Epílogo
Los recuerdos de la fiesta de hace dos días no hacen más que martillarme la cabeza. Creía que tomándome unos días de descanso podría tener un poco de paz mental durante el fin de semana y pudiera hacer que mis ideas se aclarasen, pero hoy, un lunes por la mañana, mi cabeza sigue estando exactamente igual. ¡No me puedo creer que haya vuelto a besar a mi ex! Y no solo eso, sino que creo que no puedo negar el hecho de que quizá vuelvo a sentir cosas hacia él. Este fin de semana no he hecho más que pensar en eso.
Cada vez que intento sacar una respuesta, mi mente se bloquea y me quedo estancado en el mismo lugar; pienso que las emociones que sentí cuando estuve con mi ex en la fiesta de Namjoon son reales, pero a la vez, también pienso que fue solo una cosa del calentón, y que la verdad es que no le quiero de manera romántica.
Miro con irritación la puerta frente a mí mientras sobo mi frente con ambas manos, acabo de abrir los ojos y ni siquiera yo sabía el porqué lo había hecho si estaba tan cómodo en el mundo de los sueños. Si es que soy estúpido, mi profesor particular de matemáticas siempre se encargaba de recordármelo. Cabe aclarar que el profesor era mi padre.
Los vellos enchinados de mi brazo delatan el porqué me encontraba despierto ahora mismo; tenía frío, y no tenía remedios para combatirlo, lo que me provocaba un enorme dolor de cabeza, puesto que mis sábanas se encontraban esparcidas por el suelo de mi habitación, y la ventana está demasiado lejos para cerrarla.
En esta época de crisis solamente tenía dos simples opciones:
1. Levantarme de mi comodísima cama y cerrar la ventana.
2. Estirarme cuanto sea posible hacia el suelo para alcanzar las sábanas.
No tengo que dar muchas explicaciones para dar a entender porqué obviamente elijo la opción dos, mis pies no tocarían el suelo, con eso lo digo todo.
—ACCIO sábana —en un movimiento vago estiro mi brazo para alcanzar mi objetivo, moviendo continuamente mis dedos y apuntando hacia mis sábanas blancas.
Una mueca desencajada aparece en mi rostro cuando aquel trozo de algodón no se mueve ni un centímetro, era obvio que un hechizo de Harry Potter para atraer objetos no iba a servir en esta ocasión, pero tenía esperanzas de que surgiera efecto. Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.
—Ay, mierda —suelto un quejido cuando al volver estirarme, un fuerte crujido recorre mi espina dorsal.
Enseguida me desplomo sobre mi cama e ignoro por completo mi misión que mi cabeza inventó porque estaba aburrido e incluso intento conciliar el sueño pero el frío sigue colándose por mi habitación y eso me está jodiendo, así que vuelvo a la acción, y está vez con más energía que antes.
Por un momento replanteo levantarme de la cama y dejarme de tonterías pasa ser la persona productiva que no soy y hacer algo de ejercicio, pero el pensamiento se esfuma igual de rápido porque ni de coña me iba a levantar, así que con ese pensamiento me estiro aún más, tanto que incluso la mitad de mi cuerpo está casi fuera de la cama, cualquiera que me viese en este mismo instante pensaría que estoy mal de la cabeza, pero me da igual, no voy a darme por vencido, alcanzaré esa sábana costara lo que costara.
—Ven aquí, sabanita —mis esfuerzos dieron sus frutos cuando mis dedos la alcanzaron, no cabe en mi cuerpo la felicidad que siento cuando me la coloco justo encima de mi pecho y de mi abdomen, hecha una completa bola, y la apretujo entre mis brazos con cariño.—Sabía que vendrías, nunca dudé de ti.
Enseguida me esparzo el trozo de tela por el que había estado luchando por todo mi cuerpo, y me remuevo orgulloso sobre el colchón por haber alcanzado mi meta y en consecuencia, estar calentito. Si es que yo era en verdad un genio incomprendido, juzgado por la sociedad.
No se cuánto tiempo mantuve esta tranquilidad, pero lo que sí supe es que ya no podría recuperarla cuando oí los ruidosos pasos de esa mujer dirigirse hacia mi "cueva". Ella abre las persianas en par en par de mi habitación en cuanto puso un pie, además de ponerme al día con su historia de cómo una anciana le había robado los tomates que se encontraban de oferta, y todo eso lo hizo sin ningún tipo de consideración por su único hijo, quien se encontraba en la tranquilidad de su sueño. Esa mujer era un monstruo.
Levanto un poco la cabeza para poder darle una mala mirada, la cual ignora olímpicamente.
—Mamá —mi voz sale más ronca de lo normal cuando hago el intento de hablar.—Por favor, no me digas nada, ya se que se me ha hecho un poco tarde, pero aún puedo llegar a tiempo a la segunda hora. No seas tan cruel con un pobre hombre como yo.
Tal vez me haya quedado dormido, y tal vez me haya perdido la primera clase de la universidad, pero a decir verdad nadie se levanta temprano para ir a la universidad, solo lo hago yo porque soy estúpido. Si es que mi padre ya lo decía.
Hasta Jungkook, que es un chico super aplicado, se salta algunas clases de la Universidad... ¿Qué hago yo pensando otra vez en Jungkook? Uf, estoy harto.
Mi cabeza vuelve a tocar mi dulce almohada cuando comunico mis sentimientos hacia aquella aterradora mujer, pero supe que le importó muy poco cuando escucho su risa malévola, la que siempre hacia para darme a entender que yo había dicho algo que era completamente estúpido, lo que suele suceder, según ella, bastante a menudo.
—Ni de broma vas a llegar a tiempo —coloca sus dos manos a cada lado de su cintura y me mira con aquella expresión que grita por todas partes: "¿eres tonto o te lo haces?" Sinceramente odio esa mueca suya con toda mi alma. Yo ruedo los ojos cuando vi que levanta su muñeca para señalarme su reloj y con el dedo índice golpear el pequeño cristal que protegía al objeto, el cuál marcaba que eran las nueve y media de la mañana.—¿Sabes la hora que es? Acabas de desperdiciar una mañana entera que podría haber sido muy productiva, estarás contento.
—Si te soy sincero lo estaba hace unos segundos, pero tuviste que entrar a mí habitación e interrumpir mi dulce sueño con Brad Pitt —suelto con dramatismo. Era todo mentira, ni siquiera me acuerdo de lo que estaba soñando, solamente quería molestar a mi madre, pero ella comienza a recoger toda la ropa que no recogí tras la fiesta de cumpleaños de Namjoon, la cual estaba llena de vómitos de Eunbin y Soojin, estaba tirada por todo el suelo de mi habitación, mi madre la recogió con una mueca de asco.—Para que lo sepas, el Brad Pitt de mi sueño... era la época en la que protagonizaba la película: "¿Conoces a Joe Black?" Así que siéntete culpable.
Fue en ese mismo instante en el que me devuelve la mirada entornando los ojos y alza una de sus cejas, yo la miro igual. Ella y yo coincidimos en que la mejor época de Brad Pit, sin duda alguna, era cuando protagonizaba aquella película, estaba guapísimo por esos tiempos, por Dios.
—¿Pues sabes lo que pienso yo? —adopta una pose chulesca y me acusa con su dedo índice.—Que hubiera sido mejor si hubieras soñado con Paul Newman —una sonrisa pícara adorna su cara cuando otro nuevo nombre surca su mente.—O con Chris Hemsworth, o sí sí, con él todo es mejor. Es el hombre más guapo del mundo —su rostro comienza a iluminarse, y era algo habitual en esta casa, siempre ponía esa cara con la mera mención de ese hombre, como si fuera una adolescente hormonal. Era normal que mi padre odiase un poco a Chris.—Ay, en verdad no se cuál de los dos elegir, estoy tan indecisa —suelta un suspiro profundo sin que se le quite la cara de tonta.
—Ha-Neul, por favor, no te pongas cachonda en mi habitación —la sola idea hace que me recorra una extraña escalofrío por la espalda.
—Es que Chris es tan guapo —sus mejillas se enrojecen e intenta taparlas con sus manos para que yo no me de cuenta de lo tonta que le ponía ese hombre, pero yo ya me había percatado de aquello desde que era niño, no era ningún secreto, así que tampoco hay mucho que ocultar.—Ojalá yo hubiera tenido un novio así de guapo cuando era joven... —toma asiento sobre el borde de mi cama aún teniendo la ropa que recogió del suelo, y espachurra mis vaqueros entre sus dedos.—Pero aquí me ves.... Casada con tu padre.
—¡Oh, vamos, mamá! Papá no es feo.
—Tienes razón, no es feo, pero hay mejores, ¿no crees? —vuelvo a escuchar aquella sonrisa maléfica que me pone los vellos de punta.—Pero para que te des cuenta que lo físico no es todo —agarra una de mis manos y me mira atentamente, supe que se venía una de sus charlas sobre cómo llegó a enamorarse de mi padre, aquella historia la habré escuchado por lo menos miles de veces.—Tu padre nunca llegó a entender como una mujer tan guapa como yo... —señaló con su mano libre su rostro a la vez que me muestra una sonrisa, yo no pude evitar resoplar. Mi madre es una narcisista de pies a cabeza.—Se pudo casar con un simplón como él, entonces, te preguntarás... ¿Por qué lo hice?
—Mamá, deja de ser una narcisista, además ya me se la historia. Para, por favor —ruedo los ojos a más no poder porque sabía que no había esperanzas de que me dejase tranquilo, ya que aunque yo le suplicase con todas mis ganas, esa mujer seguiría contando la historia que tanto le apasiona.
Como predije, ella no me hace caso y sigue con su intento de poner un rostro "nostálgico" que para mi parecer de nostalgia no tiene nada, siempre la pone cuando cuenta cómo se enamoró de mi padre, y según ella se ve muy romántica, pero la verdad era otra. Su cara parece más bien la de una persona estreñida.
—Pues porque con tu padre me reía como con ningún otro hombre, y sentía y sigo sintiendo una conexión que nunca he llegado a experimentar con ninguna otra persona. En cuanto lo conocí supe que era el amor de mi vida.
Siento una punzada en el pecho, porque con Jungkook era lo mismo, cuando estábamos juntos sentía que me podía comer el mundo porque él estaba conmigo. Es triste que nuestra historia haya acabado por nuestros celos e inseguridades. Me siento feliz al ver que mis padres habían encontrado al amor de su vida, y ver cómo mi madre, a pesar de los años, sigue tan perdidamente enamorada de mi padre.
El amor para mí dejo de ser mi prioridad desde hace tiempo, y ya no pienso en él como hace años pensaba. Si mis padres no fueran la representación viviente de ello, hubiera creído que el amor no existía. Pero igualmente, sabía que para mí no cabía la posibilidad de enamorarme de nuevo.
No por nada escribo artículos depresivos para el periódico de la universidad, mi excusa es que tuve una época llena de altibajos cuando lo dejé con Jungkook y necesitaba soltar todo lo que tenía dentro, doy gracias todos los días porque aquellos relatos los firme como anónimos. He pensado varias veces en dejar el club, pero desde que empecé a firmar mis artículos con mi nombre he tenido bastante fama y eso me ha animado a seguir.
De hecho, hace algunas semanas estuve escribiendo un artículo sobre lo falso que es el amor, y mucha gente está a la espera, hoy se supone que es el día en el que tengo que entregarlo para cerciorarme de que lo aprueben y así colocarlo en mi columna personal del periódico, me la accedieron desde hace ya algunas semanas por los famosos que se volvieron mis escritos. Ni yo me creo lo lejos que he llegado, estoy bastante orgulloso de mí mismo.
Logro zafarme de su agarre y la miro con ojos entrecerrados.
—Todo esto viene a que estás celosa, ¿Verdad? Porque mi primer novio si estuvo bueno, no como el tuyo.
—Te cuento algo romántico y sueltas algo estúpido, no tienes remedio —río ante su intento por tirarme los vaqueros hacia mi cara, pero algo que teníamos en común ella y yo, es que ninguno de los dos tenemos puntería.
"¿Conoces el mito del hilo rojo?
Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique, esta leyenda surge cuando se descubre que una arteria conecta al corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían a los corazones mediante los meñiques.
Hay mitos como el del hilo rojo, el del príncipe azul o el de la media naranja, que nos han ayudado a creer más y más que el amor verdadero existe realmente. Pero si no aprendemos a desarrollar la clave para diferenciar la relación sana y la mala, pueden ser el marco de afectos tóxicos que no son el verdadero amor.
Y me refiero a mitos populares y tóxicos tales como el poder del amor, y se refiere a mitos como:
"Los polos opuestos se atraen"
"Los celos son una prueba de amor"
"El amor verdadero puede perdonar cualquier cosa".
De primera mano puedo decir que estos mitos no son amor, ya que no es más que la simple representación del principio de la obsesión y la toxicidad. Sólo puedo decir que las personas que piensan que sí es amor, están muy equivocadas.
He estado pensando mucho sobre el tema, y he llegado a la conclusión de que la sociedad de una forma u otra, nos han hecho creer que encontrar a tu media naranja es lo fundamental de tu existencia, como si estuvieras obligado a pasar el resto de tu vida junto a esa persona especial, y que si no lo encuentras, estarás destinando a vivir arrepentido por no tener a alguien a quien amar.
Muchos de mis amigos al leer el borrador de este relato me han formulado la misma pregunta: ¿El amor es realmente una pérdida de tiempo? Y permíteme contestarte a ti, porque sé que te estarás haciendo la misma pregunta.
La respuesta es: sí, el amor es una completa perdida de tiempo.
Lo dice quien tiene el corazón roto."
—¡Cuanta negatividad! —suelta Hoseok en cuanto termina de leer mi artículo para el periódico, se quita sus gafas de montura y se soba los ojos perezosamente.—Me ha dado depresión con tan sólo leerte, ¿de verdad crees eso? ¿Tú precisamente? ¿No tenías pareja?
—Exacto —muestro una sonrisa de boca cerrada. ¡Me sorprende que aún haya gente que no sepa que Jungkook y yo rompimos! y no es porque yo fuera una celebridad ni nada por el estilo, es que no era ningún secreto que mi ex estaba buenísimo, y todos estaban ansiosos de verle soltero para echársele encima. A ver, a lo mejor exagero un poco, pero más o menos era así.—Tenía. Rompimos hace un año.
—Oh, lo siento, no lo sabía.
—No importa.
Aunque a decir verdad, parece que mi ex y yo tuvimos un encuentro bastante extraño en el cumpleaños de Namjoon, he estado pensando en aquello todo el finde, y cada vez que lo hago una oleada de vergüenza se apodera de todo mí cuerpo. No me creer que haya sido tan estúpido de volver a caer en las garras de mi ex. Solamente a mí me pasan estas cosas.
No me podía ni imaginar la cara que pondría Eunbin cuando se lo cuente, seguro que le dará algo y se desmayará.
—Bueno.... —empieza diciendo Hoseok.—Tu artículo está muy bien escrito y tiene mucha coherencia. Además, puedes hacer que las personas tengan una gran reflexión de lo que es el amor realmente. Sin duda obtendrás de nuevo una columna para ti solo, Kim Taehyung, buen trabajo.
—Muchas gracias, significa mucho para mí.
—No hace falta que las des, te lo mereces de verdad. A muchas personas les alegrará leer algo tuyo.
Después de despedir a Hoseok salí de la pequeña habitación que conformaba el club del periódico, y me dispuse a mandarle un mensaje a mi mejor amiga para pregúntale qué se encontraba haciendo.
Cuando abrí su chat me percaté de que tenía tres mensajes sin leer de ella.
Eunbin❤️:
TAEEeeEEEEEEeeEe
10:35
TENGO EL NÚMERO DE NAMJOON ARCHIVADO OSEA QUÉ
10:36
EN QUÉ MOMENTO ME DIO SU NÚMERO
10:36
NO RECUERDO NADaaaA jhgdfjtefh maldita resaca ;(
10:36
Tuve que detenerme para procesar lo que me decía mi amiga, era una gran noticia, hacía ya varias semanas que Eunbin había estado detrás de Namjoon, era cierto que ella era muy enamoradiza y cada mes decía que le gustaba un chico nuevo, pero ella estaba segura de que Namjoon iba a ser el definitivo, y si mi niña dice que es el definitivo, es que es el definitivo. Que le hubiera dado su número era un gran paso, aunque mi amiga no se acordara de nada.
Enseguida le escribí para demostrarle que estaba igual o incluso más emocionado que ella.
Yo:
QUÉ
10:49
NO ME LO CREO
10:50
ME PIDO SER EL PADRINO DE VUESTROS CINCO HIJOS Y VUESTROS TRES PERROS
10:51
Eunbin❤️:
Tu deseo será concedido
10:52
Estoy tan concentrado en los mensajes que me había enviado Eunbin, los cuales absorbían toda mi atención, que hacía que no estuviera atento a mi alrededor y en consecuencia por mi falta de atención no me doy cuenta que alguien se cruza en mi camino, ocasionando que mi frente se choque con un amplio y fuerte pecho. Estoy a punto de echarme hacia atrás e insultar aquella persona por no verme, sin tener en cuenta que también era mi culpa, cuando una fragancia desgraciadamente familiar se cuela en mis fosas nasales, ocasionando que todo mi sistema se ponga en alerta.
Levanto poco a poco mi cabeza, rezando que no fuera en quien estaba pensando. Lo primero que veo son dos orbes negros que me miran intensamente, era tanta que hace que mis piernas tiemblen y casi sin querer en mi mente se cuelan recuerdos de lo sucedido en la fiesta del viernes, en donde él me tenía acorralado contra el lavabo y su calor corporal me aprisionaba hasta hacerme pequeño, donde él imponía todo su cuerpo contra el mío para que yo no me pudiera mover y estuviera a su completa merced. Donde solamente éramos él y yo.
—Jungkook... —saboreé su nombre en mi paladar. Me pego una cachetada mental al verme disfrutar de como el pelinegro posa sus ojos en mi boca e instintivamente sigue el movimiento de mi lengua al remojarme los labios.—¿Qué haces merodeando por la puerta del club del periódico? Tenía entendido que no te gustaba nada que estuviera relacionado a eso, ¿estás enfermo o algo así?
Admito que era una pregunta bastante absurda, pero tenía que disimular lo nervioso que me pone mi ex.
Cruzo los brazos mientras alzo una ceja en su dirección y procedo a mirarlo de pies a cabeza, tan rápido como sucede quiero darme con una sartén en la cabeza al admitir lo guapo que se veía con esa camiseta blanca acompañada de esos pantalones negros, que resaltaban los músculos de sus piernas. Su pelo negro estaba despeinando como siempre, sólo que uno de sus mechones estaba sobre sus ojos, haciendo que estos se vieran aún más intimidantes.
Inflo mi pecho de aire sintiendo que mis brazos cruzados acompañan el movimiento, no dejo de alzar la ceja ni dejo mi cara de criticón. Si Jungkook estaba esperando a que hablase sobre lo que pasó en ese baño podría esperar sentado, ni de coña tocaría ese tema, es más, estaba decidido hacerme el loco y aparentar que no me acordaba de nada.
Es cierto que mi ex me dijo qué me quería y quería intentarlo de nuevo conmigo, pero yo no estaba listo para volver a tener una relación con Jeon Jungkook.
—Supongo que sí —una media sonrisa adorna su cara tras encogerse de hombros y meter una de sus manos en los bolsillos de su pantalón, yo sólo me dediqué a gritar internamente e intentar fingir que esa pose despreocupada que él tenía no me afectaba en absoluto. Debía de mantener mi cara de póker como fuera posible.—Si estuviera enfermo, tú me lo hubieras pegado, ¿no crees? —sus palabras estaban llenas de un mensaje oculto, el cual preferí ignorar. Su mirada negra me recorre de arriba a bajo con detenimiento.—El viernes pasaron muchas cosas entre nosotros, y sin duda a mí me encantaría repetirlas.
Al final ha sido él quién ha decidido empezar a hablar del tema, perfecto, yo voy a seguir con mi plan de hacerme el loco. Por lo que me meto en el papel y esquivo su mirada, comenzando a jugar con mis dedos.
—No sé de que me hablas.
—Oh, vamos, Taehyung —suelta una risa que hace que retumbe por todo mi pecho.—Sabes de lo que hablo y quita esa cara gruñona, admito que me pone muchísimo, pero ahora quiero que hablemos, ¿Puedes hacer eso? —muerdo mi labio inferior y esquivo su mirada aún más si es posible, al parecer él nota mis intenciones, porque su sonrisa no hace más que ensancharse.—Podemos hacer esto por las buenas o por las malas. Elige.
Entonces me decido en mirarle de reojo y al segundo que lo hago me arrepiento. ¡Agh! ¿Cuántas veces me estaré arrepintiendo de mirarle y querer comérmelo con la mirada? El tío está como quiere y es demasiado para mí y para mi bienestar, ¡quisiera superarle, no estar atentando contra mis ojos cada vez que lo veo!
—Te vuelvo a repetir que no sé de qué me hablas.
Él me mira de arriba a abajo y muerde sus labios cuando sus ojos se concentran en la zona de mis muslos, justo como lo hizo la noche del viernes, cuando ambos perdimos la cabeza por el otro. Sus orbes van subiendo por la zona de mi pecho hasta dar con mi cara, ahora es una sonrisa juguetona la que adorna sus labios. No pude evitar comparar su mirada con la de un depredador con intenciones de jugar con su presa antes de comérsela.
—Por las malas, entonces.
Antes de preguntar a que se refiere o tan solo hacer una mueca de confusión, Jungkook estampa sus labios contra los míos, sus manos van a parar a mi cintura y las aprieta con tanta fuerza que hace que suelte un quejido de dolor. Fue en ese instante que mi ex aprovechó para introducir su lengua en mi cavidad bucal.
Su beso se torna agresivo a medida que pasan los segundos, como si me dijera todo lo que tenía que decirme con aquel beso.
—¡Quítale las manos de encima!
De pronto y sin esperarlo noto que Jungkook se aparta de mí con brusquedad mientras que da pasos hacia atrás, lejos de mi cuerpo y no puedo explicar el sentimiento que siento cuando me encuentro a Eunbin subida a la espalda de mi ex mientras que le da fuertes zapes en la cabeza. La expresión de Jungkook había dejado de ser socarrona y pícara a una enfurecida.
—¡¿Pero qué mierda?! —escupe él cuando se encuentra así mismo siendo golpeado por mi amiga.—¡¿Eunbin, pero qué cojones haces?! ¡¡Quítate joder!!
—¡¡No!! ¿Qué cojones haces tú? —remata mi amiga exaltada e igual de enfadada. Desde mi posición puedo ver como deja de golpearle en la cabeza para luego agarrarle del pelo y jalar con fuerza los mechones, estirándolos en un tirón doloroso. Hasta a mí me dolió. Veía en los ojos de Eunbin que su intención era la de dejarlo calvo.—¿¡Qué te da derecho a besar a Taehyung!? ¡Hace ya un año que lo dejasteis!
Estoy seguro que mi cara también era digna de enmarcarla en un museo, pues no podía cerrar la boca y dejar de lado mi cara de estupefacción e incredulidad por la escena en la que se estaba desarrollando delante de mí. Diría que se trata de una escena especialmente cómica de ver cómo Eunbin jala a Jungkook del pelo con ahínco y afán, pero la mirada furiosa de mi ex dejaba en claro que era de todo menos cómica.
Entonces me sorprendo cuando Jungkook, entre jalones y tirones de pelo, hace contacto visual conmigo, y a parte de ver la furia contenida en sus ojos, también veo que él tampoco entiende el porqué mi amiga le está tratando de ese modo, tan salvaje. Pero estaba demasiado en shock par siquiera reaccionar.
—Para tu información, Taehyung y yo... —las palabras de Jungkook quedaron el aire cuando sube sus manos sobre su cabeza e intenta agarrar las manos de mi amiga para que deje de jalarle el pelo, que ahora viéndolo bien, me estoy empezando a preocupar si Eunbin es capaz de arrancarle los mechones que aprisiona con sus dedos. Sin embargo, el grito que pega Jungkook me sobresalta y hace que me asusta y empiece a rezar por no mirarlos en el suelo mientras terminan por matarse, pero no es eso lo que veo, lo que veo es que Jungkook se está sujetando la mano derecha con fuerza, suponiendo que Eunbin le acaba de morder.—¡Animal, que casi me arrancas la mano!
Mi cuerpo tiembla al escuchar el grito de enfado de Jungook.
—¡Animal tú! —Eunbin jala tan fuerte de sus mechones que Jungkook se ve obligado a soltar un fuerte quejido de dolor, su ceño fruncido y sus labios atrapados entre sus dientes provocan todo dentro de mí. Aún así, siendo atacado por mi mejor amiga, el hijo de puta seguía estando buenísimo.—¡Eres un perro rastrero, psicópata, manipulador y ninfómano!
Supe que era mi momento de actuar cuando Eunbin se pone a chillar como una loca, y vuelve a pegarle zapes a Jungkook. No tuve que preguntar a mi amiga del porqué su expresión de maniaca cuando paga a mi ex, sé que lo hacía con tanta rabia por todas las noches que me vio llorar por él, y por todas las mañanas que me levantaba sin ánimos y con ganas de seguir llorando. Fueron incontables las veces que Eunbin se tuvo que quedar a mi lado para que yo no cayera en la tentación de llamar a Jungkook, y pedirle que volviéramos.
Es por eso, que una parte de mí se siente dolida, porque todos los avances que hice para superarle, se desvanecieron en un segundo cuando lo vi en la fiesta del viernes.
—Eunbin por favor saca tus manos de la cabeza de Jungkook. Hay una explicación razonable para esto —intento que mi voz sea lo más persuasiva para que mi amiga deje de atacarlo, pero no hace el efecto que yo buscaba, pues no cambiaba su expresión de loca salida de un manicomio.—Jungkook y yo nos besamos el viernes.
La bomba fue soltada sin anestesia y sin ninguna preparación de por medio y aunque no sea la situación o el lugar que yo me esperaba, provoca que Eunbin deje sus dedos estáticos en la cabeza del pelinegro, quien suelta un suspiro entre dientes mientras que cierra sus ojos. Mi amiga abre tanto la boca que perfectamente se le podría desencajar, sus ojos castaños no dejaban mi cara y aunque no hablase y solo me mirase, me hacía sentir la peor persona del mundo.
—¿Q-Qué?
Es lo único que puede soltar y al parecer es lo único que dirá, pues deja de mirarme y se concentra en sus dedos, que seguía en la cabeza de mi ex. Podía ver perfectamente cómo los engranajes se movían en su cabeza y puedo jurar que miles de pensamientos le acribillan la cabeza.
—Bueno, hicimos más que besarnos —dice con una sonrisa socarrona y maliciosa, como si estuviera recordando todo lo que hicimos en aquel minúsculo baño.
—Cállate, cerdo —le recrimina Eunbin tirándole de un mechón, y a decir verdad, aún seguía en la espalda de Jungkook como un koala.
—Vuelve a hacer eso y te juro que.... —mi amiga no le deja terminar y vuelve a hacer lo mismo.—¡Me cago en tu puta madre, Eunbin!
—Calladito estás más guapo, gilipollas —entonces Eunbin salta de su espalda y cae de pie, a un lado de Jungkook, quien comienza a removerse el pelo con las dos manos y lo remueve tanto que cuando deja de hacerlo los mechones se encuentran apuntando a todas las direcciones posibles, como si se hubiera electrocutado.
Jungkook sólo hace el amago de poner los ojos en blanco, del enfado que posiblemente esté sintiendo aprieta su mandíbula dejando que el músculo sobresalga, se cruza de brazos y mira hacia otro lado, sin molestarse en mirarnos. Cuando Eunbin se gira hacia a mi, mi ex no duda en sacarle el dedo del medio. Me hubiera reído de eso, pero teniendo a mi amiga delante de mí con una cara que no sabía descifrarla ahogaba las risas.
—Taehyung... —la castaña termina por acercarse a mí, me agarra las manos, y sé que se viene una conversación seria, una que tenemos que abordar. Pero no me concentraba al ver que Eunbin tambíen tenía los pelos como el de Jungkook.—¿Por qué lo has hecho? En la fiesta dijiste que ibas a cumplir con el reto.... Yo estaba muy preocupada por ti, porque sé todo lo que has sufrido por él, pero cuando volviste y dijiste que no lo habías cumplido, una parte de mí se sintió aliviada —Eunbin le dedica una mirada de asco supremo a mi ex.—Porque así no compartirías saliva con el rufián de tu ex novio.
—Espera, espera —lo que dijo Eunbin logra captar la atención de Jungkook, ya que gira su cabeza hacia nosotros con sospecha.—¿De qué reto estáis hablando?
—En la fiesta, una chica retó a Taehyung que te diera un beso. Ella no sabía que tú eras su ex, por lo que no lo hizo con mala intención, solo te eligió porque le pareciste guapo y supongo que inalcanzable —noto como un escalofrío recorre el cuerpo de Eunbin. El desprecio que le tenía a mí ex era demasiado real.—Todos creímos que Taehyung no había cumplido el reto, y muchos se enfadaron como niños, pero al parecer, por lo que acaba de contar, sí que logró besarte.... Un momento —mi amiga se gira hacia mi dirección bruscamente.—¿Te dejaste besar por este enclenque para cumplir con el estúpido reto?
Y aunque sus palabras estaban llenas de indignación, y que recalcara que lo hice para cumplir el reto, en realidad para mí no existió un reto o algo parecido cuando me besé con Jungkook, sólo eran dos personas que compartían la misma pasión por el otro.
Tanto Eunbin como Jungkook me miraron expectantes, ambos estaban ansiosos por escuchar mi respuesta. Mi mejor amiga me miraba esperanzada, como si esperara que dijera que ella tenía razón y que ni en mil años volvería con el pelinegro. Mi ex, en cambio, me miraba de una forma que no supe descifrar, ya no había rastro de enfado en sus ojos, ahora sólo había expectación en ellos, como si tuviera ansias de saber lo que estaba por decir.
Sin saber qué decir, dejo que mis recuerdos me lleven hacia la noche anterior.
"—Joder, Taehyung, estuve de acuerdo porque tú también lo estabas. Te amé demasiado como para tenerte amarrado a una relación que...Que seguramente acabaría lastimándonos. Por eso acepté cuando me propusiste darnos un tiempo, no quería lastimarte, aunque eso conllevara a lastimarme a mí mismo.
—Jungkook...
—¿Por qué crees que hoy estoy aquí?... Por que aún siento por ti lo que sentía hace un año, Taehyung."
Mi corazón empieza a latir fuerte, justo como sucedió en la fiesta. Mi cabeza está hecha un completo desastre. ¡Mi ex me dijo que aún me quiere! En ese momento no quise pensarlo y poner peso a las palabras de Jungkook, porque recuerdo que solo me recorría el odio y el rencor por haberle visto besar a otra chica, y en el pensamiento de saber que no solo besó a esa chica, sino a varias. Tal vez esa fue la razón por la que no quise escucharle a mi ex, ni a mí mismo.
Es evidente que Jungkook me pone, y muchísimo, además que despierta sentimientos en mí que nunca lo he llegado a experimentar con ninguna otra persona, además de que siempre me encuentro sonriendo cuando estoy a su lado.
Río internamente porque he sonado igual que mi madre.
Fue en ese momento cuando mi corazón late aún más fuerte y mi respiración se vuelve pesada y en mi estómago parece que pasan al menos cien mil elefantes. Estoy hablando igual que mi madre, porque en cuanto conocí a Jungkook también supe que era el amor de mi vida.
¿Cómo no he podido darme cuenta antes?
Todos los escritos que publiqué anteriormente hablando sobre lo falso que era el amor dejan de cobrar sentido.
Mi mejor amiga merecía una buena explicación del porqué lo había vuelto a besar, pero me encuentro bastante nervioso por decirle la verdad, no se cómo reaccionará, y a decir verdad tengo bastante miedo a que Eunbin se tire de nuevo sobre la espalda de mi ex. Yo igualmente tenía planeado contarle a mi amiga lo que pasó entre Jungkook y yo, pero no entraba en mis planes decirle tal cosa estando Jungkook delante. Antes me tiro por un barranco.
—Sé que te dije que no lo había hecho, y es verdad, pero después de eso fui al baño y Jungkook también fue, nos encontrábamos solos, hablamos de cosas del pasado, y bueno... —la mirada oscura de Jungkook no ayudaba a disminuir mis nervios.—Pasaron cosas.
—Muchas cosas —recalca Jungkook con lentitud, como si estuviera saboreando las palabras. La diversión vuelve a sus ojos negros, la comisura de su boca se encontraba ligeramente estirada hacia arriba, formando una sonrisa torcida, que a simple vista uno diría que es inocente pero que yo sabía lo que escondía. Eso era algo que me ponía realmente nervioso y que tenga mil emociones rozando ligeramente la lujuria.—Pasaron cosas que ambos disfrutamos.
Me dispuse a volver a observar a mi ex, obviando la cara de asco que había puesto Eunbin ante las palabras del pelinegro. Todo en Jungkook era perfecto, no había ninguna parte de su cuerpo que no me gustara y su personalidad no contrarrestaba para nada a lo bueno que estaba, sino todo lo contrario, lo aumentaba, porque su personalidad era tan perfecta como su cuerpo.
De pronto, todas mis dudas, los complejos y las inseguridades volvieron a mí como lo hicieron hace un año. Mi cabeza no podía entender cómo un chico como Jungkook se había fijado en alguien como yo, mi ex no solo era guapísimo, sino que también era uno de los más aplicados en la universidad. Y por ello, tenía muchos seguidores, tanto chicas como chicos que lo observaban entre suspiros cuando caminaba por los pasillos.
Es por ello que mis celos salían a reducir cuando Jungkook hablaba con quién fuera, porque pensaba que cualquier persona era mejor que yo.
Fue esa la principal razón por la que le pedí a Jungkook darnos un tiempo en nuestra relación, porque aquellos celos enfermizos no solo le estaban haciendo daño a él, sino que a mí también, porque yo mismo me rebajaba hasta quedar en la miseria. La culpa de que nuestra relación no funcionara no la tuvo él, sino yo, pero aún así, Eunbin le tiene un gran desprecio.
—Tiene razón —susurro, la cara de Eunbin fue todo un poema; ojos y labios abiertos formando una gran mueca de disgusto y su ceño se frunció demostrando lo sorprendida que estaba. Ella no se esperaba que le diera la razón a Jungkook, pero yo estoy harto de huir de mis sentimientos.
En todo el tiempo en el que estuve separado de Jungkook, pude darme cuenta de muchas cosas ya que recapacité mucho, aprendí que nadie es mejor o peor que yo, y que Jungkook se fijara o no en una persona no me repercute a mi, porque si él me quiere no va a fijarse en nadie más. Y lo más importante de todo, es que aprendí a confiar en los demás.
Cuando me lo encontré en la fiesta del viernes, recordé todas las inseguridades y miedos que tuve durante la relación, pero en ningún momento recordé todos los momentos bonitos que creamos juntos. Cuando Jungkook me confesó que me seguía amando, me entró el miedo que creí haber olvidado.
Sé que aquella noche no me permitía volver a tener una relación con Jungkook porque al parecer seguía estancado en el pasado, y pensaba que si había mejorado tanto, no podía volver al punto de partida. Pero ahora que lo pienso, si he mejorado tanto puedo ser un mejor novio para Jungkook, uno que sí pueda confiar en él.
Jungkook merece conocer la mejor versión de mí mismo, porque lo amo.
—Jungkook —con tan solo volver a pronunciar su nombre provocaba en mi cuerpo miles de mariposas, el nombrado me miró expectante, esperando que dijera cualquier cosa. Pensé unos segundos en lo que iba a decir y si era lo que yo realmente quería, pero las dudas se esfumaron cuando volví a mirar a aquellos ojos que por el que caí totalmente rendido, y en que, aunque mi amiga le hubiera jalado de los pelos, él seguía estando tan guapo como siempre, también me fijé en que aunque Eunbin le seguía mirando mal, él no la miraba siquiera, sus ojos no se habían despegado de mi cara.—¿Podemos hablar a solas un momento?
—Pero.... —mi amiga iba a rechistar, porque yo sabía que ella no estaba de acuerdo con nada de lo que estaba sucediendo, pero se detuvo al ver mi cara, sinceramente, no sé qué tipo de expresión estaría poniendo para que Eunbin, la chica que nunca se callaba y decía siempre lo que pensaba, cerrara su boca y diera un simple asentimiento, además de que dejó de mirar a mi ex como si quisiera empujarlo desde un precipicio.—Os dejo a solas, chicos.
Tras decir aquellas palabras mi amiga se gira sin tener nada más que añadir, y tal y como dijo nos deja a solas. Miro la hora que es en mi teléfono, sé que no tengo el tiempo suficiente que necesito para confesarle a Jungkook todo lo que siento, porque pronto comenzará la siguiente clase y sé que lo que yo tuviera que decir, tendría que decirlo rápido para que Jungkook comprenda todos mis sentimientos.
—Sé que hemos tenido nuestras diferencias, y que ambos lo hemos pasado bastante mal por culpa de nuestra relación —empiezo a decir jugando con mis dedos, retorciéndolos, sin ser capaz de mirarle de frente. Jungkook sigue mirándome con esa mirada penetrante que tenía, la cual me hacía querer esconderme bajo una piedra. Sin embargo, pese al miedo que se había instalado en mí, quería contarle todo lo que tenía guardado.—Quiero que sepas que nuestra relación acabó por mi culpa, tú no tuviste nada que ver con mi decisión de darnos un tiempo, fui yo mismo, tú no hiciste nada malo. Fueron mis inseguridades las que me impidieron ser feliz contigo, porque tuve tantos celos que....
—Yo también los tuve —interrumpe Jungkook dando un paso hacia mí.—Tuve tantos que no quería que nadie se acercase a ti como fuera.
Su voz tuvo se entornó grave, sus ojos que a pesar de ser negros, parecía que se habían oscurecido hasta ocultar por completo su pupila. Las palabras que utiliza para referirse a sus celos sólo hace que me preocupe severamente de mi corazón, pues este no paraba de latir, las piernas que creí tenerlas firmes empezaron a temblar cuan flan. No obstante, que él tuviera precisamente celos me dejó fuera de margen, ya que ¿Por qué tendría celos?
—Deja de jugar conmigo, Jungkook —mi voz sin quererlo sale entrecortada, di un paso hacia atrás negando con la cabeza.
Veo como frunce el ceño levemente, pareciera que era él que no entendía lo que yo le estaba diciendo, y que era yo quién estuviera diciendo alguna tontería.
—No estoy jugando, es así como me siento, porque Taehyung, como no iba a tener celos si lo eras todo para mí, tenía miedo a que alguien más te gustase y te alejaras de mi lado. Y si te digo la verdad, aún sigo teniendo ese miedo —mis ojos empiezan a humedecerse al escuchar las palabras de Jungkook, me siento tan estúpido. Siempre me centré en mí, siempre pensé en mí y en mis inseguridades, nunca se me pasó por la cabeza en pensar en lo que realmente sentía Jungkook. Mis ojos estaban tan cristalizados que me es imposible detener la lágrima que rueda por mi mejilla.
Jungkook al verme llorar revuelve sus cabellos con frustración, mira hacia otro lado mordiendo su labio sin saber como medir su frustración.
—Estoy tan enfermo de celos, que te juro que si yo me hubiera enterado que te habías besado con otro chico que no fuera yo durante nuestra ruptura, le hubiera dado una puta paliza, Taehyung. Creí que pediste que nos diéramos un tiempo por culpa de mis celos enfermizos, es por ello que cada día he tratado de mejorar.
—J-Jungkook....
—No pude soportar que te fuiste de mi lado por mi maldita culpa e intenté olvidarte saliendo con otras personas, como ya sabrás, no me funcionó —rió sin gracia extendiendo sus brazos a sus costados y luego los deja caer con brusquedad.—Sé que la cagué contigo en la fiesta de Namjoon y me comporté como un verdadero capullo, pero cuando te acercaste a mí y te vi no supe como reaccionar. Mi mente comenzó a funcionar cuando vi como te marchabas, ahí fue cuando me di cuenta de lo mucho que te echaba de menos y en que, estaba dispuesto a perder mi orgullo para recuperarte de nuevo.
—Jungkook, yo....
—Aunque las cosas no salieron como pensaba, cuando entré a ese baño y te vi de espaldas, lo único en lo que pensé fue en follarte ahí mismo.
Tenía la intención de seguir hablando, pero yo no le dejé, las palabras que soltaba y el sentimiento con el que se expresaba hacía que todo mi cuerpo temblase, me hacía querer comportarme de todo menos racional, quería...Quería que sus palabras se hiciesen realidad, quería que Jungkook me follara.
Mis ojos empezaron a subir desde sus fuertes muslos escondidos bajo ese pantalón negro, seguí mi camino por su abdomen y brazos, y me di cuenta que la camiseta que llevaba sólo hacía resaltar sus músculos, y entonces me paré en sus ojos, que aunque en este instante estaban demasiado oscuros y que ese brillo de deseo reflejándose en ellos me hacía sopesar cualquier decisión que implicara decirle un sí. Un sí que conllevaría volver a estar juntos.
Sin pensarlo demasiado dejo que mis piernas tomen el control y retomo los pasos que había retrocedido para encaminarme hacia Jungkook. Su cara mostró sorpresa al verme llegar de esa manera pero cualquier rastro de sorpresa se esfumó cuando estampé con ahínco mis labios con los suyos. En un principio y como bien sospeché, mi ex se quedó estático pero de repente él tomó el control del beso abriendo mis labios con los suyos, mi boca se abrió por inercia al movimiento y entonces él aprovecha el espacio para meter su cálida lengua y robarme un suspiro que más bien se asemejaba a un gemido contenido.
Nuestras bocas se movían con fuerza y fervor, incluso nuestros dientes chocaban entre sí al ser un beso desesperado y sin control alguno, mis manos ya estaban entre los mechones oscuros de Jungkook, jalándolos con fuerza provocando que él soltara gruñidos contra mi boca, en cambio, sus manos se deslizaban por todo mi cuerpo sin tener ni la más mínima intención de ser amable, metió sus ásperas manos bajo mi camiseta y sus dedos se incrustaban en la piel de mi espalda, haciendo que sintiera dolor y placer al mismo tiempo.
Dobla su cara agarrando la mía sin dejar opción a que me moviera y aprovecha el nuevo ángulo para seguir masacrando mi boca con aquellos labios que se habían vuelto mi maldita perdición.
—J-Jungkook...tenemos que par...ar -fue ahí que entre beso y beso me percaté que seguíamos en frente de la universidad y que perfectamente alguien nos podría ver como nos besábamos.—Para...
—Silencio —gruñe sin vacilación mientras que sus dedos mueven mi mentón hacia un lado para que Jungkook pueda besar mi cuello con la misma intensidad que antes.
Con gran esfuerzo logro poner las palmas de mis manos sobre su amplio pecho y con la mínima fuerza que consigo reunir pese a la brusquedad de Jungkook, hago que nuestros labios se separen, aunque no lo suficiente, pues estos se habían quedado a centímetros. Entonces él me frunce el ceño con irritación y hace el amago de volver a besarme pero soy más rápido y echo la cabeza hacia atrás.
—Estamos en la universidad —intento hacerle entrar en razón que besarnos de esa manera puede atraer alguna que otra mirada juiciosa y que quizás nos llamen la atención.
—Me importa una mierda, Taehyung —su voz suena demasiado grave para mi bienestar mental y físico. Veo lo rojo que se encuentran sus labios y no dudo que los míos estén igual, y sé que Jungkook piensa lo mismo puesto que con aires de rebeldía baja sus ojos a mis labios, y con una sonrisa pícara me vuelve a mirar.—Estando tú de esa manera sólo me entran ganas de follarte delante de todos.
Inmediatamente mi puño vuela hacia su pecho como un manotazo, sintiendo que mis mejillas se van calentando por las guarrerías que me suelta. Jungkook ríe divertido por mi acción, y sin dejar de reírse planta un beso en mi frente. Después apoyo mi cabeza en su pecho, apoyando prácticamente todo mi peso en su cuerpo, pero Jungkook no parece molestarse por ello, al contrario, me rodea con sus fuertes brazos, apretujándome contra él. Mis brazos no tardan en abrazarle la cintura y encajar mis manos en un agarre tras su espalda, como él también lo hacía conmigo.
Me dejé llevar por el calor de su cuerpo, el mismo que hacía que todo yo fuera de gelatina, me dejé llevar por su embriagado olor, y me dejé llevar por el suave latido de su corazón, que a partir de este momento se ha convertido en mi sonido favorito.
—A la pregunta que me hiciste.... —comienzo a hablar sobre su pecho, sintiéndome de pronto inseguro. Jungkook al notarlo me aprieta aún más si es posible.
—¿Sí? —su voz se escuchó en lo alto de mi coronilla.
Apreté mis ojos, teniendo unas tremendas ganas de llorar y huir, pero tan rápido que me vino ese pensamiento lo deseché y lo encerré en un cajón bajo llave, pues no estaba dispuesto a volver sentirme de ese modo. No, ya no. Quiero una mejor versión de mí mismo.
Ya es hora que no deje marchar a mi hombre.
—Quiero intentarlo de nuevo —solté las palabras tal cual me vinieron a la mente, pues no tenía el tiempo suficiente de ir tirando la cuerda y soltando sin llegar a ningún sitio en concreto.—Quiero estar contigo, Jungkook.
Los brazos que me rodeaban se ponen tensos y noto que todo su cuerpo se queda estático. Al suceder aquello me imagino lo peor, mi mente empieza a llenarse de pensamientos negativos, ¿Quizás haya llegado tarde? ¿Y si ya no quiere nada conmigo? ¿No me quiere? Cuando creí que las lágrimas estaban a punto de salir, los brazos de Jungkook dejan de brindarme su calor para luego separarme de su cuerpo con rapidez. Nuestros rostros quedan de frente al mirarnos directamente, entonces veo la seriedad recorrer en cada una de sus facciones, cualquier rastro de expresión había desaparecido.
Realmente me miraba de manera vacía y carente de emoción.
Su cambio brusco me hizo sentir pequeño, indefenso incluso. ¿Entonces es verdad, no quiere estar conmigo?
—J-J-Jungkook no hace falta que... .—mis palabras salen temblorosas y titubeantes, carecientes de valentía. ¿No hacía falta qué Taehyung? ¿No hacía faltar decir que ya no siente lo mismo?—Entiendo que ya no quieras...Estar conmigo.
Ahora mismo me era imposible mirarlo a los ojos y tener que combatir con esos dos pozos sin fondo, no quería verme reflejado en ellos y no ver ningún sentimiento. Sin embargo, un golpecito en mi frente hace que una mueca de dolor se instale en mi cara y un chillido se haga presente, me llevo la mano a la zona.
—¡Ay! —me quejo.—¿A qué ha venido eso? —entonces lo miro y veo cómo sus labios se estiran en una sonrisa.
—No quería que siguieras soltando estupideces por esa bonita boca.
¿Eh?
—¿Qué..?
—Taehyung a veces dudo de que tu intelecto sea el adecuado —se ríe soltando una carcajada que hace que mi pecho vibre, y que quiera atesorar sus risas como si fuera el mejor regalo del mundo, optando por supuesto que me acaba de llamar tonto en mis narices.
Intento replicar y refutar su insulto pero no llego a decir nada pues sus labios vuelven a estar sobre los míos, devorándome como él lo sabe hacer. Nuestros labios truenan tras dejar de tocarse, entonces Jungkook junta nuestras frentes, y de manera inesperada roza su nariz con la mía en un movimiento suave y excesivamente tierno.
—¿Entonces, es un sí? —no puedo evitar preguntar, mordiéndome el labio a la espera de su respuesta y siendo partícipe de como sus ojos brillan como dos soles.
—Sí.
En mi pequeño cuerpo no cabía toda la felicidad que sentía, estaba que podía saltar y correr como un loco, pues Jungkook hacía que todo fuera posible, hacía que todo lo imposible fuera posible, hacía que nuestro futuro estuviera entrelazados, hacía que nuestros meñiques llevasen ese ridículo hilo rojo, que conectaba eternamente nuestros corazones.
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