8: Destiny in a Fist #3
Siempre supo quién fue el responsable de la desaparición de su madre.
Ése treinta y uno de Natusest, ella le dio un beso en la frente, antes de dejarlo solo con sus regalos; horas después, supo que nunca más la volvería a ver.
OLIVER'S POV
Todo el mundo estaba muy ansioso, y yo no era la excepción. El alboroto en la mente de los alumnos del aula se sentía apenas entrabas al recinto, y el profesor Remus no lo pasó por alto.
En vez de darnos la clase usual, nos explicó por adelantado todos los detalles del libro El Ser Negro. Servía como un distractor muy eficiente, pero yo sabía que en el interior nadie dejaba de pensar en el futuro; algunos mordían sus lápices, otros las uñas, y los más controlados no dejaban de echarle ojos al reloj de la pared.
Y yo, en un intento por negar el ataque de pánico que florecía en mi interior, dediqué todas las horas de escuela a levitar pedacitos de goma sobre mi cabeza.
Así es: había encontrado mis poderes. Sucedió hace unos cuantos meses, mientras intentaba con una de las estrategias que me había propuesto Tyler. No dejé de practicar ni un solo día desde entonces, pero hasta ahora sólo puedo mover cosas menores, como tapitas, puertas, piedrecillas y pedazos de gomas.
Cuando mis poderes hicieron acto de presencia, poco me imaginaba que la inmensa felicidad de ese día se me sería cobrado al doble hoy.
Al menos había aprendido algo en clase.
El Ser Negro guarda las vivencias más importantes de cada demonio puro, sus páginas son rellenadas a tiempo real, pero sólo aparecerá escrito lo que el propietario de la biografía desee, así que el texto es modificable, pero cien por ciento verídico. Al morir el demonio, depende si fue relevante en vida para que sus páginas queden por siempre escritas en las páginas del libro, de lo contrario la única referencia de él o ella será el capítulo de su hechizo, eso suponiendo que logre hacer uno.
La meta de cada demonio es poner un hechizo en el libro, se dice que si no lo logras quedas borrado de la historia. Muchos demonios pasan sus vidas enteras creándolo, pero si eres como mi papá, puedes tener seis ya terminados, o como Mulier. . .con una lista total de setenta y cuatro. Eran páginas intensas y con una dificultad de técnica inigualable por lo que decía el profesor.
Y una cosa más. En el centro de su portada hay un extracto del Cristal Muerte, en aspecto muy parecido al cuarzo rojo que se utiliza en las armas tradicionales del reino, pero se trataba de una gema diferente e irreemplazable. La misma le daba la característica al libro, que una vez posando un dedo sobre ésta las páginas de tus antecesores se tornan oscuras, así podías tener una búsqueda más precisa.
Había miles de copias de este libro repartidas por todo el reino, pero apenas varias originales que tuvieran el importante Cristal Muerte.
Miré a Tyler de reojo, la banca al lado de la mía; pude sentir sus nervios por lo de esta noche, pero en sus ojos había una chispa de luz, algo de esperanza.
El Ser Negro era el libro en el que suponíamos estaba el hechizo que lo sacaría de aquí. Teníamos que encontrar la forma de darle inmunidad en el mundo de los mortales, pero los que eran años de disponibilidad para buscarlo. . .se habían convertido en meses.
Carecíamos de tiempo, y aunque diario tuviera la mente centrado en ello, el día de hoy mis pensamientos estaban reservados para una sola cosa; algo inevitable de lo que quería escapar a como se diera lugar: El Charco del Destino.
La campana sonó, ahora como nunca mis compañeros se decidieron a salir del salón; sólo algunos escuchamos el mensaje de buena suerte del profesor, así como la recomendación de empezar a crear nuestro hechizo para el libro de una vez. Estábamos a buena edad.
Vacié los pedazos de borrador dentro de la mochila y me la eché a la espalda. Tyler y yo dejábamos atrás nuestros mesa bancos cuando cuatro chicas bloquearon nuestro camino.
Era Moths y sus amiguitas; y a juzgar por sus ojos rojos, no estaban nada felices.
»Diario tenía que enfrentar a Kayle fuera de la escuela, ¿ahora Moths también?«
Estaba a punto de abrir la boca cuando una corriente de frío me recorrió los huesos.
-¿Ahora qué quieres, Moths? -Tyler se adelantó unos pasos frente mío, tenía un puño levantado a la altura del pecho.
Me quedé momentáneamente boquiabierto. Él nunca era así, y se sentía. . .diferente.
-No es tu asunto, Stealmoon -Moths lo amenazó con la mirada e hizo un gesto con la cabeza -. Así que muévete y no nos estorbes. Es hora de hacerle pagar por lo que hizo.
Las chicas detrás de la de trenzas me mandaron miradas de advertencia. Me hormiguearon los brazos, pero ésa aura de oscuridad que rodeaba a Tyler aún no desaparecía. Es más: comenzaba a relacionarla con la de otras personas.
Tyler extendió el brazo para a mantenerme atrás. No podía ver sus ojos, pero estaba seguro de que echaban fuego.
-Te metes con él, y te metes conmigo.
Los celestes de Moths lanzaron un brillo, y una risa descontrolada comenzó a brotar de su boca.
Ambas auras crecían como un incendio entre la maleza, el sentimiento que provocaban era parecido al de un volcán al borde de la erupción.
Casi podía visualizar las burbujas sobre sus cabezas, listas para explotar al siguiente mínimo toque.
Las cuatro chicas no dejaron de reír hasta que Moths se los indicó. Había burla en su mirada.
-¿Qué pasa Tyler? ¿Siempre proteges a tu princesita?
Ésa fue la gota que colmó el vaso. La aura oscura del rubio se descontroló, también lo hizo la de Moths; ambos alzaron los puños sobre sus cabezas.
Y yo encontré el camino para interponerme.
A diferencia de Tyler, Moths ni siquiera trató de detenerse. Su puño cruzó por mi nariz y el ojo derecho, mi cabeza giró, se me enredaron los pies, y fui a dar contra uno de los mesa bancos. El pupitre cayó junto conmigo.
-¡Oliver! -escuché a Tyler yendo a mi rescate, al tiempo en que alguien se tronaba los nudillos.
-Supongo que por hoy el moretón en tu cara será suficiente -dijo Moths -. Tienes suerte de que hoy no quiera perder tiempo, pero mañana. . .la pagarás.
Y los cuatro pares de pisadas salieron del aula.
Sentí como Tyler me quitaba el pupitre de encima. Todo ahora era oscuro; no quería abrir los ojos, no con el ardor y adormecimiento dominando un lado de mi cara.
-Ah, ¿Oliver? -me sacudió, y comencé a sentirlo algo preocupado -. ¿Oli?
Al menos esa aura fea se había esfumado al momento del golpe.
-Estoy bien, estoy bien -traté de incorporarme y abrir los ojos, el derecho no se abría bien.
Miré a Tyler.
-¿Se ve muy mal?
-Ahhhmmmm. . . -el rubio parecía pensárselo muy bien -. No, ¿cómo crees?
-Mientes -me di la vuelta y me dispuse a salir.
-¡Espera! Sí: está hinchado, muy hinchado. Pero mamá lo arregla, ya sabes -me alcanzó.
-Ojalá ella me encuentre antes que mi padre.
Ambos pasábamos por los pasillos de la escuela, estaba ya casi vacía. Pero decidí salir por atrás, puesto que no tenía ganas de tratar con Kayle hoy.
-No debiste haber interferido -dijo de repente.
Por alguna razón el comentario me pareció insensato.
-Disculpa -dije con sarcasmo -. A mí me hubiera gustado que no iniciarás un enfrentamiento.
-¡¿Ah?! ¡¿Yo?! -exclamó -. ¡Moths empezó!
-Tú fuiste el primero en levantar el puño.
-¡Sólo traté de que no recibieras una paliza!
-Y qué bien te salió.
Sentí el enfado de Tyler. De un segundo a otro se puso frente a mí.
-¿Por qué te enojas? -preguntó con el ceño fruncido -. Intenté ayudarte porque entiendo que es el peor año de tu vida, al menos te golpeó una y no las otras tres.
-Gracias, pero no quiero tu ayuda -lo pasé de largo -. Ni que esto no me pasara a diario -susurré con fastidio.
A mis espaldas volví a sentir esa aura fría y oscura. Me giré para ver, pero Tyler ya se había ido.
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Choqué de espaldas contra el piso, una corriente de dolor recorrió toda mi columna hasta la cabeza. Quería rendirme, quería hacerlo ahora, pero una advertencia de mis instintos me obligó a alzar el bastón bo que tenía entre mis manos.
Justo a tiempo, pues el bastón de mi hermano se estrelló de forma vertical contra el mío. Apenas me pude salvar de otra paliza en la cara.
Los ojos de Riuk me fulminaron con odio; se hizo para atrás, sujetó el bastón como un bate, y me golpeó con él en las costillas.
Dejé escapar un grito de dolor. Riuk alzó el bo, decidido a golpearme otra vez, pero una mano sujetó su arma, se la arrebató y la arrojó sobre mí.
Por instinto me cubrí; el bastón no me había hecho tanto daño.
Vi a mi hermano echarme otra mirada de muerte antes de darse la vuelta y apartarse de la zona de combate.
Él siempre tenía la misma energía, la aura fría y oscura.
Pero mi padre era diferente a los demás demonios. No vivía dentro de una aura oscura, sino más bien llevaba arrastrando la esencia de muerte y agonía a sus espaldas.
-Ponte de pie -me ordenó mi padre, con un fuerte carácter.
Temía que se enfadara más, así que me paré de inmediato.
Los iris verdes me recorrieron de pies a cabeza, con la misma mirada con la que un policía vería a un prófugo; hasta que sus ojos se detuvieron sobre mi ojo.
Ya no había hinchazón, pero la marca del moretón aún no se curaba por completo.
-¿Quién te golpeó?
Se me hizo un nudo en la garganta. Era la primera vez que él veía en mí una herida cuyo autor no era Riuk.
"Una chica de mi clase." No. Definitivamente no podía decirle eso, ó estaría cavando mi propia tumba.
-Me caí camino a casa -mentí.
El rostro de mi padre se deformó en un conjunto de emociones negativas, su piel se tornó gris por breves instantes, y en dos simples zancadas, me levantó sujetándome de la oreja.
Un fuente tirón de dolor nació desde mi lóbulo, me dolía tanto que por un momento creí que mi piel terminaría desprendiéndose.
-¿No haz avergonzado lo suficiente a esta familia? -me habló con odio, demasiado cerca de mi cara -. ¿Y si alguien más te golpea minutos antes de la ceremonia? ¿Qué vas a hacer? ¡¿Eh?! -sacudió el agarre, y sufrí más.
En ningún momento le di una respuesta, y gracias a eso, me soltó.
Caí de rodillas, y llevé mis dos manos a mi lóbulo derecho. En automático mi cuerpo reaccionaba con querer dejar escapar lágrimas, pero me contuve. Mi padre no podía seguir viéndome así.
El rey suspiró y se llevó los dedos a la sien.
-Hijo, ¿qué voy a hacer contigo?
Levanté la mirada, una gota rebelde se escurrió por mi mejilla. Mi padre se veía demasiado tenso, y hasta se sentía preocupado.
-Papá, ¿por qué adelantaste la tradición? -le pregunté, con la esperanza de que todo lo que me estaba pasando fuera por una buena razón.
-Porque ya tienes tus poderes, eso es suficiente.
-¡Pero apenas los he descubierto! ¡Ni siquiera he alcanzado mi transformación! ¡¿Cómo podré luchar a muerte este año?! -me puse de pie, en el momento en que noté estaba gritando.
-¡La tradición ya era anticuada! ¡Éste año vas a competir y vas a ganar! ¡¿Entendiste?! -su alma volvió a llenarse de irritación.
-¡Sólo tengo nueve! -comencé a desesperarme -. ¡¿No crees que es hasta los doce por una razón?!
Ni siquiera alcancé a ver el movimiento de su mano cuando me abofeteó. Perdí el equilibrio, y terminé en el suelo.
-¿Tengo que volver a decírtelo? ¡¿A enseñarte cómo se hacen las cosas?! -me gritó embriagado de la furia -. Eres mi hijo y vas a obedecerme, si al caso mueres en ése combate. . . bueno, ya sabías que era tu destino -se dio la media vuelta para salir del salón de entrenamiento -. Ve y arréglate para la ceremonia. Más tarde iré por ti.
Ya no era capaz de controlar las lágrimas de mis ojos, así que decidí expulsar mis sentimientos en silencio.
Una sombra pasó al lado mío, los ojos de Riuk estrujaron la poca fuerza de voluntad que me quedaba.
No entendía, no entendía. . .¿por qué me seguía odiando?
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"El Charco del Destino" era a lo que conocíamos como un foso lleno de la sangre de nuestros ancestros. Estaba ubicado debajo de la arena de duelos como un templo sagrado. Cada año la sangre de los muertos en combate escurría por el suelo y terminaba en el foso. Era una ubicación muy práctica.
A la edad de doce, se hace una ceremonia en la última semana de Natusest, en la que cada demonio deberá ingresar sus manos dentro del foso hasta que sus dedos se aferren a las armas que estaban destinados a usar.
Nadie sabía con exactitud cómo funcionaba, ése foso era algo que Mulier nos había dejado para marcar nuestros destinos.
Pero las armas no eran al azar, sino que éstas representan al demonio portador, cada una con un profundo significado.
Era por eso que desesperadamente quería obtener la Mulier Swap (las mismas armas que mi padre); sólo se le daba a las personas más poderosas, y si la obtenía. . .nadie volvería a molestarme, porque me tendrían respeto.
Pero mi sueño estaba en peligro de desmoronarse.
No sé qué motivó a mi padre para cambiar la tradición. Olvidó por completo el límite de edad y la fecha correspondiente. Ahora todos los demonios de mi curso debían presentarse en la ceremonia hoy, cuando ni siquiera es Natusest.
Por eso todos me odiaron al triple hoy.
Para empeorar las cosas, éste año estamos obligados a participar en los duelos de la selección; se supone que son a los trece, un año después de obtener tu arma a compatible. Esos duelos uno contra uno eran a muerte.
Me dieron náuseas de sólo imaginarlo.
Mi mente no podía estar más plagada de imágenes y los escenarios más horribles en los que me podría ver en vuelto.
Tenía que obtenerla, tenía que obtenerla. Pese al poco control de mis poderes, debía ser capaz. . .debía. . .debía. . .
La Mulier Swap. Sólo obteniéndola tendría oportunidad.
Pasé la cortina por costumbre, pero luego me quedé parado donde estaba, viendo al chico rubio de ojos verdes leyendo plácidamente sobre el escritorio. En un segundo apartó la mirada del libro y se me quedó viendo sin ninguna expresión.
Tyler y yo habíamos discutido esta mañana, no creí que lo encontraría aquí, en nuestra guarida.
-Oliver -se puso de pie, y yo algo nervioso.
A diferencia de en la escuela, ésa aura oscura ya no lo rodeaba aquí.
-Ah, Tyler. . .yo. . . -aferré con fuerza el libro que traje.
-No, espera. Déjame hablar -se acercó a mí, de repente su calma fue reemplazada por preocupación -. Oliver, lamento lo que pasó en la escuela -agachó la mirada -. Tenías razón, no debí provocar aún más a Moths, lo. . .
-Soy yo el que debe disculparse -le puse una mano al hombro -. Sólo intentabas protegerme, y yo no lo valoré. . . -aparté la mirada, en serio me sentía mal, apenado, y tonto -. ¿Me perdonas? -volví a levantar la mirada.
Los ojos de Tyler resplandecieron, esbozó una sonrisa, y me envolvió en un abrazo.
-¡Por supuesto que sí! Los mejores amigos son los que más pelean al final, ¿no? -tenía las mejillas rojas.
-S-sí -le sonreí una vez nos apartamos.
Una parte de mí estaba reconfortada de hacer las pases con Tyler, pero la otra. . .agh, aún me sentía mal.
-Ahm, ¿está todo bien? -me preguntó -. Tengo el presentimiento de que ésa cara larga no es por la ceremonia.
No levanté la vista y me dirigí al sillón. Sentía el cuerpo como una bolsa de basura.
-Es sólo que. . . -me dejé caer en el amueblado -. Yo siempre. . .necesito ayuda.
-¿De qué hablas? -Tyler, muy preocupado fue a sentarse al lado mío. Colocó una mano en mi espalda como apoyo.
-Soy pésimo para ser demonio. ¡Por eso todos me golpean! -comencé a hiperventilar de la nada -. ¡Primero no tenía poderes! ¡Y-y ahora que los tengo mi padre hace todos estos movimientos que. . . -me sujeté la cabeza con ambas manos, estaba más que harto -. ¡Es por eso que me enfadé ésta mañana! Tú no eres tan inútil como yo, siempre me estás sacando de apuros, y ésta vez. . . -apreté los dientes y sujeté mis rodillas, volví a sentir los ojos húmedos -. . .ésta vez. . .no lo soporté y. . .quise creer que podía afrontar mis problemas solo. Pero no puedo. . . -se me quebró la voz, y me llevé las palmas a los ojos -. . .soy inútil.
-Oliver. . . -Tyler me vio con pena, ¿también estaba llorando? -. Oli. . .tú no eres un inútil. ¡Sólo piensa en todos los planes y estrategias que haz creado! -sonrió -. ¿No haz sacado un sobresaliente en cada examen de conocimiento?
-Pues. . .sí, pero. . .
-¿Quién dice que debes ser un samurái loco en combate? Lo tuyo no son los puños, ¿y qué? A nadie debería importarle. ¿Acaso ves que los demás son tan buenos como tú en cuanto inteligencia?
-Yo. . .
Tyler se puso de pie. Ya no lloraba, y su expresión era tan brillante que cegaba. Alzó un puño al cielo.
-¡Tú eres Oliver Montrose! ¡El primer príncipe en lograr su sueño de salir de aquí!
Me sequé las lágrimas, ya no me sentía mal en lo absoluto. Me puse de pie, compartiendo una gran sonrisa con mi mejor amigo.
-¡En salir de aquí contigo! -agregué feliz.
-¡Así se habla! -me guiñó -. Ahora, ¿quién quiere leer un poco El Ser Negro? ¡Conseguí una copia!
-¡Ah! Yo traje uno original, de mi biblioteca -despegué la portada de mi pecho.
Tyler acercó la cara para verlo.
-¡Wow! ¡El Cristal Muerte se ve increíble! -exclamó -. Aunque no es muy diferente a los cuarzos de sangre.
-Justo como dijo el profesor -reí.
-¿Ya leíste algo?
-Aún no, pero planeaba buscar un hechizo que me ayudara con. . .ah. . .
El rubio se extrañó.
-¿Ah. . .con qué?
Suspiré dándome por vencido.
-Mis poderes. Tal vez haya un potenciador. . .o algo. . .
-Oliver, no quiero que esto suene mal, ¿pero cómo te lanzarás el hechizo para aumentar tu poder si necesitas más poder para hacerlo? Ni siquiera yo podría lograr un hechizo como ése aún.
-Jeje -me llevé la mano a la nunca -. ¿Es algo contradictorio, cierto?
-Pero no pierdas la esperanza. Con práctica seguro que lo logramos, será cuestión de días. . .o semanas. . . meses. . .tal vez.
Yo en realidad deseaba el hechizo para antes de la ceremonia. . .pero no había nada que pudiera hacer.
-Am, ¿por qué tú no te adelantas y lo lees? -le extendí el libro -. A ver si encuentras algo.
-¿Tú no quieres?
-En realidad quería descansar -apunté al sillón con la cabeza -. Reposar la cara y el cuerpo, para antes de esta noche -dije sonriente.
-Oh, sí. Lo vi cuando entraste -me acarició la mejilla -. Te volvieron a golpear. Mamá regresó temprano y dijo que te quedaste a un entrenamiento duro. ¡Pero el de Moths ya desapareció!
-Sí, jeje, entonces. . . descansaré -sonreí nervioso y me fui a acostar.
-Sip, te avisaré si encuentro algo -dijo antes de partir al escritorio.
Apenas reposé mi cabeza en el descansa brazos, cerré mis ojos y me concentré en respirar.
La conversación con Tyler en serio me había animado, pero los nervios sobre lo que me depararía esta noche no se irían tan rápido.
Me llevé la mano a la mejilla, y por respuesta obtuve una punzada de dolor.
Mi padre me hizo esto por culpa de Moths. Dijo que era una vergüenza para la familia, pero seguro la realidad era peor. Si Moths no se hubiera acercado a nosotros. . .si simplemente no viniera a molestarnos. . .
Pero no sólo ella, todos. Tyler acertó: yo no era bueno en el combate, pero eso no era razón de una fila para golpearme. Kayle siempre me molestaba, él y sus amigos siempre venían y nos dejaban los ojos morados a Tyler y a mí.
Mi pecho se llenó de calor, y como si algo hubiera despertado, todas las fibras de mi cuerpo se juntaron para hacerle caso omiso a mis instintos.
-Debería. . .debería matarlos.
Abrí los ojos y me incorporé de golpe. Sellé mi boca con ambas manos.
-Brrrr. . .-Tyler tembló en su silla, mientras se sujetaba los brazos. Volteó a verme -. ¿Sentiste eso? Vaya, tuve un terrible escalofrío.
Lo miré a los ojos, pero el mareo no me dejaba enfocarlo. Me levanté y salí corriendo de la guarida, tenía el estómago revuelto, y apenas salí. . . vomité.
¿Cómo era posible? ¿Qué había pasado? Yo no era así, yo no. . .
Me cuerpo se arqueó, y si tuviera más comida dentro probablemente ya la hubiera expulsado.
-¡Oliver! ¿Estás enfermo? -se me acercó Tyler -. Claro que no, nosotros no nos enfermamos. Ah. . .ahhh. . .¡¿Voy por mi mamá?!
-No, no, está bien -me enderecé, ahora me dolían todos los músculos y padecía de punzadas en la cabeza -. Sólo me mareé un poco.
-Uhm, pero eso no te suele pasar a menos que veas. . .
-¡No! -dije para evitar que dijera la palabra -. Ya pasó, ya pasó. . . -inhalé profundo -. Ya pasó.
-¿Estás seguro?
-Sí, sí -seguí respirando con fuerza -. Será mejor que nos vayamos, hora de arreglarnos para la ceremonia.
-¿Quieres que te acompañe hasta el palacio?
-Estoy bien, tranquilo -di el último respiro hondo. Ahora me sentía mejor -. Me voy, nos vemos más tarde -me despedí de él y me dirigí a los escalones para llegar a la cima de la isla flotante.
Debía llegar a casa, darme una ducha y unos buenos golpes en la cabeza. Me reusaba a volver a tener pensamientos como esos.
TYLER' POV
Oliver se había ido, pero en su lugar se había quedado una presencia extraña en toda la guarida. Me erizaba la piel.
Estaba decidido en guardar el libro del Ser Negro en la repisa, pero al cerrarlo y ver el Cristal Muerte. . .no pude contener la curiosidad.
"Justo como dijo el profesor".
Había pasado este rato buscando el hechizo de poder para Oliver, pero ahora mismo mi interés fue a parar hacia otro lado. . .un deseo, que hace demasiado había querido cumplir.
Alcé mi dedo índice, y oprimí la yema contra el Cristal Muerte. Éste resplandeció en rojo, y ríos de sangre comenzaron a brotar de sus costados, siguiendo las gruesas grietas que se hallaban en la pasta de la portada.
Me hice para atrás, el libro brilló, y se abrió de golpe, comenzando a pasar páginas a gran velocidad hasta que se detuvo en una página negra con letras pequeñas blancas, y el título en sangre con mi nombre.
La biografía comenzaba con mi cumpleaños, y terminaba con la fecha de hoy en una frase incompleta. Hasta después de la ceremonia diría qué arma obtuve.
Como sea, no era mi biografía la que había venido a ver. Le di hacia atrás a las páginas, y me encontré con otras también en negro. El nombre de mi madre aparecía ahí arriba.
Las páginas negras anteriores a éstas eran de mis bisabuelos, pero sólo contenían hechizos. Entonces tal y como mamá dijo: ni mi padre ni mis abuelos habían creado un hechizo para el libro. Habían quedado olvidados.
Regresé a las páginas de mi madre. No era demasiado escrito, lo que fue bueno porque sólo buscaba algún nombre o fecha en especial.
"El 30 de Natusest del año 408, dio luz a un varón."
Era todo. Era todo lo que decía.
No había nombre del padre, o alguna mención.
Mamá nunca me quiso hablar de eso, pero no creí que lo hubiera borrado de su capítulo.
Ya debería irme a preparar para la ceremonia, la que definiría qué clase de demonio estaba destinado a ser.
Recordé las palabras que compartimos mi madre y yo horas antes.
Suspiré pesadamente, y cerré el libro.
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El lugar era frío, pero apenas perceptible para nosotros. Las generaciones de nuestro curso hasta los doce años formábamos un círculo perfecto alrededor de la fosa.
A dos extremos opuestos del Charco del Destino, dos ductos de piedra mantenían la sangre escurriendo como una pequeña cascada.
El olor de hierro empapaba el aire de una forma horrible, olía a matanza y desesperación; algunos ya estaban acostumbrados (los de cursos superiores), pero para Oliver y yo, era nuestra primera vez tan cerca de tanta cantidad de sangre.
Cuando miraba hacia atrás veía el rostro de mi amigo, poniéndose más verde conforme sonaba la sinfonía profunda de los tambores y el coro de los demonios que observaban más arriba, desde las tribunas.
En la más alta, el Rey se puso de pie dando un taconazo, todo el lugar se quedó en silencio.
"Hoy estamos aquí. . .para evaluar el futuro.
Irán pasando uno por uno, comenzando con las generaciones más viejas hasta las más jóvenes. En cuando obtengan su arma salgan del área."
Esto último lo dijo con gran seriedad. Al Rey realmente le disgustaba tener a jóvenes deambulando en el escenario si ya no tenían nada más que ofrecer.
El círculo comenzó a moverse, una chica del curso mayor salió de la formación, adentrándose más en la peste, hasta que llegó al foso, y sin la más mínima preocupación metió las manos dentro. No le costó ni un segundo sacar un enorme martillo de cuarzo rojo.
El público aplaudió, la chica alzó la nueva adquisición sobre su cabeza, y prosiguió a salir por un pasillo oscuro que debería llevar hacia arriba.
Seguimos avanzando.
-¿Estás nervioso? -volteé hacia atrás.
Oliver miraba el suelo intensamente, tenía el sudor empapándole la frente. Lo vi tragar antes de responder.
-Sólo un poco.
-Tranquilo, todo saldrá bien, ni siquiera están sacando armas tan espectaculares.
Oliver miró hacia la fosa, y se quedó boquiabierto. Cuando miré lo entendí.
Ahí estaba Kayle, manchando de sangre hasta el antebrazo, alzando con su mano izquierda un enorme bate con púas peligrosas en el extremo. Era una de las armas más letales de todas, llamaba la Rompecabezas.
-No, no, no, no. . . -Oliver se cubrió los ojos -. ¿Por qué tenía que ser la misma arma que mi hermano?
Miré a Kayle mientras se retiraba de la fosa. Conocía gracias a Oliver que su hermano mayor molestaba a ése chico, y en resultado él nos agredía a nosotros.
Kayle era muy hábil y feroz, la misma ferocidad con la que se podría definir a Riuk.
Por eso debió obtener la misma arma.
Los de cursos superiores siguieron sacando armas, como Kuragisamas, Zig-zags, Ashikos y Degolladores.
Cada arma mortal, cada una naciente de la sangre, y de la sangre dependerían de ahora en adelante.
Veía los rostros orgullosos de mis compañeros, sólo por el gran destino que les había tocado.
Ésas armas definían qué clase de asesino eras.
"Mamá, ¿puedo hablarte sobre algo?"
"Por supuesto hijo" mi madre sonrió "Cuentas conmigo, ¿qué sucede?"
Mis recuerdos se vieron interrumpidos pos el grito de victoria de Adam. Él fue el primero de nuestro curso en pasar, y ahora entre sus manos levantaba victorioso una hacha.
No podía ni imaginar lo que ése niñito demente acosador podría ser capaz de hacer con ella.
La fila avanzaba demasiado rápido.
"Esta mañana. . . pensé algo que no me gustó."
Centré la vista al frente, lo más determinado que me pude permitir.
Conocía el peso de éste momento, sabía lo que significaba para mí y para mi futuro.
Pero. . .yo no quería un futuro en éste reino.
-Tyler. . . -Oliver me llamó a mis espaldas.
Era mi turno.
Volteé a ver a mi mejor amigo de toda la vida, le dediqué una tibia sonrisa para ayudar a calmarlo, y caminé hacia el foso.
Mientras más me acercaba, el hedor de la sangre se intensificaba, se adhería a mis poros y mataba las células de mi nariz. Era embriagante.
"No debes preocuparte por eso, Tyler" mamá me sonrió "En todos los demonios, el deseo de matar está siempre presente. Es la solución natural que le damos a nuestros problemas."
Cada paso que daba era eterno.
"¡Pero yo no quiero ser así! ¡Yo no quiero ser un asesino!" comencé a llorar sobre su pecho.
"Tyler. . .es como si una ave no quisiera volar. A mí tampoco me gusta, pero tuve que hacerlo una vez, porque mi vida. . .dependía de ello" puso una expresión triste, y me abrazó con más fuerza "Nunca quise que vivieras esto, Tyler. . .pero tienes que hacerlo. Eres un demonio, viene en nuestra sangre. Es parte de nosotros."
Llegué al foso, el olor calaba en mis ojos, y el tiempo en que los mantuve abiertos pude ver mi reflejo pintado sobre la sangre.
Traté de relajarme lo más que pude, y hundí mis manos en el viscoso líquido.
Mis palmas se cerraron sobre una textura delgada, y diferente entre sí. Abrí los ojos.
"No importa cómo pienses, siempre serás un demonio."
Con ésa frase en la cabeza saqué mis manos del foso. La sangre escurrió, pero mis manos se habían traído un recuerdo.
En mi mano izquierda: un bonche de flechas de cuarzo rojo, y en la derecha: un majestuoso arco del mismo elemento.
Supongo que mi instinto natural, imposible de ocultar, estaba orgulloso. No era una buena arma para combate cuerpo a cuerpo, pero el tamaño lo había dejado todo claro. Era respetable.
Miré a Oliver, mi amigo había reemplazado su nerviosismo por una sonrisa de felicidad, alzaba los pulgares un segundo y al otro me aplaudía. Estaba feliz por mí.
Como me habría gustado poder estar ahí para apoyarlo de la misma manera. Pero estaba prohibido.
Tuve que salir de la zona de la fosa, dando una última mirada a mi amigo, muy preocupado por él.
Sabía dónde estaba mamá entre las gradas, pase lo que pase, esperaba verme con Oliver ahí.
OLIVER'S POV
La mirada de mi padre, mi hermano y Jefferson estaban clavadas sobre mí.
Caminaba hacia la fosa a un ritmo constante, pero no demasiado rápido, porque en realidad no quería llegar.
»Si obtuviera la Mulier Swap, nadie volvería a molestarme. Un arma decente, grande, majestuosa y bien vistosa era todo lo que necesitaba para vivir bien, para que me dejaran en paz, para dejar de tener miedo. . . «
El olor de la sangre comenzaba a marearme, pero me obligué a mí mismo a no vomitar enfrente de todo el reino.
»Mi padre era el único que había alcanzo la Mulier Swap en los últimos dos siglos. Las armas a veces se repiten en las familias. Así que si tan sólo yo también la obtuviera. . ."
Mi reflejo me regresó la mirada, un nudo en el estómago crecía por mi garganta.
Me froté las manos, me preparé mentalmente para afrontar mi más grande fobia. . .y hundí mis brazos hasta los codos.
No sentí nada al instante como lo hicieron los demás. Comenzaba a entrar en pánico.
»Por favor, por favor, ayúdame. . .«
Y entonces se materializaron. Sujeté firmemente los objetos entre mis dedos, y los saqué del foso.
Varios hilos de sangre quedaron escurriendo de las armas.
Eran pequeñas, rojas, como versiones modificadas de un garfio.
No era nada de lo que esperaba.
Eran dos. . . idénticas.
Mi corazón se me cayó a los pies, una gran tristeza me encontró, naciente de la decepción.
»Era mi oportunidad para cambiar lo que la gente pensaba de mí. . .«
Escuché unas risitas, provenientes del resto de alumnos de mi curso que aún esperaban en la fila.
Sentí la cabeza caliente, y aplasté los mangos de mis nuevas armas con la mayor fuerza que podían poseer mis propios dedos.
Estaba tan enojado conmigo mismo.
Sin siquiera cuestionármelo, salí corriendo.
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No había ido a las gradas como acordé con Tyler. No fui con nadie, sólo escapé del estadio, enredado en mis propios sentimientos de furia.
Corrí, corrí y corrí, hasta que de tanto hacerlo bajé la mirada hacia las armas.
»¿Qué se supone que haré con unos ganchos? ¿Colgar a mis enemigos?«
»Son tan pequeñas, tan insignificantes e inútiles. . .«
Entonces me di cuenta de algo.
»Como yo«.
Estallé con un grito de furia, y arrojé el arma izquierda lo más lejos que pude.
-¡¿Significa que estoy destinado a ser un inútil?! -le grité al arma, mientras volaba por los aires, como echándole la culpa.
La perdí de vista en cuanto cruzó el extremo de aquella isla flotante. Corrí para ver a dónde había ido a caer, y me llevé una sorpresa al comprobar que ya nunca la recuperaría.
Sin querer había llegado hasta el Borde del Vacío. Así le llamábamos a única forma de morir que teníamos sin que una pelea estuviera involucrada.
Como si fuera un agujero negro y el límite de nuestro reino. El Borde al Vacío, como bien fue nombrado, es un portal en forma de espiral que conecta directo con el Vacío, a donde las almas de los demonios llegaban a parar al ser asesinados.
Ése vórtice se tragaba todo lo que se le acercaba, y aquí normalmente los padres traían a sus hijos a practicar su vuelo, siendo el riesgo de muerte una potente fuente de inspiración.
Me senté en el borde de la isla, balanceando los pies y pensando. . .
»Sería tan fácil sólo dejarse caer«.
-Tienes razón, inútil. Estás destinado al fracaso -una voz conocida sonó a mis espaldas.
Me incorporé al tiempo en que los amigos de Kayle comenzaban a reírse. Todos ellos portaban sus armas.
-La ceremonia ya acabó, pero no pude evitar seguirte y ver a dónde ibas a llorar ahora -sonrió macabramente.
En el instante me di cuenta de lo que pasaba, y decidí colgar la arma derecha de mi bolsillo.
-Ou, ¿qué pasa, Olibebito? -Kayle hizo girar su rompe cabezas -. ¿Te da miedo lo que pueda pasarte?
Las armas. Ahora teníamos armas de demonio oficiales. Si alguno de los dos atacaba y el otro aún sostenía su arma. . .nos veríamos obligados a comenzar un enfrentamiento a muerte.
-¿Por qué no te arrojas ya, eh? -se puso serio -. No hagas las cosas difíciles, tal vez sea algo que puedas realizar bien.
De nuevo me envolvió ese sentimiento de odio puro, ésa furia descontrolada que comenzaba en mi corazón y subía hasta mi cabeza. . .ése desprecio insaciable hacia mi mismo.
»¿Por qué tenía que ser tan inútil?«
Miré a Kayle y a sus amigos, todos regocijándose por las increíbles armas que habían obtenido; todos burlándose de mí. . .
"Lo tuyo no son los puños, ¿y qué? A nadie debería importarle."
A nadie debería importarle. . .
A nadie debería importarle. . .
Kayle seguía riendo a carcajadas.
-¿Qué pasa? ¿Volverás a llorar? -se burló antes de volver a estallar en su egoísta alegría.
A nadie. . .
Corrí hacia él.
Debería. . .
Apreté mi derecha y la elevé sobre mi cabeza.
¡IMPORTARLE!
Mi puño se enterró en el lado izquierdo de su cara. Su expresión entera se deformó, giró su cuerpo, y Kayle acababa de pasar a la historia como la primera persona a la que había logrado dejar en el suelo.
Pero mi voz quebrada tuvo que arruinar el momento de mi gloria.
-No vuelvas. . .a acercarte a mí. . .
Todos sus amigos se apartaron, viendo asombrados lo que acababa de pasar. Murmuraban cosas.
Kayle levantó el rostro amorotoneado. Dejé caer mis puños al ver la sangre que escurría de su boca. Escupió un diente, acompañado de más de ese líquido carmín.
Subió la mirada hasta mí, y esbozó una amplia sonrisa.
-Estás muerto.
Aquella valentía que había obtenido desapareció. Kayle no recogió su arma y dirigió los puños directo a mí.
Mis sentidos me lo dijeron.
Retrocedí rápido y a tiempo para evitarlos, Kayle lanzó un derechazo, luego un izquierdazo, arrojó su propio cuerpo para intentar darme, pero mi sensibilidad a la percepción del poder me había dado una gran ventaja.
Podía predecir sus movimientos, su estado de ánimo, podía saberlo todo de mi adversario en combate. . .
Pero la información no venía a rastras. Todos esos sentidos de predicción se amontonaban y peleaban para llegar a mi cerebro, todos al mismo tiempo. Pasaba en cuestión de segundos, así que dependía más en mi habilidad de respuesta que en otra cosa.
Cada golpe que fallaba ponía más furioso a Kayle.
No fue hasta que decidió barrerse en el suelo que no pude responder a tiempo.
Su pierna chocó contra mis pies, y me derribó. Aquello no me sorprendía para nada.
El dolor de mi columna de ésta tarde que había provocado Riuk regresó con diez veces más de potencia. Me retorcí de dolor e intenté llevarme una mano a la espalda.
Me encontraba boca arriba, y Kayle alzó el puño.
Descargó toda su fuerza contra mi esternón.
Mis brazos, piernas y cabeza se alzaron momentáneamente al tiempo en que todo el aire abandonaba mi cuerpo.
Mis sentidos se bloquearon, todo se congeló. Podía escuchar los latidos de mi corazón atrapado en el pecho, y distinguir la borrosa silueta del agresor que me observaba desde arriba.
Se acercó, ésta vez levantó los dos puños, y comenzó a golpearme la cara. De un lado a otro, de un lado a otro. Sus puños creaban sonidos sordos sobre mi piel, mi cuerpo entero parecía una muñeca, sin movimiento alguno aparte de los que creaba Kayle.
»Ojalá pudiera desmayarme, ojalá pudiera desmayarme. . .«
Sentí un jalón, Kayle me levantó de los hombros. No podía moverme, mi cabeza colgaba, todo daba vueltas. . .
-¡Si no eres lo suficientemente fuerte para este mundo. . .deberías morir! -el chico gritaba, entre muchas otras maldiciones, razones y excusas para matarme.
Escuché el aullido de mi nombre, y entonces. . .
TYLER'S POV
Le había encargado el arco y flechas a mi madre.
Kayle retenía a Oliver en la orilla de la isla flotante. Mi amigo no se veía nada bien.
-¡OLIVER! -lo llamé, cualquier respuesta abría sido suficiente.
Kayle le estaba gritando en la cara, pero al no obtener reacción del menor vi cómo hizo lo impensable.
Volvió a golpear a Oliver en el rostro, y lo empujó, dejándolo caer al vacío.
Sentí como si arrasaran con mi alma.
-¡NOOOOOOOOO!
Mi corazón comenzó a bombear a mil por segundo, aceleré, pasé frente a los amigos de Kayle, golpeé al matón con un puñetazo en la costilla, y me tiré al precipicio.
El viento me golpeaba con brutalidad el cuerpo, la fuerza era tan increíble que ni siquiera podía mantener los ojos abiertos.
No podía transformarme aún, si lo hacía perdería velocidad. . .y nunca alcanzaría a Oliver.
OLIVER'S POV
Era una sensación extraña. Creo que mis oídos estaban tapados, y el cuerpo me hormigueaba. . . no entendía muy bien lo que estaba pasando.
Una voz lejana gritaba mi nombre, al tiempo en que recobraba la vista y sentía la movilidad en mi cuerpo otra vez.
Tyler estaba unos metros encima mío, llamándome mientras estiraba las manos en un intento por alcanzarme. Parecía que el rubio estaba cayendo.
¡¿Cayendo?!
Giré mi cabeza hacia atrás, y casi nace en mi un ataque de ansiedad al ver el vórtice culminante acercándose a una velocidad tremenda. Iba a morir.
-¡AYUDA! ¡TYLER! -comencé a patalear con desesperación hacia mi amigo.
-¡ESTÍRATE! ¡VAMOS! -gritó él, también intentaba alcanzarme.
Hice todo lo que podía, aunque mis sentidos se estuvieran derrumbado lo hice.
Nuestras manos estaban muy cerca, el rubio me miró a los ojos desesperado. Algo en sus ojos iris me dijo que no iba a lograrlo.
Apreté los dientes.
-¡VAMOS A SALIR DE ESTE MUNDO JUNTOS! -grité con determinación, y me estiré más.
Nuestras manos se unieron, el agarre de Tyler fue fuerte y firme, dejando en claro que no me soltaría. Con la otra mano atrajo el resto de mi brazo y nos juntamos.
Una vez me tuvo firme, sus ojos cambiaron, su piel se volvió gris, más fuerte, y unas finas alas en forma de pétalo crecieron en su espalda.
Terminó la caída, y comenzamos a elevarnos.
De repente pude sentir el aire volviendo a mis pulmones. Comencé a reírme, estaba muy feliz.
-Gracias, Tyler -le agradecí.
El rubio me regresó la sonrisa.
-Jeje, ¿qué habías dicho? ¿Qué no hay que ser el primero en levantar el. . .ugh, puño? -esto último lo dijo con un poco de esfuerzo.
-Trataré de no motivar a nadie más de golpearme. Oye, ¿te sientes bien?
-Sí, es sólo que. . .
Tyler se estaba esforzando mucho, pude verlo en su mirada. Miré hacia abajo, y mi di cuenta de que ya no estábamos subiendo.
-Nos detuvimos.
-Es. . .es demasiado. . . -apenas podía hablar -no. . .no puedo. . .
Y comenzamos a caer, ésta vez abrazados.
-¡¡AHHHHHHHHHH!! -gritamos al unísono.
El vórtice al Vacío se acercaba, y yo volvía a entrar en pánico.
-¡CUANDO DIJISTE QUE SALDRÍAMOS DE ÉSTE MUNDO JUNTOS. . .NO PENSÉ QUE SERÍA ASÍ!
-¡ES DEMASIADO PESO! ¡TUS ALAS NO PUEDEN CARGARNOS A LOS DOS!
-¡¿Y QUÉ HAREMOS?!
Miré a Tyler. El viento nos evitaba escucharnos con claridad, pero yo pensaba perfectamente lo que estaba a punto de hacer.
-¿QUÉ PASA? -preguntó confundido por mi mirada.
Sujeté sus manos, las aparté de mi cuerpo. . .
-¡OLIVER! ¿QUÉ HACES?
Y lo empujé.
Nos separamos. Las alas mantuvieron a Tyler varado en el aire, pero yo seguí con la caída.
-¡¡OLIVER!! -apenas pude escucharlo.
Me giré boca bajo, y extendí las extremidades para alentar la caída.
La muerte estaba demasiado cerca.
Respiraba con dificultad.
-Tú puedes Oliver, tú puedes, tranquilo, tú puedes -me dije a mí mismo para tranquilizarme, y cerré los ojos.
Escuchaba el aire rozando mis oídos, sólo eso.
»Ya sabes que tienes poderes, sólo úsalos«.
Respiré, respiré, respiré.
»¿Cómo los había descubierto?«
Fue un consejo de Tyler. Tuve que concentrar las sensaciones de mi estómago y proyectarlas por mis brazos hasta llegar a mis manos.
»¿Cómo iba a transformarme? Necesitaba ser fuerte para ello, una fuerza que no poseía «
"¡Si no eres lo suficientemente fuerte para éste mundo. . .deberías morir!"
Kayle.
»¿De dónde había sacado la fuerza para golpearlo? ¿El suficiente valor para enfrentar a mis pesadillas?«
"Ése idiota" "¡¿Crees que eres mejor sólo por ser de la realeza?! ¡¿Eso crees?! ¡No eres nadie! ¡TÚ Y TU HERMANO DEBEN IRSE AL INFIERNO!" "¡Escoria, bastardo! ¡Ni siquiera eres heredero a nada!" "¡DEBERÍAS TIRARTE AL VACÍO! ¡INÚTIL!"
De algunos nunca pude oír sus murmullos, pero percibía sus sentimientos.
"Sólo míralo, no sabe hacer nada"
Apreté los puños con fuerza. Odiaba a todos los que creían que no podía hacerlo.
Conocía mis limites. Sabía que no tenía gran poder demoníaco en mi interior, pero era muy perceptible a él.
El poder rodea a todos. La energía sale, fluye y se transmite, y a mí. . .me han dejado rodeado de energía negativa, la energía que me transmiten las personas cada día de mi vida.
Iba a usarla.
Concentré toda la energía que poseía en las palmas de mis manos, frente a mí comenzaban a entumecerse, y una vez sentí un gran ardor en los dedos, las presioné contra mi pecho, tratando de reincorporar el poder de golpe.
Mi pecho se llenó de calor y comenzó a doler, pero no podía detenerme, no dejaría de acumular energía así desagarrara mi piel y corazón.
Los huesos de los brazos me mandaron punzadas de dolor, y cuando los alcé frente a mi rostro, no podía creer en lo que se convertían mientras mis dedos se retorcían.
Fue como una ola de expansión helada por todo mi cuerpo, que dejaba todo chamuscado su paso.
Fue tan extraño y difícil de explicar, pero una parte de mí en ése procedimiento gritó de dolor mientras la otra se regocijaba de alegría, de paz, y sentía que le acababan de quitar cien piedras de encima.
Mi piel era grisácea, tenía garras, y al pasar la lengua por mis dientes sufrí un corte por accidente.
Ni siquiera me detuve a verlas cuando empecé a sacudir las alas.
¡Lo había logrado! ¡Al fin lo había logrado!
Sólo tenía un problema, y es que me había introducido a la zona sin retorno.
No podía avanzar, ni con toda la fuerza de mis alas lo lograba. El poderoso vórtice me arrastraba hacia él.
No, el pánico y ansiedad regresaban.
No escaparía, no podía, todo esto había sido en vano, iba a. . .
Una mano me sujetó el antebrazo. Se me detuvo el corazón, y ahí estaba Tyler, sonriéndome tranquilamente.
-Te tengo.
Y comenzó a tirar de mí, ambos pusimos todas las fuerzas que poseíamos con las alas para escapar del poder del vórtice.
Nos elevamos alto, fuera del peligro hasta la isla flotante más cercana.
Una vez ahí me acosté en el suelo sin deshacer mi transformación. Respiré pesadamente, y agradecí al destino por seguir respirando un día más.
Kayle y sus amigos ya se habían ido.
-¡Oliver! ¡Lo lograste! ¡Eso fue asombroso! -Tyler me felicitó, parecía hasta más emocionado que yo.
-Jeje, gracias -observé mis alas de murciélago. En verdad estaba muy feliz -. Están lindas, me gustan.
-¡Oh! ¿Y qué tal tus armas? -me preguntó.
La descolgué de mi bolsillo y se la extendí.
-La otra la perdí, tendré que conseguir un reemplazo.
-Vaya, me gusta. Es muy ligera, podrás atacar rápido.
-Supongo. . .
-¿Sabes cómo se llama?
-Ahmm. . .no está entre las cien más comunes. Creo que es. . .hmm. . ."Rompecorazones."
-Ahhh -Tyler me sonrió pícaramente y me codeó -. Así que eres todo un galanazo, ¿eh?
Me puse rojo como un tomate.
-Por cierto: vi el moretón de Kayle -me sonrió -. ¿Sabes? Para los golpes. . .no eres tan malo.
Sonreí, hace mucho que no estaba tan bien.
-Gracias.
RIKAN'S POV
La gota de sangre había manchado la hoja del diario. Me frustré, y pateé el cadáver del exempleado en el suelo.
-Señor, ¿está seguro que adelantar su progreso fue la mejor opción? -preguntó mi leal Jefferson.
Reí y me senté en la silla giratoria.
-Por supuesto -cerré el diario de un manotazo.
-Parece que las instrucciones son muy específicas.
-Ésas instrucciones no venían aquí, me lo he inventado yo -aclaré, sonriente por mi éxito -. Ya lo logró, ¿no? Hice bien.
-¿Y si por una razón las cosas se salen de control?
-No lo harán -me levanté y caminé hacia el balcón, sólo para admirar mi hermoso reino -. Jefferson, ¿me recuerdas hace cuánto inició la segunda línea?
-Se cumplirán los diez años en un par de meses.
-Excelente. Un poco más de mil quinientos en adelante para la siguiente fase, ¿ó me equivoco?
-Señor, me parece un plan muy ambicioso. Cualquier error. . .
-Pero no habrá error -me giré hacia él-. Hagamos nuestra parte y asegurémonos de vivir para ver la tercera línea. La cuarta ya no es nuestro trabajo.
-¿Y usted está de acuerdo con eso?
-Jamás he estado más de acuerdo con algo -miré al cielo -. Esos mortales. . .sufrirán por lo que Denisse y Michael Render comenzaron.
*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*
¡HOLA MIS AMOREEEEEEEES! UwU
Yo sé que querían capítulo, pero los One Shots son MUY importantes también, luego verán por que 7W7
MUCHAS GRACIAS POR LEER, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO :'3 :'3 :'3 :'3
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES A:
¡MUCHAS GRACIAS POR LEER, LOS AMO DE AQUÍ A NINJAGO Y DE REGRESO, BYEEEE!!!
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