Secretos
ANOMALÍA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel, Tierra 3490-MCU.
Parejas: Stony.
Derechos: a contar locuras nada más.
Advertencias: muchísimo angst, humor, violencia y escenas que pueden herir sensibilidades. Que sobre aviso mininesco no hay engaño felinesco.
Gracias por leerme.
***
Secretos.
I walked across an empty land
I knew the pathway like the back of my hand
I felt the earth beneath my feet
Sat by the river, and it made me complete
Oh, simple thing, where have you gone?
I'm getting old, and I need something to rely on
So tell me when you're gonna let me in
I'm getting tired, and I need somewhere to begin
Somewhere only we know, Keane.
-Ya te lo dije, puedo defenderme, Steve.
-Y yo ya te lo dije, Toni, no voy a dejarte sola.
La castaña rodó sus ojos con una bomba de chicle que tronó, caminando junto al Capitán por Queens en dirección a Hell's Kitchen. Después de la llamada de Logan, le comentó a Rogers sobre su encuentro en aquel barrio para llamar más fuerzas a los Vengadores, cosa que el rubio estuvo de acuerdo, pero no en dejarla ir sola por aquellas calles. Ambos vestidos aparentemente de incógnito, aunque para Stark era más bien parecer más sospechosos con sus gorras y lentes oscuros, sudaderas con chamarras y jeans. No discutió tales decisiones, porque la necedad de Steve por escoltarla la distrajo de ello. Un gesto que le pareció tierno como muy caballeroso, pese a que Toni sabía pelear como tener muchos trucos a la mano si alguno de los tontos de aquel sitio trataba de ponerle una mano encima. Al llegar al bar, ella se giró a su serio acompañante.
-Déjame entrar sola, Logan no es un hombre fácil de convencer.
-Pero...
-Quédate aquí. Hagamos esto: dame cinco minutos, si notas que no vuelvo puedes entrar a rescatarme cual Príncipe Encantador.
-Es peligroso Toni.
-Por eso voy sola -le bromeó ella, lanzándole un beso antes de empujar la puerta.
No había la cantidad usual de clientes, las cosas luego del chasquido de dedos de Thanos estaban lejos de volver a la normalidad. El miedo, la incertidumbre como la falta de respuestas tenían a los sobrevivientes en una histeria pasiva llena de miedo, pocos salían a pasear y tratar de rehacer sus vidas, muchos aún seguían ocultos en sus casas o en refugios improvisados. La castaña suspiró, metiendo los puños en el bolsillo delantero de su sudadera, caminando entre las mesas. En la barra, sentado en una esquina, vio a su objetivo. Sintió algunas miradas, no les hizo caso, contando en su mente los segundos que transcurrían antes de que un histérico Rogers hiciera acto de presencia. Sin más, se sentó a un lado de Logan, pidiendo también una cerveza, llamando la atención del hombre.
-Wow, sí eres Natasha Stark.
-Wow, sí eres Logan.
-¿Qué es lo que quieres?
-Recibiste mi mensaje ¿no es así? Por eso me llamaste.
Wolverine arrugó su nariz. -La escuela quedó hecha un caos, fue uno de los chicos que me hizo ver aquel detalle cuando dijo que su amigo no se había hecho cenizas.
-¿Algo en particular que hayas podido detectar?
-El aroma. Son claramente iguales incluso a mutantes, pueden imitar sus habilidades... pero el aroma... es diferente. Asqueroso.
-Logan, si vienes conmigo, ¿serías capaz de volver a detectar a un Skrull?
-¿Para qué? ¿Qué sucedería después?
-Lo eliminarías. Yo te cubriría para que pudieras lograrlo.
-¿A cambio de qué?
-Eres un Lobezno muy preguntón.
-Todo esto es extraño, que sepas de los Skrull es extraño, que seas Stark es extraño.
-Sospecho que hay un Skrull entre los Vengadores.
Logan bufó. -No seré tu verdugo particular.
-Si lo haces, puedo traer de vuelta a Jean y al profesor.
El mutante apretó su mandíbula, gruñendo ronco. -Cuida tu hocico.
-Para que yo pueda traerlos de vuelta, debo eliminar al Skrull espía. Una vez que sea así, te prometo que los volverás a ver.
-No lo tomes a mal, pero dudo que puedas conseguirlo.
-Oh, Logan, nunca subestimes el poder de una mujer determinada.
-¿Quieres que vaya contigo donde los Vengadores?
-Sí, pero no ahora. Te llamaré.
-¿Y simplemente me presento, detecto al Skrull, lo mato y salgo por la puerta?
-Básicamente. Puedes quedarte con los Vengadores, más te conozco lo suficiente para saber que eres un lobo solitario.
-Es realmente muy extraño que sepas tantas cosas.
-Pero no soy un Skrull o ya me hubieras enterrado las garras.
-Cierto. Lo único que me extraña de ti es la vibración de tu reactor en el pecho.
Natasha borró su sonrisa unos instantes, llevando una mano a su pecho cubierto por la sudadera. Se encogió de hombros, sacando unos billetes para pagar las cervezas que Logan ya había tomado como la que ella apenas tocó.
-Debo irme, tengo chaperone y me dio tiempo medido.
-¿Realmente puedes traerlos a todos de regreso?
-Sin el Skrull metido en mis asuntos, puedo hacerlo. ¿Lo pensarás?
-Tengo que buscar a Erik, así que no tardes en llamarme.
-Eres un amor -sonrió Toni, bajando de su asiento- Gracias, Logan.
Un gruñido fue su despedida, dejando atrás el solitario bar y reencontrándose con un muy celoso vigilante que ya miraba su reloj. La castaña rodó sus ojos, empujándole en juego al llegar a él.
-Listo.
-¿Lo convenciste?
-No me dijo sí, no me dijo no.
-Es un no.
-Es un sí, Logan jamás rechaza a una dama en peligro, solo hay que darle tiempo a que su orgullo se desinflame un poco.
-Ojalá sea un hombre de confianza.
-Te lo digo con reactor en la mano, Steve, si me dieran a elegir entre Logan o tú para guardar mis secretos, ese mutante tendría hasta los códigos de desactivación de mi armadura.
-¿Qué? -el rubio hizo una cara de ofendido, haciendo reír a Toni.
-Bueno, hemos terminado la misión, Capitán, volvamos al complejo.
-De hecho... -Steve desvió su mirada, tallándose la nuca- Estaba pensando que ya que andamos por aquí... así... quizá podríamos ir a Brooklyn... hay una pizzería...
-¿Estás invitándome a salir? -la castaña abrió sus ojos, muy sorprendida.
-No, no, bueno... es decir... sí, pero...
Una sonora carcajada brotó de Toni, tomando un brazo del rubio para enlazarlo con el suyo, señalando un tranvía que podría acercarlos.
-Vamos, Cap, Brooklyn nos espera y muero por esa pizza.
Natasha olvidó por un par de horas todos los agobios y problemas en su vida al disfrutar de una maravillosa pizza de pepperoni y otra de aceitunas con mucho queso, hablando de todo, hablando de nada con Rogers a quien hacía sonrojar de vez en cuando con sus palabras tan directas respecto a su físico. Probó una deliciosa malteada de vainilla con fresa, un pay de queso de receta casera. Todo en ese breve espacio donde solamente fueron ellos dos, simples seres humanos disfrutando de una comida en un barrio cualquiera como cualquier persona. Cuando estaban de regreso, Toni con un peluche que Steve le consiguió al encestar en el pequeño aro que la pizzería tuvo, es que recibieron un mensaje de Romanoff: Carol y Thor habían vuelto.
Casi corrieron para llegar, la castaña no pudiendo evitar abrazar al Asgardiano en cuanto lo vio en la sala principal. Lo cierto era que todos estaban aliviados, felices y con muchas esperanzas. La Capitana Marvel tenía en sus manos un dorado y reluciente guantelete. No tenía las Gemas del Infinito porque Thanos había huido con ellas, pero Shuri junto con Bruce ya habían hablado con ella sobre la posibilidad no tan descabellada de usar el universo cuántico para viajes a tiempos paralelos, usando la información que Scott recobrara al volver de aquel microverso, y así robar las Gemas antes de que el titán las hubiera conseguido. Podrían devolver el universo a su estado natural antes de que chasqueara los dedos, podrían salvar vidas que se hubieran perdido. Todos estaban realmente emocionados y Toni solamente sonrió, apretando una sonrisa sin contrariarles.
-Por supuesto, no podemos olvidarnos de Kang -comentó Carol luego de felicitaciones, ideas, abrazos y bromas- En nuestro viaje supimos que también ha estado rondando el planeta donde Thanos estuvo, así que es otro más buscando las Gemas.
-Querrá dominar al universo ahora que está débil, él no querrá que vuelva a su forma original.
-En efecto, Steve, por eso debemos darnos prisa. Señorita Stark, Alteza, necesitamos sus mentes trabajando.
-Pues adelante -respondió Natasha, llamando a la jovencita.
-¿Dónde conseguiste ese osito tan bonito? -preguntó Shuri.
-Steve lo ganó para mí.
-Wooooo.
-Vamos, reina de Wakanda, tenemos trabajo por hacer.
La espía rusa miró con curiosidad al Capitán Rogers, aguantando una sonrisa al verlo mecerse en un pie y otro tratando de explicar por qué había conseguido el osito. Scott negó, palmeando su espalda, hablando de preparar la cena mientras las mentes maestras se dedicaban a trabajar. Todos estaban animados con la llegada de Carol y Thor, un sentimiento que les duró hasta el día siguiente apenas al despuntar el alba cuando Friday les anunció una nueva avanzada de androides justo ahí en Nueva York. Los Vengadores salieron a enfrentarles, teniendo unos ligeros problemas porque ahora los robots se escabulleron por los túneles del metro, usando algunos que estaban ya en desuso. No fue una larga persecución, sin embargo, los androides parecían querer llevarlos metros bajo el suelo. Eso lo notó la castaña, mirando el mapa de los túneles cuando entró por una estación.
-Toni, háblame.
-Steve, hay algo extraño.
-¿Qué es?
-No están tomando rutas aleatorias, todos los túneles por los que ustedes están llevan a un mismo punto: al río Hudson.
-¿Trataran de sepultarnos bajo el agua?
Stark entrecerró sus ojos. -Eso parece.
-Escucho tu plan.
-Salgan de ahí, voy a cerrarles el paso, cuando noten que no los persiguen vendrán a ustedes. Shuri, ¿estás escuchándome?
-Fuerte y claro, Toni.
-Entra al sistema de control del subterráneo, clausura todos los accesos que voy a enviarte. Abre las compuertas superiores.
-¿Ahogarás a unos androides?
-Los haré enojar.
Toni contuvo su aliento, observando en sus monitores como la joven obedecía sus órdenes, miró sus manos y luego al túnel a un costado suyo.
-¿Lista, Friday?
-"Sí, Jefa."
-Abre el acceso para Logan.
Interviniendo las redes que Shuri estaba manipulando, la castaña dejó aislados a los androides con Wolverine. No podrían detectarle, le había dado un traje especial para ello. Natasha salió de ahí, volando hacia el río Hudson para esperar por Logan cuando saliera una vez que el agua hubiera inundado los túneles, llevándole a una orilla.
-¿Todo en orden?
-¿Cómo sabías que eran Skrull?
-Kang no está aquí... todavía. ¿El aroma es el mismo?
-El mismo. ¿Aún quieres que haga eso? -el mutante gruñó un poco con sus garras fuera todavía, manchadas de sangre verde- ¿Cómo sé que cumplirás tu promesa?
-Si no lo hago, tienes mi consentimiento para matarme.
-No tiene caso, estás muriendo.
Toni chasqueó su lengua, cubriendo su rostro y elevándose en el aire.
-Espera mi llamada. ¡Y gracias!
-Gracias por encontrar a Júbilo y Erik.
Los Vengadores ya le buscaban, se topó con Carol en el aire quien respiró aliviada al verla sana y salva sin heridas aparentes. Una vez que devolvieron los túneles a su estado normal, regresaron al complejo para revisar aquel ataque tan distinto en estrategia. Mientras lo hacían, la castaña no pudo evitar el mirar a todos alrededor de la gran mesa donde las pantallas desplegaban videos y grabaciones, además de datos. No podía evitar el estimar aquellos rostros que eran familiares, pero al mismo tiempo no, le dolía tener que desaparecer uno de ellos. El Skrull infiltrado. Steve notó su mirada, haciendo un gesto discreto de duda que ella negó, volviendo su atención a la discusión. Tuvo que dejarles al recibir una llamada de Susan Richards.
-Hola, ¿sucede algo?
-Toni... ¿puedo hablar contigo en privado?
-Esta línea...
-Preferiría que fuese de frente.
-Oh, entiendo, claro, dame una hora y nos veremos en la cafetería donde siempre me compraban mis donas. ¿Qué te parece?
-Ahí te veré.
Al girarse para volver a la sala, se encontró con Nébula mirándole fijamente.
-¿Hola?
-¿Qué estás ocultando?
-¿Yo...? Nada.
-Es mentira -Nébula se le acercó, clavando su mirada dura en ella- Hay algo que no quieres decirle a los demás.
-No, de hecho no.
-¡No mientas!
Toni suspiró hondo. -Nébula... okay, es lo siguiente, pero nadie lo debe saber. Hay una alta probabilidad de que si usan el Guantelete del Infinito no traerán a la vida a Gamora o a Loki.
-O a Tony.
-También. No son Gemas tan poderosas, y eso es un problema. Varios pueden manipularlas. Lo mejor para evitar todos los problemas, es que quien use el guantelete, pueda no solo controlarlas, también volverlas a ocultar en recipientes. Todo eso regresando a este universo a su momento antes del punto de quiebre.
-Quieres usar el guantelete.
-No lo tomes a mal, Nébula, pero ya no lo hice antes. Sé lo que es ese poder. Los demás no.
-Un riesgo muy alto. Puedes morir y me suena a que deseas hacerlo.
-Claro que no -bufó la castaña de forma fingida- Ahí te equivocas.
-Tus ojos dicen otra cosa.
-Escucha, es un plan, ¿de acuerdo? No es que vaya a hacerlo y ya. Cuando llegue su momento todos lo sabrán, pero ahora quiero que seas mi confidente para que no se sepa nada.
Toni respiró aliviada cuando Nébula aceptó, aunque a regañadientes. Aún no podía decirles, todavía no. Y ni siquiera estaba segura de que pudiera decirles. Fue lo mismo con Susan que había visto los resultados de sus pruebas con los Porta-porta y se rehusaba tajantemente a que la castaña los usara en sí misma para volver a su mundo. Afortunadamente pudo distraerla del tema, prefiriendo su ayuda para cocinar una cena para los Vengadores, una reunión antes de que se embarcaran en su siguiente misión, que era viajar en los reinos cuánticos para obtener las Gemas del Infinito. Terminó con varias servilletas que guardó con cuidado pues contenían las recetas secretas de Susan Richards para una cena perfecta. Con eso, la castaña regresó al complejo, no sin antes pasar por unas hamburguesas que llevó para todos, alborotando los ánimos cuando el aroma inundó la sala donde estaban reunidos, charlando de temas banales.
Fue a su recámara en la madrugada cuando terminaron de corretearse por todo el complejo en una súbita guerra de pistolas de espuma con sabor a frutas. Soñó con su propio mundo, ese espléndido día cuando llegó en su armadura a la iglesia bajo la expresión de infarto de Steve, a quien le jugó esa broma de ir así hasta el altar. Janet tenía su vestido ya listo, riendo al escuchar los regaños del Capitán que luego se transformaron en suspiros de amor cuando la vio caminar desde la puerta hasta donde él esperaba, escoltado por Bucky, Barton, Hank, Thor y Bruce. Aún podía recordar el aroma de las flores que adornaban la iglesia, la sensación de los rayos de luz atravesando los hermosos vitrales renacentistas sobre su piel cuando Steve levantó su velo para darle ese beso que sellaba la ceremonia, todos los héroes estallando en gritos y aplausos.
Toni despertó de golpe, con un jadeo pesado y lágrimas en los ojos que se talló con un puchero, sentándose contra el respaldo de la cama para esconder su rostro en el hueco de sus brazos al recoger sus piernas. Se permitió sollozar un poco, saltando de la cama hacia el baño para lavarse el rostro y decidiendo ir a la cocina en busca de un vaso de agua para distraerse. Cosa curiosa fue encontrarse con Steve tomando una taza de café. La castaña iba a darse media vuelta más esta vez recordó ese oído superfino que seguramente ya la había escuchado, así que, arrastrando los pies, entró a la cocina en silencio, pero mirando atenta al rubio en tanto buscaba un vaso que llenó de agua y bebió casi en un solo trago, rellenándolo de nuevo y casi terminándolo. Se talló un pie contra el otro por encima del pijama, mordiéndose un labio al pensar bien la pregunta que estaba por hacer, entre curiosa y preocupada.
-¿Pesadillas?
-Desde que desperté del hielo. Aunque ahora... también hay otras cosas. ¿Pesadillas también, cierto?
Natasha se sentó al lado del Capitán, olfateando el café que se le antojó. Rogers sonrió apenas, ofreciéndole su taza.
-Anda, apenas si lo he tocado.
-¿Qué sueñas? -quiso saber ella, tomando la taza de inmediato.
-Lo doloroso de caer en el hielo... a Peggy... a Tony.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-De todos modos lo harás -rió bajito el otro.
-¿Nunca te sentiste atraído por Tony?
Steve se irguió sobre el banquillo, desviando su mirada. -Él...
-No pregunté por él sino por ti.
-Estaba con Pepper.
-Responde a la pregunta con un sí o un no.
-... sí -murmuró el Capitán, mirándole ahora- ¿Tú que sueñas?
-Vietnam, cuando me capturaron, todo lo que me hicieron -la castaña se encogió de hombros, meciendo sus pies que observó- Mi pelea con Kang...
-¿Él te lastimó mucho?
-No es algo que desearía repetir. ¿Te hubiera gustado estar en una relación con Tony?
-¿Qué? No lo sé, sinceramente no lo sé. Es decir...
-¿No tienes problemas con eso de los géneros, o sí? -Toni le miró fijamente, bebiendo de la taza.
-Bueno, no es eso -tosió el rubio, sonrojándose.
-¿Todavía eres virgen?
-¿Qué?
Natasha casi escupió el café al ver la expresión del Capitán Rogers, dejando la taza para limpiar su boca con sus dedos, parpadeando atónita. Steve entrecerró sus ojos, claramente ofendido y a punto de ponerse de pie. La mano de la castaña le impidió marcharse.
-Lo siento, no quise ofenderte.
-Está bien.
-No, no lo está. Estás enojado.
-Estoy bien.
-No serle sincero a un Stark ha sido la causa de tus desgracias, Steve.
-¿Tú estás siendo sincera conmigo?
-¿A qué te refieres?
Steve abrió su boca y la cerró, gesto que repitió un par de veces antes de formular su observación.
-Sé que estuviste casada con un Steve Rogers en tu mundo. La marca en tu mano del anillo... entre otras cosas me lo hicieron ver.
Toni se quedó mortalmente seria, luego simplemente ofreció una de sus tantas sonrisas ensayadas, pero desviando su mirada al tomar de nuevo su taza con ambas manos, cruzando sus piernas.
-¿Te hago sentir incómodo?
-No, Toni, no. Pero si necesitas hablar...
-Tú no eres mi esposo.
-Me parezco a él.
-Exacto, solo eso. Te pareces.
-No reacciones así, por favor, lo siento, ¿de acuerdo?
-¿Por qué es de relevancia ese dato para ti? ¿Acaso eso te ayudaría a resolver tu conflicto sobre lo que significó Tony para ti?
-Toni...
-Estoy bien, no voy a quebrarme.
Steve dejó caer sus hombros. -Has vuelto a poner tus defensas en alto. Solo quería mencionarlo porque me duele verte así, cuando me miras y yo no puedo... -se mesó sus cabellos, desesperado- Todas las personas que he amado se escapan de mi vida, terminan muertas u odiándome. Me siento solo... cansado de ello.
-No estás solo -la castaña se volvió, jugueteando con la taza vacía.
-Ahora me odias en verdad.
-No es cierto.
-Lo es.
-Steve, no es así.
-Te enojó lo que dije sobre el anillo y él.
-... no.
-Sí.
Toni rodó sus ojos, dejando la taza a un lado y poniéndose de pie al acercarse a Steve, quien le miró con el ceño fruncido.
-Duele, Steve. Sí, pero eso no me hace odiarte o que no podamos ser amigos. Soy una mujer adulta, y aunque no lo parezca, soy madura. Un poquito. Lo suficiente para que tengamos una convivencia sana y...
Tres cosas pasaron. La primera fue que la castaña enmudeció cuando Rogers le sujetó por los hombros y le plantó un beso desesperado. La segunda, cuando ella resbaló de sus brazos al caer por el dolor en su reactor que se dispersó por todo su pecho, robándole el aliento. La tercera fue la alarma del complejo activándose al detectar una intrusión en el planeta. Thanos había vuelto a la Tierra y estaba buscando a los Vengadores.
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