Son las 4.30 de la mañana, no eché un ojo en toda la noche, no pude.
Fui hasta el baño y me encerré, sentándome en el inodoro y llorando en silencio para que nadie me escuchara. Era la madrugada de un martes, había pasado de todo el día anterior, muchas cosas que me tragué, y varios golpes bajos.
No te podría decir, como pasó el tiempo, porque para mí era una eternidad, sola, en el frío de este 21 de julio, mi cumpleaños. Me habían destrozado el corazón de nuevo, mis lágrimas resbalaban sobre mis rodillas y ahogaba cualquier gemido para que nadie se despertada.
Se hicieron las 7 de la mañana, sonó la primera alarma, era mi señal, para volver a la cama, hacerme la dormida; y que nadie se diera cuenta que había llorado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top