En familia

A la mañana siguiente me sentía mejor, estaba feliz por eso.

Me levanto de la cama, para incorporarme, me estiro y sonrio.

—¿Cómo te encuentras hoy? —Dijo Slenderman, que estaba entrando mientras traía mi desayuno.

Me sonrojé por ese gesto. Parecía preocupado.

—Mejor que ayer, debo admitir —Respondí tímida.

—Toma, te he preparado el desayuno, quizás haya hecho demasiada comida, realmente no sé qué es lo que almuerzas, nunca me...

—Tranquilo, esto está bien, no creo que deje mucho... Gracias —Le interrumpí y sonreí para tranquilizarlo. Parecía nervioso.

—Está bien... Voy a salir para que puedas desayunar a gusto, también tengo que ir a por un poco más de la bebida que te di ayer, aunque no te siga doliendo, es mejor estar precavidos —Respondió y se fue.

¿Por qué Slenderman estaba nervioso? Si ayer estaba bien...

Quizás es porque le moleste mi compañía. Ayer fue uno de los días que más tiempo pasó a mi lado. Quizás se haya dado cuenta de que soy aburrida, quejica, peliculera... Si, seguro que está aburrido de mí.

Suspiré.

Aún así me odiaba a mí misma pensar en eso, atormentarme de esa forma. Normalmente no le pongo mucho énfasis a estas cosas, no me importa lo que la gente piense de mí y nunca lo hará, pero desde que conozco a Slenderman, siento que todos mis defectos florecen, que soy demasiado patosa a su lado, que actúo como una niña... Porque él es muy maduro y sé que jamás podré estar a su altura o que me vea como alguien mayor, como una mujer. Me da rabia pensar en ello porque no quiero que me vea como todos los demás, quiero que me vea de otra forma... —sacudo la cabeza para intentar borrar esos pensamientos de mi mente, pero no lo consigo— reamente...¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué pienso así? Desde aquel beso... Todo se ha vuelto muy extraño.

Observo la comida que ha puesto en la bandeja; un zumo de naranja, dos croissant y dos tostadas.

Sonrío.

Imagino a Slenderman levantandose temprano para hacerme el desayuno.

—Vasta de hacerte ilusiones, Kat, solo lo hace porque se preocupa por tí de la misma forma que se preocupa por Jeff, Ben o cualquiera de su cabaña —Pensé.

Agarro el zumo y me lo bebo de un sorbo.

Miro hacia la ventana, en la que el sol me da de lleno en las mejillas.

¿Y qué pasará cuando me vaya?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por alguien; Ben.

—Hola, Kat, quería saber cómo estabas —Dijo mientras se acercaba a mí.

—Debes de tener cuidado, como Slenderman...

—Tranquila, lo tengo todo controlado. Solo quiero preguntarte cómo estás porque todos estamos preocupados —Dijo Ben triste.

Sonrío de forma cariñosa.

—Me encuentro mejor que ayer —Dije sin quitar la sonrisa.

—Me alegro —Respondió con sinceridad y sonrió de vuelta.

Observo mis manos mientras agarro un croissant, que se me había antojado poco.

—¿Estaban... Todos preocupados por mí? —Pregunté timida.

—Sí, incluso Slenderman, jamás lo había visto así —Respondió.

Mi corazón comenzó a ir rápido en ese momento, en consecuencia agarré el Croissant con más fuerza.

—Oh... —Dije sin más.

Ben observa la puerta y pega un salto.

—Te veo luego —Dijo para salir tan rápido como el viento.

Imaginé que Slenderman ya llegó.

Me muevo inquieta.

El susodicho entró al cuarto con un vaso en las manos, imaginé que era mi asquerosa medicina.

—Toma, bébelo rápido —Me dijo calmado.

Hice lo que dijo antes de que se irritase, no quería hacerle enojar.

Me termino el contenido pronto y hago una mueca expresando lo asqueroso que está y Slenderman me arrebata el vaso, junto con la bandeja de mi desayuno.

—No has desayunado nada —Dijo impasible.

Trago saliva fuerte.

—Realmente no tenía mucha hambre, Slenderman —Respondí.

Slenderman me observa por un largo periodo de tiempo, tanto que me dio hasta miedo.

—Almenos te bebiste el zumo —Dijo y se fue.

Me sentí mal por él; realmente no estaba del todo llena, pero pensar en él me ponía nerviosa y me quitaba el apetito.

...

La tarde pasó normal —Aburrida— pero almenos Ben me visitaba de vez en cuando.

Justo antes de cenar, observo la ventana, aquella que se puede ver el exterior, ese que hacía días que no pisaba y que ansiaba pisar.

De repente me imaginé a Slenderman caminando conmigo y me sonrojé.

¿¡Cuántas veces me había sonrojado hoy!?

Grito de frustración mientras me tapo la cara.

Odio estar moñas.

Slenderman aparece rápidamente en mi campo de visión.

—¿Que ocurre? —Preguntó alarmado.

—N-nada... Es que... Hace días que no camino... Y tengo miedo de que se me olvide caminar y.. y eso —Respondí y me mordí el labio.

Ahora va a pensar que soy una estúpida.

Cierro los ojos, frustrada por parecer una gilipollas y para no ver la reacción de Slenderman ante mi respuesta.

Los abro al ver que no habla.

Slenderman se sienta a un lado de mi cama.

—Si quieres puedes ir a la cocina y cenar con nosotros esta vez —Dijo.

Sonreí por ser comprensible —Sí, solo por eso—.

La cena estuvo genial, todos me preguntaban cómo me encontraba y parecían preocupados por mí, tal y como dijo Ben. Casi podía decir que parecía que estábamos en familia y eso me hacía sentir muy pero que muy bien. Hacía tiempo, quizás nunca, que no me sentía así por eso, el estar en ese momento todos reunidos y, realmente haciéndome sentir querida hizo que algo se encendiese en mi, como si realmente me sintiense en casa.

Lastimosamente la cena terminó y fui llevada a mí —ya demasiado visto— cuarto.

Slenderman notó mi tristeza y me preguntó qué me ocurría.

Suspiré.

—Nada, es solo que... Salir de este cuarto y ver a los demás me hizo... Quiero decir, los añoraba —Respondí. No quería hondear en el tema.

Slenderman parecía pensativo.

—Perdón —sinceró.

Me quedé estática.

—Por... ¿Por qué?

Slenderman se removió incómodo de su cama.

—Por haberte encerrado aquí... No debería de haber sido demasiado...

—No te preocupes —Dije.

—Déjame acabar —Dijo él.

—No, está bien, solo... Sé que solo querías que no me pasase nada malo, lo comprendo, tranquilo —Dije y le sonreí.

—De todas formas, quizás fui un poco extremista —Respondió.

—¿Solo un poco? —Dije de broma.

—Bueno, mucho —Respondió.

—Eso quiere decir... Que me dejarás salir —Dije feliz.

Slenderman me observa sin decir nada.

—No.

Agarré las sábanas con fuerza.

—¿Cómo?

—Mira, te ha picado una serpiente, y eso solo habiéndote dejado encerrada. ¿Que hubiese pasado si te hubiese dejado libre? —Explicó ofuscado.

—Pues... Ese es mi problema —Dije sin más —No puedes dejarme encerrada de por vida.

—De por vida no, solo hasta que pueda sacarte de aquí.

Sus palabras fueron como dagas en mi cuerpo.

—¿Quieres decir que soy un estorbo? —Pregunté entristecida.

Slenderman pasó su mano con frustración por su cara.

—No, no quise...

—¡Sí que quisiste decirlo! De hecho, es verdad. Si nunca hubiese venido, sería mejor para tí, solo te doy problemas; soy como una intrusa aquí, como una niña desamparada. No sé defenderme, me quejo por lo que tú llamas "tonterías", solo hago meterte en líos que podrías haberte ahorrado si yo no hubiese llegado nunca aquí —Respondí, frustrada por todo lo que estuve callando todo este tiempo.

—Katherine... Deja de decir tonterías

—No, es verdad, Slenderman, y...

—¡Que te calles! ¡Deja de hablar y ponte a dormir! ¡En una cosa si estoy seguro, y es que te preocupas por tonterías! Realmente eres insufrible...

—Ni siqui...

No pude seguir más, pues de repente la falta de oxígeno impidió que siguiese hablando, ¿Por qué me cuesta respirar de repente?

Puse mi mano en mi garganta, mientras respiraba con fuerza.

Slenderman, al darse cuenta de esto se fue rápidamente a mi lado y se sentó en mi cama.

—¿Por qué me... Cu-cues..

—¡Cállate! ¡No te esfuerces, esto es normal cuando te pica una serpiente, deja de intentar hablar y relájate! —Dijo enfurecido mientras ponía una mano entre mi pecho y mi garganta, haciendo círculos con presión.

Observaba sus movimientos mientras por dentro, estaba temblando de miedo, si es que ya no se veía por fuera.

—La serpiente que te ha picado es demasiado fuerte, normalmente con dos vasos de aquella bebida, hubiese sido suficiente para que esto no hubiese llegado a pasar —Dijo más tranquilo, pero su cara no reflejaba tranquilidad.

—¿Voy a m-mo...?

—¡No! Nadie va a morir —Dijo tajante.

El ver cómo Slenderman realmente se estaba preocupando por mí me hacía sentir bien, aunque en el fondo estaba con un tremendo miedo, cuando él estaba a mi lado, me sentía mejor.

De repente Slenderman se levanta y me agarro a su brazo.

Me niego a que se vaya, no podría aguantar sola ni cinco minutos así.

Slenderman al comprenderlo se inclina hacia mí.

—Ahora vengo, no tardaré mucho, lo prometo —Dijo y se fue hacia la puerta, se quedó parado un segundo y se giró hacia mí, para acercarse de nuevo, parecía dubitativo— No te va a pasar nada —Se inclinó de nuevo, de repente su cara estaba demasiado cerca a la mía, quería que me besase, aunque me faltase oxígeno, eso ya no me importaba tanto. Acercó una mano hacia mi cara pero antes de llegar la apretó con fuerza, como si realmente quisiese hacer algo pero no podía. Finalmente agarró mi cabeza por detrás y me dio un beso en la frente. Anque no era lo que me hubiese gustado, me quedé sorprendida por aquel acto tan extraño por parte de Slenderman, y él, por su parte se fue sin más.

CREÍA QUE TENÍA EL CAPITULO SUBIDO!!!! NO ME DI CUENTA DE QUE ESTABA EN BORRADOR AUN.

ASI QUE MAÑANA TENDRÉIS OTRO, POR LAS MOLESTIAS, PERDONAD.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top