Zalgo y compañeros de habitación
Yo no veía nada de lo que Slenderman me hablaba y estaba muy desconcertada.
—¿Qué pasa? ¿Por qué lo tengo que ver? —Pregunté.
—Porque es el portal para llevarte a tu dimensión, si no lo puedes ver, no puedes ir a tu casa —Explicó Slenderman.
¿El portal? ¿Por qué no lo podía ver?
—Tampoco ví nada de eso cuando entré accidentalmente... Tal vez no me haga falta verlo.
—Puede... Pero si no estamos cien por ciento seguros no podemos intentarlo. Podrías perderte y eso sería lo peor porque puedes encontrarte cosas que no debes —Explicó.
—¿Cosas que no debo? ¿Como cuales? —Pregunté.
—Tampoco deberías saberlo. Es un tema que no te incumbe y si lo sabes, estarás en peligro —Advirtió.
Quería saber de qué se trataba.
...
Llegamos a la cabaña y todo seguía como antes, me extrañe al no ver a Offenderman por aquí.
Me senté donde estaba antes, agarré el libro que estaba leyendo y busqué la página por donde iba.
—¿Dónde has encontrado ese libro? —Preguntó Slenderman.
—Por ahí —Dije mirando mi libro —¡Ah! Ya encontré la página!
Slenderman me lo quitó.
—No leas más estos libros —Dijo Slenderman.
—¿Por qué? Solo son mitos y leyendas ¿Qué hay de malo en eso? —Me quejé.
—Sí, claro... Mitos y leyendas... —Dijo para sí mismo pero yo lo escuché.
—¿Acaso no lo son? —Pregunté.
Él me miró y se aflojó la corbata.
—Sí, claro... Nada de esto existe —Dijo de forma misteriosa.
¿Por qué no quería que lo leyera?
...
Me encontraba terminando de cenar, agarré mi plato y lo llevé al fregadero.
—Me voy a dormir ya, estoy muy cansada —Dije bostezando mientras pasaba por el salón.
—¿Puedo dormir contigo, Kat? —Preguntó Nina.
—Pues claro —Sonreí.
Estábamos ya en mi cuarto apunto de dormirnos cuando escuchamos un ruido extraño. Nina y yo nos miramos.
—¿Qué es eso? —Pregunté alterada.
La puerta se abrió, una silueta se situó en frente nuestra y como estaba todo oscuro Nina y yo nos abrazamos con fuerza y gritamos.
—¡No gritéis, sólo soy Offenderman!
Gritámos aún más fuerte.
Éste nos tapó la boca.
—No voy a haceros nada, por favor calmaros, solo quiero hablar con kat —Explicó
Nos callamos y él quitó las manos de nuestra boca.
—¿De qué quieres hablar? —Pregunté.
—Solo quiero que me perdones por casi violarte —Dijo Offenderman.
—¿Crees que es tan fácil? ¡Me has dejado un trauma para toda la vida! —Exclamé.
—¡Lo siento! ¿Vale? Además también me pasó con Nina pero ella me perdonó. ¿No puedes hacerlo tú también?
Miré a Nina.
—¿Le perdonaste? —Pregunté y ella asintió con la cabeza. Miré de nuevo a Offenderman —Bueno, lo haré pero... Con una condición —Dije.
—Lo que quieras.
—Quiero que me des un libro que Slenderman me escondió.
—¿Un libro? ¿En serio?
—Sí —Asentí.
—¿Pero cómo es? ¿Y dónde lo guarda? —Preguntó y yo le expliqué cómo era la tapa de éste pero le dije que no sabía dónde lo había guardado.
—Slenderman es tan predecible que creo que sé dónde lo guarda —Dijo.
—¿Ah sí? —Pregunté.
—Claro... Entonces... ¿Estoy perdonado? —Preguntó.
—Tienes que recuperar el libro primero.
...
Estaba sentada en la sala esperando a que venga Offenderman a por el libro hasta que por fin apareció.
—¿Es este? —Preguntó enseñándomelo.
—¡Sí! Ese es ¡Gracias Offender! ¿Puedo llamarte así? —Pregunté.
—Claro... ¿Eso significa que me perdonas? —Preguntó.
—¡Sí! —Dije y le abracé, él me correspondió al abrazo.
Me senté en el sofá y comencé a leer el libro por donde me quedé.
Hubo una página con un monstruo dibujado en ella, como en todas las demás... Pero esta era sumamente especial. ¿Por qué? Por que se trataba de la criatura que ví en el bosque.
Se llamaba Zalgo y si lo veías tenías que salir corriendo de él porque era muy peligroso.
¿Entonces los monstruos de este libro existían?
—¡Te dije que no leyeras más ese libro! —Exclamó Slenderman y me lo quitó de nuevo.
—¡No lo comprendes! Yo...
—No, tú no lo comprendes. ¿Cómo lo has encontrado? —Dijo furioso.
—Yo... Eres muy predecible, Slender... Era fácil de adivinar —Dije.
—¿Ah sí? Pues ya me encargaré de que no lo encuentres más —Dijo y se iba a ir pero le agarré de la chaqueta, él se giró —¿Qué quieres?
—Tengo que hablar contigo —Contesté.
—Bueno, ven a mi despacho y lo hablamos allí —Ordenó y eso hice.
Cuando llegamos nos sentamos y Slenderman puso el libro en su escritorio.
—Te quiero hablar sobre Zalgo —Dije y Slenderman asintió.
—¿De qué lo conoces? —Preguntó preocupado.
—Yo no lo conozco, lo sé por dos cosas, una; lo leí en el libro y dos; lo ví en persona —Dije preocupada.
—¿Que tú qué? ¿Cuando? —Preguntó ¿Preocupado?
—Lo que oyes, lo ví con mis propios ojos —Dije acercándole cada vez más a él —También leí que si lo veía, que corriera porque era muy peligroso. ¡Tengo miedo! —Dije abrazándome a mi misma.
—Tranquila, no dramatices... No te va a pasar nada —Me tranquilizó.
—¡Pues yo no puedo dormir bien sola! —Me quejé.
—No digas tonterías.
—Lo estoy diciendo totalmente en serio, ¿Y si me rapta?
Slenderman comenzó a reír, pocas veces hacía eso.
—Está bien, buscaré a alguien para que compartáis cuarto —Dijo Slenderman mientras se cruzaba de brazos.
—¡No! Yo quiero dormir contigo —Slenderman se sonrojó —Me refiero... ¡En un cuarto contigo pero no en la misma cama!
—¿Y por qué conmigo?
—Por que tú... Porque tú eres el más fuerte y me siento más segura.
Slenderman se sonrojó de nuevo y carraspeó.
—Bueno, si eso hace que dejes de quejarte tanto está bien, puedes dormir en mi cuarto.
Yo toqué las palmas de alegría.
—¡Gracias Slender! —Agradecí.
—No me llames Slender y de nada.
Salí de su despacho y fui a mi cuarto para ponerme mi pijama, ya era de noche.
La verdad es que sí me daba miedo y podría haber accedido a compartir cuarto con cualquiera pero ¿Cómo funcionaría el plan de esa forma?
Aparte Slenderman estaba todo el día en su despacho, por las noches podré hablar con él y así enamorarlo.
•••••
Subo capítulo cada dos días.
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