Acto de valentía
Después de haber sacado toda mi comida del estómago, me duché. Iba a hacerlo con agua fría pero ya estaba demasiado pálida para considerar hacerlo, por lo que cambié mi idea y me duché con agua tibia.
Al terminar, me enjuagué mi boca rápidamente para eliminar el olor a vómito de ésta.
Dios, me sentía fatal, necesitaba comer algo pronto, mi estómago pedía por comida.
Después de haberme puesto algo cómodo, me dirigí a la cocina.
—¿Quieres cenar ya? Apenas está anocheciendo —Dijo Eyeless mientras me observaba curioso.
—No, solo voy a comer algo antes de cenar, tengo... Un poco de hambre —Expliqué.
Eyeless no dijo nada, pero me miró por un largo rato, no supe el por qué pero me incomodé ante su mirada inquisitiva.
—Te veo pálida.
No quería alarmar a nadie así que preferí no comentar a cerca de mi emesis, si ha ocurrido podría ser porque aún estaba surgiendo efecto la receta que me dio Slenderman o que aún me sentía cansada interiormente.
—Si, es que he dormido mucho y el dormir tanto hace que no me encuentre bien —Mentí mientras le sonreía para hacerle entender que aún así me encontraba bien y que su preocupación sería una perdida de tiempo.
—Bueno, si tú lo dices —Finalizó y abandonó la cocina, dejándome sola.
Solté un suspiro que no sabía que tenía contenido.
Después de haber llenado mi estómago, pasé por el salón. Se podía escuchar a Slenderman hablando aún con ese hombre desconocido... ¿Cómo se llamaba? ¿Nick? ¡Ah no! Creo que era Mike... De todas formas no le di mucha importancia, sabía que mientras menos me inmiscuyese en asuntos de Slenderman, mejor sería para mí y todos los de esta cabaña.
Echo un último vistazo a éstos dos individuos y de repente mis ojos se conectan con los de aquel hombre, parecía tan calmado ahí sentado, pero su mirada escondía algo, aunque no supiese exactamente el qué, sabía que algo bueno no era. Me daba mala espina.
Una vez en mi cuarto, leyendo un libro viejo acerca de cómo era la vida en 1970, que por cierto me parecía muy interesante, escucho la puerta abrirse, y como de costumbre, entra Slenderman buscando alguna cosa de la que nunca sé para qué sirve y se va de ahí. Ni siquiera me miró.
Suspiro y sigo con mi lectura.
Pasado unos minutos, Nina y Sally me animan a pasar un rato con ellas y con Jeff, que estaban jugando a las cartas, era un juego desconocido para mí, pero entretenido también. Estuvimos hasta tarde jugando, cuando se volvió aburrido puesto que la mayoría de las veces siempre ganaba Jeff. Nina se quejaba porque decía que hacía trampa pero a Sally no le molestó lo más mínimo puesto que ella no le importaba lo que pasase en el juego mientras se divirtiese. Una risa se me escapó al verlos pelear de esa forma. Nunca había tenido hermanos pero aseguro que si alguna vez hubiese tenido la oportunidad de tenerlo, hubiese sido exactamente como Nina y Jeff en este momento, peleando por tonterías todo el tiempo pero también ayudándose en su debido momento.
Cuando la escena de peleas hubo terminado, Jane apareció en la escena y me tocó el hombro, me dijo que quería hablar conmigo un momento y me levanté de la silla para ir hacia su cuarto, una vez dentro me indicó que me sentase y eso hice, yo en la cama y ella en la silla de su escritorio pero en frente de mí.
—¿Cómo te encuentras? —Preguntó preocupada pero con un atisbo de enojo.
—Bien... ¿Qué pregunta es esa?
—Eyeles me ha dicho que te viste pálida hacia unas horas. ¿A qué se debe? —Quiso saber.
Joder, Eyeless y su lengua cotilla ha tenido de contarle lo de esta tarde, debo inventarme algo para no preocuparla, puesto que nisiquiera yo sabía qué me pasaba.
—Ay, Jane... No quería contarle a Eyeless porque me daba vergüenza... Pero contigo puedo hacerlo —Respondí intentando hacer mi mejor papel como actriz en esta obra.
—¿Qué pasa? Más vale que me lo cuentes si no quieres tener a una Jane pesada todo el tiempo.
Suspiré y seguí con mi mentira piadosa, pero no tan mentirosa del todo.
—Slenderman me besó hace dos días...
—Espera, no me cuentes más, te besó e hizo como que no se acordaba, ¿Cierto?
No sabía si tocarle las palmas por su indudable acierto o tener compasión por mí misma por verme como una total estúpida puesto que si ella sabía esa respuesta es porque ya pasó otra vez y fue así.
—Así es —Respondí entristecida.
—¿Cuándo te vas a dar cuenta que estar con ese... Estúpido es imposible? ¡Incluso aunque esté enamorado hasta las trancas jamás te lo diría! Es mejor que te olvides de él, Kath, antes de que te guste más, es un caso perdido. —Me reprimió.
—Pero Jane... Ya me gusta bastante, ¿Qué voy a hacer? —Me quejé.
—Katherine, si realmente quieres estar toda tu vida dependiendo si Slenderman algún día corresponderá a tus sentimientos de la misma forma que tú lo haces, créeme que vas a morir sola —Exclamó y me dio una dura mirada.
Me comencé a sentir mal de nuevo, una arcada se aproximaba pero hice lo imposible para que no pasase, aunque me costó mucho.
—Oh, Dios, te has vuelto pálida de nuevo —Dijo preocupada mi amiga.
Me levanté de la cama y crucé mis brazos, como si estuviese decidida a decir algo que realmente ni yo estaba segura.
—Jane, me has abierto los ojos, ¡No caeré más en los brazos de Slenderman, aunque me cueste la vida en ello! —Dije y me fui corriendo de ahí, para dirigirme al cuarto de baño y regurgitar de nuevo.
Mi cuerpo comenzó a temblar mientras me limpiaba la cara y la boca.
Mientras debatía entre salir de aquí o esperar a recuperarme, pensé también en lo que me dijo Jane. No debería de estar detrás de alguien a quien poco le importo. Debería ser más dura con él, como él hace conmigo.
Una vez en mi cama, leyendo otra vez aquel libro del que ya me he hecho adicta, Slenderman entró y se despojó de su chaqueta mientras se tocaba la cara, parecía cansado.
—¿Ya se ha ido por fin ese hombre? —Pregunté.
—Sí, ¿Por qué? —Preguntó seco.
—Me daba mala espina, no sé, ¿De qué lo conoces?
Slenderman se giró hacia mí.
—Pues ese hombre que te da mala espina, es el que me dio el remedio para tus dolores y la picadura que te hizo aquella serpiente.
De repente dejé mi libro a un lado de la cama y todo se vio más nítido para mí.
—¿Cuando hacía efecto aquel remedio? Me refiero... ¿Hasta cuánto tiempo debo tomarlo para que mejore? —Pregunté temerosa.
Slenderman me miró como si estuviese loca.
—Solo dos días, ¿Acaso no has visto que has dejado de tomarlo? Ya estás bien, ¿No?
Cerré mis ojos con fuerza.
Quizás no debería creer tanto en las palabras de ese hombre, porque vomitar ayer y hoy, sentirme débil... No debería ser normal teniendo en cuenta la efectividad de éste, imagino.
—Katherine —Insistió Slenderman.
—No sabía que ese hombre era el que te dio el antídoto, debería haberle agradecido, ¿Por qué no me lo has dicho antes? —Mentí, no quería contarle nada a Slenderman. Su falsa preocupación por mí no me valía y como la única persona capaz de curarse soy yo misma, voy a tener que adivinar qué es lo que me pasa por mi sola y encontrar a ese estúpido que ha hecho ese brebaje asqueroso por el que aún sigo sufriendo.
—Es de poca importancia, ya le agradecí yo, será mejor que duermas ya —Explicó. —Además, se va a quedar aquí por tres días, mañana va a volver aquí.
Una punzada de terror me invadió.
Mañana necesitaría hablar con él, necesito explicaciones, aunque de momento, necesito otras explicaciones.
—Sabes que aún hemos dejado incompleta la discusión que teníamos antes de que aquel señor nos interrumpiese —Espeté.
Slenderman soltó un suspiro.
—Para mí ha estado más que terminada, Katherine —Finalizó.
Debía intentar una cosa antes que nada, si hago esto, podré saber finalmente qué es lo que siente por mí, y dependiendo de la respuesta o me olvido de él o...
Me acerqué a él y me puse encima suyo, en este momento me debería de estar muriendo de vergüenza puesto que no es una costumbre ponerme encima de hombres, pero era inevitable tener que intentarlo almenos.
—Entonces necesito hacer esto —Dije y uní mis labios con los suyos, al principio no me siguió el beso pero al cabo de unos segundos, se unió a mis movimientos, sonreí mentalmente triunfal ante mi logro pero esto duró poco puesto que al parecer, Slenderman estaba intentando en este instante separarse de mí. Ahora yo estaba debajo de él, me agarró por las manos y me dejó inmóvil en su caliente cama, para así deshacerse del beso fácilmente.
—Katherine, deja de hacer tonterías, no voy a permitir más éste tipo de actos, deja de ser tan persistente, ¿Cómo puedes entender que no siento nada por tí? ¡Vete a dormir y déjame tranquilo! —Exclamó furioso por todos los poros de su piel, jamás le había visto tan enfurecido como en este momento y un sentimiento de tristeza me embriagó por completo.
Unas ganas de salir de ahí y llorar de estaban haciendo notables en mi interior así que me deshice de él como pude y cuando estaba por cruzar la puerta, Slenderman me agarró del brazo.
—Katherine, no quería sonar tan enfadado, yo...
—Necesito estar sola, Slenderman —Dije con mis ojos llorosos, las lágrimas estaban implorando por salir de ahí y si Slenderman no me soltaba pronto, iban a salir sin control alguno. No quería que me viese llorar en este instante y que él me vea aún más débil y penosa de lo que ya era.
—Está bien —Susurró y me dejó salir.
Una vez en el cuarto de baño, comencé a llorar como una tonta, por horas. Cuando mis ojos estaban tan hinchados que no podía más me observé al espejo.
—Que estúpida eres, Katherine. Tenías que intentarlo todo hasta la última gota solo para darte cuenta que eres la persona más tonta que hay en esta cabaña, o quizás en el mundo entero. ¡Ya Basta! —Exclamé y me di un bofetón en mi cachete — Olvídate de él ya.
Asentí lentamente y unas ganas de regurgitar comenzaron de nuevo, por lo tanto tuve que correr hasta el inodoro y vomitar hasta que otra vez, no me quedaba nada más en el cuerpo, por lo tanto lo que vomitaba, era la bilis.
Mi estómago quemaba y no me cabía la duda de que seguramente tuviese fiebre.
—Dios mío, este hombre me las iba a pagar todas —Dije mientras recordaba la mirada que me dio por la tarde y unas ganas inmensas de romperle la cara comenzaban a florecer en mi interior.
Después de lavarme la cara y la boca de nuevo y tirar de la cisterna, me fui con las pocas fuerzas que tenía hasta mi cuarto y descansar.
.....
Chicos, ya se acerca el final, ¿Estáis preparados?
¡Espero que estéis disfrutando del fanfic!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top