10 de Julio de 2012, Nueva Orleans

KENZIE ABRIÓ LOS OJOS LENTAMENTE, SINTIENDO el suave roce de las sábanas contra su piel. La habitación estaba en lo oscuro, apenas iluminada por el leve resplandor de la luz que se filtraba a través de las cortinas.

Por un momento, no supo dónde estaba. Pero cuando giró la cabeza y lo vio, su estómago dio un vuelco.

Kol Mikaelson estaba a su lado, dormido, con una expresión tranquila en el rostro. Kenzie se quedó inmóvil, su respiración volviéndose más rápida mientras su mente intentaba procesar lo que estaba viendo.

—No puede ser... —murmuró para sí misma, llevando una mano a su frente, recordando todo lo que pasó anoche.

Se había acostado con el hombre que casi mata a su hermano dos meses después de la muerte de su mejor amigo. ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo podía ser tan idiota?

Con cuidado, se levantó de la cama, tratando de no hacer ruido. Sus movimientos eran rápidos pero calculados, mientras buscaba su vestido en la penumbra. Lo encontró en el suelo, arrugado, y lo levantó con una mezcla de prisa y nerviosismo. Se lo puso de espaldas a Kol, su mente a toda velocidad, preguntándose cómo había terminado ahí.

Justo cuando estaba agarrando sus par de tacones, escuchó la voz inconfundible de Kol detrás de ella.

—¿Te vas a escapar sin despedirte?

Kenzie se tensó. No se giró de inmediato, apretando los labios mientras respiraba profundo. Podía sentir la mirada intensa de Kol fija en ella.

Finalmente, se giró para enfrentarlo. Él seguía recostado, apoyado en un codo, con una ligera sonrisa en los labios. Pero había algo en sus ojos que la inquietaba. ¿Por qué estaba tan tranquilo?

—Esto... no pasó —dijo Kenzie, su tono firme, aunque su corazón latía con fuerza.

Kol entrecerró los ojos, claramente confundido.

—¿Qué no pasó? —preguntó, incorporándose un poco más en la cama. Su mirada ahora era mucho más seria.

Kenzie cruzó los brazos, intentando mantener la calma, pero por dentro se sentía al borde del pánico.

—Nosotros. Esto —la chica apuntó entre él y ella—. Lo mejor será hacer como si no hubiera pasado nada.

Kol parpadeó, su desconcierto más evidente ahora.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó, su tono suave pero lleno de confusión—. Pero si viniste a Nueva Orleans...

—Ya, disculpa —lo interrumpió ella, antes de que él pudiera decir algo más—. Solo estaba de paso, ni siquiera me di cuenta que era Nueva Orleans.

La confusión en el rostro de Kol solo aumentó. Se sentó en la cama, observándola con una mezcla de incredulidad y desconcierto. Para Kenzie, esa actitud solo podía significar una cosa: Kol estaba jugando con ella, fingiendo ignorancia. Era tan típico de él.

—Tengo que irme —dijo finalmente, dando un paso hacia la puerta.

Kol se levantó de la cama en un movimiento rápido, deteniéndola al agarrar su mano. Se miraron unos segundos a los ojos. Kenzie había aguantado la respiración mientras sentía algo extraño en su pecho, y entonces él la soltó.

La Gilbert se dio la vuelta y abrió la puerta, dejando la habitación y a Kol atrás, pero sintiendo el peso de su mirada en su espalda mientras se alejaba.

y aquí tenemos el prólogo!!

la verdad, la razón por la que llevé este fanfic a borradores era para organizarlo mejor y tener una versión explicada y fácil de entender.

espero que les guste <33