9. Rock Lee [Naruto Shippuden]

Los tres jóvenes se adentraron al bosque luego de despedirse de su sensei, mejor dicho, ser enviados a entrenar luego de que Genma se despidiera de sus alumnos para ir detrás del quinto amor de su vida de la semana.

No obstante, no era nada nuevo para ellos, lo más seguro es que cuando llegaran al lugar indicado, el castaño estaría allí esperando por su equipo.

― ¿Creen que Genma sensei recuerde que tenemos entrenamiento? ―Cuestionó Toshizo caminando con las manos en la nuca.

―Si lo hace, lo agregaremos a la lista de los favores que debemos cobrarnos de él ―dice ahora burlón el peli negro―. Tan solo seguiremos con los ejercicios de ayer y luego nos vamos a casa.

Mientras los chicos hablaban, la rubia se mantenía en completo silencio únicamente para identificar si se acercaban o se alejaban de los murmullos que percibía a lo lejos.

A partir de un momento ella caminaba de ellos porque Yoko sujetaba la manga de su uniforme para mantenerla en su camino, de lo contrario, la chica ya se habría ido en otra dirección hacía mucho tiempo. Muchas veces habían bromeado sobre conseguirle una correa de perro para que no se perdiera.

―1135, 1136, 1137 fight! ―lograron escuchar fuerte y claro, minutos después identificando al equipo de Guy incluso antes de verlos.

Riko se aproximó hacia sus compañeros, sujetándose con fuerza del uniforme de Toshi para caminar del lado contrario a donde los mayores estarían. Dicho acto hizo reír por lo bajo a los chicos quienes reconocían el leve temor que la chica le tenía al equipo.

Desde el escandaloso y extravagante sensei hasta el extraño chico de aquella temible batalla contra el pelirrojo de Sunagakure.

Llegando casi junto al equipo fue cuando llamaron la atención de estos, consiguiendo que detuvieran las flexiones por un momento cuando alzaron la mirada hacia los espectadores, haciendo chillar a la chica ante las miradas sobre ellos.

―Disculpen si interrumpimos, íbamos de pasada ―se explicó Yoko con una leve inclinación de cabeza.

―Ustedes son el equipo de Genma sensei ―habló el chico de cabello corto más como afirmación que como pregunta, haciendo que los tres asintieran―. Tengamos un enfrentamiento.

― ¡Sí!/No ―dijeron los tres a la vez, siendo que Toshizo empezara a lloriquear ante la negación de sus compañeros.

En el momento que Yoko, el más sensato de los tres, estuvo a punto de dar una negación respetuosa, la estridente voz de Might Guy se hizo presente al aparecer sobre la rama de uno de los árboles.

― ¿Por qué se detuvieron? ¿Quieren empezar de nuevo? ―Inquirió en voz alta un segundo antes de que los tres siguieran con lo suyo.

Viendo la oportunidad, Riko se apresuró a tomar de la mano a sus compañeros para jalar de ellos en dirección a su destino final, girando una última vez hacia los mayores llegando a toparse con la mirada de Rock Lee por un segundo antes de alejarse de ahí lo más rápido que podía.

[...]

Genma no pudo evitar soltar una carcajada ante el alarido de dolor del Kogarashi mientras terminaba rindiéndose en medio de la pelea con Riko, cayendo al suelo luego de que esta soltara la llave que le había practicado quejándose con la misma.

A unos cuantos metros de allí se encontraba el pobre Yoko, apoyado contra un árbol esperando que se calmara el dolor de hombro resultante de su propia batalla contra la chica. Nadie sabía cómo una chica con un aspecto tan delicado e incluso débil, podría incluso darle batalla a su propio sensei con Taijutsu.

― ¡Y la ganadora es Nakamura Riko! ―Exclama el adulto con su voz de árbitro, poniéndose junto a ella para tomar su brazo y alzarlo en señal victoriosa, complacido al verla reír levemente.

La chica se inclinó para brindarle la mano a su amigo para ayudarlo a ponerse de pie, disculpándose por haberlo tumbado al suelo, tan solo recibiendo una sacudida en el cabello mientras decía ―como siempre― que la próxima vez él sería el ganador.

Teniéndolos ahora a los tres chicos frente a él, Genma dio por finalizado el entrenamiento diario para desaparecer, literalmente, del lugar para dejarlos solos en medio del bosque.

―Mmm, Riko-chan, es por este lado ―avisó Toshi cuando se dio cuenta que la chica caminaba en la dirección opuesta a ellos.

Con su cabeza funcionando a todo lo que daba para inventar una excusa creíble, se giró hacia sus compañeros―. Es que tengo que reunirme con Ino-chan, le prometí que comeríamos juntas.

― ¿Podemos ir con ustedes? ―Pidió el chico casi suplicando ante la mención de la otra rubia.

― ¡No! Digo, no, lo siento ―dijo con rapidez, empezando a caminar hacia atrás para alejarse ellos―. Es una salida de chicas así que no pueden ir, pero la próxima si los invitaré.

Y sin esperar alguna respuesta de su amigo, Riko casi se echa a correr hacia el camino por donde habían llegado.

En otra ocasión le asustaría el hecho de caminar sola por el bosque, perfectamente podría acabar perdida pero qué clase de ninja sería si no pudiera siquiera orientarse por cuenta propia en un bosque donde pasaba gran parte de los días.

Trataba de seguir el mismo camino que habían tomado de ida sin salirse del sendero en ningún momento, apresurando sus pasos mientras esperaba que ellos aún no se hubieran ido, esperaba que pudiera verlos sin que ellos la notaran. Sin embargo, se sorprendió cuando solo notó a una persona.

Con sigilo subió hasta la rama de un árbol cuando vio que el peli negro se giró creyendo haber escuchado algo, sacudiendo la cabeza para continuar con su "entrenamiento": dar puñetazos a una gran roca, pero sus golpes no parecían querer romper la misma, porque ya lo había visto pelear y entrenar, y podría partirla con una gran facilidad.

"―Si sigue así va a lastimarse gravemente ―pensó para sí misma al notar las vendas alrededor de sus nudillos teñidas de rojo"

Por un segundo, dejó de ver a Rock Lee y solo veía a sus compañeros de equipo lastimados por sobre esforzarse mientras entrenaban, aquel pensamiento la hizo actuar sin darse cuenta y para cuando reaccionó se había dejado caer de la rama, cayendo a pocos metros del chico.

Adoptando una posición de defensa, el chico miró hacia atrás, respirando con tranquilidad cuando vio que se trataba de la chica del Equipo Genma.

―Estuvo a punto de atacarte, no vuelvas a...

Sin permitir que el chico terminara de hablar, Riko terminó de acortar la distancia entre ellos sin importarle que este diera unos pasos hacia atrás por la repentina cercanía y sin notar tampoco cómo su rostro explotaba en un intenso sonrojo cuando ella tomó sus manos.

―Te estás lastimando ―dijo sin más, alzo el rostro para ver como el chico cerraba los ojos con fuerza, por una parte, debido a la vergüenza y por otra parte por el leve ardor que solo sintió hasta ese momento.

Antes de que se diera cuenta, la chica había empezado a desenvolver las vendas alrededor de sus manos sin que Lee pudiera siquiera negarse, sintiendo que su mente dejaba de controlar a su cuerpo. Podría hacer lo que fuera con él y no opondría resistencia alguna... Bueno, aquello quizás sonaría un poco exagerado en ese punto.

Ni él mismo se había dado cuenta de la gravedad de sus heridas hasta que las vio sin ninguna venda cubriéndolas, un poco apenado cuando manchó las manos de la más joven con su sangre, pero sin poder, ni querer, soltarse del agarre de la misma.

―No es la gran cosa, he estado peor ―trató de excusarse para aligerar el ambiente.

Por su frase, la contraria alzó e rostro para mirarlo fijamente a los ojos―. Pero no está bien.

―No, tienes razón, no está bien ―se apresuró a decir como si se encontrara hipnotizado por su mirada.

Ninguno de los dos dijo ni una palabra más pues Lee notó que la rubia había empezado a tratar sus heridas con un jutsu de curación mientras seguía sujetando sus manos con suma delicadeza.

Había dejado de prestarle atención a sus manos siendo sanadas para observar con detenimiento a la chica; no era la primera vez que la veía, sabía perfectamente quien era y como se llamaba, también sabía lo talentosa que era a pesar de no venir de uno de los clanes importantes ni tener habilidades fuera de lo común. Pero aquella era la primera vez que se acercaba tanto a ella, a decir verdad, era la primera vez que estaba tan cerca de una chica, sin contar las veces que entrenaba con TenTen.

Su sonrojo se intensificó cuando se dio cuenta que ya había terminado y se encontraba viéndolo fijamente, haciéndolo empezar a balbucear incoherencias mientras se alejaba de ella para lograr calmar su entusiasmado corazón.

―Ya no me duelen, muchas gracias ―hablaba casi tropezando con sus palabras, enrollando sin cuidado las vendas de nuevo en sus manos sin recordar que estaban manchadas de sangre.

Habiendo terminado con su cometido, sin haber conseguido su objetivo principal de verlo entrenar, Riko no tuvo más que hacer que asentir con la cabeza para acto seguido dar la vuelta y empezar a caminar lejos de ahí.

Un confundido Lee no pudo hacer más que mantenerse inmóvil en el sitio como si le hubiesen sellado los labios con pegamento ya que no pudo ni siquiera agradecerle, claro que no era muy diferente a Riko quien trataba de caminar tranquila mientras por dentro estaba chillando y dando brincos de emoción.

[...]

2 años después

El clima fresco de Konoha abrazó al grupo de recién llegados quienes acababan de culminar una misión en Kumogakure, una clara diferencia entre el ambiente de ambas aldeas. Estaban exhaustos pero contentos de por fin haber llegado a casa, siendo enviados a descansar por Genma casi como una orden.

Pero justo antes de que los tres jóvenes pudieran separarse para cada uno ir a casa, una ráfaga verde apareció junto a ellos y colisionando contra la chica.

― ¡Riko-chan! ―Exclamó el de hebras negras ya a unos metros alejados de ellos con la rubia entre sus brazos mientras giraba sobre sus pies― Estoy tan contento que estés sana y salva.

― "Yoko, Toshi, también me da gusto ver que estén bien" ―dijo uno de sus compañeros con algo de ironía para molestar al chico―. Oh, muchas gracias Lee, es bueno verte también.

Sin escuchar siquiera a los otros dos chicos, Lee la puso por fin en el suelo, pero sin permitir que se escapara de sus brazos. La sonrisa casi no cabía en su rostro teniendo frente a él a su amada Riko-chan luego de unas terribles semanas sin ningún tipo de información de ellos, despertando cada día con la esperanza de verla cruzar la entrada de la aldea. ¡Y ese día había sido hoy!

Por su parte, Riko también estaba bastante más emocionada de lo que se dejaba ver, no pudiendo controlarse y siendo ahora ella quien lo abrazó, recibiendo gustosa la calidez de los brazos del chico.

Fue entonces cuando Toshizo decidió dejar a su amiga disfrutar su momento por lo cual tomó a Yoko por la nuca para llevárselo lejos de allí y evitar que sus sonidos de arcadas interrumpieran a la chica.

―Te traje algo ―anuncia de repente, alejándose lo suficiente como para empezar a buscar dentro de un bolsillo para sacar una linda, y algo maltratada flor―. ¡Es para ti! Sé que Riko significa "Jazmín Blanco" pero no conseguí un jazmín así que traje una margarita porque se parecen bastante. Además, es una linda flor y pensé que te gustaría.

La rubia no dejaba de mirar entre la flor y el chico, sin saber qué hacía latir su corazón con mayor rapidez, tomando el regalo justo antes de lanzarse sobre Lee y colgarse de su cuello.

Casi creyó escuchar un pequeño chillido proveniente del chico.

―Gracias, Lee. Me gustó mucho ―dice en su típica voz baja, pero siendo escuchada a la perfección debido a la cercanía.

―A mí me gustas mucho ―contestó de inmediato con los nervios a flor de piel.

Cuando soltaron su abrazo, ambos se vieron a los ojos por unos segundos antes de que Riko clavara la mirada al suelo por un momento.

Cada vez que escuchaba aquella frase saliendo de los labios del peli negro le formaba un gran conflicto en la mente de la fémina, con su corazón llorando de la emoción y su cabeza recordándole todas las inseguridades al respecto.

Sabía que era algo tonto, pero el temor de ser "otra más" siempre se mantenía presente en ella. Era muy bien sabido lo enamoradizo que era el joven Rock Lee, entre TenTen y luego Sakura, Riko temía que solo estuviese encaprichado como lo estuvo con sus dos amigas hasta que encontrara a alguien más.

Algo nervioso por el repentino silencio de la chica, Lee se apresuró a tomarla de las manos para llevarlas a su pecho, casi obligando a que lo viera a los ojos.

―Si tanto te gustan, puedo darte flores todos los días, lo prometo ―su tono casi sonaba desesperado por un nuevo rechazo―. Incluso me esforzaré por buscar jazmines de verdad.

―No hace falta ―asegura, abrumada por su intensa y brillante mirada sobre ella.

―Pero yo lo haré por ti.

Negó con la cabeza, apretando sus manos mientras sentía los acelerados latidos de su corazón―Cualquier flor que me regales tú será perfecta, Lee.

La chica con un rápido repaso a su alrededor pudo comprobar que cerca de ellos no se encontraba nadie, al menos no había nadie a simple vista y aquello fue suficiente para ella.

Apoyándose de su pecho, Riko consiguió estirarse lo suficiente para alcanzar el rostro del chico juntar sus labios por una fracción de segundo, el tiempo suficiente para enviar todos los colores al rostro del muchacho quien sintió como su alma abandonaba su cuerpo ante el acto.

Su mente explotó e incluso soltó el agarre de sus manos mientras su mente trataba de procesar la información.

¡Él había besado a Riko! No, mejor aún... ¡¡Ella lo había besado a él!!

Había esperado por tantísimo tiempo que ahora que por fin había pasado, no sabía cómo reaccionar.

Si gritaba de emoción, terminaría asustándola y huiría. Si la abrazaba tan fuerte como él quería, sería capaz de romperle algún hueso. Y si volvía a besarla tanto como quería, sería él quien acabaría desmayado.

―A mí también me gustas mucho ―declaró con seguridad, casi viendo los ojos del chico perder la luz de vida.

Pero aquel momento de silencio duró un ínfimo instante antes de que soltara un chillido de emoción, obligando a la chica a cubrirse los oídos mientras reía por lo bajo momentos antes de que este la sujetara nuevamente, alzándola en el aire sin importarle los chillidos de miedo porque la dejara caer.

De nuevo, esto no duró demasiado ya que de un segundo a otro cambió su actitud de forma dramática para mirarla seriamente.

― ¿Estás hablando en serio? ―Cuestionó con temor en los ojos a lo que ella asintió con una pequeña sonrisa― ¿Estás jugando conmigo? Si es así solo dímelo y prometo no molestarme contigo, en serio.

Sabiendo lo terrible que acababa siendo con las palabras, sobretodo en momentos serios, decidió dejar sus acciones hablar por ella.

Sujetó sus temblorosas manos entre las suyas para posar un beso sobre los vendajes, consiguiendo hacer temblar su corazoncito. Acto seguido lo jaló consiguiendo tener su cabeza más a su alcance para besar ahora su frente, sorprendiéndose cuando Lee tomó la iniciativa de inclinarse hacia ella para besarla nuevamente.

Era, en palabras simples y llanas, perfecto.

Se sentía como algo que siempre estuvo destinado a suceder, pero que ninguno de los dos se había atrevido a hacer hasta el momento. Cada uno de los dos tenía sus propias preocupaciones con respecto a sus sentimientos; Lee temiendo siempre que la chica no correspondiera sus sentimientos y Riko sin evitar pensar siempre no ser más que un enamoramiento fugaz tan típicos en él.

Al romper el beso, sus corazones parecían latir al mismo tiempo y sus ojos brillaban con la misma intensidad... Y de repente se encontraban corriendo.

― ¡Lee, espera! ―Exclamó siendo jalada por el chico quien la sujetaba de la muñeca, obligándola a correr con él.

― ¡Tengo que decirle a Neji y TenTen que tengo novia! ―Anuncia sin detener su carrera mientras sentía la mayor felicidad en muchísimo tiempo― Voy a decirle a todos que Nakamura Riko por fin es mi novia.

Riko莉子: Jazmín blanco

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