Capítulo 6

Ya ha pasado una semana desde que mis a amigos se fueron a la Ciudad de México, y solo me han escrito para decir que llegaron con bien. Los días pasaron tan rápido, que no puedo creer que también mañana se va Alex.

Ahora estoy sentada en la cama, mientras él corre de un lado a otro en su habitación. Veo como un pantalón volador cae a mi lado, una playera pasa sobre mi cabeza, una camisa aterriza en el piso y su sudadera gris termina sobre mí.

—Si sabias que te ibas de viaje, ¿por qué no comenzaste a hacer tu maleta antes? — cuestiono colocándome su sudadera.

—Porque terminaría llevando muchas cosas innecesarias — contesta dentro de su ropero.

—Y ahora vas a terminar sin calzones en España — me burlo tirándole una prenda de la cama.

—Claro que no — dice atrapando el proyectil — Yo no uso calzones.

Veo como comienza a doblar la ropa de la cama y a acomodarla en su mochila de viaje.

—Ahora si me voy a quedar sola — me quejo alcanzándole la camisa del piso.

—Por tu propio gusto, bien podrías ir a visitar a Ryan.

—Tú igual, creí que no te agradaba.

—Las cosas cambian Cris, ahora me cae bien. Es mi amigo, y me gustaría que ustedes hicieran las paces.

Me quedo en silencio viéndolo guardar su ropa. Hablar con Ryan no es algo que esté en mis planes, no creo que él quiera verme, además, debo concentrarme en ayudar a mi padre.

—¿Todo está listo para mañana? — pregunto cambiando de tema.

Alex me mira por un segundo y luego vuelve a su trabajo.

—Perfecto, sabemos lo que hay que hacer. No quiero que te preocupes Cris, todo va a estar bien — termina sonriendo.

Él y yo escuchamos por accidente una conversación entre nuestros padres sobre el nuevo papel que llegó, el que yo encontré y dejé en el mismo sitio para que mi papá lo encontrara.

Alex no quiere que me preocupe por él, y sé que detrás de esa sonrisa quiere ocultar la preocupación que siente de que algo pueda pasarme. A los dos nos duele separarnos, pero yo sé que mi amigo puede lidear con cualquier cosa, y espero que piense lo mismo de mí.

—Mi tía se va a quedar sola — cambio de tema.

—¿Mi mamá? No ella se va a Argentina, de hecho se supone que todos vamos — explica comparando dos playeras.

—Una buena cuartada, nadie sospechará de ustedes.

—Esa es la idea.

—Y a tu mamá le sirve para visitar a Felipe — comento inocentemente.

Veo como se tensa, suspira y deposita ambas playeras en la maleta. Continúa empacando la ropa en silencio, y yo prefiero no decir nada más. El ambiente se siente un poco pesado e incómodo.

—Creo que esto es todo — anuncia después de un rato.

Cierra la maleta y la acomoda cerca de la puerta, examina la habitación buscando algo que deba llevar y no haya empacado.

—Te voy a extrañar mucho, y por esa razón me voy a quedar con esto — confieso señalando la sudadera que tengo puesta.

Alex voltea a verme y me observa por unos segundos sin comprender de que estoy hablando.

—¡Oye!, eso es mío — se queja al descubrir de que hablo.

Me río de él y salgo corriendo de su cuarto.

—¡Vuelve ladrona!, ¿o quieres que pase frío en España? — grita persiguiendome.

Bajo las escaleras y salgo de la casa, Panda me saluda parándose en dos patas sobre mi, logrando que pierda el equilibrio y me balancee hacia atrás.

—Te atrape — festeja Alex tomándome de la cintura.

—Eso es trampa, tu perrito te ayudó.

—Es que es un buen perro, ¿verdad que eres un buen perro? — le dice acariciándolo.

—Sí, un buen perro. Bueno nos vemos mañana — me despido saliendo de su casa.

—Hasta mañana — se despide sin dejar de jugar con Panda.

Me alejo lentamente viendo como juega con su mascota, ignorándome, pero sobre todo, olvidando que me llevo su sudadera.

Al día siguiente.

—Es hora de abordar — informa Rebeca, la mamá de Alex.

Estoy en el aeropuerto otra vez, y ahora es la familia de Alex la que se va, se supone que a Argentina, pero pocas personas sabemos que no es así. Luis se acerca a mi padre para despedirse, Alex sonríe y me abraza, una calidez muy familiar me invade.

—Nos iremos en un avión privado — susurra en mi oído —, fue un cambio de último momento, pero lo demás sigue igual.

—Te voy a extrañar Alex — confieso apretándolo más.

—Y yo a ti, pero volveré, no te desharas de mi tan fácil — ríe recordando mis palabras.

—Debemos irnos — informa Luis.

Me separo sin ganas de Alex y abrazo a su padre.

—Lo cuidaré por ti hija — susurra abrazandome.

Me separo de él, y Rebeca me abraza con emoción, puedo notar unas pequeñas lágrimas asomándose en sus ojos.

—Te quiero mi niña, cuidate mucho — me dice depositando un beso en mi mejilla.

—Nos vemos luego — se despide Luis tomando las maletas.

Me acerco a mi padre y lo abrazo por la cintura mientras los vemos alejarse entre las personas. Veo desaparecer a mi mejor amigo entre la multitud, y una sensación de vacío se apodera de mí, siento que mis ojos comienzan a aguarse.

—Todo va a estar bien princesa — me reconforta mi padre guiándome hacia la salida.

—¿Volverán verdad? — pregunto queriendo escuchar algo que sé que no es seguro.

Mi padre suspira y me sonríe.

—Luis es mi mejor amigo, desde pequeño el me ha apoyado, por eso creo que sé lo que estás sintiendo. Pero no te preocupes princesa, todo va a estar bien.

—Si él no vuelve...

—No pienses en eso. Alex siempre estará a tu lado hija, y yo también — finaliza dándome un beso en la frente.

—Te quiero papi... Muchísimo — digo dándole un beso.

—Y yo te quiero a ti princesa — contesta abrazandome —. Bueno, debemos irnos, te llevaré a casa, yo tengo que volver a la agencia para arreglar unos asuntos y no sé a que hora pueda salir de ahí. Hablaré con Ryan, y cualquier cosa te mando un mensaje.

—No te preocupes, se cuidarme sola, voy a estar bien — digo dándole otro beso.

—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida — confiesa alborotando mi cabello.

—Y tu eres el mejor papá del mundo, que digo del mundo... del universo. Y como dije cuando era pequeña, siempre te voy a cuidar.

—¿Aún lo recuerdas? Eras tan chiquita — comenta recordando —. Pero soy yo quien debe de cuidar de ti

Me da otro beso saliendo del aeropuerto, nos subimos al auto y mi padre lo pone en marcha. Veo como se aleja un avión que acaba de despegar, y eso me hace recordar que hacemos aquí. Ahora sé lo que sintió Alex cuando yo me fui, y duele... duele mucho.

Hola, hola...

SusanLovers, yaaa, deja de llorar, aquí está el capítulo...

Nada mejor que publicar un día nublado, escuchando música de desamor y fingiendo hacer limpieza, jajaja.

Gracias a todos los que leen esta historia, me hace muy feliz leer sus comentarios y ver sus votos. Sigan haciéndolo jajaja...

Cualquier duda, consejo, crítica o lo que quieran, no duden en decírmelo.

Nos leemos pronto ❤... Aunque no sé que tan pronto... :)

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