•07 | No percibo nada dentro.




Hay momentos en los que, incluso para el ojo sobrio de la razón, el mundo de nuestra triste humanidad debe asumir el aspecto del Infierno.

-Edgar Allan Poe.


«❀»


Cuando Taehyung tenía 12 años, se jactaba de decir que tenía un tío maravilloso por parte de papá. El hombre que vive en sus recuerdos fue alguien larguirucho, sin demasiada masa muscular con la cual alardear, pero con gran belleza, una distinta a cualquier otra, ya que estaba provenía de los profundos de sus sentimientos y pensamientos que dejaba aflorar de distintas maneras. Kim NamJoon, así se llamaba su tío gracioso que siempre era bueno con él, y que justo ahora posee una fría lápida gris de al menos medio metro en el cementerio a no demasiados kilómetros de su casa.

NamJoon tenía solo 23 años cuando se sentó frente a Taehyung y le habló por última vez. Ese día no tenía nada de diferente, no anunciaba que todo sería tan dramáticamente desgarrador solo tres horas después de ver partir a su tío con aquella sonrisa de hoyuelos que siempre le regalaba y tranquilizaba. Lo quería, lo quería tanto o más que su propio padre. Era comprensivo, alentador y siempre halagaba la creciente amistad que poseía con Jungkook; asegurando que ellos podrían estar juntos por siempre... Porque así eran los amigos.

Ese día de su trágica muerte, le dijo a Taehyung muchas palabras que debido a su edad no comprendía completamente, pero que atesoró con el pasar de los años para poder entender en algún momento de su vida. Y ahora, 11 años después, sabe a lo que se refería con el "Estar roto, no necesariamente tiene que tener una explicación lógica. A veces, solo se está defectuoso sin razón aparente"

Y cuanta maldita verdad existe en ello. ¿Cuándo comenzó el vacío en Taehyung? Podría buscar incansablemente entre sus recuerdos una respuesta, puede intentar excusarse diciendo que ha sido por Jungkook y el amor no correspondido, o por lo disfuncional de la relación de sus padres. Pero cree que sería absurdo otorgarles culpabilidad a ellos cuando los sentimientos conflictivos que están dentro de él, son solo eso, sentimientos demasiado extensos para seguir manteniéndolos a raya.

Creía que diciéndole la verdad a Jungkook algo de ellos desaparecería, más la angustiosa espera de que todo acabe, solo le hace saber que no será así independientemente de la postura que el otro asuma en esta verdad. No puede pedirle que se quede si no quiere hacerlo, no puede pedirle que se vaya si decide quedarse. Y es tan injusto, injusto para todos. Incluso para EunSang que ninguna culpa posee de estar en medio de una relación de amistad que se torció de camino.

—¿Tan roto estabas Nam Hyung? ¿Tan incomprendido te sentías, que solo una cuerda que bajaba del techo pudo calmar lo destrozado que te sentías?—pregunta bajo—. Papá nunca lo comprendió; él decía que tú tenías todo para ser alguien grande en el mundo. Sé que no te ha perdonado que hayas decidido irte tan abruptamente... Aunque casi no he hablado con él. Tiene una nueva familia, ¿Sabes? Se ve feliz cada vez que tiene que irse. Sus hijos... Son lindos. Muy lindos.

Dice, mientras sus ojos brillantes siguen el camino de las gotas en los tulipanes rojos del diminuto jardín, gracias a la lluvia que este día helado ha dejado caer fuerte y sin indicios de dar tregua a detenerse. Sus largos dedos acarician con paciencia la suavidad de sus brazos.

—A veces siento la necesidad de pedirle que me lleve con ellos—continúa—. Quisiera verlos. Mirar sus ojos y poder alejar ese sentimiento de hallarme completamente solo aquí. Pero después, recuerdo que él nunca me ha apreciado como seguramente los aprecia a ellos... Y todo termina. Sé que soy inmaduro al asumir una posición como esta. Sin embargo, creo que aunque pase el tiempo y crezca, seguirá doliendo que no sea significativo para ellos. Nam... Comprendo lo que dijiste ese día... Y quizás... Solo quizás, hubieses deseado que nunca lo hubiese entendido. Es insoportablemente doloroso. Tanto, que por momento no percibo nada dentro. ¿Cuánto tiempo durará para terminar de quebrar mi interior?

Fatídico día que solo anunciaba ser cada vez peor.

Los ojos de Taehyung se cierran con lentitud cuando la clave de la cerradura eléctrica es colocada, abriendo y cerrando casi inmediatamente la puerta de madera. Quisiera ser un poco positivo para creer que es su madre que ha regresado, o que su padre decidió volver por cuenta propia. Pero la única realidad absoluta de todo, es que muy posiblemente Jungkook haya decidido utilizar la clave que le otorgó hace mucho y que simplemente no ocupaba por respeto a ser esa una casa ajena.

Casi derrapando sobre el suelo, Jungkook detiene sus apresurados pasos en el marco sin puerta de la sala, al distinguir a su amigo que está mirando la lluvia caer desde el amplio ventanal completamente imperturbable. Sin saberlo, se queda inerte en ese sitio por un par de minutos mientras lo observa, ignorando el hecho de que está mojando el piso pulcro, o que posiblemente contraiga un resfriado por haber corrido desde la universidad hasta allí bajo una tormenta luego de haber leído su escrito.

No le importa una mierda, él solo necesitaba verlo desesperadamente, necesita preguntarle en su cara lo que su mente concluyó luego de aquellas líneas. Solo quiere entender... Porque se está volviendo mierda con sus propios pensamientos estancados en algo que nunca, jamás, se pasó por su cabeza tan siquiera por un instantes.

—¿E-Es casualidad?—su voz rompe el silencio del espacio que repentinamente comenzó a sentirse frío. Sus mejillas que están empapadas de lluvia, también dejan ser humedecidas por lágrimas al tener que enfrentar lo que se niega a creer así sea demasiado claro para sus ojos—. Dime que es casualidad que tu escrito narra una parte de nuestra historia... Q-Que solo lo utilizaste para llenar la falta de inspiración.

Taehyung cierra sus ojos con lentitud, al no estar nada preparado para este inevitable momento. El picor de su nariz comienza a ser perceptible debido a todo aquel llanto que se ha negado soltar. Debe ser fuerte.

—¿Quieres que sea casualidad?—pregunta sin moverse de su sitio ni un solo milímetro, su voz sale ahogada, llena de temor. Dios... Está sucediendo. Realmente lo sabe, Jungkook realmente sabe que lo ha amado durante casi toda su vida—. ¿Quieres oír eso de mi parte, Jungkook?

—Sí, q-quiero escuchar que es casualidad—afirma, no dejando que su rostro muestre nada a pesar de que su silencioso llanto demuestre qué es lo que siente realmente—. Por favor... P-Por favor... Dime que es así—súplica, solo pudiendo mirar la manera en que la frágil figura de Taehyung lucha para mantenerse firme, tal cual como lo está intentando él—. Porque... Al final el niño... A-Ama a su amigo. Yo definitivamente quiero oír que es casualidad.

Jungkook está muriendo, sus momentos junto a Taehyung están siendo ensombrecidos con una rapidez desgarradora debido a un sentimiento que nunca esperó hacer sentir al otro. Es su mejor amigo, su hermano... No puede ser.

Su voz suplicante llega como filosos cuchillos a los oídos del rubio, hiriendo al instante lo único que queda por dañar dentro de él.

Está lastimando a su bebé... Lo hace llorar por su maldito egoísmo, por no soportar el dolor de su pecho un poco más... Por ser débil. ¡Pero es que ya no podía más! ¡No podía! ¡Es demasiado para él! Es más de lo que puede manejar en este instante. ¿Y si se casa? ¿Tendría entonces que ser su padrino? ¡Maldita sea, no quiere!

—Es coincidencia—responde en cambio, en solo un farfullo que apenas se pudo escuchar por sobre la lluvia; dejando salir al mismo instante gruesas lágrimas que distan demasiado de aquellas palabras —. Solo... Solo es coincidencia—repite una vez más.

Desde ese momento, solo hay silencio. Quizás fueron unos segundos, pero para ambos fue el más eterno y duro silencio que han tenido que sobrellevar desde que se conocen. El ambiente huele a lluvia, las gotas siguen golpeando los cristales de las ventanas con mucho más vigor que al principio, y aunque no sea verdaderamente perceptible, ambos corazón en sus pechos se desmoronan convirtiéndose en simple polvo inservible.

—¿Desde cuándo?—pregunta finalmente el azabache, entrando a la habitación a pasos lentos; parándose a solo un metro de distancia de Taehyung. El último mencionado no responde tratando que los sollozos quebrados que intentan dejarlo, no sean audibles tan lamentablemente—.¿Desde cuándo dejaste de verme como un amigo?—pregunta más claramente, presionando la camiseta mojada de su cuerpo.

—Ya lo sabes... Y-Ya lo has leído, no me hagas esto. Por favor—pide.

—¿P-Por qué?—un fuerte jadeo abandona al chico de ojos negros, al distinguir al que consideraba su mejor amigo, tan roto, tan... Vulnerable —. Tae... ¿P-Por qué no me lo dijiste antes?

¿Esto es su culpa? El que se vea así de mal, ¿Es su culpa? ¿Jungkook lo está lastimando hasta ese punto? No entiende. No comprende cómo es que la figura que ha visto como un hermano por más de 18 años, sintiera algo por él. Su mente en este momento no lo puede comprender. ¿Todo es una mentira acaso? ¿Una broma?

—Tae... ¿P-Por qué no me lo dijiste antes? N-Nosotros... Dime. ¡Responde maldita sea!—el rubio salta en su lugar debido al gran grito que brota de Jeon repentinamente, teniendo que cubrir su boca para callar el llanto que se sale de control de un momento a otro. Sus piernas comienzan a temblar de miedo, teniendo que pegarse a la parte superior del mueble para no caer—. Responde—implora en voz rota—. ¿Cómo pasó? ¿Cuándo...? Háblame... Dime... ¿Por qué no me lo dijiste? M-Merecía saberlo. ¡Yo merecía saberlo, Kim Taehyung!

—¡¿Qué hubiese cambiado?! ¡¿Qué?!—grita de vuelta sin aliento, sin ser capaz de mirarlo—. No quise que fuera de esa manera... No quise—finalmente decide hablar en un hilo de voz, limpiando sus mejillas con el dorso de su mano—. Simplemente pasó... Entendí que la forma en que latía mi c-corazón al verte no era normal. Entendí q-que era imposible dormir contigo sin que mis ojos se desviaran a tus labios. Era extraño... Realmente no quería que fuera así—su voz se quiebra un poco más mientras comienza a negar con desesperación—. No fue fácil, no es fácil. Me dije más de mil veces que estaba embelesado con tu amistad, que estaba agradecido de que cuidaras de mí, al mis padres ignorarme.

»Pero no era cierto... De lo contrario, ¿Por qué mi corazón dolía tanto cuando me llamabas amigo? Sentía que era injusto con las chicas cuando las comparaba contigo; p-porque simplemente eras mejor en todo comparado con ellas. Entonces lo entendí. E-Entendí el motivo de sonrojarme al recordarte. La razón de dolor al tú llamarme amigo... Teníamos 13 años cuando comprendí que te quería, Jungkook.

—E-Eras joven—se apura a decir con una lejana esperanza en su voz, que solo volvía añicos la parte del corazón que quedaba en Taehyung—. Pudiste estar confundido respecto a mí... L-La adolescencia es compl...-

—Entonces llevo confundido 10 años—susurra, girando lentamente hacia la dirección del chico de cabello largo.

Sus ondas desordenadas caían sobre las mejillas húmedas, sus ojitos tan oscuros como siempre, son empañados por gotas que pronto brotan en un recorrido fácil por aquella piel pálida que tantas veces ha tenido la dicha de acariciar. Le duele. Duele su pecho como jamás lo ha hecho, percibe cómo cada vez está más hundido en un montón de mierda de la cual no podría escapar jamás en esta vida

—No estaba confundido, no lo estoy justo ahora... N-No lo estoy, Jungkook.

—P-Por favor... No—implora que se detenga, que diga que es mentira sus palabras, que es una mala broma.

Pero las lágrimas en sus ojos eran tan reales como su vida, era cierto. Todo lo era.

—Lo siento, Jungkook. Siento que seas mi vida entera—lo puede ver, la indecisión de qué debe hacer en acompañamiento de lágrimas llenas de frustración, molestia, dolor, sufrimiento. Un sin fin de sentimientos que al igual que él, no puede manejar inmediatamente—. Lo lamento.

—Yo también lo siento—es lo único que puede responder el azabache en un intento de voz distorsionada.

Quiere decir más, quiere ir hasta allá y abrazarlo mientras le dice que está bien, que no importa verdaderamente lo que diga; porque él quiere seguir caminando a su lado. Que no importa su sexualidad; porque por sobre todo, él lo ama de manera incesante, gigante. Pero no lo puede hacer... No puede ser tan egoísta de pedirle que se quede allí, a su lado como su amigo, si Taehyung siente todo ese dolor carcomer su alma. Es que ni siquiera puede respirar. Dios mío, siente que podría desmayarse.

"Si tuviera la oportunidad de cambiar todo aquello que te hace daño, juro lo haría sin pensarlo, Tae."

Jungkook solloza ruidosamente, cubriéndose el rostro con ambas manos para no tener que verlo. Está tan roto por tantos años de silencio, le duele, duele estar a su lado por el simple hecho de amar a una mujer. No puede... Esta situación es más de lo que puede asimilar, manejar. Lo ama tanto, que no soporta haber sido él quien hiciera de su hermano mayor, un hombre tan frágil.

Está abrumado, tiene miedo de seguir hiriendo con su solo presencia, así que sin decir más, comienza a dirigirse torpemente hacia la entrada de la sala tropezando con un florero de lindos tulipanes que Taehyung había cortado el día anterior.

—Tae... Perdóname, perdóname... No puedo.

Taehyung quiso detenerlo al verlo partir tan alterado, pero no tenía el derecho de hacerlo. Ni siquiera tuvo el valor de sostener la mirada de sus ojos, ni siquiera pudo tener la valentía de repetirle lo que había escrito en aquellas líneas.

Quizás, lo merecía perder.




-AlHanyG

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top