Las estrellas eran hermosas.

Sintiendo el frio pasto en su espalda, ella le murmuró a la nada.

Aún ahora las estrellas fugases aparentemente seguir titilando. El cielo se veía profundo y distante, como lo era siempre.

No era algo que se pudiera alcanzar con tan solo extender la mano. Pero de todas formas, su maltratado cuerpo, que yacía en la cima de una colina, no tenía la fuerza para levantar su brazo.

Las ropas blancas y negras estaban desgarradas. Las blancas mejillas y el carmesí cabello estaban cubiertos con sangre. Ya hace rato que el cuerpo había perdido sus funciones. Expuesta a la luz de la luna, no pasaría mucho antes de que su conciencia desapareciera.

Se estaba hundiendo hacia su muerte.

Aun cuando las estrella eran hermosas, la luna era enceguecedora.

...Como si estuviera cayendo.

Ella odiaba la luna. Como no quería nada de su brillante luz, arrastró su brazo moribundo para cubrir sus ojos.

De las esquinas de sus ojos cayeron frías gotas que rodaron hasta sus mejillas.

Súbitamente, el viento sopló. Fue tan sutil como para hacer revolotear un vestido, pero lo suficiente para que él notara que alguien estaba ahí.

-¿...Quién está ahí?.

El brazo que cubría sus ojos se deslizó a su pecho, y una débil pregunta se escuchó.

Una gran sombrilla interceptó la luz de la luna. La persona parada a su lado era de hecho una pequeña niña. Un lujosos vestido negro. Cabello negro liso que caía por su espalda. Su edad parecía ser de 10 años. No, ...podría tener entre 6 o 7 años de edad. ¿No tenía ella una sombrilla también?

El espectáculo sucedía ante sus ojos, aun así los detalles eran borrosos e incomprensibles.

La única cosa segura era que la niña parecía una muñeca, similar a una de porcelana. También tenía ojos azules.

La niña miró a la distancia y murmuró para sí misma.

-...Pronto nacerá.

Fue una voz de mal agüero, pero contenía una extraña clase de afecto. Como si supiera que era el inicio de algo a punto de nacer.

Ella entendió lo que la niña dijo. A pesar de que ese algo no había dio explicado, ella supo a lo que se refería. Eso tenía que ser destruido por sus propias manos a como dé lugar.

La niña, que tenía la esencia de flores a su alrededor, lentamente volteó hacia él para encáralo.

Un par de ojos como zafiros la miraron desde lo alto. Una mirada fría muy distinta a la de una niña, pero similar a la luz de la luna.

Ella reconoció esos ojos. Se encontraba en sus recuerdos distantes de no hace mucho. Pero ese recuerdo rápidamente desapareció, como una flor congelada rompiéndose en pedazos.

-Señorita Heroína.

Los labios de la niña dijeron algo en tono burlón.

-¿Te gustaría enmendar tu pasado?

El viento sopló a través del cabello de la niña.

Para ella, fue el momento de su fin y de su comienzo.

Acto seguido, un estruendo se escuchó a la distancia.

Gradualmente se escuchó más fuerte y violento, sacudiendo el cielo nocturno y la tierra... y se convirtió en el rugido de una bestia que retumbó por todo el mundo.

Fue un rugido que hizo temblar a toda existencia. El ser que sería llamado el virus Honkai, un virus que conduciría al mundo a la destrucción, dejó salir su primer alarido.