Soledad
ANOMALÍA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel, Tierra 3490-MCU.
Parejas: Stony.
Derechos: a contar locuras nada más.
Advertencias: muchísimo angst, humor, violencia y escenas que pueden herir sensibilidades. Que sobre aviso mininesco no hay engaño felinesco.
Gracias por leerme.
Soledad.
Pearls and swine bereft of me.
Long and weary my road has been.I was lost in the cities, alone in the hills. No sorrow or pity for leaving, I feel, yeah.
I am the Highway, Audioslave.
—Listo.
Susan Richards se inclinó a un lado de Natasha, mirando al espejo con su mano libre acomodando sus cabellos castaños.
—Ahora ya no se ve tan caótico.
—Gracias.
—¿Siempre lo has usado corto?
—No... —Toni le miró por el espejo—Solía usarlo largo. Es mejor así.
—Bueno, ahora estás más linda.
—Gracias de nuevo, Susan.
La rubia suspiró un poco, dejando las tijeras sobre el tocador y tomando asiento en un banquito libre a un lado de la castaña, tomando su mano izquierda que acarició con ambas suyas.
—Sabes que puedes quedarte aquí todo el tiempo que desees, Toni, ni Reed ni yo vamos a molestarte con eso.
—¿Pero...?
—Tal vez sí deberías considerar el rescatar el legado de Tony Stark.
—¿Para que la iniciativa Vengadores siga parasitando de ella?
—Para seguir protegiendo al mundo.
Natasha suspiró, mirándose al espejo. —Tal vez podría hacerlo. No está Pepper, ni tampoco está Mary Jane Watson, son las dos únicas mujeres en quienes podría confiar para sacar adelante Industrias Stark.
—También piensa en Viernes, debe extrañarte.
—A Tony.
—A un Stark.
—Este mundo es tan similar pero tan extraño al mismo tiempo —murmuró Toni, mirando a Susan— Es como si todo fuese una versión velada del mío, y otras cosas simplemente no las comprendo del todo. Como eso de Ultrón.
—Dices que en tu mundo Hank Pym fue quien lo creó.
—Y no sabes qué dolores de cabeza tuvimos por eso, Hank es bueno, pero tuvo ese período de locura que nos sacó de nuestras casillas. Afortunadamente unos cuantos aguijonazos de Jan sirvieron para devolverlo al camino del bien.
—Scott Lang, el nuevo Hombre Hormiga, perdió a su hija con el ataque de Thanos.
—También Clint Barton, a toda su familia.
—Pronto llegarán al complejo, Steve Rogers los está reuniendo, no vamos a permitir que ese monstruo se salga con la suya.
—Si los Vengadores no hubiesen estado divididos, esto no hubiera pasado. Te lo digo por experiencia, nosotros le pateamos su trasero no una sino dos veces.
—Algo sin duda que valdría la pena ver.
La castaña suspiró, pasando saliva. —¿Te dijo Reed lo que podemos hacer?
—Un puente espacio-tiempo para que vuelvas.
—Thanos podrá ser poderoso, pero las gemas lo superan, estas fluctuaciones en el universo pueden manipularse si sabemos cómo hacerlo.
—Por ello debes recuperar Industrias Stark.
Ambas mujeres rieron, Toni negando apenas. —¿No vas a quitar el dedo del renglón, cierto?
—Un Stark no sirve aquí encerrado. No es un Stark.
—Oh, qué diablos. Está bien. Pero en cuanto tenga todo bajo control, no van a negarme una cena que yo pagaré.
—Como tú digas, Toni.
En menos de tres días, Industrias Stark volvió a sus cauces económicas. Primero fue noticia de primera plana la aparición de la "hija menor" de Howard y María Stark, que con un poco de ayuda de los Richards pudieron sembrar ese perfil falso. Luego un pequeño juicio contra la Junta de Administración que se negó a darle los derechos y concesiones a la castaña como nueva CEO a la que le solicitaron un examen de ADN que libró sin problemas. Después simplemente pareció a ojos de muchos, como Happy Hogan o Rhodey, que Natasha Stark era la viva reencarnación de Tony Stark. Incluso sabía los códigos de bóvedas secretas como su ubicación cuando ni siquiera Viernes se las había dicho. Un poco de limpieza y el taller volvió a la vida, Dumm-E y Butterfingers sencillamente corrieron a ella como si nunca hubieran conocido a nadie más. Esa clase de situaciones trajeron débiles sonrisas al rostro duro de Toni, quien pronto estaba en su taller trabajando en las armaduras que dejara Tony Stark.
—¿Ésta es, cierto?
—"Sí, Jefa."
Ella levantó el rostro, conteniendo el aliento al ver la armadura con el pecho abierto cuando Tony Stark peleó en Siberia contra dos súper soldados.
—Qué dicha que no tuviera el reactor, aunque me sigo preguntando si el habérselo retirado no tuvo algo que ver con su caída en Titán.
—"Será algo que no sabremos."
—No, no lo sabremos. Solo queda la duda que siempre quema.
Mientras Natasha trabajaba en una nueva versión de las armaduras, escuchó por una pantalla la noticia del arribo al complejo de los Vengadores de una figura que no se conocía: la Capitana Marvel. Levantó su rostro de inmediato al escuchar ese nombre, quitándose las gafas de protección y aumentando el volumen para oír aquello. Frunció un poco su ceño al ver tanto la figura como esa versión de Carol Danvers que, si bien tenía alguna semejanza, no guardaba el aire que recordaba de su también amiga. La castaña dejó caer sus hombros con un suspiro pesado, dejando sobre la mesa de trabajo un soldador. Era tan difícil cuando los nombres no coincidían con lo que ella había experimentado, lo que había vivido por mucho tiempo. Un infierno de su universo en la forma más incompleta posible. ¿Qué estaba haciendo fuera la Capitana si no solía ausentarse tanto de su amada Tierra que tanto protegía? Varias preguntas atacaron su mente cuando se levantó, dejando su nueva creación atrás para ir a buscar en su minibar algo que beber.
Había pasado buenas horas en el laboratorio de Reed Richards enterándose de la vida y descalabros de su contraparte masculina en aquel mundo. Como Obadiah Stane le traicionó, el ataque en Milán, la farsa de un Mandarín que a ella le había dejado pesadillas. El arribo de Loki Laufeyson, la creación inaudita casi imposible de Ultrón, la Guerra Civil... los Vengadores viviendo en su burbuja sin nunca salir a buscar a más como ellos, ni siquiera a los mutantes que Toni ya tenía perfectamente localizados pese a que se movían en el más sigiloso anonimato. Para ella, le era increíble la pasividad de todos ellos, como si esperasen a que las cosas fuesen apareciendo, justo como la Capitana Marvel que saludó a todos junto a un serio Steve Rogers en la entrada de aquel recinto. Ni siquiera le sorprendía que el rubio no le hubiera llamado en todo ese momento ni porque seguramente Rhodey le hubiera comentado al verse de nuevo. Si no le había importado Tony Stark, ¿qué diferencia hacía Natasha Stark?
Sus ojos viajaron de inmediato a su mano izquierda donde la diferencia de color en un dedo anular delataba la ausencia de un anillo de bodas. Apretó esa mano, casi escondiéndola en el bolsillo de su pantalón de trabajo mientras se bebía un vaso de whisky, apagando aquella pantalla y prefiriendo ir hacia el balcón del edificio recién comprado en Manhattan. Originalmente había pensado en Malibú, pero requería muchos días de trabajo que no tenía, era primordial que entre Richards y ella pudieran dar con la solución para un puente atemporal que la llevara de vuelta a su mundo. Su Steve debía estar desesperado, quizá sufriendo por su desaparición... no recordaba muy bien las cosas, su último recuerdo era al Capitán América quitándole su casco y hablándole para que le respondiera mientras en lo alto la sombra de un Helitransporte de SHIELD los cubría. Luego de eso, lo siguiente era despertar tumbada en un sucio callejón junto a la Torre Baxter -lugar que ella conocía como el Edificio Baxter en otra dirección- que no se suponía debiera estar ahí pero que afortunadamente le dio asilo cuando tocó la puerta.
—"Jefa, tiene una llamada del Coronel Rhodes."
—Vaya, no puedo decirle no a Rhodey ni en este universo. Altavoz, por favor, Viernes.
—"Comunicando."
—¡Rhodey! ¿Sucede algo, camarada?
—Natasha, ¿estás haciendo algo importante en estos momentos?
—Define importante.
—Que puedas dejar por unas horas.
—Mmmm... tal vez. Es relativo.
—Me gustaría que vinieras al complejo.
—¿A estas horas? Rhodey, no es apropiado para un coronel llamar a una dama tan tarde para citarla a un lugar que nadie conoce.
—Toni...
—Okay, iré para allá. ¿Llevo bocadillos? ¿Cicuta?
—Sólo tu presencia.
—¿Desnuda? Qué modales los de aquí.
—¡Natasha Stark!
—Puff, okay, tranquilo. No quiero que te dé un infarto, estaré ahí en veinte minutos.
—Si usas la armadura serán diez.
—Quiero probar eso que llaman Uber.
—Te veré en diez minutos.
—"El Coronel ha terminado la llamada."
—Al menos es tan estricto como lo recuerdo. Viernes, la armadura.
—"Activando."
Una pizza le esperaba al llegar, como Rhodey, Bruce y una Shuri recién llegada de Wakanda. El resto estaban en la sala de juntas que fuese la primera habitación del complejo que visitara de lleno. Con la caja de pizza en mano fue con el resto a reunirse con los rubios que hablaban con los demás sobre una nave acercándose a la Tierra. Carol la había descubierto en su viaje de regreso, según sus cálculos aún tardaría una semana en alcanzar el sistema solar pero no querían estar desprevenidos ante su arribo. No pertenecía a Thanos ni a la Orden Oscura. La Capitana Marvel comenzó a hacer una descripción detallada de la nave que localizó y Toni casi se ahogó con la pizza al escucharla, sintiendo su corazón latir con tal fuerza como para alterar su reactor en el pecho. Sacudiéndose los restos de la pizza bajo la mirada desaprobatoria de Steve Rogers, dejó que Danvers les mostrara algunas de las fotografías que había alcanzado a tomar desde su propia nave. Un escalofrío recorrió la espalda de la castaña al tener la certeza de sus sospechas.
—Esa nave es de Kang El Conquistador —dijo con expresión fúnebre.
—¿El viajero del tiempo? —preguntó la Capitana Marvel.
—Sí.
—¿Cómo...? —Scott Lang iba a preguntar, pero Romanoff se le adelantó.
—¿Qué podría desear Kang de la Tierra?
—Lo mismo que sus anteriores enemigos, conquistarla y ser amos de ella.
—Si es un viajero en el tiempo llegará antes a nuestro mundo —observó Shuri.
—No, Kang no aparece como si fuese un idiota más —tosió Natasha, limpiándose los labios con una servilleta— Es un estratega y domina la tecnología del futuro. Primero evaluará sus condiciones frente a esta Tierra, analizará cada escenario posible que pondrá a su favor. Una vez que tenga todas las cartas maestras en sus manos, es que vendrá. Así que... sí, puede ser que aparezca en una semana o más. Pero lo hará, y cuando lo haga...
Se quedó callada, llevándose una mano a su pecho. Kang era con quien habían peleado. Sus Vengadores. Su esposo. Pero no podía recordar lo que él había hecho para derribarla y sin embargo el nombre de aquel villano le agitaba, casi paralizándola.
—Toni, ¿estás bien? —preguntó Bruce.
—Oh, sí, se me atoró un champiñón en la garganta.
Algunos rieron, otros se quedaron en silencio preocupados. Clint Barton examinaba con un rostro poco amigable a la castaña frente a él, de brazos cruzados. Su mirada llamó la atención de Natasha, quien arqueó una ceja, haciendo un gesto de confusión a su escrutinio.
—¿Tienes hemorroides, cabeza de pájaro?
—¿Qué demonios has dicho?
—Hey, tranquilos -Steve intervino, estando de pie tras los sillones— Natasha, no estés ofendiendo.
—¿Le hablas a ella...? —Toni señaló a la rusa— ¿O a mí?
Unos duros ojos azules se clavaron en los suyos, pero replicó con un dedo medio. Rocket y Nébula solo rodaron sus ojos.
—Algo escuché una vez —comentó el mapache— De un tipo que había sido rey en varios mundos de diferentes tiempos. Y es muy inteligente pese a ser "normal".
—Su astucia como el conocimiento del futuro es lo que lo hace tan especial —asintió la castaña, tallándose sus muslos antes de ponerse de pie— Bueno, ¿van a seguir charlando aquí o vamos a ir a donde las pantallas tan fascinantes y todo eso?
—Creo que necesitamos cambiarnos de sala —sonrió Shuri.
Todos se movieron como si fuese cuestión de vida o muerte. Natasha arqueó ambas cejas, encogiéndose de hombros y canturreando mientras iba detrás de todos ellos. Steve se retrasó a propósito para quedar a su lado.
—No sé cómo hayan sido las cosas en tu mundo, pero aquí te pediré que midas tus palabras.
—¿Por qué?
—Estás ofendiendo a la gente que recién ha perdido a sus seres queridos.
—Ya fue hace un mes.
—Esto es a lo que me refiero —el rubio la detuvo, ladeando apenas su rostro con una mirada ofendida— Tales bromas están fuera de lugar. Respeta su dolor.
—¿Cómo tú respetaste el de Tony?
El Capitán levantó su mentón con un suspiro desganado. —No tengo por qué...
—Oh, claro, con eso siempre has solucionado las cosas. ¿No? Soy la gloria, la libertad y todo lo bueno del mundo, nadie tiene por qué cuestionarme nada.
—Sólo soy un chico de Brooklyn.
—Ay, por favor, ¿te dieron un papelito con la frase para repetirla como disonancia cognitiva?
—Yo al menos no tengo de qué avergonzarme.
—Oh, perdón señor "no le oculto secretos a mis amigos".
—¿Cuál es tu problema?
Toni bufó, adelantándose un paso a él. —¿Mi problema? Mi problema es que no me cabe en la cabeza como el Capitán América se cagó en la soberanía de tantos países para defender a un criminal internacional. No, no mató al rey T'Chaka pero sí a otros inocentes como no tan inocentes. Asesinó a unos padres que un joven genio aún necesitaba para no vivir miserablemente. James Buchanan Barnes tiene aún hoy día cargos que debiera resolver, más tú levantaste tus faldas de señorita ofendida y lo ocultaste con la ayuda de gente que ignoraba las dimensiones de tus actos. Porque a ellos tampoco les explicaste que cosa estabas haciendo realmente e incluso dejaste que rencores estúpidos de víctimas fantasiosas cobraran bríos. Steve Rogers NUNCA hubiera hecho semejante cosa, porque está en contra de sus principios de justicia y honor que vienen... ah qué cosas, de Brooklyn y su pasado tan duro.
—No sabes de lo qué hablas. Los rumores nublan tu razón.
—Entonces, quítame la ignorancia —la castaña se cruzó de brazos— Dime, anda, dime, ¿por qué no le dijiste la verdad a tiempo a Tony Stark cuando le juraste que los Vengadores eran tu hogar? ¿Tu familia? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—Cuando HYDRA...
—¡Por favor, Steve! HYDRA siempre va a colarse por todos lados, hasta en el repartidor de pizzas que entra a este complejo. "Es que destruyó el gobierno en quien creía y a mi SHIELD", ésa es una patética excusa de un hombre que peleó contra los nazis que estaban infiltrados... ah, qué caray... ¡en todos lados!
—¿Qué hubieras hecho tú? —le espetó Rogers en cambio.
—Yo... matarlo quizá. Te diré algo. Nuestro Bucky apareció casi igual que el tuyo, sólo que cuando llegó el momento de balancear las cosas, Steve... lo entregó a las autoridades.
—¿Qué...?
—Porque jamás iba a esconder a un criminal, que a su vez era una víctima. Pero era cosa que solamente los dos lo sabíamos, no el resto del mundo que lo conocía como el asesino más cruel jamás entrenado. Entonces Barnes entró a la corte... acompañado de mis abogados.
El rubio frunció su ceño, obviamente confundido. Natasha bufó.
—Tú...
—Claro, era el amigo y hermano de Steve, no iba a dejarlo pudrirse en la cárcel por algo que fue obligado a hacer, pero adivina, todos tuvimos tiempo de pensarlo y asimilarlo. Para cuando el juicio terminó, Bucky era libre de esos cargos. Me parece que, si tú le hubieras dicho a Tony Stark la verdad sobre el asesino de sus padres, primero te hubiera tumbado unos cuantos dientes, sin embargo, luego hubiera ayudado a Barnes. Él mismo se hubiera ofrecido. Y entonces no hubieran estado separados cuando la Orden Oscura llegó, no hubieran estado separados cuando Thanos comenzó a reunir las Gemas del Infinito. No hubieran estado separados para combatirlo. Este universo no estaría de luto por la desaparición de la mitad de sus habitantes si tú, Steve Rogers, hubieras tenido los huevos para tomar la decisión correcta, como el verdadero Capitán América lo haría sin pensarlo.
—¿Sabes algo? No tengo por qué darle explicaciones a una mujer que no conozco, no respeta a nadie y se la pasa ofendiendo a todos por todo lo malo que aquí ha ocurrido.
—Alguien tiene que decirles sus verdades.
—Tú no tienes ningún derecho y definitivamente, no voy a confesarme contigo.
—No tendría caso, Tony está muerto. Como yo lo estaré seguramente si continuas ese patrón de comportamiento tan poco solidario.
—Si tú te mueres será por idiota y ebria —siseó el rubio.
Natasha apretó sus puños, respirando agitado unos segundos y luego se calmó, entrecerrando sus ojos con una débil sonrisa torcida.
—Qué fácil para ti es culpar a todos de las cosas, sin jamás hacerte responsable. Al menos Thanos aceptó que sería un verdugo.
—Estás aquí porque Rhodey me lo pidió. No te necesitamos.
—Bien, me voy entonces.
Steve jaló aire, tensando su mandíbula. —Haz lo que quieras.
—Adiós.
Toni se marchó, dejando al Capitán en el pasillo con los demás mirando a lo lejos muy ajenos a la discusión. Sólo Rocket era el que estaba lo suficientemente cerca para haber escuchado, apareciendo detrás del rubio.
—Ya sé que no es mi asunto, pero ella tiene un punto. Quill prácticamente nos hizo a un lado cuando su papi apareció, ni siquiera deseaba escucharnos más y cuando Ego le confesó a Peter que había matado a su madre... —chasqueó su lengua, agitando su cola— No me mires así, pero creo que si ustedes llevaban más tiempo que nosotros conviviendo, al menos por respeto le hubieras dicho la verdad a tu amigo. Ahora ya no podrás reconciliarte nunca con él, ni decirle lo que hiciera falta.
—Tenemos cosas que hacer.
—Okay, evasión. Me agrada. La súper capitana nos espera.
Steve asintió, mirando por encima de su hombro la entrada principal donde una armadura desapareció luego de encender sus motores. Bajó su mirada al suelo, viendo su sombra proyectada por las luces del pasillo. Con un suspiro hondo, retomó sus pasos detrás de un mapache que hablaba en voz alta a Bruce Banner para que le diera algo para la comezón de sus partes nobles. En el edificio Stark, Natasha hackeó a la NASA para tener acceso a uno de sus telescopios que dirigió hacia las coordenadas que había visto en las pantallas de Carol Danvers, tratando de ubicar la nave de Kang. Al tener las imágenes en sus propios monitores, el dolor en su pecho vino a ella. Dumm-E chilló al verla caerse de su silla, por falta de aire, temblando y sudando frío. Un ataque de pánico que la hizo encogerse bajo la mesa de trabajo. No había Steve Rogers que le consolara, esa gruesa voz apartando las pesadillas y el dolor, ayudándola a volver al mundo real. Rechinó sus dientes ante la imagen de un Kang disparándole con un arma extraña en su reactor al tiempo que le maldecía por devolverlo a su tiempo al haberlo engañado.
Gritos, quizá suyos, luego el cielo haciéndose cada vez más lejano y los edificios más cercanos. Alaridos, rugidos, aullidos de dolor. Un doloroso chasquido. La lluvia tocando su rostro descubierto, acariciando por unos dedos temblorosos que esa voz amada le llamaba con desesperación. La castaña gimió de dolor, apretando sus brazos contra su pecho igual que sus piernas encogidas, mientras que Dumm-E y Butterfingers trataban de ponerle una frazada y Viernes le hablaba intentando de que saliera del trance. Steve Rogers mirándola con odio, desprecio. Esa mano izquierda sin la marca de un anillo de bodas, sin el más mínimo gramo de afecto por ella. Un hombre que simplemente la odiaba y ella se hacía odiar a propósito. Natasha llamó al rubio, pero no tuvo respuesta y se mordió con fuerza un labio hasta sangrarlo, temblando por el ataque de pánico que fue cesando, dejándola jadeante, agotada... tan infeliz. Tan sola.
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