Dolor

Unknown's PoV

Me las vas a hacer pagar todas Slenderman, te llevo siguiendo desde hace más tiempo de lo que crees, ni siquiera sabrás ni como, ni cuando, ni dónde voy a atacar, pero lo haré y en cuanto sepa tú punto débil, ahí atacaré, cómo hiciste conmigo.

Kat's PoV

¿Cuántas horas llevo aquí? ¿Dos, tres? Ya no lo recordaba.

Ese Slenderman, ¿Cómo se atreve a encerrarme sin mi permiso, sumida a un aburrimiento interminable? Ni siquiera sabía cómo entretenerme.

Giré mi cara para buscar alguna cosa que acabase con este aburrimiento infernal, pero no había nada.

Debo recurrir a una cosa que jamás pasaría por mi mente, pero que debo hacerlo puesto que, esto es culpa suya
y tiene que encargarse almenos, de que la persona que se encuentre <secuestrada> en su habitación, almenos se entretenga; Buscar en sus cosas.

Papeles raros, símbolos de un dibujo como Slenderman con frases abajo y más papeles.

¿Para qué quería tantos papeles?

De repente veo algo que llama mi atención.

Un libro en el fondo.

Lo agarro y le quito el polvo que aquel libro tenía, dando a entender que era antiguo y no se hacía uso recurrente de él.

En su portada había una mujer hermosa, junto con un hombre que agarraba su mano, de rodillas, con un sombrero que tapaba su rostro, diría que es de la época victoriana porque la mujer llevaba un gran vestido de aquella época y el hombre iba de traje.

El título de este jamás se podría adivinar por el hecho de que estaba borrado.

Le quité un poco de polvo y abrí una página.

Dios, hasta para deslizarla salía polvo.

Estornudé.

Comencé a leer la historia con detenimiento.

"Había una mujer llamada Caroline que vivía en Cardiff, no tenía más de veinticinco años, en una acogedora casa en la que convivía con su madre y sus tres hermanas pequeñas. No tenían mucho dinero por lo que su madre hacía todo lo posible por que su hija contraiga matrimonio con algún hombre de poder como el conde Dexxit o el aristócrata de Londres, que venía hoy de visita al Palacio de Redglass. Como de costumbre, recibieron una carta de invitación para ir al baile de esta noche, en el palacio de Redglass.A Caroline no le hacía gracia la idea de casarse por dinero, ella quería enamorarse, saber qué era el amor... Seguramente el aristócrata de Londres era otro hombre engreído, con aires de grandeza y frío, porque así era como ellos solían ser...."

La lectura se vio interrumpida por el sonido de la puerta, detrás de ella apareció Slenderman, que, en cuanto me vio con aquel libro en las manos, se alarmó y no dudó en quitármelo, para asegurarse que no leyese ni un párrafo más.

—¡Oye! ¡Lo estaba leyendo! —Exclamé angustiada.

—Y ese es el problema —Replicó aquel hombre.

Hice un mohín y me crucé de brazos.

—No puedes dejarme encerrada a tu merced cuando te apetezca y dejarme además, tan aburrida como un pez en una pecera —Respondí quejándome una vez más.

—Si que puedo, es mi casa, y como tú siempre haces lo que te da la gana, ya sea poner en riesgo tu vida o meterte en los asuntos de los demás —Alzó el libro— será mejor que no empieces una discusión o acabarás perdiendo.

Me levanté del suelo y me acerqué a Slenderman amenazadora.

—No soy una niña, Slenderman, pero si crees que lo soy, ¿Sabes que los niños son los que intentan escaparse y al final lo consiguen?

Slenderman soltó una risa.

—No me hagas reír. Por supuesto, ahora no eres solo una niña, ya te dije que ahora eres de mi propiedad y además una niña, por lo que ahora ni puedes escaparte ni puedes intentar convencerme, porque sabes que es imposible, así que toma la cena y vete a dormir —Dijo mientras depositaba un plato con un sándwich que no había visto hasta ahora y se fue, cerrando la puerta.

Di una patada a la cama, acalorada por toda la ira que sentía dentro.

Vas a ver que si, que me voy a escapar.

Finalmente me comí aquel dichoso bocadillo y me fui a la cama, no porque Slenderman me lo hubiese dicho sino porque yo quería y me dormí.

A la mañana siguiente me desperté y vi que la cama de Slenderman estaba vacía, había salido.

—Me espera un día muy aburrido —Pensé mientras bostezaba.

Estaba peinando mi pelo con mi mano cuando escucho la puerta abrirse.

Aquí está Slenderman.

Pero no era así, era Ben, con una sonrisa en su cara.

—Hola Kat —Dijo feliz.

—¡Ben! —Exclamé y me acerqué a él para darle un abrazo.

—¿Cómo estás? —Preguntó preocupado.

—Tan aburrida que ni te imaginas —Dije sin ganas. ¿Cómó has abierto?

Ben me enseña las llaves.

—Se las dejó en la mesa. ¿Salimos? Slenddrman llegará hoy muy tarde —Dijo él alegre.

—Eso no se pregunta —Respondí.

Fuimos a una zona preciosa del bosque, donde los árboles no tapaban el sol que emanaba el cielo y el pasto era tan brillante y suave, que me quité los zapatos y comencé a correr por los alrededores sintiéndome libre.

Aunque esa felicidad se iba a acabar pronto y lo sabía.

Cuando el sol se estaba poniendo volvimos a la cabaña, con suerte Slenderman no estaba aunque me encontraba muy cansada. Como no habíamos comido nada, Ben me hizo una comida rápida y la comimos juntos. Le agradecí por el día de hoy y me dijo que intentaría sacarme del cuarto en cuanto la ocasión se le presentase la próxima vez.

Una vez de vuelta a mi cuarto mi pie comenzó a doler, era un pequeño dolor que podía soportar, pero cuando la noche cayó, ese dolor aumentó.

Si se entera Slenderman, iba a saber que ella salió, aunque podría decir que se había tropezado con un mueble, de todas formas, ni sabía por qué le dolía tanto así que tampoco sabía si el dolor fue por algo que estuviese en el pasto o algo que estuviese aquí.

A los minutos Slenderman entra por la puerta, me pone la comida en la mesa, como ayer y me pregunta cómo estoy.

—Estoy bien, ¿Por qué iba a estar mal? —Pregunté.

—Eso ha sonado sospechoso —Dijo Slenderman.

—¡No es sospechoso en absoluto! —Exclamé pero me arrepentí de haberlo hecho, mi cabeza comenzó a doler y me toqué la sien mientras cerraba mis ojos.

—¿Qué te ocurre? —Preguntó Slenderman en un tono que creo que era de preocupación. Se acercó a mí y me escudriñó con la mirada.

Me puse nerviosa.

—Nada, ¿Puedes hacer el favor de irte? —Pregunté cansada mientras quitaba la mano de mi frente.

—Es seguro que te pasa algo.

—Estoy bien.

—Sí, claro, estás genial, por eso te duele la cabeza —Respondió el con ironía.

—Eso es porque estás aquí, como sigas hablándome así me dolerá más, ¿Quieres hacer el favor de irte? —Pregunté con los nervios aflorados.

Slenderman me miró por un largo tiempo, como si no estuviese seguro de si irse o no, finalmente se fue.

Me tiré a la cama e intenté olvidar el dolor de la pierna, junto con el de la cabeza y me dormí.

...

A la mañana siguiente, al abrir los ojos, mi cabeza dolía aún más fuerte.

Me senté en la cama y me levanté  de un salto, pero el dolor en el pie de hizo más fuerte, al igual que el de la cabeza.

Me agarré a la alcoba de la cama, respiré hondo y me incliné.

¿Qué coño me pasa?

...

Hola chicos, espero que os esté gustando el fanfic, quería deciros dos cosas, la primera es que voy a seguir actualizando con más regularidad y la otra, es que, (no es que me lo tomé mal) pero cuando ustedes ponéis comentarios como "como sabe como la mira si no tiene ojos", "como sabe que cara pone si no tiene cara"... Al principio son divertidos pero cansa de tanto leerlo. Claro que es obvio que Slenderman no tiene rostro, pero sin saber sus expresiones, ¿Cómo podría avanzar la novela? Slenderman es ficticio, sale de la imaginación, así que podéis hacer un esfuerzo e imaginar lo que escribo también.
Repito: NO VOY CON MALAS INTENCIONES, solo que está bien escribirlo en un capítulo, pero no en todos ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top