5. Dong Gyun [BJ Alex]
El dulce aroma inundaba el ambiente, manteniendo a Dong-Gyun de buen humor mientras escuchaba a Chanwoo parlotear sobre un chico con quien había estado. Lo usual.
Estaba todo tan calmado que por un momento creyó poder quedarse dormido con la mejilla apoyada sobre su palma, tan solo las constantes preguntas de parte de su amigo lo hacían reaccionar a la realidad... Una gran mentira, él tan solo estaba demasiado concentrado en admirar a Jiwon, ¿para qué mentir?
Desde que había llegado tan solo había pedido un café que casi ni había probado desde el momento que fue servido, este no dejaba de intercalar la mirada entre su celular y la puerta de entrada. Vale, no tenía que ser un genio para saber que esperaba a alguien.
Solo sacudió la cabeza alejando la mirada de él, se sentía como un completo acosador por verlo tanto tiempo. Sin embargo, tuvo que voltear nuevamente cuando escuchó las campanillas indicando que algún cliente había entrado, quedando boquiabierto al visualizar a dicho cliente.
Sintió el alma dejar su cuerpo cuando sus ojos chocaron con los suyos, analizándola en menos de dos segundos; una bella, no, hermosísima chica de cabello rubio con unos preciosos ojos grises que notó brillando desde su lugar. Exudaba elegancia y seriedad, con una expresión tan estoica que lo hizo temblar sin darse cuenta.
Soltó un suspiro dejando caer nuevamente la barbilla sobre sus manos, casi derritiéndose ante tal belleza frente a él.
―Juyeon. ―Giró con tal rapidez para ver a Jiwon que creó escuchar su cuello crujir.
― ¡La princesa llegó! ¡¡Hola!!
Y así la refinada imagen de la fémina se quebró como el cristal cuando su grito de emoción llamó la atención de todos los presentes en el local.
Sin esperar ni un segundo más, la rubia acortó la distancia entre ambos para terminar lanzándose sobre el pelinegro haciéndolo tambalear por la sorpresa, pero igual atrapándola entre sus brazos mientras esta enrollaba los brazos alrededor de su cuello.
― ¿Celoso? ―Dio un brinco al escuchar la voz de su amigo junto a su oído, empezando a negar de inmediato sin ser ni un poco creíble para este― Ella es hermosa, es definitivamente el tipo de Jiwon.
― ¿Eso crees? ―Pregunta con terror en sus ojos al verlo.
―Sin lugar a dudas ―dijo con total seguridad mientras cruzaba sus brazos, mirando de reojo al castaño quien empezó a lloriquear.
Aguantó una carcajada cuando su lloriqueo se vio interrumpido ante el inminente acercamiento de los dos dioses griegos, siendo que la chica prácticamente arrastraba a su compañero hacia ellos para pedir.
― ¡Hola~! Quisiera un Mocachino de Chocolate Blanco y uno sencillo para mi querido amigo JiJi ―pidió con una hermosa sonrisa que tenía temblando cada centímetro del pobre Dong-Gyun.
―No me gustan los mocas y no me digas así ―rectifica el pelinegro, quien totalmente opuesto a la chica, mantenía un semblante serio.
―A mí no me importa, yo pago así que yo pido. ―Luego de una mini guerra de miradas con el chico, la rubia giró de nuevo para ver ahora detenidamente al tierno castaño frente a ella― ¿Podrías también poner unos brownies,...
Al notar que esta esperaba su nombre, el pobre terminó ahogándose con absolutamente nada al darse cuenta que ni siquiera había escrito lo que ella había pedido por estar admirándola como un tonto.
―Dong-Gyun, me llamo Nam Dong-Gyun, noona. Digo... ―Se dio una gran cachetada mental cuando se dio cuenta de lo que había dicho. Tan solo estaba arruinando todo cada vez más, además de que la mirada de reproche de Jiwon no ayudaba mucho más― Disculpe.
A pesar de su torpeza, encontró a la chica sonriendo tiernamente hacia él― No hay de que disculparse, dulzura, puedes decirme Juyeon noona si quieres. ¡Auch!
Entonces golpeó el hombro del pelinegro luego de que este pisara su ―carísimos― zapatos para callarla. Enviando ahora su mirada retadora hacia DG, haciéndolo encogerse en su lugar aún más de lo que ya lo estaba.
¿Dónde se supone que se encontraba Chanwoo cuando lo necesitaba?
―Un moca normal y un moca de chocolate blanco con brownies, ¿algo más? ―Preguntó susurrando, temblando cuando las dos miradas volvieron a él; la gris con total ternura y la amarilla con ganas de matarlo en ese momento.
―Nada más, estaremos por allá, Gyunie ―anuncia, ganándose otra pisada de Jiwon antes de tomar su mano para llevarlo nuevamente a la mesa.
Mantuvo fija la mirada en el par mientras se alejaban de él, suspirando sin darse cuenta la presencia detrás de él.
―El verdadero bi panic, ¿cierto? ―Cuestionó dándole un empujoncito con el codo, causando un intenso sonrojo en su mejor amigo.
―Solo cállate ―murmuró mientras empezaba a preparar su pedido.
[...]
― ¿Podrías dejar de coquetear con cuanto ser vivo se cruce frente a ti? ―Gruñó al sentarse nuevamente.
― ¿Celoso, Jiwonie? ―Se burló, tomando con total tranquilidad su mano para empezar a jugar con sus dedos ante de mirarlo nuevamente a los ojos con una sonrisa―. ¿Conoces a Dong-Gyun?
― ¿Para qué quieres saber eso, para pedir mi permiso de acostarte con él?
― ¿Necesitaría tu permiso para eso? ―Sonrió divertida al notar que este cada vez estaba más frustrado― No te veo de novio celoso y por la forma en que lo veías tengo que suponer que lo conoces.
Viendo sus manos jugueteando con la suya, aprovechó para sujetar la suya con fuerza para evitar que se soltara e ignorar sus quejas. Miró de reojo al torpe castaño que terminaba sus cafés y observó nuevamente a la chica frente a él.
―No eres su tipo, Juyeon, créeme ―afirma notándola aquietarse por un segundo y sus manos dejar de retorcerse para soltarlas―. Así que mejor ahórrate la vergüenza y la pérdida de tiempo, simplemente no le gustas.
― ¿Tú si le gustas? Y por favor no me digas que ya te acostaste con él porque sabes lo mucho que me divierte demostrarte que termino gustándole a todos los que te gustan.
―Él no me gusta.
―Claro, yo te creo. ―Su pelea pasivo-agresiva se vio interrumpida cuando notaron al aludido acercarse a ellos, soltando bruscamente sus manos para mirarlo― Muchas gracias, Gyunie.
―Deja de decirle "Gyunie" ―exigió, siendo ignorado por la entusiasmada rubia.
―Aquí está su moca, Juyeon noona ―sonrió el castaño al poner la taza frente a ella.
―Y tú deja de decirle "noona" ―gruñó ahora en dirección al chico quien casi huyó ante su gélida mirada.
La chica soltó una risa sin poder evitarlo ante el, a su parecer, divertido comportamiento de su amigo. Pudo notar de reojo como el chico parecía esconderse detrás de quien parecía más su amigo que compañero de trabajo mientras este atendía a un nuevo cliente, su timidez tan solo hacía que le interesara cada vez más.
Bajando la taza luego de un largo trago de café, la fémina voltea nuevamente hacia el chico frente a ella quien seguía mirándola fijamente.
―No lo harás ―afirma, apoyando los codos en la mesa para verla más de cerca.
― ¿O qué? ―Inquirió alzando una ceja con diversión, aquello cada vez parecía más un reto para ella.
―No pasará nada, porque no harás nada.
[...]
Soltó un quejido luego de apagar la transmisión, lanzando la máscara con fuera lejos de ella. Se sentía tan frustrada que podría ponerse a llorar de la rabia en cualquier momento, solo que este tendría que esperar un poco ya que en ese momento su celular comenzó a vibrar sobre el escritorio, contestando únicamente cuando identificó el nombre en la pantalla.
― ¿Qué quieres ahora, Jiwon? ―Habló bastante más brusca de lo que tenía en mente.
En cambio, no obtuvo respuesta sarcástica de su parte, sino que un tono algo preocupada se dejó oír― ¿Estás bien?
Por un momento se sintió quebrar cuando todo se le vino encima tan de repente.
Suspiró dejándose caer sobre la silla mientras se quitaba peluca y la malla a la vez, poniendo cada una a un costado con sumo cuidado. Irónico, tenía docenas de pelucas y las trataba con todo el cuidado, pero a su única máscara si la envió a volar sin titubeos.
―Reportaban en masa y si tengo una advertencia más me suspenderán la cuenta ―explicó apretando el celular contra su hombro al ponerse de pie―. Ya estoy cansada de bloquear a tantos usuarios, Jiwon, ¿no pueden simplemente dejarme en paz de una vez?
Lo suspiro exhalar del otro lado de la línea, seguramente trabajando para encontrar las palabras adecuadas que sirvieran de consuelo para la chica.
―Sabes que en esos sitios siempre habrá imbéciles dispuestos a molestar a alguien, sobre todo si es una chica.
Justo cuando el peli negro parecía inspirarse en su papel reconfortante, el timbre resonó por todo el apartamento sorprendiendo a Juyeon quien no esperaba visitas, no cuando tenía un horario tan estricto.
―Sigue hablando, seguramente es algún pedido que olvidé ―avisó poniéndose en marcha hacia la puerta de entrada.
―Si quieres puedo ir a tu casa con comida y así... ―Su voz se escuchó lejana cuando, al ver por la mirilla, notó quien había llamado al timbre.
―Jiwon, te llamo luego.
Sin escuchar su pregunta inmediata, alejó el celular de su costado para colgar sin saber tampoco que el chico al teléfono escuchó claramente una voz conocida exclamando un contento "¡Noona!" seguido de los pitidos indicando que la llamada se había acabado.
Abrió la puerta sin pensarlo dos veces dejando ver en su totalidad al radiante castaño frente a ella sosteniendo una bolsa con sus dos manos y con una sonrisa que no podía faltar.
―Dong-Gyun, no... no esperaba verte aquí ―dijo algo nerviosa de repente, pero haciéndolo pasar para cerrar la puerta tras ella―. ¿Necesitas algo? No avisaste que vendrías.
"― Y si no hubiese teniendo el incidente, aún estaría en plena transmisión"
―Tengo que día libre en la cafetería así que pensé verla. Oh, y también traerle esto. ―Juyeon no comprendía como es que aquel chico mantenía aquella sonrisa por tanto tiempo.
Lo hizo sentarse en el sofá de cuero mientras ella se iba con la excusa se guardar la prenda que le había traído, siendo una bufanda suya que había olvidado "sin querer" en la cafetería, aunque esto no era más que un pretexto para asegurarse de cerrar con la contraseña su cuarto de transmisión.
No podía permitirse que el chico lo descubriera, al menos no aún.
Tampoco quiso dejarlo mucho tiempo solo o, mejor dicho, no quería perder tiempo para estar junto a él, aunque sea solo sentada frente al chico. No comprendía como su presencia lograba tal efecto en ella.
Pisó con silencio al llegar de nuevo a la sala de estar, no queriendo que este se diera cuenta de su presencia e interrumpirlo. Entornó los ojos al verlo inspeccionando la repisa recién armada donde se hallaban los diversos recuerdos de los múltiples lugares que había visitado, sin importar cuantas veces el chico fuera a su apartamento, este seguía siendo como un niño curioso aventurándose por aquí y por allá.
Este se veía demasiado ensimismado mientras sacudía una bola de cristal con una mini torre Eiffel dentro.
Él... Él sonreía tanto con algo tan mínimo que por un momento dudó del castaño. Nadie podía mantener aquella sonrisa contagiosa y reconfortante a la vez que siendo sincera, era imposible.
― ¿Te gusta? ―Por la sorpresa, el pobre casi deja caer el objeto consiguiendo atraparlo y apretarlo contra él para asegurarlo― Perdón.
―No hay problema, solo me sorprendió ―se excusó mientras dejaba nuevamente el pequeño escenario nuevamente en la repisa.
Volvió a tomar asiento en el cómodo sofá, creyendo que Juyeon lo imitaría sentándose junto a él, solo que lo próximo que sintió fue la imponente presencia a sus espaldas.
Sin siquiera pensarlo, Dong-Gyun se giró en su asiento para ahora ver de frente y desde abajo a la chica, pudiendo por fin detallarla más de cerca; no se había percatado de su linda blusa color vino, su sencillo pero hermoso maquillaje y su cabello como siempre tan perfecto.
Era tan preciosa.
― ¿Usted iba a salir? ―Su pregunta la hizo alzar una ceja mirándolo confundida por un segundo, más bien, demasiado concentrada en él como para escuchar lo que había dicho― Usted está arreglada así que pensé que iba a salir. ¿Tiene una cita?
Con una sonrisa divertida escabulléndose por sus labios, la rubia se inclinó ahora apoyando los brazos en el espaldar del sofá, acercando bastante más su rostro al del chico― Por supuesto que tengo una cita, contigo.
Soltó una risita al notar como este se volvía tan tímido con una rapidez increíble, admirando el tierno sonrojo que surgía en sus mejillas y sin darse cuenta sus dedos se habían acercado a su rostro para pellizcar sin fuerza dicha zona.
Lamentablemente su bello momento se vio interrumpido por su mente jugándole una mala pasada, como siempre que estaba con el chico.
"Es tan inocente que cuando se entere lo que haces, huirá como todos los demás"
[...]
―Por todos los cielos, te ves patética.
Lloriqueó contra la fría superficie de la mesada en respuesta a la frase del chico―Eres un pésimo amigo, Jiwon.
―Nunca dije que fuera tu amigo ―rectifica mientras tira el ramen al agua sin mucho cuidado especial.
Ahora sí ofendida, la chica se incorporó para verlo a la cara y reclamarle―. Tú llegaste a mi casa sin invitación, trajiste comida para mí, estás cocinando para mí y, a pesar de todo, sigues preocupado por mí. Si no somos amigos pues eres el peor hermano que puedo imaginar.
― ¿Qué clase de hermanos hacen las cosas que hemos hecho? Estás enferma ―escupe con una expresión que solo fastidió más a Juyeon.
―Mira quien habla, hyung.
Esta última palabra logró su cometido tan bien que la chica salió huyendo de inmediato a la vez que se arrepentía por completo de haberlo hecho. Corría como si su vida dependiera de ello, rogando por que se detuviera sin tener éxito alguno.
Ahora se encontraba encerrada en su estudio, jadeante y cansada de haber corrido tanto, pero tranquila de que nunca le hubiese dicho su contraseña en uno de sus ataques de sinceridad. Ataque de sinceridad como el que había tenido minutos atrás.
A pesar de toda la situación, Jiwon seguía siendo su mejor ―y único― amigo, ¿a quién más podría contarle sus problemas e inseguridades? Sumado al hecho de que el chico parecía poseer un sexto sentido que le hacía llegar a ella cuando esta tenía algún problema. Esta vez había resultado en ella contándole todos sus recientes pensamientos negativos y las nuevas inseguridades que la llegada de Dong-Gyun había creado en ella.
También fue una sorpresa para él, ignorando sus propios intereses por el chico, era extraño ver por primera vez a Juyeon genuinamente sufriendo y preocupada por alguien. Ni siquiera la había visto tan afectada cuando ellos mismos solían tener peleas y era eso lo que lo asustaba.
"―Las personas que se alejan de ti son unos cobardes y Dong-Gyun puede ser un miedoso, pero no un cobarde".
Ding!
El timbre resonando por todo el lugar hizo sobresaltarse a la fémina quien seguía hecha un ovillo contra la puerta, debatiéndose sobre si valía más abrirle a quien tocaba o su propia vida si es que Jiwon la atrapaba.
Pero la gota que rebalsó el vaso fue la voz de su peli negro amigo.
― ¡Juyeon, te busca Dong-Gyun! ―Chilló al escucharlo. Por sus cálculos este debía encontrarse en la sala por lo cual se quedó en completo silencio para saber si solo se trataba de una trampa― No te preocupes, lo llevaré a donde estás.
Fue entonces cuando sintió el verdadero terror.
Los múltiples pasos acercándose a su lugar la hizo entrar en pánico cuando abrió los ojos y visualizó el fondo de sus transmisiones y se imaginó el miedo en el rostro del castaño si llegaba a entra ahí.
― ¡No te atrevas, yo voy a..!
Pero justo cuando iba a abrir la puerta para salir, fue cuando lo oyó de nuevo. Justo frente a la puerta― Ya estamos aquí.
― ¡Hola, noona! ―La dulce voz del chico detuvo su corazón por unos instantes.
Sabía que Jiwon no lo hacía para molestarla, en parte si, un poco, pero no con verdaderas malas intenciones. La conocía mejor que ella misma algunas veces y terminaba dándole los conejos correctos para sus problemas.
Si estaba haciendo las cosas tan bruscas es porque sabía de antemano que nada saldría mal... ¿cierto?
―Juyeon, abre la puerta.
―No, llévalo a la cocina y saldré luego.
―No, ahora.
―Jiwon~ ―rogó, pegando la frente a la puerta. Tan solo recibió silencio por unos segundos hasta que escuchó un suspiro, pero no de Jiwon, sino de Dong-Gyun―. 1004.
Casi ni notó el sonido de los números marcando la contraseña y antes de darse cuenta la puerta ya se encontraba abierta.
Sin darle la oportunidad de reaccionar, Jiwon se acercó a ella para tomarla de los hombros y hacerla retroceder hasta que la parte trasera de sus rodillas chocó contra su silla, haciéndola caer sobre esta.
―Él ni siquiera ha reconocido el set-up aún, no creo que sea el contenido que más consuma ―se burló recibiendo un golpe en la pierna de parte de Juyeon―. ¿Qué? Él literalmente ve todas mis transmisiones y dona como si hubiese recibido una herencia.
―Sunbae ―fue ahora el avergonzado chico quien se quejó avergonzado.
El peli negro ahora tomó del brazo a Dong-Gyun para dejarlo frente a ella―. ¿Aún no la reconoces?
Suspiró frustrado viendo al castaño aun viéndola con los ojos entrecerrados y ella solo parecía hiperventilar cada vez más. Eran un completo desastre, definitivamente el uno para el otro.
Optó por dejarlos y encaminarse al closet destinado únicamente a sus vestuarios, pelucas y demás. "Demás". Tomó su típica peluca negra y la máscara para salir de nuevo.
―Jiwon, esto de verdad no es necesario, puedes olvidar...
―Cállate. ―Sin dejarla hablar él tan solo le puso la peluca con cuidado, tratando de esconder los mechones rubios antes de girar hacia el chico― ¿Nada?
―Noona se ve bonita así también ―dijo aún sin entender, haciendo sonreír a la aludida algo avergonzada, a diferencia de Jiwon quien tan solo soltó un quejido para por fin ponerle la máscara y girar nuevamente hacia él.
―Mira que si no la reconoces todavía le puedo buscar un consolador y hacer que haga un show privado para ti también. ―Se giró y le regresó el golpe a la chica, empezando una infantil pelea entre estos.
Dong-Gyun no sabía si concentrarse en la discusión entre ambos o en el hecho chocante de haber descubierto ―o que le hayan hecho descubrir― la verdadera identidad de la fémina.
En ese momento optó por dejar viajar su mirada por los alrededores de la habitación, notando pequeños detalles que reconocía por alguna que otra transmisión suya que había visto, siendo verdaderamente menos de las que se esperaría. Era vergonzoso admitir que la razón por la cual no veía transmisiones de chicas era por la terrible timidez que terminaba obligándolo a apagar el aparato antes de explotar por el bochorno.
Recordaba muy bien haber "visto" dos stream de BJ Fleur y había cambiado cada uno de estos en el primer instante vio la posibilidad de ver algo un poco subido de tono. La primera vez él tan solo la vio unos minutos hablando a la cámara de forma sugerente y él ya era un completo manojo de nervios.
― ¿Por qué no me lo dijo antes? ―La pregunta del chico logró por fin detenerlos de tomarse por los pelos.
―Porque es una idiota. ¡Auch! ―un nuevo golpe de la rubia amenazó con reanudar su pelea― Porque tuvo el estúpido pensamiento de que te molestarías con ella.
―Puedo hablar por mi cuenta, Jiwon ―lo regañó, pero a la vez sostenía la mano del chico sin darse cuenta, casi aferrándose a él por los nervios.
El hecho de que ni siquiera lo hubiese negado hizo preocupar al chico tanto para inclinarse frente a ella― ¿Por qué me molestaría con usted? No está haciendo absolutamente nada malo.
En ese momento Juyeon se permitió verlo a la cara por primera vez desde que este entró en su estudio, y un sentimiento inesperado surgió en su mente; verlo por debajo de ella le daba cierta sensación de superioridad que se avergonzó de tener, se avergonzó de que le gustara.
Alzó entonces el rostro para conectar miradas con Jiwon, quien también miró hacia abajo al mismo tiempo como si se comunicaran telepáticamente, cosa que asustó a DG. Un escalofrío recorrió toda su columna en el instante en que los dos giraron a la vez para observarlo fijo.
Tembló ante el fugaz pensamiento de que parecían dos leones un segundo antes de saltar sobre una gacela, y lamentablemente él era esa gacela.
―Eres un verdadero ángel, Gyunie ―susurró sonriendo mientras se quitaba la peluca negra para dejarla sobre el escritorio junto a la máscara―. Mi pequeño y lindo ángel.
"―Nuestro pequeño y lindo ángel"
Juyeon주연: "Personaje principal"
Fleur: Flor
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