Lágrimas
ANOMALÍA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel, Tierra 3490-MCU.
Parejas: Stony.
Derechos: a contar locuras nada más.
Advertencias: muchísimo angst, humor, violencia y escenas que pueden herir sensibilidades. Que sobre aviso mininesco no hay engaño felinesco.
Gracias por leerme.
***
Lágrimas.
We crossed the line
Who pushed who over?
It doesn't matter to you
It matters to me
We're cut adrift
We're still floating
I'm only hanging on
To watch you go down
My love
So Cruel, U2.
Al tercer día de la partida de la Capitana Marvel con Thor, los Vengadores se reunieron en el mismo punto donde ellos habían sido llevados por el Bifrost, esperando que llegaran. Conforme pasaron los minutos, y luego se convirtió en una hora, todos comenzaron a inquietarse, intercambiando miradas recelosas que no tenían palabras que los acompañaran. Fue Scott quien se atrevió a sugerir que esperaran en la salita que daba al jardín, desde ahí los verían llegar. Pero las horas fueron pasando hasta que el sol desapareció y vino la noche sin que ambos aparecieran. Los ánimos que en un principio eran jubilosos se tornaron sombríos, no había muchas esperanzas en ellos luego de lo sucedido con Thanos, así que pensaron en lo peor, aunque trataran de hacer las más mínimas bromas al respecto. Natasha se disculpó, retirándose a su edificio en donde se puso a trabajar en sus Porta-porta sin querer pensar en un Asgardiano o una Capitana muertos a los pies de un titán.
-"Jefa, tiene una llamada del Doctor Richards."
-En altavoz.
-¿Toni? ¿Estás bien? No he registrado ningún portal Asgardiano.
-Porque no han llegado, Reed. No aparecieron.
Se hizo un breve silencio en la línea antes de escucharse ahora la voz de Susan.
-No pierdan la fe, Toni. Ellos volverán.
-¿Y si no? Hemos perdido dos guerreros poderosos.
-Es probable que estén retrasados -habló Reed- Sabes que por muy bien planeado algo, siempre hay variables externas que modifican cualquier estrategia.
-Voy a enviarte los datos de una nueva prueba.
-Toni, debes dormir -Susan se escuchó preocupada.
-Lo haré en cuanto termine esto, Susan.
Al final, la castaña terminó dormida luego de pelearse con todos y con nadie al mismo tiempo porque una vez más, esos Porta-porta funcionaban de maravilla si incluso ponía un cactus que había comprado para las pruebas. Pero en cuanto ella tocaba ese campo, se desestabilizaba y explotaba los dispositivos. Dos días después, aparecieron otros androides en Shangai. Eran muy pocos, las fuerzas de Wakanda que Shuri envió pudieron con ellos sin bajas ni daños que lamentar. Era algo muy inusual para los movimientos de Kang. En los laboratorios del complejo, Bruce estaba muy entretenido analizando los restos de aquellos robots con la ayuda de la joven y de Toni, quien apareció a mediodía. Lo único que deseaba era corroborar lo que anteriormente ya sabía, que era la composición y funcionamiento de esos androides.
-Se mueven como abejas, es el tipo de comportamiento que tienen.
-Solamente el que es el guía tiene circuitos refinados, los demás parecieran hechos como en fábrica -opinó Shuri.
-Carne de cañón, no llegan para ganar, están comprobando las defensas de la Tierra, ya se los dije.
-Pero éstos de Shangai tienen algo en particular -Bruce mostró una pantalla azul- Traen consigo cápsulas de recolección. Y varias de ellas estaban llenas con las cenizas remanentes... de los demás.
-¿Crees que Kang está calculando el daño que hizo Thanos? -preguntó Shuri a la castaña- ¿No debería saberlo ya?
-No si es un Kang que no pertenece a este universo.
Tanto Bruce como Shuri se quedaron boquiabiertos. Toni desvió su mirada, picando con un tornillo uno de los restos robóticos.
-No sólo calcula el daño, investiga qué puede hacer para revertirlo o repetirlo a su antojo. Y no dudo que considere en buscar al titán para algún tipo de alianza que le convenga.
-Todos vamos a morir -bromeó la joven reina, aunque no reía.
-Lo dudo, tanto a Thanos como a Kang adoran el poder absoluto sin compartir. Competirían por el guantelete o cualquier cosa. Estoy suponiendo más bien que Kang también intentará arrebatarle las Gemas a Thanos... porque si es el mismo Kang que yo conozco, sabe igual que yo que estas Gemas son diferentes, las que ambos hemos experimentado no tienen esa clase de efecto.
-¿Crees que realmente Kang se una a Thanos? -preguntó Banner.
Natasha negó, apretando sus labios y cambiando el tema. Había algo en el nombre de Kang que le producía un dolor en el pecho ajeno a su reactor. Enfrascada en los análisis como en revisar el Hulkbuster entre otras cosas, no se percató cuando se quedó sola o Shuri le dejó una bandeja con cena antes de marcharse. Comió lo que había mientras trabajaba de nuevo en sus Porta-porta, concentrada en los circuitos hasta que escuchó las puertas del laboratorio deslizarse, dejando pasar a Steve, en pijama. La castaña miró hacia el reloj, notando que ya era de madrugada, un par de horas más faltaban para que amaneciera. El Capitán jaló un banquito cerca de ella, sentándose en silencio sin estorbar su labor, aunque ella lo dejó, observándole a su vez con ese mismo mutis.
-¿Sucede algo?
-Quería hablar contigo.
-Uh, oh. Esto suena muy serio.
-Lo es -el rubio asintió, acomodándose mejor- Toni... sé que te he dado una mala imagen sobre mí, que no soy...
-No, no lo eres ni lo serás. No te disculpes por lo que no tienes.
-He tratado de mantener mi promesa a quienes confiaron en mí. Sé que he cometido errores, pero ya no quiero vivir tampoco en el pasado.
-Te diré algo. El problema con ustedes es que por alguna misteriosa razón que no alcanzo a comprender, han cometido errores muy serios que jamás redimieron correctamente. O simplemente los olvidaron como si mentirle a Tony Stark por años hubiese cambiado el hecho de que el Soldado de Invierno asesinó a sus padres. No estoy ya reprochándotelo, comprendo tus razones para los Acuerdos de Sokovia y todo lo que hiciste, simplemente no lo acepto.
-Al menos estamos entendiéndonos -sonrió Rogers con tristeza.
-Ustedes tienen súper poderes, son superiores a los humanos ordinarios. Sin embargo, eso no implica que estén por encima de la ley o el respeto entre sociedades. Mira, es como este rey Leónidas de los espartanos. Si se hubiera comportado como tú, se lleva a su gente a pelear contra los persas y ganaba, a costa de haber desobedecido la ley que él mismo protegía, bajo la cual su reino estaba prosperando. Le costó la muerte. Sí. No puedes controlar a los idiotas. Pero alzarte por encima de los demás simplemente porque estás decepcionado o rabioso... es algo más personal que una decisión que un héroe como tú pueda tomar. Yo sé que estuvo bien, yo sé que en su momento tomaste las decisiones que te parecieron correctas. Es que a mí simplemente no me cabe en la cabeza que, por un instante, Steve Rogers prefiera una sola vida frente al resto del universo y su futuro. ¿Has hecho el ejercicio de mentalizarte hablando con tu yo debilucho pero soñador de Brooklyn de los años 40? ¿Qué te diría si le contaras?
-Probablemente que fui un idiota -el rubio torció una sonrisa.
-No le faltaría razón -Toni dejó las herramientas, levantando sus gafas de protección a su cabeza para mirarle- Pero también creo que te felicitaría. Como dije, estuvo bien. Si fueses cualquier persona. Más no lo somos, nunca lo seremos. Somos el cisne blanco que se pasea por el lago muy lejos del alcance de cualquier mano pero que es alabado hasta su muerte, sin nunca poder tocar la orilla ni ser considerado normal. Así nosotros, todos los que un día nos despertamos con la firma idea de proteger y cambiar al mundo como lo hicimos ya sea por un suero o un reactor en el pecho. No he dejado de pensar que quizá si le hubieras dicho la verdad a Tony, él te hubiera ayudado a esconder a Bucky hasta liberarlo, claro luego del berrinche. Y tal vez, es solamente una sospecha, tal vez ahora tuvieras a tu amigo a tu lado.
-¿Crees que su desaparición no fue fortuita como la de los demás?
-Thanos es todo menos idiota. En su juicio, la mitad del universo que debía desaparecer eran las personas o seres por los cuales los caminos habían terminado mal. Wanda, Visión, T'Challa, Sam Wilson, Bucky Barnes, Hank Pymm, Janet Van Dyne, Hope... Laura Barton, Cassie Lang. Pensarás que estas dos son inocentes, pero por ellas un esposo y padre tomaron decisiones que luego tuvieron una serie de consecuencias directas. Como Ultrón, me sorprende que no hayan detectado que su maldad provenía de su original creador, Thanos, no de unos bits humanos programados por dos simples mortales que solo fueron sus títeres. ¿Entiendes lo que trato de decirte?
-¿Por qué no desaparecí yo en tal caso?
-Porque Thanos debió percatarse de tu agonía y búsqueda de redención.
-Ese juicio del que hablas suena muy cruel.
-Cuando debes hacer las cosas que son correctas, las valoraciones personales no tienen intervención alguna.
-¿Estás defendiendo a Thanos?
-Estoy diciendo que aún te falta por madurar en eso, en tomar las decisiones más difíciles que traerán lo justo, lo correcto, aunque tú no vuelvas a dormir jamás.
-Un precio alto.
-¿Qué el Capitán América ya no quiere pagar?
Steve rió bajito. -No puedo ganarte ningún argumento, ¿cierto?
-Más bien comienzas por la puerta equivocada, dime, ¿qué es lo que tratas de decirme en realidad?
-Sé que hice mal con Tony -el Capitán miró al techo, apretando un puño- Sé que debí confesarle la verdad en cuanto lo supe, que no debí juzgarle por sus decisiones, por tratar de mantenernos a salvo de las garras de la burocracia. Hoy recuerdo con pesar su reclamo de que Howard nunca le prestó atención porque siempre tuvo su atención en mí. Tony conocía una figura impecable que le falló de la manera más horrible.
-Es una patada en los huevos que tu padre prefiera a un muerto que no está muerto a su propia descendencia. Y luego que veas al muerto no muerto reclamarte porque no eres moralmente correcto, que no has hecho lo justo y un Sokoviano rencoroso te muestre que ese hombre perfecto es más vil y traicionero que tú. Puede doler, Steve. Puede matar.
-Tony se fue a luchar a Titán por mi culpa.
La castaña se giró a él, hablando casi en susurro. -Si me estás preguntando los porqués, te diré que es probable que lo hiciera porque tú le hiciste sentir en Siberia que nunca fue digno de tu confianza ni de tu amistad... o cariño -ella negó apenas, desviando su mirada- Al no significar nada para ti, recibiendo una inútil carta que no decía nada, quiso hacer lo que Howard le dejó impregnado en lo profundo de su ser: esforzarse por ser digno, aunque eso le costara la vida. No fue tu culpa, Steve, es que...
-Jamás nadie le dijo que era tan valioso y digno -Steve tragó saliva- Y esperaba escucharlo de mí, pero lo único que hice fue destruir ese sueño, ¿no es así?
Toni volvió su rostro hacia el Capitán al verlo llevarse una mano a sus ojos, le dolió profundamente el notar sus lágrimas. Ella apretó sus puños, inclinando su rostro por unos segundos antes de levantarse casi en un brinco para abrazarlo, acariciando sus cabellos. Un movimiento muy estúpido, muy ilógico pero que su ser ya no pudo reprimir. No había otra cosa en el universo que pudiera doblegar el orgullo y dureza de Natasha Stark que las lágrimas de Steve Rogers. Su único punto débil que Kang el Conquistador había usado en su contra. Los brazos del rubio rodearon de inmediato su cintura antes de echarse a llorar contra su pecho donde se escondió, sollozando el nombre de Tony Stark mientras la castaña le apretó, cerrando con fuerza sus ojos sin decirle nada, permitiendo que se desahogara todo lo que quería, cepillando esos mechones dorados. Iba a lamentarlo, se dijo, en el corto plazo, más se permitió por ese breve espacio el poder consolar esa figura que le era tan querida. Steve se calmó, agradeciendo con una sonrisa cálida el que hubiera hecho eso, bromeando con que ya debería irse a la cama para levantarse temprano igual que ella, mientras se ponía de pie.
-Gracias... de nuevo.
-Ellos van a volver, Thor me lo prometió.
-Y cumple sus promesas -asintió Rogers, tomando una de sus manos que luego soltó, como arrepentido del gesto que iba a hacer- Duerme, Toni.
-Necesito terminar de ensamblar las nuevas piezas del Hulkbuster. Dormiré cuando termine.
-Okay, le diré a Rocket que no te moleste. En verdad, gracias. ¿Podemos ya ser amigos?
Natasha bufó con una sonrisa. -De acuerdo, campeón. Ahora vete, tienes que recuperar tu virilidad perdida en este espacio.
-Siempre tan linda. Eso me gusta de ti.
-Buenos días, Capitán.
Ella no tenía que armar nada, se quedó mirando a la nada reordenando sus pensamientos en la búsqueda a la pregunta del por qué demonios había hecho lo que había hecho. Miró su mano izquierda donde una vez portara orgullosa su anillo de bodas. Había aparecido en el callejón sin ese hermoso y dorado anillo, no lo había perdido porque lo buscó por todo el sitio, tenía un rastreador además por alguna emergencia. Nunca lo encontró, no al menos en ese mundo. Aquello significaba dos cosas: la primera, que podría encontrarse en su propia realidad lo que levantaba otras preguntas; la segunda, que en su viaje a ese universo su anillo se perdió en alguna otra dimensión. De cualquier forma, su precioso objeto perdido no daba la respuesta necesaria a ese abrazo súbito, aunque correspondido al Steve Rogers tan ajeno a la castaña.
Luego de esas cavilaciones que le tomaron las horas restantes en que el sol apareció por unos ventanales, Toni decidió irse a dormir luego de robarse una dona. Para cuando despertó le esperaba una enorme sorpresa, más no inesperada. En el complejo se encontraban Sharon Carter para hablar sobre la necesidad que tenía el gobierno de los Estados Unidos de volver a crear SHIELD porque la situación con las personas desaparecidas estaba creando un caos incontrolable en todos los aspectos de la sociedad. Se requería de un brazo de soporte vigilando no solo al país sino al resto del mundo. Wakanda no podía ayudarles tanto. Comiendo uno de esos sándwiches que a Rocket se le daban tan bien, Natasha solamente estaba arrinconada en un sillón escuchando lo que la Agente Carter decía, apoyada por Everett Ross, quien luego llegó también.
-¿Quién va a dirigir SHIELD? -quiso saber Romanoff, luego de escuchar la propuesta.
-Bueno, me parece que la Agente Carter tiene las credenciales necesarias para tomar la dirección de la organización -respondió tranquilamente Ross, mirando a la joven rubia.
-Sin duda, puedes hacerlo -sonrió Steve a la chica.
Toni arqueó una ceja, observando el intercambio de gestos entre el Capitán y la Agente, terminando su sándwich en silencio inusual para ella. Los Vengadores apoyarían a SHIELD en las misiones más duras o éste daría la información como recursos que requirieran para trabajar. No venían con las manos llenas, ya Nicholas Fury les había informado de Carol Danvers, igual de extraterrestres ocultos entre los humanos que habían sido prácticamente imposibles de rastrear por su capacidad de imitar a la perfección a cualquier ser, incluyendo sus poderes de tenerlos. Los Skrull. Las deliberaciones entre todos siguieron, pero la castaña ya no prestó atención, pensativa respecto a la manera en cómo estaban enterándose de algo tan peligroso, mirando a los Vengadores. ¿Quién podría negarle la posibilidad de considerar que entre todos los sobrevivientes no existiera un Skrull haciéndose pasar por uno de ellos?
-... ¿Natasha Stark?
Respingó al escuchar su nombre, volviendo a la realidad. Sharon y Everett le observaban como si le hubieran salido de repente tres cabezas.
-¿Qué?
-Creo que Fury no les dejó en sus memos que ella apareció -rió el mapache.
-Cuando escuchamos que Industrias Stark se había recuperado... creímos que era alguien haciéndose pasar por un miembro de la familia.
-Qué chiste más viejo.
-¿Cómo dices que llegaste? -quiso saber Sharon.
-¿No lo sé? ¿Sólo aparecí aquí?
-Una Stark -Ross entrecerró sus ojos.
-¿Salto cuántico? -insistió la rubia.
-No deja de trabajar con... Reed Richards -acusó Barton.
-¡El Doctor Richards está trabajando contigo! -exclamó la agente, asombrada y ligeramente indignada al parecer.
-¿Qué? ¿Nunca han trabajado antes con él? Tiene una torre bastante vistosa a la que todos pueden llegar.
-Richards siempre se ha negado a cooperar con nosotros -aclaró Sharon.
-Pues como no, han hecho de lo simple complicado y de lo complicado una mierda imposible de lavar.
-Toni -Steve le dedicó una mirada.
-Estoy tratado de volver a mi mundo, si no les molesta -bufó ella, mirando a Everett- ¿Qué? ¿Sólo por ser Stark ya me van a acusar de que el mundo esté hecho un caos? Recién acabo de llegar y resulta que ya tengo la culpa de recuperar el legado de Tony Stark, pagar los gastos de esta iniciativa como los de SHIELD porque los fondos de su proyecto no vendrán de los árboles, queridos. Tengo las facturas por si quieren saber.
-Tiene su carácter -Ross se volvió al Capitán quien suspiró.
-Las cosas han sido difíciles para todos. Más para Toni.
-Si eres Stark, ¿en tu mundo no existe un Anthony Stark? -Sharon estaba más intrigada.
-Yo soy él en mi mundo.
-¿Entonces eres...?
-Ironwoman, sí. Filántropa, empresaria, genio, chica valiente, Vengadora.
-Esto es extraño.
-No tanto, Sharon. En el mundo cuántico las caras de una realidad pueden ser muy variadas -explicó Shuri con una sonrisa- Se lo explicaba a mi hermano antes de...
-¿Osea que en una realidad yo puedo ser un guapo actor? -bromeó Rocket.
-Espero que podamos contar con su ayuda, Señorita Stark.
-Claro, Señor Ross, solamente no me trate como si fuese una criminal porque me voy a enojar y su pensión desaparecerá.
-¿Será posible recibir el apoyo del Doctor Richards?
-No.
Scott se llevó una mano a su boca para ocultar su sonrisa, igual que Shuri quien apretó sus labios tratando de no reírse. Después de otras preguntas, aquella reunión improvisada terminó. Todos se levantaron para despedir a Carter y Ross. Sharon se despidió con un beso en la mejilla del Capitán con una mirada muy interesada de Toni, tamborileando sus dedos sobre un brazo del sillón hasta que Nébula le detuvo. Se hizo otra reunión en los laboratorios, pero la castaña no fue, cazando prácticamente a Rogers en un pasillo para hablar con él a solas.
-¿Si recuerdas que Carol dijo que ambos éramos los líderes, verdad?
-Sí.
-Bueno, para la siguiente vez que tomes decisiones, consúltame.
-Oh... bueno, creí que...
-Está bien, necesitamos a SHIELD, más no me ignores, Steve. Tú ya no quieres repetir los mismos errores, bueno entonces comienza por aceptar que yo también puedo tomar decisiones.
-Lo siento, no quise ofenderte. Yo...
-Estás muy acostumbrado a que el mundo te alabe y obedezca. Yo te perdono la ofensa, pero donde lo vuelvas a hacer te voy a abofetear.
Steve levantó sus manos en son de paz. -Suficiente tuve con la pelea.
-Tengo una pregunta.
-Adelante.
-¿Estás saliendo con Sharon Carter?
-¿Qué...? ¿A qué viene eso?
Natasha alzó su mentón, tensando su cuello y apretando sus labios por unos segundos. Luego, puso su mejor expresión de indiferencia jocosa.
-Vamos, estoy jugando. Quería preguntarte si puedo saltarme la junta con Shuri y Bruce. Estoy realmente cansada y quiero dormir otro poco. Viernes puede grabar todo para mí y luego lo veo. ¿Sí? ¿Sí?
-Adelante. Prefiero que descanses. Y comas.
-Sí, mamá. Entonces iré a descansar, gracias.
El rubio se quedó quieto cuando ella se dio media vuelta. Cuando Toni estaba por dar vuelta en la esquina del pasillo que daba a las recámaras, le llamó.
-¿Toni?
-¿Sí?
-No estoy saliendo con Sharon Carter.
-Hey, no es mi asunto, ¿de acuerdo?
-De todos modos, quiero responderlo.
-Capitán Buenos Modales. Luego te veo.
-Espera, Toni -Rogers le alcanzó, cruzándose de brazos- Hoy me toca cocinar. ¿Quisieras algo en particular?
La castaña casi dejó caer su mandíbula, usando toda su entereza y maña Stark para no hacerlo, aunque sus ojos mostraron un brillo particular que no pudo disimular al responder.
-Esa tarta de queso. Te queda muy bien.
-Dalo por hecho. Quién sabe y cuando despiertes, Carol y Thor han vuelto.
-Oh, que el Tribunal Viviente te escuche, Steve Rogers.
-¿Quién?
-Am... nadie. Diosito. Así le llamó yo.
-Oh, descansa, Toni.
-Gracias, Steve.
Natasha fue a su habitación rascándose la nuca. En las últimas horas le habían sucedido las cosas más extrañas y no estaba entendiendo muy bien el por qué. Tampoco deseaba que eso pasara porque ya lo había vivido. Esos cauces habían terminado en algo que no quería recordar porque dolía, haciéndose la firma promesa de que mientras estuviera en aquel mundo no iba a pensar en ello para no desesperar. Tumbándose en la cama mientras le pedía a Viernes que grabara la reunión de los geniecillos en el laboratorio, ella cerró sus ojos con un suspiro, bien dispuesta a dormir cuando su celular sonó en esos precisos instantes. La castaña refunfuñó, haciendo pataletas infantiles antes de buscarlo en su pantalón y ver un número desconocido. Con una ceja arqueada, se decidió a responder, aún boca abajo con una mejilla hundida en una mullida almohada.
-Stark.
-Te veo en diez minutos en Hell's Kitchen.
-¿Logan?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top