8. Hanta Sero [Boku No Hero]
El invierno había llegado sin previo aviso, al menos así lo veía el joven Hanta, le dolía tanto que el otoño no pudiera durar hasta que la primavera. ¿Por qué debía existir el invierno?
Se encontraba sentado en el parque, abrigado de pies a cabeza, pero aun así el frío seguía calando hasta sus huesos. Tan solo podía distraerse viendo a la gente ir y venir en medio de compras navideñas, al menos quienes hacían las compras navideñas con anticipación, hacía un rato largo que había desistido a contestar al chat grupal con sus amigos luego de negarse a seguir quitándose los dedos del guante para escribir.
Tampoco había recibido más mensajes de Oyuki, así que lo único que le quedaba era esperar por ella.
El pobre temblaba y ya no sabía si era por el frío o por los nervios, de no ser porque su mamita había criado a todo un caballero, él ya habría huido y dejado todo de lado para evitar aquella experiencia no muy agradable a su parecer.
― ¡Tape boy! ―El fastidioso ―y divertido― apodo lo hizo ponerse de pie en el momento exacto para recibir a la chica entre sus brazos, riendo cuando esta se aferró a su cuello.
No habían pasado tanto tiempo separados, pero una semana seguía siendo demasiado para ambos.
―Hola a ti también, dulzura ―saluda, rozando sus labios en un corto beso haciéndola soltar una risita.
Enrolló en su dedo un mechón de su cabello blanquecino antes de dejarlo detrás de su oreja, solo entonces notando la vestimenta de la fémina. A parte de que ni siquiera estaba usando un simple gorro, tan solo vestía un pantalón con un suéter cuello de tortuga, ¡ni siquiera usaba guantes!
Soltando un suspiro, se resignó a que algunos habían nacido en otro nivel de privilegios.
―Lamento si te hice esperar mucho, compraba algo que mi hermana me pidió ―explicó a la vez que tomaba una de sus manos para escabullir uno de las suyas dentro del guante del chico, agradeciendo que eran de lana y se estiraban bastante―. Veo que tienes frío.
― ¿Frío? Frío es una habitación con aire acondicionado, esta mierda parece la Era del Hielo ―se quejó haciendo que la chica soltara una carcajada empezando a caminar a su lado―. Si tenías algo que hacer antes, me hubieses dicho y podría haberte acompañado
―Estaba con Momo-chan y Jirou-chan, nos separamos antes de venir aquí ―dijo con tranquilidad viendo que el de hebras negras metía sus manos dentro del bolsillo de su chaqueta.
Fue su turno ahora de examinarlo a la vez que contenía una risilla; completamente opuesto a ella, el chico estaba abrigado en exceso, no se imaginaba las capas de ropa que debía estar vistiendo bajo la gigante chaqueta y los pantalones vaqueros, el gran gorro y una espesa bufanda.
Su novio no era el mayor admirador del invierno, por no decir que era el principal enemigo del mismo, algo bastante irónico considerando la chica a la que había conseguido de novia.
―Sería útil tener el quirk de mi hermano en ese momento, podría ayudar un poco ―bromea sujetándose de su brazo mientras este se sostenía de la agarradera del metro.
Sonriendo de lado, Sero se inclinó al costado para besar la coronilla de su novia. Si bien su don le permitía no ser afectada por el más gélido invierno, no sería de mucha ayuda a no ser que quisiera congelar al pobre chico aún más.
En el fondo agradecía que hiciera bromas para aligerar el ambiente pues bastante nervioso estaba ya por tener que conocer a la familia de su novia, si, familia completa. A pesar de llevar saliendo durante casi dos años, nunca había surgido el tema de conocer a la familia Todoroki más allá de su amistad con Shoto.
Estaba, por decir menos, muerto de miedo.
Viendo que casi llegaban a su estación, Oyuki se estiró parándose de puntillas para posar sus labios en la barbilla del peli negro recibiendo un gracias solo moviendo los labios.
[...]
¡Já!
Si el chico creía que estaba nervioso antes, no era ni un juego al pánico que sintió al verse frente a la casa de los Todoroki.
Apretó la mano de la chica mientras empezaba a hiperventilar cada vez más.
― ¿Y si les caigo mal? ―cuestionó empezando a caminar más lento a cada paso.
―Para nada, mis hermanos son más extrovertidos que Shoto así que será más sencillo con ellos ―se echó a reír ante lo cruel que sonó, pero su sonrisa se esfumó cuando el otro miembro de su familia apareció en su mente―. Y mi padre... Él es complicado, pero no hay que prestarle demasiada atención, lo prometo.
En vez de tranquilizarlo, el pobre ahora estaba incluso más asustado que antes.
Pero no podía echarse para atrás en ese momento, no cuando estaba a punto de dar un paso tan importante para su relación, al menos así de grande lo veía él. Para cuando la chica conociera a su familia ya estarían más comprometidos que un matrimonio hecho y derecho.
Además, no podía ser tan difícil, ¿cierto?
― ¡Ya llegamos! ―Exclama al momento de abrir la puerta, haciendo que él también se adentrara a su hogar― Siéntete como en casa.
Como si se encontrara en piloto automático, Sero empezó quitándose los zapatos para empezar a batallar con la chaqueta siendo ayudado por su novia o de otra forma estaría toda la noche desabrigándose.
Una divertida escena que no sabían que no se encontraban solos.
―Bienvenidos. ―La voz femenina hizo que ambos giraran en dirección al pasillo, una con una sonrisa hacia su hermana y el otro con los nervios a flor de piel― Tú debes ser Sero.
Casi tropezando con sus propios pies, el chico se enderezó de inmediato para poner las manos a sus espaldas―. Hanta Sero, señora, digo, señorita. Es un placer.
Ambas chicas Todoroki rieron por lo bajo, Oyuki posó la mano en la cintura de su novio esperando que dejara de estar tan tenso. Lo ayudó quitándole el gorro de lana para dejarlo junto al resto de su ropa.
―Yo soy Todoroki Fuyumi, su hermana mayor ―dijo con una cálida sonrisa haciendo que el chico asintiera un pelín más tranquilo―. Pueden pasar a la sala, Shoto sale en un momento, Natsuo ya está en camino y papá no tarda mucho en llegar. Yo terminaré con la cena.
― ¿Usted sola? Nosotros podemos ayudarla a cocinar ―se apresuró a decir, girando hacia la menor en la espera de su aprobación.
―Tranquilo, no hay necesidad de...
―Nee-chan, créeme, Sero es excelente cocinando ―lo apoya su novia con orgullo, haciendo sonrojar al chico.
De esa forma, la mayor no pudo negarse y debía aceptar que la ayuda en la cocina le venía bien. Ahora los cuatro, luego de que Shoto se les uniera, se encontraban en la cocina con la cena a medio hacer, Fuyumi y Sero cocinando como profesionales mientras Oyuki tan solo se mantenía sentada sobre la mesada ya que tenía terminantemente prohibido cocinar.
No podía evitar sonreír complacida al ver a su hermana y su novio llevándose tan bien, conversando de temas variados, entre comida y la vida como estudiante, parecían congeniar tan bien y Sero lucía tan relajado que quiso abrazarlo y hacerle notar los tontos que habían sido sus nervios anteriores.
― ¡Estoy en casa! ―Antes de darse cuenta que se trataba de su hermano mayor, la chica había saltado de la mesada ante el pensamiento de que se tratara de su padre.
Momentos después apareció el Natsuo por la puerta de la cocina, cargaba consigo una gran mochila seguramente ya que había salido de la universidad para aquella cena familiar.
―No se relajen mucho, Endeavor viene detrás de mí. ―La simple hizo tensar por completo al peli negro quien recibió las miradas de los cuatro hermanos, algunos con algo de pena.
―Shoto y Oyuki, vayan a hacer la mesa mientras nosotros terminar con la comida ―interrumpió Fuyumi haciendo que los mellizos asintieran antes de irse.
Debía admitir que estaba algo nerviosa ahora que la realidad la golpeaba de repente, viendo a su padre despojándose de su abrigo en la puerta de entrada y notando, por su rostro, que no se encontraba de buen humor.
Esperaba que aquello no afectara de más a Sero.
―Buenas noches, padre ―murmuró la chica cuando junto a su hermano pasaron junto a él para empezar a armar la mesa una vez que este ya se había sentado en esta.
― ¿Dónde está ese noviecito tuyo? ¿Acaso se acobardó?
―Sero-kun ayuda a Nee-san en la cocina ―explica Shoto queriendo evitar una prematura discusión entre su padre y su hermana.
Ante un silencio sepulcral, los menores pusieron la mesa con la mayor rapidez y el mayor cuidado posible, agradeciendo cuando Natsuo apareció para también tomar asiento, sentándose en el asiento más alejado al mayor de la familia, claramente.
Intercaló la mirada entre su padre y sus hermanos que también se sentaron, dejando un asiento entre los dos para Sero, y suspiró antes de romper el silencio.
―Touya dijo que, si no había ningún inconveniente en su trabajo, vendría a comer con nosotros, pero no aseguró nada ―anunció un tanto aburrido, pero causando varias reacciones.
Oyuki sonrió ampliamente bajando la cabeza, hacía varias semanas que no veía a su hermano mayor y sería bueno tener un poco más de apoyo si es que las cosas se salían un poco de control, una clara diferencia del bufido de Enji ante la posibilidad de que apareciera el "rebelde" de sus hijos.
Por la mensión de la posible presencia de su hermano, la chica se puso de pie nuevamente para buscar más cubiertos y platos para Touya. Estaba convencida de que si llegaría.
―Hola, papá ―Fuyumi sí que saludó con entusiasmo a su padre, aunque la emoción venía más que todo por tener de nuevo a casi toda su familia reunida.
Sin embargo, la mirada del hombre no se detuvo ni un segundo en su hija, desde el instante que salió de la cocina, el chico estuvo bajo el escrutinio del ahora héroe #1. Este tan solo ignoró cualquier mirada y ayudó a la chica a colocar los platillos sobre la mesa, casi corriendo de nuevo a la cocina para buscar lo que faltaba.
Aunque no todo podía salirle del todo bien.
―Siéntate ―su firme voz lo hizo paralizarse y sentarse entre Oyuki y Shoto sin siquiera pensarlo.
Tragó saliva sin ser capaz de levantar la mirada de la mesa, respirando de nuevo al sentir la mano de su novia tomar la suya por debajo de la mesa y brindarle un suave apretón en forma de apoyo antes de sonreírle con calma.
― ¿Cómo te llamas, jovencito? ―El tono brusco, causó que el peliblanco chasqueara con la lengua antes de girarse a su padre.
― ¿No puedes esperar a que comamos para empezar con tu interrogatorio? ―Se quejó mosqueado sobre todo debido al hecho que su novia no mucho tiempo atrás también tuvo que soportar el mismo interrogatorio.
Un silencio incómodo se creó otra vez hasta que Fuyumi volvió con la comida restante y tomó asiento junto a su padre.
Pero nadie comía, nadie tenía la fuerza, o valentía, de tomar el primer bocado ante la horrible tensión que se había formado entre los presentes, siendo que el mayor empezara a servirse sin prestarle mucha atención a sus hijos.
―Hanta Sero, señor, es un gusto por fin conocerlo en persona. ―"Mentira, desearía nunca haber tenido que conocerlo".
Evitando que el interrogatorio, que perfectamente podría ser una conversación casual de no ser por la actitud de Endeavor, se volviera peor Fuyumi se entrometió viendo que los demás empezaban también a comer.
― ¿Hace cuánto tiempo que salen? ―Inquirió con verdadera curiosidad ya que entre ella y Oyuki no existía aquella hermandad y confianza para hablar de sus vidas tan abiertamente.
―El mes entrante cumplimos dos años ―responde la chica antes de meter un bocado de comida a su boca.
― ¿Y en dos años no viste la oportunidad de presentarle a tu padre a tu novio?
Sin querer responder, tan solo rodó los ojos ante su tono de reclamo. Se controlaba tan solo porque aquella conversación no se trataba de ella, de ser así es muy seguro que ella ya se hubiese ido a su habitación al no querer ni oír los regaños de su padre.
No obstante, esto no hacía más que empezar.
― ¿Cuál es tu don? ―Ahí estaba la pregunta que Sero temía ver llegar.
En ese momento, su novia estuvo a punto de desviar sus preguntas y evitar un mal momento que veía venir muy cerca, pero se sorprendió al ver al chico tragar con fuerza y enderezarse antes de responder.
―Tape ―dijo sin más causando confusión al hombre―. Puedo lanzar cinta desde mis codos, señor.
― ¿Cinta? ¿Me estás diciendo que el novio de mi hija tiene un don tan absurdo como ser un dispensador de cinta?
― ¡Padre! ―La exclamación de la chica hizo detener al hombre quien la vio dispuesto a reclamar.
Pero la sorpresa fue para todo cuando el tenso momento que la puerta de entrada fue abierta con fuerza.
―Buenas noches, familia, llegó su hijo favorito ―exclamó el peli blanco entrando a la sala, notando al instante el ambiente tan tenso del lugar, pasando una mirada rápida por todos los presentes―. Creo que llegué en buen momento.
Para callarse, Oyuki metió un gran bocado de arroz para empezar a masticar con furia, apretando tan fuerte el puño que de no ser por Shoto arrebatándole los palillos de la mano, estos hubiesen sido partidos en dos.
Sin obtener respuesta alguna, el recién llegado dejó sus pertenencias en la entrada, caminando hacia la mesa tomando la única silla disponible, la cual se encontraba junto al hombre, para jalarla hasta ponerse junto a su hermana pequeña.
Una vez en su asiento, Touya giró para encarar al pelinegro apoyando el codo en la mesa― Tú debes ser Sero, ¿uh?
El pobre y asustado chico tan solo pudo asentir con la cabeza sin poder despegar la mirada de su plato de comida.
― ¿Cuál es el problema con su quirk según tú? ―Reclamó la chica hecha una furia― Porque, aunque no tenga un don tan fantástico y poderoso como el tuyo, es mil veces mejor héroe de lo que tú llegarías a ser, Enji.
El aludido casi se atraganta por el tono que su novia usaba contra su progenitor, ni quería imaginarse el destino que le depararía si él llegaba a levantarle un mínimo la voz a alguno de sus padres.
―Y yo que pensaba que luego de una chica ratón, ninguno aquí podría conseguir algo peor ―escupió con desagrado ahora hirviéndole la sangre al hermano del medio.
―Vete a la mierda ―Masculla el peli blanco, callándose con un bocado de comida.
―Tú no arruinarás a tus hijos con un quirk tan patético como ese, no con un don tan poderoso como el tuyo ―el tono de Endeavor iba en crescendo a cada palabra, premuniéndose una nueva discusión a gritos en la familia Todoroki―. Con tantos muchachos poderosos en la UA, tú tenías que salir con el más débil.
―Sé que no te importa mucho, pero mamá y tú se casaron solo para unir sus dones, y ya todos sabemos cómo terminó eso ―comenta burlón Touya, tratando de calmarle los humos a sus hermanos. A su padre que se jodiera.
Fuyumi ya tenía ganas de llorar por cómo su cena tan esperada se estaba arruinando cada vez más, casi se resignaba a que nunca conseguiría tener una comida familiar común y corriente.
A pesar de que aquella discusión se había originado por él, Sero no podía evitar preocuparse por los demás en lugar de él mismo. Hasta ese momento no se había detenido a pensar que se encontraba en una habitación junto a la familia Todoroki, cada uno con un quirk más poderoso que el otro, empezando por su novia y terminando por el padre de la misma.
¿Qué haría él si las cosas se salían de control?
― ¿Cómo terminó? Con una bola de mocosos que desperdician los excelentes dones que se les regaló ―exclamó, sacudiendo el hombro al sentir la mano de su hija mayor posándose sobre este―. El mayor trabajando en una puta tienda de tatuajes, otro con una jodida novia ratón, otra es una simple maestra de enclenques ¡y la menor con una mierda de rollo de cinta adhesiva!
― ¡Oyuki! ―El grito de Fuyumi fue lo que la hizo reaccionar para darse cuenta de cómo la mesa ahora no era más que un simple bloque de hielo.
Viendo fijamente a su padre, deseando haberlo congelado a él en su lugar, se puso de pie sin decir nada para salir del lugar echa una furia. No mucho después, su acción fue seguida por su mellizo quien tan solo tomó su tazón de fideos para retirarse a su habitación.
El ambiente estaba tan tenso que Sero sentía su garganta cerrarse, manteniendo la cabeza agachada al tener la terrible mirada del héroe sobre él. Sin embargo, recobrando valentía se puso de pie para hacer una respetuosa reverencia.
―Muchas gracias por la comida. ―Y sin más se dirigió por el mismo camino que había tomado su novia para salir de casa.
Rápidamente tomó sus cosas y empezó a ponérselas sin dejar de caminar hacia la chica quien ahora se encontraba sentada en la vereda frente a la casa, vistiendo solo el pantalón y el suéter bajo la nieve que había empezado a caer.
A pesar de que sabía muy bien que no le hacía falta, el peli negro se posó a su lado mientras colocaba su mullida bufanda alrededor de su cuello.
Ninguno de los dos decía palabra alguna por lo que estiró los brazos para lograr estrecharla en un fuerte abrazo, dejando un sonoro beso sobre su coronilla logrando hacerla soltar una risa débil.
―Lamento tanto todo esto, bebé ―susurró, alzando el rostro para brindarle una sonrisa apenada.
― ¿Por qué se supone que te disculpas? Porque lo único reprochable por lo que te tendría que regañar es por congelar esa hermosa mesa de caoba, una lástima ―asegura con una actuación tan mala que conseguía hacer carcajear a la chica.
Dejando de reír, Oyuki se mantuvo mirándolo al rostro, sintiendo formarse el nudo en su garganta―. No tendrías por qué haber pasado por eso, no mereces que te hablen así.
―Sabes perfectamente que no me importa, mi amor, no hay necesidad que me lo asegures. ―Su tono tan calmado, y resignado, solo conseguía hacerla sentir peor― Sabía en lo que me estaba metiendo cuando venía y aun así acepté, mía culpa.
En el momento que Sero sujetó su rostro para besar su frente, la puerta de entrada se abrió haciendo que ambos giraran para encontrarse con los tres chicos Todoroki justo antes de que el pobre chico se sobresaltara ante una explosión proveniente desde el interior de la casa, acto seguido Fuyumi también salió de casa detrás de sus hermanos.
Se aterró en el momento que vio como tanto los mayores como Shoto cargaban mochilas consigo, pues atando los cabos con las explosiones llegó a la conclusión de que estos se estaban yendo de casa.
Estaba a punto de desmayarse.
― ¡Ambos de pie, nos vamos a la mierda! ―Exclama Touya desbordando el entusiasmo― Palabras textuales de nuestro querido Todoroki Enji.
Imitó a su novia poniéndose de pie, temblando como chihuahua al sentirse como una oveja en medio de una manada de lobos, llevándolo a esconderse detrás de Oyuki al notar las expresiones de enfado de Natsuo y Fuyumi.
Seguramente lo odiarían por ser la razón de aquella pelea familiar... Aunque la verdad no parecía que esta fuera la primera ni la última.
― ¿Pasaremos la noche contigo? ―Preguntó mientras el peli blanco dejaba caer el brazo sobre sus hombros.
―A menos que quieras quedarte con Fuyumi y su increíble roomie ―se burló, recibiendo un golpe de la aludida―. Pero hasta entonces, vas a tener que caminar con ella alejada de nosotros.
Ante sus confusas palabras, Oyuki tan solo miró hacia su hermana quien se encogió de hombros empezando a caminar en dirección a la estación, apartó rápidamente la mirada hacia Touya de nuevo.
El mayor de los hermanos soltó una carcajada por la confusión y los nervios de su hermanita, acercándose ahora hacia el novio de esta.
―Pues si el señor Enji no quiso conocer de buena manera a tu novio, nosotros si lo haremos ―explica Natsuo con una sonrisa de orgullo al notar el sobresalto en el chico.
―Es decir, aprovecharemos para interrogarlo bien ―interrumpió ahora Touya haciendo suspirar a la chica ante la actitud de sus hermanos.
Girando se encontró con el rostro de borreguito del pobre Sero, parándose de puntillas para besar su frente susurrando un "suerte" antes de alejarse en dirección a su hermana, dejando al chico junto a los "terribles lobos".
Los hermanos mayores se quedaron viendo a las chicas caminar lo suficientemente lejos para no escuchar su conversación, pero no tanto como para no cuidarlas, esto mientras Shoto se acercaba a su compañero de clases para disculparse en voz baja por la estupidez de su padre, calmando un poco al peli negro un segundo antes de empezar a temblar cuando los otros dos giraron para verlo.
―Empecemos con esto, Spiderman.
En un instante y con cuatro simples palabras, el intimidante hermano mayor de su novia, un tipo de más de 10 centímetros más alto que él, usando cuero de pies a cabeza y con más perforaciones que ganas de vivir, logró hacerlo sentir cómodo y seguro a pesar de estar a punto de recibir la charla de "hazle daño y te haremos daño".
Tal vez la única manzana podrida de la familia era el padre y puede que a Sero le importara poco más que menos no volver a verlo a pesar de ser el progenitor de su novia.
Cualquiera que le causara tanto daño al amor de su vida perfectamente podía irse muy a la mierda.
Oyukiおゆき: Reina de las nieves
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top