un llorón, de seguro todavía lo eres, ¿Verdad?
»Porque... S-Seguramente lloraste más que nadie en el mundo mientras escribías nuestra historia; una historia que termina teniendo un final feliz a pesar de que el niño nunca despertó. Él siguió siendo feliz en su sueño eterno... T-Tú... ¿Tú tampoco despertarás, verdad TaeTae?—su llanto solo se vuelve más desgarrador al pronunciar aquellas palabras que parecen abrirle el pecho—. Perdón, perdón... C-Creo que es tarde... C-Creo que es tarde para ir por ti ¿Verdad? Lo siento. Perdón, perdón, perdón, perdón.
24 horas después de la publicación de su libro, Kim Taehyung fue hallado sin signos vitales en la soledad de su apartamento mientras se aferraba a su última obra publicada. La fuga de gas proveniente de su cocina, sería la causa de muerte. No dejó ninguna nota de suicidio.
Antes de decidir morir, preparó todo lo necesario para que llegara a Jeon Jungkook el manuscrito original hecho a mano de "Antes de despertar" El cual contenía más de 700 páginas que no fueron publicadas por tratar de manera explícita sus sentimientos.
Las últimas 50 páginas de dicho manuscrito, fueron sus palabras finales para él, donde explicaba un poco de cómo su corazón jamás dejó de latir al pensar en la historia que nunca compartieron. También se encargó de exponer que había decido morir desde hace mucho tiempo atrás, a la edad de 32 años, debido a que su tío NamJoon se suicidó a los 23.
También indicó que verdaderamente esperaba encontrarlo en la otra vida para que finalmente pudieran ser felices sin excusas. Escribió que si no lo hallaba, entonces que anotara y lanzara pequeños papeles al viento, que de seguro su corazón lo encontraría de esa forma; ya que fueron las letras las que los separaron por la eternidad, y de seguro, los volverían a unir.
Una vida entera amándolo...
Eso fue lo que hizo Kim Taehyung con su vida, amarlo.
¡Gracias por leer!
Recuerden que este es el primer libro de la trilogía "Aprender a amar" El segundo libro será mucho más largo y crudo. "El diablo también era un ángel" (La trilogía es la continuación de la vida de los personajes secundarios, mencionados, de ADD)
• Antes de despertar.
• El diablo también era un ángel (Próximamente)
• Atrapado en el tiempo (Próximamente)
También es el primer libro de la serie «Before» (sucesos después de ADD)
Se recomienda leer en el siguiente orden:
•Antes de Despertar.
•Antes de quel día.
•Antes de partir.
•Antes que las estrellas se apaguen.
-Hany
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