Que frío hace

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¿Más villancicos?

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¡Callen eso!

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Aún es época de fiestas, lo sé, y eso no es nada grato para mí, pero ¿Qué puedo hacer? La realidad es que nada más que aguantar esa infernal música y más que a Papyrus en esta línea temporal es más ansioso que nada.

Sigamos con el especial...

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Al paso de los años, el traje de Asgore fue guardado al igual que sus cosas ya que algún día regresaría de sus vacaciones. Así que mandaron a confeccionar un nuevo traje de Santa para que Papyrus pueda usar al igual que algunas cosas que necesitaría. La Navidad se acercaba y en el castillo había muchos preparativos para esa noche, además del banquete real de espaguetis, Sans sugirió meter otros platillos más para su gente y al igual que todos, había un par que estaba algo tarde para encontrarse con el rey.

—¡Corre Dogamy!— Aaron parecía que estaba en un maratón mientras que Dogamy estaba a nada de caer, al sentirse incómodo con lo que traía puesto.

—¡Aaron, nos hubiéramos quedado en el banquete!— corrían con un tintineo sonando a cada paso que ambos daban, llamando la completa atención de todos en el castillo.

—Aun me pregunto, ¿Por qué tenemos que ser los duendes?— ambos corrían esquivando a cada monstruo esperando llegar a tiempo a la habitación de su majestad.

—No lo sé, pero ya debiste haberte acostumbrado— Aaron solo deseaba llegar a tiempo antes de que el Rey lo pudiera regañar por lo tarde que era.

—¡Aaron cuidado!—apenas dijo media palabra y el monstruo chocó con una joven conejita que traía cargando una olla de espaguetis.

—Disculpe señorita, no me fijé donde iba— ella sonrió.

—No te preocupes, soy Lili— Aaron se quedó atónito, y no podía dejar de verla.

—¿Y como se llama el duende de Santa?— Dogamy solo reía de ver como su amigo tartamudeaba por tratar de decir su nombre.

—Su nombre es Aaron señorita Lili y yo soy Dogamy— ella solo río y se agachó a recoger lo que se había salvado de la olla.

—Déjeme ayudarle— y algo que sorprendió a Dogamy fue que vio a su amigo algo coqueto.

—Disculpen que se los diga, pero ¿el Rey no los está ya esperando?— ya se les había olvidado, por lo que Dogamy salió corriendo.

—Adiós señorita, pero ¿De dónde es?— ella sonrió.

—¡Aaron corre!— su amigo estaba ya desesperado.

—Soy de Snowdin— Aaron sonrió como un tonto al escucharla.

—¡Aaron!— El monstruo solo salió corriendo volteando hacia ella.

—¡Aaron cuidado!— y esta vez apenas logro esquivar a una chica de fuego que traía algunos platos, la conejita se río y Aaron se concentró en correr hacia la habitación del rey, solo que este año, si están demasiado tarde.

—¿Crees que el jefe se enoje por esto?— estaba Aaron preocupado.

—El rey es muy puntual, así que es muy seguro que nos regañen, otra vez— siguieron corriendo por los pasillos para llegar donde vieron a un guardia volando a lado de la puerta.

—Miren los duendes de Santa— bufaba el guardia divertido de verlos en esas condiciones.

—Hola, ¿Y el rey?— Aaron y Dogamy se doblaron al intentar recuperar el aliento.

—Esta vez lo lograron, sigue adentro, y al parecer este año tendrán a un compañero— ambos simplemente se quedaron ahí, esperando a que Papyrus saliera junto con el nuevo compañero. Una sorpresa que tal vez ni les agrade.

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XD Papyrus esta mas que motivado al ayudar a Santa con su trabajo. Incluso creo que hace un mejor trabajo que el mismo gordito de la Navidad y como verán ese par de guardias no podían faltar en la historia, deben admitir que son divertidos, para mí lo son.

Bueno pronto subiré la parte 3 jejejejejej...