Capítulo 1: [Nueva Vida]
...Este es un sueño.
Ella estaba consciente de eso ya que estaba dentro de una escena que nunca antes había visto.
Ese lugar parecía estar en un lugar extremadamente alto. Ella estaba parada en una plataforma rectangular con el viento soplando furiosamente.
No había nada al rededor. Lo único que había era un monumento negro el cual era tan enorme que tan solo mirarlo no sería suficiente para verlo completamente. El monumento tenia venas rojas que parecían vasos sanguíneos y una cresta en la superficie. El objeto yacía ahí sin nada que decir.
No, había algo más. Otra persona para ser exacto.
Ella no sabía hace cuanto esa persona había estado parada ahí, pero ese hombre permaneció ahí mirando hacia esta dirección.
El fuerte viento alborotaba el cabello color vino y la chaqueta en los hombros de esa mujer.
Una larga y delgada espada estaba empuñada en la mano de la mujer de cabello color vino. Sus ojos violetas miraban hacia acá con un brillante destello.
Lo que se podía ver en sus ojos era burla y diversión.
-Antes éramos amigas, ahora somos enemigas.
Un alarido de odio fue lanzado.
El desbordante deseo asesino fue expresado sin vacilar. Ella estaba realmente... realmente alegre que solo se tratara de un sueño.
La 'ella' dentro del sueño gruñó.
-¡Esto se termina aquí y ahora!
Cuando sus labios se movieron por si solos, arrojaron una rabia hacia la mujer de cabello color vino.
Ella lo comprendió. Esa mujer frente a sus ojos posiblemente no podía competir con ella.
Pero aun así, el patético llanto del cachorro que solo se podía oponer del lado opuesto a ella se sintió muy placentero de escuchar.
-¡Vamos, princesa! ¡Ven aquí para que pueda jugar contigo!.
Hizo girar la espada delgada en sus manos al mismo tiempo e hizo un sonido de chasquido.
Gritando con todas sus fuerzas, la mujer de cabello color vino corrió en línea recta. La espada en sus manos hizo un ruido como si rasgara a través del viento.
Peligroso--eso fue lo que pensó la persona que estaba viendo el sueño.
Simultáneamente, la 'ella' dentro del sueño soltó una grito de guerra, sintiendo enojo y rabia.
-¡Haaaaaaaa!
Ella no sabía quién se estaba peleando.
¿Era la 'ella' que sentía miedo de la expresión de la mujer de cabello color vino? ¿O era la 'ella' que estaba enojada de esa expresión?
¿Era ella misma? ¿Era 'ella'? ¿Quién era?
Desde el fondo de su estómago, del interior de su cabeza, de un lugar aún más profundo.
Algo se incrementaba y se escapaba. Cada vez más y más. Junto con las arañas unidas a los hilos, una ávida hambre mordió a la mujer de cabello color vino.
-¡¡---!!.
Las pupilas violetas miraron con furia. Y gritaron el nombre de 'alguien'.
Envuelta en flamas de oscuridad, la espada se balanceó. Un brazo negro se estiraba.
Era como una masa de odio.
-¡DETENTE!
Una voz interna gritaba con enojo. No, era 'su' voz. No, era mi voz. Simplemente ya no lo sé. ¿Desde cuándo era yo, y desde cuando no era yo? ¿Desde cuándo era un sueño y cuándo ya no lo era?
No lo sé. No lo sé. Solo la ambición aumentaba, explotando desde el interior.
Aterrador. Eso es lo que pensó su débil 'yo' justo antes de desaparecer.
Solo con su conciencia, parecía tratar de sacarse a sí mismo de la escena del sueño cerrando los ojos desesperadamente.
Despierta. Rápido, despierta. Este es un sueño. Solo es un sueño...
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Con un temblor en su cuerpo y una súbita sensación de caída, la chica que había estado durmiendo hasta ese momento despertó con un poderoso sobresalto.
Sus mejillas sintieron la cálida luz del día.
Era una tranquila mañana.
Desde la ventana rectangular cerca dela cama, la delgada luz del sol se abarrotaba entre las cortinas que estaban a medio cerrar, como si intentara abrirlas.
Debajo de su cuerpo había una cama sencilla. Firmes cajones de un escritorio usado para estudiar. Un armario empotrado. Un trozo de tela extendido en el suelo.
Nada había cambiado. Era el cuarto de siempre y la mañana de siempre.
Sus pensamientos lentamente comenzaron a despertar del sueño a la realidad. Aunque se encontraba en su propia habitación, inconscientemente recuperando el aliento, la joven chica--Rías, exhaló profundamente.
Rías: Era un sueño...
Relajó sus tensos hombros y se secó la frente. Cubierta con un sudor incomodo que se convirtió en pequeñas gotas, su mano se humedeció.
El ancho de sus hombros era algo angosto. Si alguien tuviera que describirla, ella era una chica con un cuerpo delicado. Con piel pálida que aduras penas había recibido quemaduras de sol, no podía considerarse como alguien fuerte bajo ningún estándar. Más que palabras como espada y arma, o deporte y estudio, la describían mejor palabras como, libro y librería.
Ella, Rías Takamaki, era una persona con esa apariencia.
Rías: Aun así, fue un sueño extraño...
Rascándose el cabello que era lo suficientemente largo para cubrirle los ojos, Rías se quejó consigo misma.
¿En verdad fue eso un sueño?
Un lugar tan alto que las nubes flotaban cerca. Una plataforma rectangular. Una ciudad casi destruida... Una mujer con cabello color vino.
Por el contrario, su 'yo' en el sueño no se sentía en absoluto como ella misma. Fue como si estuviera reviviendo el recuerdo de alguien más.
Rías: (Pero de quien... Espera, ¿quién era ella?)
Ella no tenía ni idea. En primer lugar, aunque estuviera basado en sus recuerdos, Rías no tenía el conocimiento necesario.
Los recuerdos de Rías habían comenzado la mañana de un día hace siete años. Antes de darse cuenta, repentinamente había comenzado a dormir en esta cama. Ese fue el principio de sus recuerdos.
No podía recordar ni una sola cosa previa a eso. ¿Por cuánto tiempo había vivido? ¿En dónde nació? ¿Qué clase de pasado tuvo? Ella no sabía nada.
Ella sabía muy poco sobre sí misma.
No sabía qué clase de relación humana tenía con esa persona, pero bajo la tutela de una mujer llamada Minamiya Natsuki, Rías ahora asistía a la academia en la que estaba inscrita. La ayuda financiera estaba cubierta por esa mujer. Y durante esos siete años, se había vuelto consiente de sus preferencias y naturaleza, y también de sus puntos débiles y fuertes.
La clase de información que lo formaba era sobre esas cosas.
Ella no sabía sobre las raíces en las que había nacido, ni de sus expectativas más allá de ese punto.
Todos los días, simplemente pasaba el tiempo sin ningún propósito. Algunas veces, Rías pensaba que ella solo era como una semilla de diente de león que no podía hacer nada más que ir a la deriva en el viento.
Rías:...Oye, no es momento para divagar. Se hará tarde si no te preparas rápido.
Las cosas que no podía recordar eran algo usual. Se había acostumbrado a eso. En lugar de pensar en ello, Rías se levantó de la cama y arreglo su cabello que estaba desordenado por haber dormido con una cola de caballo.
Abrió las cortinas de la habitación que estaba entreabiertas.
Como si el sol de la mañana del lado opuesto descendía de golpe, vio una ciudad que se extendía como una pintura.
Muros blancos con techos coloridos. Los extensos caminos con vueltas irregulares que se convertían aceras de piedra. Los árboles en la cuneta, que fueron cultivados para que crecieran altos, estaban llenos de hojas verdes.
Ella comenzó a vivir en esta ciudad hace siete años sin saber nada. Esta ciudad era el único mundo para Rías.
La rica naturaleza, los edificios con hermosos exteriores. No se podía ver desde ahí, pero había un océano en el lado opuesto que brillaba al ser bañado con la luz del día.
Este lugar era una ciudad rodeada de fauna, Kuoh. Pero fuera de la ciudad, solo pocas personas la llamaban con ese nombre. La ciudad de lo paranormal. Esta ciudad era llamada simplemente así.
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