Capítulo 1
¡Vacaciones! La palabra más hermosa del planeta, y se pone mejor si agregamos que son las de diciembre. Frío, comida, regalos, familia y nada de clases, ¿hay mejor combinación? Creo que todos mis compañeros están felices. Todos menos yo.
—Mi nombre es Cristhel, y esta es mi triste historia navideña.
—¿Porqué haces cosas raras frente al espejo? — pregunta Alex sentado en mi cama.
Estamos en mi habitación. Y lo que debía ser un buen día se arruinó con la noticia que mi mejor amigo vino a darme.
—No puedo creer que te vayas — digo viéndolo a través del espejo.
—No me dieron opción. Tu padre...
—Sí, sí, mi padre... Ya sé lo que pasa con mi padre.
Mi padre es el líder de la agencia de espionaje aquí en México. Hace un tiempo, la agencia española lo contactó, le pidió que le enviara a los mejores espías para ayudar en una misión. Las cosas marchaban bien, pero un simple pedazo de papel cambió la historia.
Me tiro en la cama y cubro mi cara con mi almohada. Siento como Alex se acuesta a mi lado.
—No es justo que me abandones — lloriqueo.
—No te preocupes Cris, volveré cuando menos te lo esperes.
—Todos me abandonan — finjo llorar, aunque realmente me gustaría hacerlo.
¿Cuanto puede cambiar la vida en solo unas semanas? Tres de mis amigos viajan mañana a la Ciudad de México para un torneo de fútbol. Y ahora mi mejor amigo tiene que irse a España. ¿Con quien se supone que pasaré las vacaciones?
—Cristhel, la vida no se termina si nosotros nos vamos. Los chicos ganaron la liga estudiantil y ahora van a representar al estado en el torneo nacional. Y si por mi fuera me quedaría contigo, pero...
—Es una misión, y debes ir — completo su frase.
Me quito la almohada de la cara y lo veo con ojos de perrito abandonado.
—Por eso no me gustan las despedidas, eres muy dramática.
Río ante su comentario. Escucho el motor de un auto, me acerco a la ventana y veo que mi padre acaba de llegar.
—Me voy — dice Alex — Nos vemos mañana.
Salimos de mi habitación, él se despide de mi padre y se va. Le doy un beso a mi papá y lo sigo en su recorrido hacia la cocina.
—¿Cómo te fue hoy? — pregunto mientras se sirve un poco de horchata.
—Fue un día muy agitado, estamos ocupados con el viaje a España, ahora que solo dos espías irán.
—Alex y su papá.
—Sí, debían ser personas de confianza y sobre todo aptas para ese trabajo — explica saliendo de la cocina.
—No me dijiste que contenía el papel que te hizo cambiar la misión.
El voltea a verme con una expresión que no descifro. Estos días a estado muy raro, entre preocupado y estresado, casi no ha parado por la casa. En verdad me gustaría saber que dice ese dichoso papel, sé que es el culpable de todo esto.
—Todo está bajo control Cris, no debes preocuparte eso dejamelo a mí. ¿Mañana se van tus amigos, no? — cambia de tema.
—Si, deben estar a las 8:30 en el aeropuerto, para reunirse con el entrenador. Quedamos de vernos allá, Alex me va a llevar.
—Me parece bien — dicen y entra a su habitación.
Vuelvo a mi cuarto y me acuesto en la cama abrazando al panda de peluche que mi papá me regaló cuando cumplí doce años.
—Pronto me quedaré sola — le digo al peluche.
En vez de estarme quejando por lo triste es mi existencia debería estar haciendo algo más interesante y productivo. Me levanto de la cama con toda la actitud, tomo la mochila que llevo a todas partes, mi amada mochila de espionaje y le aviso a mi padre que me voy a la agencia.
Camino hasta allá para matar el tiempo. Al llegar saludo a María, la recepcionista, y me dirijo hacia el campo de entrenamiento. Estoy a punto de entrar cuando veo salir a un chico de cabello castaño y ojos cafés.
—Hola Chase, ¿que haces por acá?— lo saludo.
—Estoy buscando a Ryan, pero no lo encuentro. ¿Tu no lo has visto? — pregunta mi amigo.
—No, acabo de llegar. ¿Ya le mandaste algún mensaje?
—No los ha visto, y tampoco contesta las llamadas — dice viendo su celular.
—Que raro — susurro.
—Sí. Bueno, te dejo, voy a seguir buscando — se despide y se va.
Guardo mi mochila en los estantes que hay en la entrada e ingreso al campo. Hay personas entrenando en diversas áreas, algunos con maestros, otros por su cuenta. Mi vista capta a una chica de cabello negro rizado que intenta subir una cuerda.
—¡Vamos Karely, tu puedes! — grito para motivarla.
Ella se espanta y se resbala cayendo al piso, me mira enfadada pero luego sonríe.
—Hola Cris. Esto es muy complicado — confiesa volviendo a intentarlo.
Karely, por ser hija del jefe del laboratorio de herramientas, debería trabajar allá. Pero ella quería ser espía de campo, y pasó varios días rogándole a su padre y al mío que la dejaran entrenar. Y ahora está aquí, preparándose para enfrentar misiones reales.
—Descender es más fácil que ascender — dice cuando se vuelve a resbalar.
—Ya lo creo. Oye ¿y tú vas a ir con Daniel? — pregunto con curiosidad.
—Sí, mi mamá y la de Ángel compararon boletos para el mismo vuelo, y reservaron en el mismo hotel que el equipo de fútbol. Mi padre se quedará solo — cuenta sosteniendo la cuerda.
—No es el único que estará solo... — digo recordando mi existencia — Bueno te dejo practicar, nos vemos mañana.
—Hasta mañana Cris — se despide retomando su tarea.
Me acerco hacia el campo de obstáculos, donde el profesor Armando está entrenando a los chicos de doce años.
—Cristhel — me saluda — ¿Por qué no les enseñas a los chicos como se atraviesa esta zona?
Los chicos dirigen sus ojos hacia mí. Son cinco, dos niñas y tres niños, me observan con ganas de ver algo divertido que los haga reír, lo veo en sus sonrisas de maldad. El entrenador me ve esperando a que acepte su invitación.
—Verán a una experta en esto — alardeo y ellos se ríen.
Me coloco en la zona de arranque y analizo el recorrido. El profesor saca su cronómetro y se prepara para comenzar.
—Mejor veamos si somos más veloces que tú — dice uno de los chicos.
Los cinco se colocan junto a mi en la salida. El maestro suena el silbato y comienza la carrera, logrando así que vuelva a sentirme como la niña de doce años, que corría en esta pista con su mejor amigo solo por diversión.
Una nueva historia comienza... Y que placer comenzar esto juntos, gracias por su apoyo.
No olviden que sus votos y comentarios me hacen muy feliz, me gusta saber lo que piensan.
Nos leemos pronto...
Pd. Kudoji ¿quieres un helado fantasmal? Jajaja. ❤
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