9: The Demon You Will Become #4

Lo habían insultado. Aquellas palabras no sacarían de quicio a cualquiera, al menos no en una situación normal. Pero nadie se metía con él, nadie le restregaba nada en la cara, y definitivamente NADIE tenía permitido creer que eran capaces de ganarle.

Giró sobre sus tobillos, en su mente retumbaban las palabras que lo habían cambiado todo, las de su padre. Nunca volvió a ser el mismo, y terminó convirtiéndose en una fiera máquina asesina.

Sus alas le dieron impulso, elevó la rompe cabezas sobre su cuerpo, y al llegar donde estaba su contrincante, dejó caer el peso del mazo sobre su cabeza.

Un crujido se escuchó en el suelo de la arena, acompañado del cuerpo del perdedor recién decapitado. Un charco rojo se formó debajo del ganador, ensuciando sus pies.

El público entero festejó, pues les había dado el espectáculo que tanto estaban buscando. Pero sus ojos sólo encontraron a su hermano, el pequeño manojo de nervios que había estado en su mente durante el combate, al maldito que quería partirle la cabeza, así como lo ha hecho con cientos de otros.

Su fuerza se manifestaba gracias a la rivalidad. En su mente y cuerpo siempre había una batalla contra el enclenque de su hermano, una que se remontaba desde años anteriores.

Pero Oliver, quien veía mareado el show que había montado su hermano, no tenía ni la más remota idea de cómo sus diferencias podían tener la mínima pizca de sentido.

A Riuk no le importaba, no le importaba nada que Oliver no supiera lo que pasó hace años. Sólo quería ganarle, ganarle y matarlo.

Despegó las espinas del mazo del bulto de carne en el suelo, el sonido producido era asqueroso para otros, pero para él, era una fiel señal que le prometía el futuro que quería.

TYLER'S POV

Dicen que lo peor que le podías hacer a un niño era arrancarle su sueño, ¿pero qué pasaba cuando la cruda realidad se encargaba de hacer eso? A nadie le importaba.

Oliver aún no lo veía; pero yo conocía la verdad. No sé con exactitud cuándo comenzaron mis dudas, ni cuándo empecé a ver el incansable esfuerzo de mi amigo ser una pérdida de tiempo. Nunca tuve las agallas de decirle lo que pensaba, pero sus ganas de encontrar aquel hechizo se volvían más grandes con el tiempo; la desesperación aumentaba, al igual que mi preocupación y mal presentimiento que sentía mientras el gran día se acercaba.

A un día antes del enfrentamiento a muerte tradicional, cualquier demonio de nuestro curso con sentido común debería estar practicando hasta el cansancio la mejor forma de convertirse en asesino mañana. Pero yo estaba en el sofá, viendo a Oliver con los ojos clavados en el libro El Ser Negro, seguramente buscando aquello que me haría tolerante a la luz solar de los demás reinos.

Desde pequeños nuestro plan era escapar antes de que el pueblo nos obligara a entrar a ése horrible enfrentamiento. Pero yo ya había perdido toda esperanza.

Mañana. Asesino o asesinado, no había forma de escapar.

-Oliver -abandoné el sillón -, ya deja eso. Deberías estar practicando con tu arma.

-Odio mi arma -espetó sin expresar ningún sentimiento. No apartó la vista de las páginas, ¿se volvió a quedar clavado en una página?

-El profesor dijo "No te dejes engañar por su apariencia, la rompe corazones es pequeña, pera en la situación correcta se vuelve la más letal en combate." -le hice recordar ésas palabras, Remus se las había dicho días después de obtuviera las rompe corazones.

Pero Oliver de igual forma ignoró lo que dijo el profesor, y aunque aún no les encontraba cariño, practicó con ellas día tras día en sus pocos tiempos libres. Él podría estar desesperado por encontrar la forma de sacarnos de aquí, pero no era tonto, por supuesto estaba preocupado por el combate de mañana.

Lo conocía de toda mi vida, y sabía que durante todos estos meses había previsto el escenario en que tendríamos que asistir a ésa lucha sí o sí. Lo admiraba por eso, pero quería que dejara de seguir intentando ayudarme.

Él podría irse si quisiera, siempre pudo hacerlo, pero aquí estaba. . .sin rejas en una jaula, pero buscando una llave para sacarme a mí.

-Sólo quiero descifrar esto primero. Aún tengo toda la tarde y noche para practicar -respondió.

-Tu padre debe estar buscándote -me acerqué a ver qué estaba leyendo.

-Si así fuera ya me habría encontrado -respondió.

Y entonces descubrí de dónde provenía tanta terquedad justo el día de hoy.

El capítulo de su madre. Hace meses cuando lo encontramos los dos nos estuvimos quemando los nervios haciendo teorías de lo que había pasado. Eso hasta que Oliver se obsesionó más por mi problema que por el de él.

Pero hoy, de alguna forma su curiosidad sobre el tema había regresando. ¿Y cómo culparlo? Ése capítulo tenía la narración normal de un demonio, incluso menciona el nacimiento de Riuk, pero el último párrafo. . .

"[...] el treinta y uno de Natusest dio a luz, pero horas después, en la madrugada del siguiente día, decidió. . ."

Era todo. No había un continuación ante esa frase incompleta. La primera vez que lo leyó arrojó el libro contra la pared, pues toda su vida había buscado más respuestas al tema de su madre, pero su bibliografía terminó dándole más preguntas.

Se suponía que su madre había muerto en un combate, pero no tenía nada de sentido que el capítulo termine ahí donde está, como si le hubieran puesto pausa.

Oliver y yo se lo enseñamos a mi madre, pero ella insistió en que había muerto en combate, y que no sabía por qué el capítulo terminaba ahí. La única otra persona que podía tener respuestas era el Rey Rikan, pero. . .no acudimos a él, por obvias razones.

Suspire con pesadez.

-Oliver, estoy seguro que ella hubiera querido que ganaras mañana -coloqué una mano en su hombro -. Práctica, por favor.

Oliver agachó la mirada, y cerró el libro. Cuando vi su expresión, pude ver que se encontraba desanimado.

-En dos días podremos seguir hablando de eso, no te preocupes.

Se levantó de la silla y se dirigió al reloj posado en la mesita. Las manecillas marcaban las seis en punto.

Oliver echó un vistazo a su libreta amarilla, la que había tenido durante años pero nunca me dejaba ver.

Sonrió y volteó a verme.

-Feliz cumpleaños, Tyler -acercó su cuerpo y me envolvió en un abrazo -. El próximo año te daré algo espléndido de regalo, te lo prometo.

Sonaba extrañamente pasivo, pero yo sabía que por dentro los nervios por mañana lo carcomían por dentro. ¿Había aceptado la verdad?

ELLEN'S POV

Cuando me habló, fue como si fuéramos adolescentes de nuevo. En ese entonces él era más tímido y con más preocupaciones aparte de ganar un torneo a muerte. Sus orbes verdes delataban nerviosismo, pero su forma de hablar era tan seria y educada. . .

Aún recuerdo la superficie rasposa de la carta que me entregó en aquella ocasión.

-Por favor, dásela a ella por mí.

La diferencia de hoy a hace tantos años, era que no había ninguna carta que dar, y esta vez no se trataba de una chica que a él le gustara, sino su propio hijo, de él y la antigua destinataria de esa bella correspondencia.

-Por favor, encárgate de que no muera -me dijo Rikan, viéndome de perfil.

-Tengo entendido que lo entrenas a diario. . . -respondí agachando la mirada, había pasado casi una década desde la última vez que habíamos hablado en privado.

-Él sabe como ganar. Pero es terco, rebelde y siempre está temblando. . . -dio dos pasos hacia mí -. Ya no quiero que dude. Hazle entender que mientras viva aquí va a tener que respetar la tradición correctamente, de lo contrario. . .morirá.

La última palabra era tan cierta como dolorosa. Yo había visto crecer a ese niño desde que estaba en la panza de su madre; nunca me aparté de él, y la idea de que muriera en el torneo de unos meses me provocaba náuseas.

-Lo haré.

Pero entonces llegó el día. La conversación entre el rey y yo de hace meses permanecía como una cinta de película en mi cabeza, me había encargado plantarle la idea a Oliver de forma indirecta, y lo hice, o al menos eso creía.

Cuando hablaba con él siempre le recomendaba seguir entrenando duro, lo alentaba diciéndole que con suficiente esfuerzo lograría vencer en el torneo, todo esto para que comenzara a tomar la iniciativa y realmente creer que era capaz de hacer lo que la sociedad le pedía.

No me gustaba animarlo a hacer todo lo que los demás hacían, ni él ni Tyler eran así, ellos eran mejores. Pero la verdad era más clara que el agua, y le daba la razón al rey.

Si no eran capaces de hacer lo que todos los demás. . .perderían la vida.

El estadio estaba lleno de aficionados de la sangre, los demonios mayores vitoreaban y gritaban porras a los competidores que iban entrando al lugar. Entré con mi hijo y Oliver a los vestidores, les deseé suerte, y me partió el corazón tener que abandonarlos y regresar a las gradas.

«Podrían morir», traté de no pensar en eso, y contuve el llanto.

OLIVER'S POV

Adam acababa de cortarle el cuello a su oponente; un muchacho robusto de su misma edad pero notablemente más alto. No lo conocía, pero desde hoy recordaría la expresión de su rostro mientras el pequeño Adam levantaba su cabeza en señal de victoria.

Tragué duro, y tuve ganas de vomitar. Me aferré con fuerza de los rompecorazones en mis manos, «puedo ganar, puedo ganar» me repetía una y otra vez. «Entrenaste mucho Oliver, tú puedes.»

Un toque en mi hombro me hizo brincar del susto. Pero sólo era Tyler.

-¡Wow! Tranquilo, je -sonrió -. Soy sólo yo. ¿Estás nervioso?

-¿Y cómo no estarlo? -dije preocupado -. ¿Ya viste allá afuera? ¿Cómo le hace Adam para matar a sangre fría así como así, eh?

-Recuerda que Adam está enfermo -se señaló el costado de la cabeza -. Además, estoy seguro de que saldrás de ésta. Siempre encuentras el modo de hacerlo.

Me llevé las manos a la cara.

-No puedo.

-¿Eh?

-No puedo. . .matar, ¿entiendes, Tyler? No puedo -bajé mis manos. Me puse de pie -. Suficiente, iré con mi padre y le diré que me rindo. No importa lo que me pase.

-¡Alto, alto, alto ahí! -Tyler se interpuso en mi camino -. ¡No puedes sólo. . .rendirte, y ya! ¡Significa aceptar muerte sin pelea!

-Prefiero eso a tener la oportunidad de robar una vida.

Tyler me miró a los ojos tres segundos, en ellos había comprensión y pena, pero después. . .se enfadó, y me dio una leve bofetada.

-Auch -dije sin realmente sentirlo.

Tyler me tomó de los hombros.

-¡O-LI-VER! ¡Vas a llevar tu trasero a esa arena y vas a ganar! ¡¿Sabes por qué?!

-¿Por qué?

-¡Porque prometimos largarnos de aquí juntos!

De algún modo aquellas palabras calaron profundo en mi ser.

«¿Aún existía un futuro en el que podíamos escapar y ser felices los dos? ¿Libres de este sádico mundo en el que habíamos nacido?»

-Si quieres volveré a comer de ese asqueroso pasto que siempre traes, pero no te atrevas a rendirte sin dar pelea. Nadie nace para morir.

Y ahí estaba otra vez, un golpe en mi corazón; o más bien un empujón, para seguir adelante.

Puse una mano en su hombro.

-Vamos a ganar.

Tyler sonrió de oreja a oreja, y alzó un puño sobre su cabeza.

-¡Vamos a ganar! -repitió entusiasta.

-¡Siempre y cuando no nos toque pelear entre nosotros!

El rubio se detuvo, y me volteó a ver.

-No había pensado en esa posibilidad.

-Oh, vamos. ¿Cuántas probabilidades hay de que nos tengamos que enfrentar entre nosotros? -se me escapó una risa nerviosa, no había forma de ocultar el miedo que sentía.

-Je, sí. Eso sería imposible -esbozó una sonrisa temblorosa.

Imposible.

Era totalmente posible, las probabilidades en realidad no eran muy bajas, pero si nos tocaba pelear el uno contra el otro. . .

"AHORA ANUNCIAREMOS A LOS SIGUIENTES CONCURSANTES" la voz claramente provenía de un megáfono. Sudé frío. "AL ESCENARIO, TYLER STEALMOON. . ."

Se me detuvo el corazón, e instintivamente sujeté el brazo de mi compañero. «¿Por qué tenía que tocarle tan pronto? ¿Por qué? Ahora no quería que se fuera».

"Y MOTHS RIGALLÍ."

Moths. Por supuesto que tenía que ser Moths.

No me di cuenta cuando Tyler había comenzado a darme palmadas en el hombro. Una leve sonrisa iluminaba su rostro.

-Oye, tranquilo. No me voy a morir -dijo confiado.

«Eso no lo sabes. . .»

-Bueno, es hora de irme -dijo mirándome.

Por más que sonriera, no le creía para nada en su expresión y confianza. Estaba fingiendo.

-Tyler. . .

El rubio me abrazó, fuerte y repentinamente. Al inicio olvidé cómo respirar, pero apenas me descongelé le correspondí el abrazo.

De algún modo, sentía que nunca volvería a verlo otra vez. Las probabilidades eran 50 y 50.

-Nos vemos al final de la ronda -dijo.

-S-sí -traté de sonreír, pero era una basura haciéndolo.

Tyler se mordió los labios.

-Recuerda que eres mi mejor amigo, Oli -tomó su arco, y se encaminó al área de combate.

Los siguientes cinco minutos me quedé solo. Cinco minutos que nunca quería volver a repetir.

--♦°♦°♦°♦°♦--

Mi padre dio inicio al combate, los cuatro metros que distanciaban a mi mejor amigo de la muerte fueron rápidamente devorados por Moths.

La chica corrió hacia él, con rapidez y decisión; Tyler se quedó congelado un segundo, hasta que el golpe mortal de el hacha fue dirigido a su cuello y éste dio un tropiezo para atrás. El chico rubio cayó de espalda, y alzó el arco con ambas manos, bloqueando el golpe que si hubiera asestado le abría partido la clavícula.

Empujó a Moths haciendo una palanca con su arco, Tyler se levantó en medio segundo y corrió al lado contrario de la tarima, escapando de la loca chica.

Respiré hondo. Tyler estaba reaccionando muy lento. No podía decir que yo lo haría mejor, pero cada vez que Moths movía su arma cerca del cuerpo de mi amigo sentía que la sangre dejaba de circular por mi cuerpo.

Me sudaban las manos, sentía que mi estómago se revolvía con cada segundo que pasaba. Esta era la única pelea de la que no quería quitar los ojos de encima.

-Por favor, Tyler -susurré para mí mismo, tenía un nudo en el pecho -No mueras.

TYLER'S POV

«Está en nuestra naturaleza»

Esquivé otro golpe de la chica.

De todas las personas que me tuvo que haber tocado, tuvo que haber sido ella. No sólo era la más rápida de la clase, sino que para el colmo estaba especializada en el combate cercano, claramente desventajoso para mí.

Si no me alejaba de ella lo suficiente no tendría ninguna posibilidad de ganar. ¿Por qué todas las peleas debían de ser en una tarima? No había a donde correr, era injusto para alguien que sólo era un arquero.

-¡No huyas, MOCOSO! -Moths cortó por error una de las local que limitaba el espacio del ring.

Se estaba enfureciendo, a nadie le gustaba que su pureza jugara con él, pero no tenía otra opción.

Había una única forma de salir de esto.

El dolor comenzó en mi estómago, una corriente fría recorrió todos mis huesos hasta llegar a la punta de los dedos. De repente llegó un calor abrasador, se tensó mi mandíbula y la presión en mi cuerpo por la transformación fue evidente.

Me coloqué en cuatro sobre el suelto y me aseguré de no soltar mi arco y flechas. Mis sentidos se elevaron al máximo, la presencia de todos los demonios del estadio resonaba en mi pecho, pero sólo uno de ellos quería matarme.

Alcé la vista, Moths no se inmutó por mi transformación completa, pero el pequeño instante en que crucé miradas con Oliver pude sentir su miedo creciéndole en el pecho.

Lo haría sentirse orgullo de su mejor amigo.

Despegué hacia el cielo abandonando la tarima, Moths sacó alas y colmillos, y con ojos del diablo voló hacia mí como un proyectil.

La primera flecha. Apunté, y menos de un segundo después el arma rojiza salió disparada contra mi adversaria.

Al inicio dudó, pero su fiereza fue más grande y de un golpe con el hacha pudo evitar la flecha.

Iba a necesitar más.

Una tras otra, las flechas fueron bloqueadas por el hacha de Moths. La distancia dejó de ser favorable en el momento menos oportuno, y en menos de un segundo, el hacha giró, y me golpeó de lleno en la mandíbula.

Un dolor mortal recorrió todo mi cráneo hasta el cuello, ardía como el infierno, hasta que de un momento a otro sentía todo dormido de la nariz hacia abajo.

Fue entonces que me percaté que estaba cayendo, pero demasiado tarde como para reaccionar, me estrellé de cabeza contra la tarima.

No escuché el golpe, todo era oscuro, y de lo único que era consciente era de la multitud de los alrededores.

Me dolía todo el cuerpo, y no podía moverme.

Un recuerdo fugaz atravesó mi mente.

Había juguetes regados por todo el suelo de tu cuarto.

-¿Quién es tu papá?

-No tengo papá, es que mamá era suficiente.

-Ah -viste hacia abajo, de repente estabas triste -. Yo nunca conocí a mamá -y, por arte de magia, alzaste la cabeza y sonreíste hacia mí -. Supongo que con papá era suficiente.

Pero cuando abrí los ojos, ya no estabas sonriendo.

Oliver, estás más triste que nunca.

Un grito airado se escuchó en el cielo, giré mi cabeza, y vi el brillo de una hacha dirigiéndose hacia mí.

Moths iba a matarme.

»Nos vemos al final de la ronda«

En el interior, fue una suplica de que no muriera hoy.

»Vamos a irnos de este mundo y explorar otros nuevos. Donde al fin podamos vivir libres.«

Eso había sido una promesa.

No recuerdo cuándo ni dónde te conocí, seguramente fue en el palacio, gracias a mi madre, pero fue nuestra decisión convertirnos en mejores amigos.

A veces, me pregunto que se sentirá dejarse llevar y simplemente morir. ¿Vivir atrapado en el Vacío será más horrible que vivir aquí? Nada era más horrible que aquí.

¿Entonces por qué no. . .?

»Soy un inútil. No puedo ser como los demás demonios de este lugar«

Eres igual a mí. La vida te ha tratado peor, incluso. Pero te hice una promesa.

El hacha bajó, mi cuerpo con el mayor esfuerzo logró moverse, y la muerte me pasó por un costado de la cara.

Me puse de pie tambaleante. Mi arco y flechas estaban regadas por el piso, lejos de mi alcance; me había destransformado, y chorros de sangre caían desde mi mandíbula.

Aunque me estaba autosanando, no me atreví a tocar la parte de mi cara que parecía estar a punto de caerse.

Mis ojos se encontraron con los de Oliver, creo que estaba por darle un ataque de pánico.

Miré a Moths, más furiosa que nunca.

Te hice una promesa, amigo mío. Aunque la verdad es que quisiera morir, nos iremos de este maldito basurero, juntos.

-¡¿Estás burlándote de mí?! -rugió Moths -. Maldito niño, no sabes con quién te metes. . .¡¡Argh!! -alzó el hacha, y comenzó a correr.

Mi arco y flechas seguían demasiado lejos.

No iba a lograrlo.

Moths se acercaba.

Retrocedí un paso, me agaché y el arma apenas alcanzó a cortarme un par de mechones.

Todo sucedía demasiado rápido para todos, excepto para mí. Sujete la muñeca y hombro de Moths con los que sostenía el hacha, presioné su hombro y la empujé, mi pie derecho golpeó su tobillo, Moths perdió el equilibrio, y le arrebaté el hacha.

Ni siquiera estaba pensando, sólo lo hice.

El golpe de frente de la chica contra el piso fue atroz, pero el sonido del hacha enterrándose en su nuca fue aún peor.

No pudo hacer nada, no hubo 'unas últimas palabras'; Moths estaba muerta, y yo había sido el asesino.

Y después, todo el dolor en mi cuerpo hizo acto de presencia. La mandíbula me dolía como el infierno, y mi respiración comenzó a verse obstruida por la sangre colada en mi tráquea.

Caí al suelo de rodillas, ahora era consciente de lo que había hecho.

Miré el cuerpo ensangrentado de Moths.

Era ella o yo. Lo que hice fue lo correcto, no había otra manera.

Dos pares de brazos me alzaron y pusieron sobre una camilla. Aún me dolía todo, pero no fue sino hasta que ya estaba demasiado lejos que me di cuenta de que me estaban llevando a la enfermería.

Era un asesino, pero uno que había sobrevivido.

OLIVER'S POV

Tenía la garganta seca. Tyler pudo haber muerto.

En mi cabeza aún no sabía ver qué era mejor o peor. Mi amigo estaba vivo, me alegraba por eso; pero ahora había visto cómo Tyler asesinó a una chica que conocía desde hace años.

Moths ya no existía. Su único recuerdo sería el cadáver que muy pronto se adoptaría la figura de un monstruo para corresponder al Reino de las Almas. Su conciencia quedaría por siempre atrapada en el Vacío.

El Vacío. Aquel lugar me aterraba.

Casi nunca se utilizaban las enfermerías, debido al autosanado correspondiente a nuestra raza. Pero la cosa cambiaba cuando la herida era hecha por un arma de cuarzo rojo. Tyler sanaría, pero el proceso era más tardado, y probablemente muy doloroso.

Vi a Ellen correr despavorida tras la camilla en la que iba su hijo. Un fuerte impulso de seguirlos me atacó.

No quería quedarme solo.

Comencé a apartarme de los demás chicos de mi curso, seguro que a nadie le importaría si desaparecía sólo un momento.

Pero Adam se me puso enfrente, el chico estaba emocionado y aún no se quitaba la sangre que su oponente muerto le había salpicado.

-¡Oliver! ¡¿Me viste?! ¡Acabé con él!

-Ah. . . -el recuerdo me causó mareos, y tuve que forzar una sonrisa -. Sí, fue excelente.

-¡Ya quiero verte luchar! Por cierto, ¿qué haces aún aquí?

-¿A qué te refieres? -por primera vez, éste chico tenía mi atención.

-Deberías estar en el ring, daah. Anunciaron tu nombre hace un rato.

Una corriente fría me recorrió todo el cuerpo, creo que se me había bajado la sangre.

Sentía como si me acabaran de dar una abofeteada. Había estado tan sumergido en el estado de Tyler que no me di cuenta cuando anunciaron a los siguientes participantes. Y uno de ellos era yo.

Mis piernas se movieron sin pensarlo, me di la vuelta y corrí hacia el ring. Llegar sin perder el equilibrio significó un gran avance contra mi pavor, pero cualquier rastro de valentía desapareció una vez vi la Rompe Cabezas recargada en el hombro de mi oponente.

-Por Mulier, parece que a alguien allá arriba en serio no le agradas, Montrose -la sonrisa de Kayle se ensanchó.

--♦°♦°♦°♦°♦--

Cuando entrenaba con los rompecorazones hace unos meses, comenzó a ocurrir algo extraño.

Siempre antes de iniciar con un combate, una vocesita en mi cabeza me decía "Puedes vencerlo". No sabía si era ego u alguna otra cosa, pero al escucharla, guardaba uno de mis rompecorazones en la agarradera de mi cintura, con el propósito de competir sólo usando el otro.

Porque sabía que podía ganar.

Pasaba cuando peleaba contra Tyler, pero nunca cuando peleé contra Riuk. Ahora, éste chico, Kayle, que era una versión pequeña de mi hermano mayor, mandaba mensajes taladreantes a mi cerebro de que podría matarlo si me lo propusiera.

¿En serio podría hacerlo? Luchar contra mi amigo era una cosa, pero a muerte era otra.

A muerte. . .

Kayle era una fiera máquina que ya había intentado asesinarme antes, la diferencia de hoy es que ahora nadie podría reclamarle nada. Estaba en su total derecho de separar mi cabeza del resto de mi cuerpo.

Tragué audiblemente. Contra Tyler nunca estuve en riesgo de morir o sufrir herida alguna en lo absoluto. Hoy usaría ambos rompecorazones.

Kayle se lamió los labios, me posicioné igual que siempre en los entrenamientos, y el combate comenzó.

El chico comenzó con todo, muy diferente a Tyler, él fue dando un ataque directo; hizo girar la rompecabezas una vez, mis piernas se congelaron, sólo fui hábil para intentar bloquear el ataque, la. . .

¡PAM! ¡CRAC!

La rompecorazones derecha salió volando fuera del ring, las personas de las gradas tuvieron se apartaron creando un hueco, justo en el que se incrustó mi arma.

Caí de sentón, un dolor infernal recorría mi brazo. Solté la rompecorazones izquierda para sujetar mi muñeca, pero el contacto fue insoportable; mi mano colgaba de una forma antinatural, y cubierta de sangre.

Rota.

Miré al frente, Kayle se dirigía para dar otro ataque.

La había roto de un golpe.

La adrenalina causada por el miedo llenó mi cuerpo, me puse de pie torpemente recogiendo la rompecorazones en el proceso.

Todo mi cuerpo se movía de forma desequilibrada y voraz, corriendo tambaleante hacia el frente.

Kayle se desconcertó un momento gracias a esto, pero me cuerpo se movía solo, no podía prestar atención a nada.

Me agaché en la corrida, y gateé rápidamente debajo de Kayle para escapar.

-¡Oye! -se quejó mi adversario.

No podía enfrentarlo, no podía.

Llegué hasta la esquina del ring, no tenía salida.

Kayle llegó en un instante, la rompecabezas pasó demasiado cerca a un costado de mi cuerpo después de apenas saltar a un lado.

No puedo hacer esto.

¡Izquierda!

Su siguiente golpe quiso darle a mi costado izquierdo, pero pude volver a evitarlo.

Las voces en mi cabeza volvían a sonar fuertes y demandantes.

¡Vuela!

No.

Tyler incluso ganando ventaja en el aire no pudo hacer nada contra Moths estando ahí arriba, y Kayle era un prodigio en el vuelo. ¿Qué me hacía creer que tenía oportunidad contra él?

Salté hacia otro lado, y a otro, pero esta última vez una de las espinas de la rompecorazones me golpeó el tobillo.

-¡Ahh! -me sujeté el pie al caer contra el piso, me ardía.

-¡Hasta aquí llegaste! ¡Ya no podrás correr! -rió volviendo a dirigir un golpe.

La rompecabezas se dirigió contra mi pecho, interpuse la rompecorazones izquierda, pero apenas lo hice me pregunté si habría sido mejor dejar que me matara de una vez.

Las espinas atravesaron mi mano y parte de mi antebrazo, sus puntas apenas llegaron a clavarse parcialmente en mis costillas.

-¡Ah! -quería llorar, mi izquierda definitivamente estaba rota ahora también, pero era lo único que me evitaba la muerte en este momento.

-¡Ya deja de seguir intentando! -alzó el arma, se produjo un sonido pegajoso y mi propia sangre mi salpicó la barbilla.

Ya no podía sujetar ninguna arma.

Kayle daría el golpe final.

Giré sobre mi cuerpo, y la rompecorazones se estrelló, clavándose en el suelo. Kayle estaba furioso.

Con mucho esfuerzo me levanté, mis manos eran inservibles y sólo una de mis piernas no cojeaba.

Suficiente, no podía soportarlo. Ya no importaba qué dijeran o me hicieran, sólo quería irme de ahí.

Sin poder controlar mi desesperación, llegué hasta las cuerdas del ring y traté burdamente salir entre ellas.

Era difícil cuando sólo tenías un miembro funcionando en su totalidad, y mi inestabilidad emocional no ayudaron mucho. Pronto me quedé atorado, jaloneé todo lo que pude, el miedo estaba controlándome y ya no podía pensar bien.

No quiero morir. No quiero morir.

-¡JA! -Kayle consiguió liberar victoriosamente la rompecorazones del suelo -. ¡Ya no podrás escapar ahora, Montrose! -se dirigió hacia mí con toda la calma posible, las espinas del alma letal raspándo la superficie del ring.

Intenté safarme con todas mis fuerzas, pero las ligas estaban enredadas en miembros de mi cuerpo que ya ni siquiera podía mover.

-No entiendo por qué luchas -dijo Kayle, con una extraña calma en su voz, nada típica de él.

Dejé de forcejear, de algún modo, la voz serena de este chico me regresó a la tierra.

-Eres un demonio, un maldito príncipe demonio -su voz leve me desconcertaba, por primera vez sentía que me hablaba honestamente. Entonces, se rió -. ¿Qué genial debe ser eso? Yo soy de una familia baja, nada respetada por tu padre o la alta sociedad. Llegué a la escuela creyendo que podría tener una vida medio normal de un demonio, pero ese primer día de clases. . .¿sabes por qué me dio una paliza tu hermano?

Me quedé callado, no entendía por qué me estaba contando todo esto, pero comenzaba a sentir empatía por él, pese a todo lo que me ha hecho.

-Dijo que mi cabello le recordaba al de su hermanito -Kayle sonrió -. Usó tijeras y nada de gentileza para destrozarlo. Después de eso me di cuenta de que ustedes siempre se iban a creer superiores a nosotros. Siempre. Sólo porque nacieron con sangre de Mulier.

-Kayle. . .

-Pero luego tú apareciste, y vi lo inútil y mediocre que eras. No soy ciego, sé que le a vergüenzas a tu familia -me quedé callado -. Y eso me dio más rabia. ¿Por qué? Incluso un bobo como tú puede creerse mejor que yo y tdoso los de mi nivel sólo porque eres un maldito Montrose -hizo una pausa -. A Mulier le darías vergüenza por igual, no te mereces la protección que te dan. No mereces NADA -comenzó a enfadarse -. Soy mejor que tú, y Mulier estaría feliz de que te asesinara -levantó el arma sobre su cabeza -. Deberías agradecerme, te estoy haciendo un favor.

Y como si fuera por arte de magia, me desenredé, mi cuerpo fue liberado y caí fuera del ring. La rompecabezas dio contra las ligas, pero fue tan fuerte que ésta salió disparada hacia el cielo. Kayle desconcertado siguió la trayectoria de su propia arma, pero poco esperándose lo que estaría por pasar, la mencionada se enterró en su cabeza, aplastando su cuerpo contra las ligas, destrozándolo en el proceso.

Arriba de mí, a unos centímetros de mi rostro, colgando de las ligas estaba lo que quedaba de la cara de Kayle. Su cráneo estaba completamente destruido, sus sesos y ojos habían estallado y comenzaban a escurrir.

No podía moverme. Mi vista se tornó roja. Mi cuerpo estaba cubierto de órganos, carne molida y sangre. Intenté cerrar mi boca, pero al juntarse mis labios, entre ellos sentí algo aguado y pegajoso.

Mi cuerpo comenzó a temblar, el pánico me carcomía, no podía controlarme y el único pensamiento que cruzó en mi mente fue el deseo de estar en otro lugar. Sujeté mi cabeza con las manos, me hice un ovillo, y mi garganta se desgarró entre gritos.

TYLER'S POV

-Ahí está, el miedoso.

-Sólo intentó escapar, el otro chico no debió haber muerto.

Los susurros de las chicas al lado del pasillo llegaban hasta acá. Llevaba meses contestándoles a todas las personas que hablaban sobre el tema cerca de nosotros, pero esta vez me ganaron la palabra.

-Si quieren decirme algo, díganmelo en la cara -Oliver alzó la voz, volteando la cabeza en dirección de las chicas.

-Oliver. . . -me quedé boquiabierto ante su comentario.

Ellas sólo se espantaron y se fueron, pues se trataba de unas simples niñas de cursos menores.

Mi amigo gruñó y siguió caminando por el pasillo a paso apresurado; me costó un poco, pero logré alcanzarlo en el camino hacia el gimnasio.

-Lamento que debas cargar conmigo, Tyler.

Me sorprendí de nuevo. Estos últimos meses habían sido muy duros para él; después de todo la gente habla a sus espaldas y no aceptan que haya ganado, sin olvidar el ataque de pánico que sufrió al final del combate, que lo dejó inconsciente.

Día con día, Oliver se hizo más voraz con las contestaciones de algún comentario que le hacía la gente ajena, y eso comenzaba a preocuparme.

Por eso, trataba de hacerlo sentir mejor consigo mismo siempre que podía.

-Para nada. Debes saber que en realidad te admiro. Me gustaría poder llamarme de otra forma que no fuera "asesino" -le respondí.

-Era Moths o -dijo sin mirarme, -hiciste lo que debiste hacer.

Esto ya estaba yendo muy lejos.

-Oye, oye. . . -lo sujeté del hombro deteniéndolo, me puse frente a él -. ¿Estás bien? Hoy estás. . .muy raro.

-Anoche estaba pensando en lo que todos dicen -agachó la mirada, su voz más débil de lo normal -. Y me di cuenta, que en la próxima pelea sólo debo convertir mi mayor debilidad en mi mejor arma.

¿Próxima?

-¿De qué hablas?

-Mi falta de poder. Mi hipersensibilidad ante el poder de los demás no volverá a ser un problema, la usaré de ventaja para saber dónde caerán sus ataques antes de que los hagan. No sé cómo se me ocurrió antes.

-Espera un segundo. . .¡Se suponía que ya no íbamos a combatir! Oliver. . .nadie te volverá a obligar, ya pasaste.

-Participaré la próxima vez.

-¡¿Qué te comiste?! Tú no eres así, odias la pelea y. . .tu fobia a la sangre. . .¿ya la olvidaste? Sería normal que aún estés traumado por lo que pasó en. . .

-Tyler, ya no quiero ser una carga -al decirlo, me miró a los ojos, nunca lo había visto hablar con tanta determinación -. Ni para ti, tu madre, ni nadie más.

Por más determinación que tuviera, aquello era un pinchazo en mi corazón. Mi amigo estaba sufriendo.

-Oliver, no eres una carga.

-Yo debí haber muerto.

Silencio.

-Kayle debió ganar, no puedes negarlo.

. . .

-Yo. . . -agachó la mirada, escuché que hizo un movimiento con el pie, y su voz se rompió de la nada -, a veces me pregunto si de verdad soy un Montrose. Soy inútil, nunca había pasado en la familia, yo. . .

Lo envolví en un abrazo. No soportaba verlo así. Nunca había soportado ver a Oliver sufrir, pero eso era algo que siempre estaba sucediendo. Era algo fuera de mis manos, inevitable.

-No eres inútil. Sabes amar, y eso te hace el demonio más increíble de todos.

-Temo que. . . eso es lo que va a terminar matándome.

-Mamá y yo también somos como tú, Oliver. Y aquí estamos, nunca te dejaremos solo.

Oliver le puso más fuerza al abrazo, me dolieron las costillas, pero no me importó. Tenía el rostro de mi amigo hundido en mi hombro.

-El amor no va a matarte. Pero sí te hará mejor persona, y no sacará de aquí -nos separamos -. Te lo juro.

Oliver aún tenía los ojos húmedos y rastros de lágrimas, pero al menos estaba sonriendo.

-Gracias.

-¡Oh! -sujeté sus manos -. ¡Y ya sé qué te hará sentir aún mejor!

Oliver se talló los ojos, tenía curiosidad.

-¿Qué es?

-¡Voy a ser hermano mayor! -anuncié emocionado.

-¿Ellen volverá a adoptar? -Oliver se emocionó -. ¡Eso es fantástico! ¡Le enseñaremos todo lo que sabemos!

-¡Sí! Pero no lo va adoptar.

-¿Entonces. . . -Oliver parecía confundido.

Y esta era la mejor parte de todo.

-¡Ella está embarazada!

♠°♠°♠°♠°♠

"Esta no era la actualización que estaban buscando"

Lo , lo , debí actualizar del libro, pero créanme que hay una buena razón para lo que hago.

TODO ES PARTE DE MI PLAN ABSKSBSJSBS

AGRADECIMIENTOS SUPREMOS A:

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¡Un millón de gracias por sus votos y comentarios! ¡Si alguien me faltó de etiquetar por favor dejar su comentario!

¡LOS AMO DE AQUÍ A NINJAGO Y DE REGRESO! ¡FELIZ DÍA DE MUERTOS, HALLOWEEN, SAINHAM, ETC. . .QUE TENGAN GRAN SEMANA DE UN GRAN MES DE TOD

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