XXXIV- ESPECIAL DESPUÉS DE LA ESCUELA
En los meses que Audrey y Elijah habían estado fuera de Mystic Falls, Caroline había mantenido a la chica Gilbert al tanto de todo lo que sucedía. La transición de Elena a vampiro había estado lejos de ser simple, y pronto salió a la luz que era hija de Damon, lo que todo estaba usando para justificar sus repentinos sentimientos por el mayor de los Salvatore. Ahora, todos estaban a la caza de la cura para el vampirismo, que Klaus había revelado cuando apareció un cazador de los Cinco en Mystic Falls.
Pero la pareja se había mantenido separada de todo, aparte de tratar de contactar a Rebekah. Había pasado un tiempo desde que ninguno de ellos supo de ella, y Elijah estaba empezando a preocuparse de que Klaus una vez más le hubiera clavado una daga en el corazón.
—¿Señorita? —Audrey miró hacia arriba, mirando a los ojos al batidor. Se habían establecido recientemente en Nueva York, después de que Audrey le admitiera a Elijah que en realidad nunca había visto la ciudad. Desde entonces, vivían en el penthouse de un hotel que Audrey sabía que nunca podría pagar y disfrutaban de un descanso de todos los viajes que habían estado haciendo. Mientras Elijah se había ido por el día, Audrey se había acomodado en el bar del hotel, leyendo un libro que había comprado en una pequeña librería. —Esto es para ti. —Colocó un martini delante de ella.
Ella frunció el ceño confundida. —Oh, yo no ordené esto.
—Pero yo lo hice, cariño —una voz familiar respondió desde detrás.
Reconoció la voz al instante, la sonrisa que podía escuchar en el tono de sus labios cuando lo miró. — ¿Qué estás haciendo aquí, Kol?
—Extrañé a mi futura cuñada —Kol se encogió de hombros y se sentó en el taburete vacío junto a ella. —¿Eso es un crimen?
—No, pero hay más que eso —Audrey dijo a sabiendas, lo que hizo que su sonrisa creciera. Ella puso los ojos en blanco, alzando una ceja hacia él. —Vamos, suéltalo. Elijah volverá pronto.
—Rebekah llamó —comenzó, haciendo que sus ojos se abrieran con sorpresa. —Aparentemente, Nik ha sido un imbécil, por lo que se está volviendo rebelde. Quiere que busque a algún profesor que pueda ayudarla a encontrar la cura. Shane, o algo así.
Audrey lo miró confundida por un momento, antes de que hiciera clic dentro de su cabeza. —Y quieres que te acompañe.
—¿Por qué ir solo cuando podemos divertirnos mucho más juntos? —él sonrió. —Estoy seguro de que Rebekah le encantaría tener un par de manos extras.
Audrey se mordió el labio, considerándolo cuidadosamente. Al menos ahora sabía que Rebekah estaba bien, pero si iba en contra de Klaus en busca de la cura, era solo cuestión de tiempo antes de que la pareja volviera a las manos. Sabía que el resultado sería una daga en Rebekah, lo cual no se merecía. Si bien apreciaba que Caroline la mantuviera al tanto de todo, a Audrey le había gustado estar lejos de todo. No corría peligro de terminar con daños colaterales, se sentía segura, era feliz. En el momento en que volvió a pisar Mystic Falls, supo que iba a ser absorbida de nuevo por todo.
Una mano apoyada en su hombro la sacó de sus pensamientos. —Kol —dijo la suave voz de Elijah. —Que sorpresa.
—Lo siento Elijah, me temo que he venido a robarte a tu chica. No te preocupes, la recuperarás —Kol sonrió. —Voy a hacerles una visita a Rebekah y Nik, pensé que Audrey podría venir.
Los labios de Elijah fruncieron el ceño y sus ojos se encontraron con los de Audrey. —No tienes que irte si no quieres —dijo, lanzando a su hermano menor una mirada firme. Kol simplemente puso los ojos en blanco, levantando las manos inocentemente. —Cualquiera que sea el problema que está pasando con mis hermanos, no eres tú-
—Son familia —Audrey dijo suavemente, entrelazando sus dedos. —Por supuesto que es mi problema. Está bien, me iré —la mirada de preocupación de Elijah no se desvaneció, y con una suave sonrisa, ella se inclinó y lo besó suavemente. —Estaré bien.
—Asegúrate de que esto permanezca encendido —Elijah asintió hacia su collar, acariciando un mechón de cabello suelto detrás de su oreja. —Si necesitas algo, querida, por favor llámame —dijo, antes de presionar otro beso en su frente.
—Maldita sea, ella se va a casa —Kol puso los ojos en blanco. Saltando sobre sus pies, su mano envuelta alrededor de la muñeca de la chica Gilbert, tirando de ella mientras comenzaba a alejarse. —No te preocupes, Elijah. Haré que te la devuelvan de una pieza.
Mientras Audrey se esforzaba por soltarse del agarre de Kol, miró por encima del hombro a Elijah y le dedicó una sonrisa tranquilizadora antes de que lo perdiera de vista por completo.
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Al entrar a la escuela secundaria, Audrey se dio cuenta de cuánto había terminado ya su último año. El tiempo pasaba rápido, especialmente desde que se fue de Mystic Falls. Gracias a la ayuda de Caroline, se había mantenido al día con todo su trabajo escolar en línea mientras estaba fuera, decidida a graduarse como se suponía que debía hacerlo al final del año escolar. No había ninguna razón por la que no lo haría, ya que a pesar de que asistía a las clases, se las arreglaba para aprobar todas con una calificación bastante alta. Sabía que todos los demás de su edad ahora estaban considerando el futuro, haciendo planes para ir a la universidad, pero Audrey sabía que en el fondo la universidad ya no era su futuro. Fue un pensamiento extraño, ya que ella y Caroline habían estado planeando el diseño de su dormitorio compartido desde la escuela secundaria.
A decir verdad, ya no sabía cuál era su futuro. Pero eso no la asustó, ni la preocupó. Porque sabía exactamente a quién tendría a su lado, construyendo una vida sin la cual ya no podía ver su vida, y la universidad ya no parecía importante en comparación con eso.
—Hermana —Kol soltó una sonrisa mientras la pareja se dirigía a la biblioteca. Audrey instantáneamente sintió ojos familiares sobre ella, y miró para ver a Caroline, Elena y Stefan sentados alrededor de una de las mesas. —¡Mira esto! Eres incluso peor que Klaus.
—Kol, finalmente —Rebekah asintió, se acercó y abrazo a Audrey. —Y trajiste a Audrey.
—¿Quiero saber? —pregunto Audrey, levantando una ceja hacia la rubia, mirando a los tres en la mesa, mientras se separaban.
—Oh, solo me están poniendo al día sobre todo lo que me he perdido —Rebekah se sacudió, dándole una sonrisa. —No te preocupes, lo tengo todo bajo control.
—¡¿Es en serio?! —Caroline la miro fijamente.
Rebekah la miró, dándole una mirada entrecerrada. —¿Dije que podías hablar? —sus ojos luego vuelven a caer sobre su hermano, levantando una ceja. —¿Trajiste lo que te pedí? —sin decir una palabra, Kol se acercó al pasillo y empujó al profesor Shane adentro, a quien habían recogido en el camino. Los labios de Rebekah forman una sonrisa satisfecha. —Tú debes ser Shane —sin decir nada, asiente con la cabeza a Kol y él empuja a Shane de regreso al pasillo, la rubia le envía una sonrisa a Audrey mientras sigue a su hermano y al profesor.
Audrey los vio irse con incredulidad, dándose la vuelta cuando sintió que los ojos de todos los que estaban sentados en la mesa la miraban fijamente. Sus ojos se encontraron con los de Elena, y tuvieron una conversación sin siquiera hablar. Al igual que ese día en el granero, podía ver el arrepentimiento en el rostro de su hermana, todavía queriendo disculparse por todo lo que había sucedido. Podía ver que lo decía en serio, pero después de todo lo que había pasado entre ellos, Audrey todavía necesitaba tiempo. Sus problemas no iban a solucionarse de la noche a la mañana, ambas lo sabían. Después de eso, sus ojos se encontraron con los de Caroline, ignorando por completo al Salvatore más joven. Ambas tenían sonrisas en sus rostros, a pesar de todo lo que estaba pasando actualmente.
Si no fuera por el hecho de que estaba claramente hipnotizada, Caroline probablemente habría corrido y la habría abrazado.
—¿Siguen pegados a sus asientos? —Rebekah reflexionó mientras caminaba de regreso, su sonrisa creció ante las miradas sucias que recibió. —Aah, hay mucha tensión aquí. Vamos a animar un poco las cosas. Elena, ¿verdad o reto?
—Hemos terminado de jugar tus estúpidos juegos, Rebekah —espeto Stefan.
—Verdad o reto, Elena — la Mikaelson presiono, sus ojos entrecerrándose en la chica Gilbert. —Estas hipnotizada. Responde.
Elena le devolvió la mirada, una mirada valiente en sus ojos. —Reto.
—Te reto a que le digas a Stefan la verdad sobre Damon.
Caroline dejo escapar un grito de incredulidad, pero Rebekah la ignoro y miro a Elena para responder. —Estas con Damon me hace feliz —ella respondió con simpleza.
—¿Te hace feliz? — Rebekah hizo una mueca. —Los payasos te hacen feliz, Elena. Más a fondo.
Audrey observó cómo su hermana se mordía el labio inferior y miraba hacia abajo mientras continuaba. —Estando con él... se siente impredecible, siento... libertad.
Rebekah asintió. — ¿Y cómo te sientes con Stefan?
—Ya, Rebekah —Caroline protesto.
La rubia la ignoro. —No, sigue hipnotizada.
—Siento que soy su proyecto, un problema que hay que arreglar. Creo que lo entristezco —Elena comenzó, los ojos de Stefan sobre ella mientras hablaba. Y muy rápidamente, el dolor comenzó a aparecer en sus ojos. —Y no estaré con alguien así porque... cuando me mira solo ve un juguete roto.
Al ver la mirada ahora plasmada en el rostro de Stefan, Rebekah sonríe. —¿Aún amas a Stefan?
—Si.
—¿Sigues enamorada de Stefan?
—No.
Las lágrimas se formaron en los ojos de Elena, cuando Rebekah se giró para mirar al Salvatore más joven. —¿Te dolió eso? ¿Tener a alguien a quien amas clavando una daga en tu corazón?
Stefan la miró. —Vete al infierno.
Rebekah se inclinó más cerca, bajando la voz mientras hablaba. —¿Eso te dolió?
Rebekah se puso de pie, su sonrisa regresó. —Bienvenidos a los últimos novecientos años de mi vida —él la mira por un momento, pero todos los ojos caen en la puerta cuando se abre de golpe, Tyler aparece ante ellos. —Ah, bien, estás aquí. Se estaba volviendo deprimente.
Tyler miro entre todos con incredulidad. —¿Qué diablos está pasando?
—Escucha las reglas —enlazando su brazo con el de Audrey, Rebekah las lleva hacia Tyler, volteándose para mirar a los tres alrededor de la mesa. —Quédate en el edificio, no pueden correr como vampiros.
Caroline la miro confundida. —¿Porque habríamos de hacerlo?
Rebekah mira a Tyler a los ojos. —Transfórmate.
Audrey parpadeo y dio un paso atrás. —Rebekah... ¿Qué estás haciendo?
—Él no puede —la chica Forbes protesto. —¡Perderá el control!
—Ese es el punto —Rebekah asintió. —Ya dijeron lo que quería oír... Ahora tengo al profesor para que me ayude a encontrar la cura, solo son competencia. Quien lo encuentre primero decide qué hacer con ella. Usarla, compartirá, destruirla. Salvarla. Y quiero ser yo.
Tyler parecía horrorizado. —Los mataría si me convierto.
—Sí, exacto. Hazlo, Tyler. Transfórmate —ella asiente una vez más, antes de salir y llevarse a Audrey con ella.
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Audrey había decidido muy poco tiempo después de dejar la escuela que deseaba haberse quedado con Elijah. A pesar de que ruega que los deje ir, Rebekah dejó a Caroline, Elena y Stefan perseguidos por Tyler, mientras ella fue a ayudar a Kol con Shane. Y al final, ayudar a Rebekah envió a Kol en pie de guerra por Silas, un aparente inmortal enterrado junto a la cura del vampirismo. Solo había regresado a Mystic Falls en cuestión de horas, y todo parecía estar desmoronándose.
Dejó las llaves sobre la mesa mientras caminaba hacia la mansión Mikaelson, levantando una ceja por lo silencioso que estaba. —¿Klaus? —ella llamó. —¿Rebekah? ¿Kol? —Cuando nadie responde, se encoge de hombros y se dirige a la sala de estar, mientras su teléfono comienza a vibrar en su bolsillo. —¿Qué ocurre?
—¿Por qué estas asumiendo que algo anda mal? —Elena respondió.
—porque esta es la primera vez que hablamos en mucho tiempo, ¿y honestamente? —Audrey comienza. —Pensé que de alguna manera me culparías por lo que Rebekah hizo hoy.
—No pudiste hacer nada —Elena dijo, haciendo que Audrey se detuviera sorprendida. —Ella nos hizo correr, y está demasiado enojada con todos nosotros para detenerse cuando le preguntas. No te culpo, Rey —ella le dijo de todo corazón. —Mira, voy a la casa del lago a ver a Damon. Es una larga historia, pero Jeremy y Matt están allí con él. ¿Quieres venir a ver a Jeremy?
Audrey se mordió el labio mientras consideraba. —No quiero terminar peleando contigo.
—No más peleas —Elena dijo. —Lo siento mucho, Rey. Por todo lo que he hecho. Y se que tomara tiempo demostrarte que esas palabras significan algo, pero quiero hacerlo, si me das la oportunidad.
—Estaré en la casa en diez —Audrey le dijo, después de un momento.
—Excelente. —podía escuchar la alegría en su voz. —Te veré luego.
—Si... —Audrey murmuro, antes de colgar.
Tal vez esta vez sería diferente. Tal vez esta vez, Elena no iba a decepcionarla. Y a pesar de lo fácil que sabía que podía ser aplastado, Audrey tenía esperanza.
*・῾ ᵎ⌇ ⁺◦ ✧.* ↶*ೃ✧˚.❃ ↷ ˊ-
Buenasss, después de tantos meses, acá dejo otro capitulo. Quedan siete capítulos y se termina el librooo. Espero que los que recién estén empezando la historia les vaya gustando <3
Que tengan lindo dia, tarde o nochee !!!
Guadi.
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