Caída
ANOMALÍA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel, Tierra 3490-MCU.
Parejas: Stony.
Derechos: a contar locuras nada más.
Advertencias: muchísimo angst, humor, violencia y escenas que pueden herir sensibilidades. Que sobre aviso mininesco no hay engaño felinesco.
Gracias por leerme.
***
Caída.
Well, maybe I'm a crook for stealing your heart away
Yeah, maybe I'm a crook for not caring for it
Yeah, maybe I'm a bad, bad, bad, bad person
Well, baby, I know
And these fingertips
Will never run through your skin
And those bright blue eyes
Can only meet mine across the room filled with people that are less important than you
All 'cause you love, love, love
When you know I can't love
You love, love, love
When you know I can't love
You love, love, love
When you know I can't love you
Love, Love, Love. Of Monsters and Men.
Tierra 3490.
-¡Ironwoman! ¡Toni! ¡TONI!
Solo tuvo una ligera sensación de mareo cuando estaba cayendo, luego todo fue demasiado difuso porque su mente estaba alterada por aquel aro que funcionaba como portal dimensional del cual Kang El Conquistador estaba obteniendo energía para molerlos a golpes. Jamás pensó que la energía fuese tal que su reactor ya no pudo liberarse, terminando enlazada a un espacio tiempo retorciéndose en sí mismo como una dona si la comparación graciosa pudo caber en un momento tan desastroso y trágico como estrellarse contra el concreto de la Quinta Avenida. Una marea de ideas se revolvió en la mente de Natasha, perdiendo noción de cuanto tiempo pasó entre su caída y los brazos de Steve meciéndola con ansiedad mientras llamaba su nombre con dolor una y otra vez. La lluvia cayendo sobre su rostro le ayudó a despertar solamente para verlo, esos hermosos ojos azules llenos de amor, de angustia... solo para ella.
Y ella sin poder decirle lo que realmente importaba.
Esa dona espacio tiempo la jaló antes de poder decirlo, sintiendo como si abandonara su cuerpo físico para ir a otro nivel de existencia digno de contar en la mesa del Doctor Strange. Las palabras que tanto deseó comunicarle a su esposo murieron en su interior al despertar en un callejón en una lluvia similar a la que la despidiera. Una segunda oportunidad para hacer lo que era correcto y no lo que siempre dictó su capricho. Claro, era una heroína, más ahora había otro factor. Una auténtica anomalía que desafiaba toda ley del universo, una vida que Natasha Stark iba a proteger con uñas y dientes, porque era su legado. Era la prueba que siempre había necesitado para convencerse de que su amor por Steve, ese matrimonio era real y valía todas las locuras del multiverso.
***
Tierra 199999.
Todo era igual, como si el universo ya hubiera hecho un escenario exclusivo para Natasha Stark sin importar en que versión de éste se encontrara. La idea era que no se podía escapar del destino al mejor estilo de Edipo quien seguramente estaría aplaudiendo en algún rincón admirando la escena que estaba repitiéndose ante los ojos de la castaña. Un cielo nublado, frío con una neblina grisácea rodeándoles peor que antes con un escalofrío que antecedió la llegada de las naves de Kang el Conquistador como un portal abriéndose en Central Park dejando pasar las fuerzas Skrull delante de un serio y vengativo Thanos. Sí, salvo ese detalle todo era igual y Toni supo que su archi enemigo iba a deshacerse pronto del elemento que estaba estorbándole en su paso hacia la dominación no solo de un universo, siempre y cuando se hiciera de su reactor.
Atendió la llamada del Capitán América, uniéndose al Quinjet que salió del cuartel una vez que las alarmas despertaron a todos temprano por la mañana. Siempre de mañana. Shuri les alcanzaría pronto en su propia nave junto con refuerzos de Wakanda que contendrían a los Skrull mientras ellos estaban peleando con el enemigo mayor. Los relámpagos de Thor iluminaron ese triste cielo cuando la pelea comenzó, siendo el Asgardiano el primero en batirse a duelo con Thanos porque tenía cuentas pendientes a ser saldadas con la ayuda de Danvers. Natasha observó el comportamiento del titán al ver por fin a la capitana, si sus cálculos eran los de siempre, Thanos ya sabría de ella como la manera de poder vencerla si la rubia lo permitía.
Los robots de Kang fueron cayendo con los cañones desde los techos que Richards había instalado previamente y ayudados por los Porta-porta que extrajeron la energía del reino cuántico para darles mayor poder. Kang no pareció sorprendido por su armamento ni tampoco Toni se molestó por ello, ambos sabían que era una escena repetida con ligeras e insignificantes diferencias. La castaña se preparó, mirando hacia un contenedor sobre un rascacielos que había escondido ya listo para cuando llegara la ocasión. Se dedicó a ayudar a Clint y Rocket con las demás máquinas del Conquistador a quien evadió de buenas a primeras, siguiendo las órdenes de Steve. Era igual, y el sabor de lo inevitable inundó su boca sin tener esa desesperación como en la primera vez.
Demasiado engreída o demasiado confiada, no importó mientras volaba por entre los edificios de una melancólica Nueva York evadiendo las naves caza Skrull y provocaba a Kang quien no le quitaba la vista de encima pues ya sabía que el titán moriría a manos de Thor y Carol cuyo poder en conjunto atravesó su pecho entre los salvajes cortes que el Asgardiano hizo con su Stormbreaker. La castaña se dio el gusto de recordar cuando encontró a Steve en el hielo, señalado por la Avispa. Cuando despertó y sus lindos azules se clavaron en ella y supo que no podría despegarse de ese hombre. Sus primeras peleas por desacuerdos o cuando el capitán descubrió que Ironwoman y Natasha Stark eran la misma persona en una pelea contra Doom, quien deseaba robarla para hacerla su princesa de Latveria como el típico acosador psicópata.
Ocupados como estaban Thor y Danvers, los demás Vengadores estaban enfrascados en una pelea contra los robots de Kang quien rápidamente se coló al cuartel en busca del guantelete. Todo iba tal cual lo había sucedido anteriormente. Stark se dio cuenta que realmente aquellos momentos vividos en realidad solo eran un episodio irreal de un momento irreal dentro de una anomalía, cosa que le hizo sonreír dentro de su armadura que sufrió algunos desperfectos. Nada severo porque un celoso escudo la protegía desde el suelo. Golpes más, golpes menos, todos los Vengadores que incluyeron a Reed y Susan terminaron separados. Era el momento. Kang rompió los sistemas de seguridad, se hizo del Guantelete del infinito con las Gemas incrustadas en él y voló hacia su nave principal para activar el arco dimensional. Toni sonrió al recordar cuando Steve le propuso matrimonio. Como los ojos siempre firmes del Capitán América temblaban cual cachorro cuando se arrodilló frente a ella con manos temblorosas ofreciendo un anillo de compromiso. Los dos estaban hechos un desastre luego de enfrentar a los Inhumanos.
-¡TONI! ¡TOOONIII!
El llamado de Steve hizo que Hulk fuera por ella cuando una descarga de poder del guantelete le atacó, atravesando un edificio que terminó hecho cenizas. Daños en un 90%. Los ojos angustiados del gigante verde se posaron en ella, sonriéndole para calmarle antes de tocar su reactor para activar su sorpresa que salió disparada de aquel contenedor oculto en un techo. Un simbionte de plata azulada que envolvió su cuerpo en una nueva y poderosa armadura que dejó a todos estupefactos salvo a Kang. Ya lo sabía como ella. Ambos sabían que estaban repitiendo el episodio y El Conquistador solo bufó al no creer que su rival estuviera cayendo tan vilmente en la trampa, atacando al resto de los Vengadores para impedir que la salvaran. No correría riesgos. Eso fue lo que la castaña quiso, que nadie interviniera para su siguiente movimiento.
-¡TOOOOOOOOONIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Jean Grey les regaló la isla donde había pasado su luna de miel con Scott, lo recordaba como si fuese ayer, tumbados en la arena tomando el sol desnudos y agitados luego de hacer el amor como locos. Ella quejándose de los diminutos granos colándose en partes de su cuerpo que le daban comezón, su esposo riéndose divertido con esa expresión que ella amaba por sobre todas las cosas, preguntándose en su interior no sin angustia si acaso un día podrían tener familia porque Steve se lo merecía, se merecía tener felicidad eterna. Kang apareció frente a ella, ambos girando violentamente en el aire mientras la nave explotaba cuando el portal se abría para dejar pasar energía de los multiversos y alimentar a su enemigo. El guantelete se clavó en su reactor, intentando arrancárselo con una sonrisa de satisfacción que Toni apenas notó porque estaba distraída recordando a su esposo pintar un cuadro de ella envuelta en rosas.
-He ganado -escuchó hablar a Kang, tirando de su reactor para llamar la energía como un enorme látigo brillante que se enlazó.
Los ojos de la castaña se posaron en Kang, serenos como nunca, llenos de esa certeza de la victoria cuando el simbionte vibró y atrapó ese látigo de poder para que no escapara cuando su reactor se apagó para sorpresa del Conquistador antes de lanzar un chorro de energía azul pálido que le quemó su rostro como traje que se averió. Antes de perder el vuelo, Kang se colgó de ella intentando ahorcarla, pero el simbionte se lo impidió.
-¡NO! ¡Debías morir!
-Hiciste muy bien tus cálculos Kang. Pensaste en como romper mi anomalía, ¿cierto? Solo que no contabas con algo.
-¡¿De qué hablas?! ¡Muere de una vez, Natasha Stark!
-Precisamente de eso, ya estoy muerta, Kang. No puedes acabar con lo que no existe.
-¿Qué...?
Fue la propia Stark quien se arrancó el reactor, cayendo desde esa altura mientras una esfera de energía consumía a Kang y el guantelete se rompía, liberando las Gemas que se clavaron en el cuerpo de la castaña con los restos del simbionte. Los Skrulls fueron jalados cual imanes hacia la esfera luminosa igual, los robots explotaron. Carol no le permitió golpearse en el concreto como pasara su primera vez, aunque eso no cambió el hecho de que su cuerpo comenzó a sufrir los estragos de soportar las Gemas del Infinito con un hueco en su pecho que sangró profusamente. Steve le recibió con el rostro sin color al verla. Tal como debía ser, comenzó a llover, una lluvia ligera que acompañó las lágrimas de todos que fueron acercándose a ella cuando el rubio la dejó en el suelo con su rostro recostado contra su pecho sin saber qué hacer al ver su piel hacerse gris y cuartearse como si fuese una estatua. Toni cerró sus ojos.
***
Se dijo que era el interior de la Gema del Alma o bien un universo sombrilla de ésta al notar el ambiente rojizo con un sol que no podía verse iluminando un paisaje acuático cuya superficie era el perfecto espejo del cielo, pareciendo uno solo a la distancia. A pocos metros de donde se encontraba notó un solitario arco de piedra oscura bajo el cual había una figura mirando a sus lados sin percatarse de su presencia. Natasha fue caminando lentamente, sintiendo un nudo en su garganta al mirar lo que la figura de cabellos castaños cortos con un traje deportivo hecho de nanopartículas observaba con tanta atención, desconcertado como solo se podía estar al ver semejante cosa que no tenía explicación. El agua no avisó de sus pasos y aquel hombre se volvió a ella hasta que estuvo a su lado, sonriéndole.
-Hola.
-¿Quién...? ¿Qué eres tú? ¿Qué es esto?
-¿No recuerdas nada?
-Estaba en... Titán... Thanos... pero...
-Creo que tienes recuerdos equivocados.
-¿Quién eres? ¿Sabes qué demonios es eso?
La mano de Tony Stark apuntó a la gigantesca luna que abarcaba dos tercios del horizonte, una luna muy curiosa porque parecía más bien una burbuja dentro de la cual flotaba un rosado bebé. Toni apretó una sonrisa con ojos húmedos.
-Steve es un buen hombre, Tony. Tan solo escúchalo.
-¿... de qué estás hablando?
-Me dio gusto haberte conocido -ella se giró a su contraparte, palmeando su hombro apenas- Siempre tuve curiosidad por saber cómo me vería en otras versiones.
-Espera, no entiendo que está pasando. ¿Qué haces?
Natasha comenzó a cruzar el portal en dirección a esa luna translúcida con un bebé dentro que miró con infinito cariño, dejando caer un par de lágrimas. Tony le llamó de nuevo, desesperado cuando quiso cruzar el portal, pero fue rechazado como si unas manos invisibles le empujaran. Ella se detuvo, solamente girando su rostro para verle por encima de su hombro.
-Adiós, Tony.
-¡Hey! ¿Qué haces? ¡Espera!
-Sé feliz, jamás lo dejes ir.
-¡Vuelve!
-Adiós, adiós.
-¿Qué es esa luna? ¿Por qué tienes que ir hacia ella?
Toni se giró de vuelta a su camino con un ligero suspiro lleno de orgullo. -Es mi hija.
-No, no, no por favor... no, no, Toni, no...
-S-Steve...
-¡NO!
Una noche que su esposo llegó de una misión, la encontró ebria luego de leer los resultados de unos análisis que se había hecho a escondidas. Nunca podría tener hijos. Steve con ese amor que le profesaba le dijo que no los necesitaban, era feliz con ella tal como estaban. Toni se sintió la peor esposa del mundo porque en su interior, su intuición Stark le dijo que el rubio mentía para hacerla sentir bien. La castaña trabajó día y noche para hacer de su reactor no la perdición de su matrimonio sino todo lo contrario hasta que el cansancio la venció, igual que la depresión. Janet apareció con un par de boletos para una segunda luna de miel y no lo dudó para ahogar el dolor que sentía, mismo que se acentuó meses después cuando volvieron porque se sintió enferma por la desestabilización súbita de su reactor.
-Gracias... Steve... gracias... -los ojos de Toni también se llenaron de lágrimas, pero sonrió, aunque el dolor la consumía, escupiendo sangre- N-No... lo... o-olvides... tu promesa...
-¡NOOOO! -el rubio castañeó sus dientes, temblando de pies a cabeza.
-... no tengo... m-miedo... mi reactor... n-no fallaba -la castaña tuvo un acceso de tos con coágulos oscuros que mancharon su mentón- Protegía... la vida... en mí...
-Toni, ¿por qué...? -sollozó el capitán.
-Porque en el multiverso... vive lo que... más amo...
Carol trató de ayudar, sin embargo, su poder no sirvió, el cuerpo de Natasha convulsionó antes de ser consumido por el poder de las Gemas del Infinito. Fue una silueta dorada que resplandeció entre los brazos de Steve quien no comprendió como el resto qué pasaba. Susan se escondió en el pecho de su esposo y los demás Vengadores colgaron sus cabezas. Cenizas doradas fueron subiendo al cielo donde se desvanecieron entre los gritos histéricos del Capitán Rogers. Shuri fue la primera en advertir que en el horizonte un sol salía... demasiado gigante para ser el de su sistema solar. Era una ola de energía que fue envolviendo todo el planeta a una velocidad que fue imposible hacer nada más que cubrirse los ojos ante el brillo cegador.
Steve gritó.
Pero su grito no se escuchó, estaba en otro sitio con sus pies metidos en un agua cobriza de un mundo con un sol que no se veía por ningún lado, pero cuya luz iluminaba un enorme arco de piedra bajo el cual una figura miraba hacia el horizonte, dándole la espalda. Los ojos del rubio se abrieron de par en par cuando reconoció de quien se trataba, caminando lentamente hacia él.
-¿T-Tony?
El castaño se giró al escucharle, como si también estuviera desconcertado de estar ahí, parpadeando unos segundos mirando alrededor y luego al capitán.
-¿Steve? ¿Qué sucede? ¿Dónde está...? ¡Steve...!
Tony respingó al ver el escudo caer del brazo del rubio quien corrió hacia él para abrazarlo casi estrujándole contra su pecho, besando sus cabellos de una manera que lo dejó de una pieza, abriendo sus ojos al no comprender del todo el porqué de ese gesto si bien una parte en su interior cual vocecilla comenzó a susurrarle que era lo que estaba necesitando desde hacia varios años.
-¿Steve?
Fue el momento que Natasha le había mencionado, aquel que no debía desperdiciar por nada del universo ni el multiverso. Steve quiso gritar, quiso decirle gracias más estaba consciente de que ya no podría hacerlo. Pero podía hacer algo más. El regalo de Toni para ellos, así que se sinceró sin miedos ni tampoco orgullos. O pudores.
-Tony, Tony... no puedo hacerlo sin ti. Te necesito... te amo.
-¿Qué? -este frunció su ceño, confundido- Pero...
-Te amo -susurró el capitán en su oído- Y no quiero perderte. Perdóname, hice muy mal y ahora me doy cuenta de ello. No soy yo mismo si me faltas tú.
Stark se quedó muy quieto unos segundos, sus ojos temblaron y lágrimas brotaron de ellos mientras alzaba sus brazos para rodear el torso del rubio, escondiendo su rostro en su cuello.
-Steve... yo... perdóname. Fui tan egoísta.
-No voy a perderte de nuevo.
-Ni yo... tampoco... -Tony jadeó, separándose un poco para verle- Es que... ¿cómo...?
-Hay cosas que no tienen explicación -replicó el capitán, acariciando una de sus mejillas- Sé que todo está de cabeza y que...
-Juntos.
-¿Ah?
-¿No lo recuerdas? Podemos lograrlo, juntos.
El rubio rió antes de tomar el rostro de Tony entre sus manos y estamparle un beso sin temor ni tampoco dudas. Un gesto que fue correspondido por un asombrado Stark luego de unos segundos quieto ante por el shock. La luz rojiza de ese mundo los envolvió, sintiendo una caída. Steve sujetó al castaño contra su pecho, alcanzando un escudo que resbaló a su lado. Aparecieron de pronto sentados en una mesa con paredes de cristal, Tony vestido de traje y Steve en chaqueta mirando una pluma elegante y antigua entre sus manos con unos papeles a un lado. Se miraron, como si aquel evento antes ocurrido solamente hubiese sido un sueño extraño producto del estrés por la situación desatada anteriormente por la persecución del Sargento Barnes y la bomba de Lagos.
-Qué raro, ¿no? Siento que viajé en el tiempo.
-Yo también.
-Estar encerrados aquí está afectándonos -los ojos castaños bajaron a los Acuerdos de Sokovia, una mano masajeando su barba con ansiedad.
-¿Puedes hacer algo? -preguntó Steve.
-¿Qué?
-Si yo firmo, ¿puedes hacer que estos acuerdos se modifiquen a nuestro favor?
-Claro, claro... solo tenemos que ganar tiempo ahora.
-Tengo la impresión de que todo esto es una trampa, Tony.
Una mirada desconcertada, luego una expresión seria. -¿Qué es lo que sospechas? No espera, aquí no.
Tony se puso de pie, tomando su saco. La mano de Steve le detuvo, jalándolo hacia él casi haciéndolo trastabillar y caer en su regazo.
-Steve, ¿qué...?
-Tengo algo que decirte, sobre Bucky.
-No aquí.
-Iré contigo a donde es seguro.
-Okay... cielos. ¿No tienes la sensación de que algo es...?
-¿Qué está bien?
-Bueno sí, pero raro. Se siente bien. ¿Vas a firmar?
-Espera -el capitán estampó su firma sobre su nombre- Listo. Ahora debemos hablar a solas donde no tengamos oídos indiscretos.
-Déjamelo a mí. No te preocupes, te juro sobre mi vida que Bucky estará bien.
-Sé que será así, ven -Steve tomó la mano de un desconcertado millonario para salir de ahí.
El Capitán América recibiría un buen puñetazo de Tony Stark cuando le confesara la verdad sobre la muerte de sus padres, pero luego sería consolado por un abrazo desesperado que correspondió mientras pedía perdón por la falta y escucharía otra disculpa similar de parte del castaño al haber sido tan ansioso con los Acuerdos sin pensar en las consecuencias. Tony saldría algo mareado y alisando sus descompuestas ropas del pequeño cuarto de intendencia a donde se habían metido a hablar muy seriamente. Natasha arqueó una ceja al notar sus labios hinchados, pero nada dijo porque Steve calló sus preguntas al decirle sus planes de buscar quien estaba provocando las rencillas entre ellos, idea que el millonario apoyaba. Con todos concentrando sus esfuerzos en una sola cosa, capturaron a un Helmut Zemo justo cuando estaba por hablar con Barnes.
Aprenderían que todos les temían si estaban unidos, que hablar era mejor que callar y que los errores por muy horribles que fuesen tenían remedio si se pedía ayuda. Tony ayudó a Bucky una vez que ambos tuvieron su charla, que T'Challa le ofreció refugio mientras el castaño peleaba por el sargento y buscaba junto a Steve los rastros de quienes estuvieron apoyando a Zemo, desenmascarando a nada menos que el Secretario de Estado. Peleas, algunas explosiones más y luego todos terminaron tumbados en la sala del cuartel de los Vengadores comiendo pizza entre bromas sobre lo ocurrido, incluyendo a un tímido como gruñón sargento cuya mente había sido sanada gracias a la combinación de la tecnología de Wakanda con la tecnología Stark. El castaño tumbado sobre el pecho de un sonriente Capitán Rogers, un brazo de éste sujetándole por la cintura de manera posesiva.
Cuando los Guardianes llegaran para advertirles de Thanos y el Guantelete, su batalla sería peligrosa, épica y una vez más, ganarían al estar todos unidos junto a nuevos amigos, como el Doctor Strange o esa curiosa Capitana Marvel. Miedos, arrepentimientos o secretos lentamente fueron quedándose atrás. Tendrían más aventuras, pero siempre hallarían en esa familia de héroes la respuesta para sortear las dificultades entre fiestas de compromiso entre un capitán y un millonario, o una boda e incluso una curiosa adopción de un jovencito llamado Peter Parker. Se sintió muy bien, correcto y en el camino que debía ser, aunque nunca estuvieron seguros del por qué.
-¿Te imaginas cómo hubiera sido de habernos separado? -preguntó Tony, recostando desnudo bajo las sábanas junto a su ahora esposo cuyo pecho delineaba perezosamente.
-No quiero imaginarlo, gracias.
-Oh, vamos. ¿Por qué?
-Algo me dice que te hubiera perdido para siempre.
-Entonces sí lo pensaste antes y no me lo dijiste.
-Me has atrapado.
Tony rió, alcanzando los labios de Steve que besó un par de veces. -Te amo.
-Te amo, Tony.
-¿Sabes? Si no estuvieras conmigo seguro que me pondría a hacer cosas locas como viajar a algún planeta donde perdiera la vida para ya no sentir el dolor de tu ausencia. No tenerte me cegaría.
-Mejor no lleves a tu imaginación por esos caminos, ¿quieres?
-¿A dónde los debo llevar, esposo querido?
-¿Qué tal a la granja de Clint?
-Steve, en serio nos va a llenar el trasero de flechas si volvemos una vez más.
-Laura dijo que éramos bienvenidos cuantas veces quisiéramos.
-Y Clint no quiere ser traumado de nuevo.
-Fue su culpa desde la primera vez.
-Oh, esa primera vez.
-¿Cómo fue? Déjame recordarlo -la sonrisa depredadora de Steve hizo gritar a Tony.
-¡AUXILIO!
-¡Eres mío!
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