2.

—Voy a follarte tan duro que no podrás caminar por días.

Jungkook acercó de nuevo sus labios al lóbulo de mi oreja, y pegó aún más —si era posible— su entrepierna a mi cuerpo mientras que sus manos seguían enterrándose en el hueso de mi cadera con posesión.

—Jungkook —literalmente suspiré su nombre, totalmente drogado por la esencia de mi ex.

El pelinegro sonrió con sorna y me miró con deseo, esos ojos llenos de deseo contenido sólo hicieron que me sintiera de gelatina. Sólo faltaba una mirada de Jungkook para que dejase de pensar y tal vez dejarme llevar.

Y claramente no estaba pensando cuando mi ex acercó su miembro hacia mi entrada, que aún —para mi suerte o para mi desgracia— tenía mi bóxer puesto, por lo que Jungkook no hizo más que frotarse contra mí, agarrando esta vez mis nalgas con fuerza, ejerció tanta fuerza sobre sus dedos que empecé a sentir un delicioso dolor en mi piel.

Solté otro jadeo por la acción cometida.

—¿En serio estabas tan necesitado? —las esquinas de mis comisuras se estiraron hacia arriba formando una sonrisa burlona, pegué mi frente sobre la fría pared del baño. Se notaba que el ambiente se estaba volviendo cada vez más pesado.—Hace un rato tenías a muchas dispuestas para hacerlo contigo, ¿Por qué te contienes tanto?

Jungkook hizo una mueca parecida a una sonrisa y alzó una de sus manos manos para acariciarme la barbilla con sutileza, sin embargo, solté un alarido de sorpresa cuando tiró de ella hacia un lado para que pudiese mirarlo a los ojos. Aquellos ojos que estaban oscuros, seguramente por la lujuria, me devolvían la mirada con fuerza.

—Ya sabes la respuesta a esa pregunta —sus labios acariciaron los míos al hablar, casi cierro los ojos al sentir su cálido aliento rozar mi boca y parte de mi barbilla.

—Sí —aspiré fuerte. Claro que la sabía, y la respuesta era simple: era por mí—Sí que la sé.

Nuestros labios estaban muy cerca, era consciente de que si me echaba hacia delante podría besarlo y sabía que si lo besaba no habría vueltas atrás, y eso conllevaría volver a caer ante los encantos de Jeon Jungkook. No obstante, no podía evitar que mi pecho bajara y subiera con la respiración a un ritmo acelerado y tener los ojos nublados por el deseo que poco a poco se iban apoderando de mi cuerpo y la vez de mi mente.

Sus labios tenían aquel color rosa natural que tanto me había gustado, aquel labio que me pedían que sucumbiera ante el deseo y la lujuria que envolvían nuestros cuerpos. Aquellas manos grandes y gruesas que tantas veces me habían acariciado y agarrado con fuerza. Aquellos fuertes brazos que tantas veces me habían abrazado y arropado como si un manto se tratase.

Sin embargo, sabía o me quería convencer de que esto estaba pasando por el deseo carnal que nos teníamos, y que aquellos brazos no se sentían calientes o acogedores como a mí me hubiera gustado que fuera, ni esa mirada lujuriosa me miraba con el cariño de antes. Ahora era como si todo estuviera vacío y frío.

Con muy a mi pesar y entre sus brazos conseguí darme la vuelta hasta que nuestros ojos estuvieron en contacto, aunque claro, él tenía que mirar hacia abajo porque yo no era lo que se dice alto. Mi cabeza le llegaba por la clavícula, y gracias a mi estatura pude ver como su camiseta se ceñía perfectamente a sus músculos, al igual que sus brazos, que cuando se tensaban la camiseta también lo hacía. A pesar de todo lo que había dicho, no podía evitar decir que mi ex estaba muy bueno.

Joder.....¡A la mierda!

Agarré con fuerza las solapas de su camiseta y sin pensarlo dos veces estampé mis labios con los suyos haciendo que soltase aire por la nariz, quizás aliviado de que por fin me estaba besando, o bueno, yo le estaba besando. Al principio él se sorprendió por mi iniciativa pero aquella sorpresa no tardó en desaparecer, pues sus manos agarraron con fuerza mi cintura, casi cogiendo mi camiseta en un puño mientras me apretaba contra la pared. Suspiré al estar exquisitamente entre su cuerpo y la pared.

Nuestras respiraciones se tornaron bruscas cuando el beso empezó a volverse más salvaje y descontrolado, un ruidito sale de mi garganta al sentir los dientes de mi ex en mi labios inferior y tira de este con una lentitud casi letal. Agarré su nuca con la palma abierta de una de mis manos y la otra la aventuré por debajo de su camiseta, mis dedos tocaron la piel tersa de su abdomen marcado y una sonrisa amenazó por salir al sentir como se estremeció bajo mi toque.

No estaba pensando con la cabeza fría, no estaba consciente de que posiblemente este suceso acabaría atormentándome y quizás arrepintiéndome de haber puesto mis malditos ojos sobre Jungkoook y haberle seguido el juego. Y a pesar de eso no era capaz de apartarme e irme lejos de su cuerpo, era como si él tuviera una especie de imán y no importa las ganas que tenga de alejarme, siempre terminaría junto a él.

El día en que Jungkook y yo decidimos dejar nuestra relación, me perdí, me perdí completamente. Al principio lo llevaba bien, pues tontamente pensaba que su ausencia no me haría daño ni mucho menos le echaría de menos. Una patada en las pelotas hubiera dolido menos que el tormento que tuve que pasar.

Recuerdo que me encerraba en mi cuarto negándome a salir y enfrentar a la cruel realidad que tanto me esperaba, lloraba todo el día e incluso me despertaba empapado de sudor y llamando con el corazón encogido al idiota de mi ex. Eunbin fue la única que me entendió, fue la única que se acostaba conmigo en la cama y permanecía ahí hasta que yo me quedara dormido, fue la única que estuvo conmigo, fue la única que pudo secar mis lágrimas y sacarme del agujero que poco a poco me iba hundiendo.

Y verme aquí, enrollándome con el tío que en su día me hizo daño. Si es que soy masoquista.

De un momento a otro siento como Jungkook sonríe en medio del beso, ladea la cabeza y desde la nueva posición consigue meter su lengua en mi boca, abre mi boca con la suya mientras que nuestras lenguas entraban en una especie de lucha de quien domina a quien. Jungkook se iba tragando todos los gemidos que iba soltando y yo me tragué cada gruñido que él emitía. Sube una de sus manos a mi barbilla, en donde con fuerza la agarra haciendo que mis mejillas se vieran encogidas por la presión y sigue penetrando mi boca con su húmeda lengua.

En cambio, yo pongo mis manos en su cintura, apretando su camiseta en un puño e intentando apoyarme en su cuerpo para no perder el equilibrio por la nueva posición en la que nos estábamos besando. En esta ocasión una serie de ruidos y gemidos ahogados salían de lo más profundo de mi garganta. Mi mano izquierda recorre su abdomen hasta parar sobre su duro pecho, ejerzo un poco de presión para separar nuestras bocas unos centímetros, con la nueva distancia aprovecho para morderle el labio inferior, provocando que emitiera un gruñido y apartara su mano de mis mejillas.

Gracias a la presión que ejercía sobre mis mejillas siento un leve dolorcito en las mismas, pero no me da tiempo a quejarme al respecto cuando él habla.

—¿Qué crees que haces? —susurró con la voz ronca y jadeante.

—No, ¿Qué haces tú? —cuestioné con el ceño fruncido mientras me toco las mejillas.

—No debiste hacerlo.

Lo miro a los ojos manteniendo mi ceño fruncido, aunque sintiera mis mejillas calientes gracias a su tacto, y tal vez un poco adoloridas, no podía evitar observar de nuevo su rostro masculino, su mandíbula perfilada, su nariz, sus cejas, y sus ojos que me devolvían la mirada. Tuve el impulso de alzar la mano y acariciarle su mejilla, ante ese pensamiento frunzo más mi ceño y me regaño mentalmente por haber querido hacer tal cosa.

Sin embargo, cualquier pensamiento se esfuma de mi mente en el momento en que Jungkook se agacha por unos momentos, para luego agarrar la parte trasera de mis piernas y con la fuerza de sus brazos me alza, provocando que mis pies dejaran de tocar el suelo. Con sorpresa y con el grito a medio salir, abrazo su cuello con mis brazos y enrollo su cintura con mis piernas tal como lo haría un koala.

Jungkook no dice nada al respecto, sólo se dedica apretar mi cintura con sus manos, por la vergüenza que estaba pasando termino por esconder mi rostro en el hueco que hacían mis brazos al abrazar su cuello, al tiempo que siento como mi ex comienza a caminar por el baño y de pronto sentí miedo cuando mi trasero siente la cerámica de los lavabos. Termina por sentarme al completo, deja de tocarme la cintura para acariciar mi ingle con un simple roce de sus dedos, luego empieza a acariciarme las piernas con las palmas abiertas, toca desde la curva de mis rodillas hasta la ingle nuevamente.

Poco a poco dejé de abrazar su cuello, deslicé mis brazos por su anchos hombros hasta dejarlos en mi regazo, junto con sus manos, pues él había dejado de tocarme las piernas y ahora sus manos descansaban peligrosamente por la zona de mi entrepierna. Con la vista fija en su rostro me eché hacia atrás hasta que mi espalda se recostó en el gran cristal que aportaba el baño. Trago saliva moviendo mi nuez de Adán sintiendo los nervios apoderarse de mi cuerpo el pasar de los segundos e intentaba que mi respiración no se viera afectada por la nueva posición.

Yo sentado sobre la mesa de los lavabos, y él entre mis piernas.

Jungkook miraba fijamente mis labios que en estos momentos se encontraban entre abiertos, los miraba de una manera que lograba estremecer cada parte de mi cuerpo y sintiera un pequeño escalofrío en mi espalda baja. Sus ojos oscuros iban de mis ojos y nuevamente a mis labios, y así de manera viceversa. Casi inconscientemente muerdo un poco mi labio inferior y me sentí lleno de poder al ver cómo tensaba sus hombros y el músculo de su mandíbula se reflejó cuando apretó los dientes. Alza la barbilla sin romper el contacto de nuestros ojos, y de esta forma desliza una de sus manos hacia mi espalda.

Intento parecer normal y que su toque no me afecta en absoluto cuando su mano llega a posarse en mi espalda baja y con fuerza hace que me ponga recto en un movimiento tan rápido que hizo que apoyara mis manos en sus hombros. Nuestros rostros quedaron a escasos centímetros cuando lo miré de nuevo a los ojos, nuestras respiraciones y alientos se mezclaban sin problema alguna y desde mi posición podía ver cada lunar que adornaba su piel. Su otra mano, la cual seguía en mi regazo, la llevó a mi cuello para luego rodearlo y ejercer una leve presión. Solté un jadeo sin siquiera evitarlo.

Sin embargo, mi confusión se hace presente cuando empieza a echarme hacia atrás manteniendo su mano en mi cuello, hasta que mi espalda queda nuevamente recostada en el espejo. Un grito de sorpresa sale de mi boca cuando con su otra mano jala mi cadera hacia su cuerpo, de manera que quedo casi tumbado sobre la mesa de cerámica, era una posición un poco incómoda pero igualmente era placentera. Sin dejar de mirarme comienza a sacar mi camiseta de los pantalones hasta alzarla sobre mi abdomen, mi respiración amenaza por descontrolarse en el momento en que su mano libre empieza a quitarme el cinturón.

En el baño sólo se escuchaba nuestras respiraciones y el sonido metálico del cinturón, mi corazón casi se detiene al ver que toda mi zona de la entrepierna queda a su merced, la cremallera la había bajado sin darme cuenta y ahora se veía mi pantalón abierto dejando ver la tela oscura de mis bóxers.

—Jungkook...—susurré su nombre en un jadeo, sus manos tiran de mis vaqueros con fuerza hacia abajo, ahora el borde de los mismos estaban casi en la parte trasera de mis piernas y el largo seguramente tocando el suelo del baño.

—Cállate —me dice sin ánimos de ser amable. Encuentro la fuerza en mis brazos, por lo que los elevo y mis manos tocan su pecho, y un escalofrío me recorre cuando soy capaz de sentir el latido de su corazón bajo mis palmas.

El aspecto de Jungkook seguramente sea como el mío, y seguramente también tenga las mismas ganas que yo de hacerlo, que seguro está notando la dureza de mi miembro, pues diré algo, yo también notaba lo duro que estaba el suyo. Sin embargo, algo dentro de mí me decía que no merecía la pena perder mi dignidad de esta forma, ni mucho menos con mi ex, en el baño de Namjoon. Me negaba a ser usado y luego olvidado, no otra vez.

A pesar de su presión de su mano en mi cuello conseguí volverme a sentar sobre mi trasero, mantengo mis manos en su pecho mientras que abro mis piernas hasta donde me permite los pantalones, y dejo que su cuerpo quede atrapado entre mis piernas. Le miro a los fijamente, sin perder ningún detalle de su rostro a lo que él alza una ceja, casi retándome.

Una de las manos que estaba en su pecho comienza a descender por todo su torso hasta toparse con su cinturón, Jungkook deja de seguir el camino de mi mano para mirarme a los ojos, de esta manera parece que me esté advirtiendo de mis actos o de lo que haré a continuación. Sin dejar de mirarlo meto mi mano dentro de sus pantalones y a su vez en sus bóxers. Reprimo mis ganas de suspirar al notar lo caliente que se encontraban, bajo un poco más hasta tocar su miembro con la yema de mis dedos.

Jungkook aspira fuerte por la nariz a la vez que alza la cabeza y cierra sus ojos con fuerza. De golpe deja caer sus manos a cada lado de mi cuerpo, al igual que su cuerpo se recostaba sobre el mío, entierra su rostro en el hueco de mi cuello, abro la boca mientras frunzo mi ceño pero de ella no sale ningún ruido que pudiera delatarme. Sin pensar mucho en las consecuencias abro mi mano y lentamente voy envolviendo su miembro, sintiendo la calidez bajo mi palma.

—Siempre te gustó provocarme —su aliento choca con la piel de mi cuello, provocando que inútilmente dejara caer mis barreras de defensa, por lo que de mi boca salió un gemido, pero no se llegó a escuchar demasiado puesto que tenía mi boca a escasos centímetros de su camiseta. Intento ignorar lo que me dice y me concentré en hacer movimientos circulares con mi mano alrededor de su falo. —¡Joder! —gruñó entre dientes mientras apoyaba su barbilla en mi hombro.

Mi hombro y brazo se movían de arriba y abajo gracias a los movimientos que realizaba, llegaba desde la punta donde con mi pulgar acariciaba la cabeza del miembro hasta llegar al inicio, lo hacía una y otra vez, en un ritmo constante pero al mismo tiempo lento. Y Jungkook no paraba de emitir jadeos y gruñidos, e incluso sentía sutilmente sus dientes morder mi hombro. Sin darme tiempo a reaccionar empezó a mover su cadera simulando unas embestidas mientras que yo seguía proporcionándole placer con mi mano. Incluso el movimiento se tornó un poco brusco y yo a causa del placer que también estaba sintiendo gemía cerca de su oído, y quizás lo hacía para estimularlo más o tan sólo provocarlo.

En ese instante comprendí que también se podía pasarlo muy bien sin tener sexo directo.

Cada vez más el peso de su cuerpo hacía que me fuera un poco hacia atrás, pero al parecer notó que no era capaz de soportar su peso ya que rápidamente colocó una de sus manos en mi espalda baja y me empujaba a su pecho. Con un gruñido ronco, Jungkook alza la cabeza al tiempo que yo también lo hacía, de manera que mientras lo acariciaba con mi mano nos mirábamos a los ojos, los suyos estaban totalmente oscuros por el deseo, el iris había casi desaparecido. Nos tomamos nuestro tiempo en observar el rostro de cada uno, en ese momento me percaté del lunar que tenía justo debajo del labio inferior.

Nunca le he dicho que ese lunar siempre me había gustado y no pienso decírselo jamás, ya tenía el ego lo suficientemente alto.

Jungkook termina por apoyar su frente sobre la mía, cierra los ojos mientras que fruncía levemente el ceño pero, yo no podía cerrar los míos, quería ver su rostro y admirarlo. Había detenido las caricias sobre su miembro, sin embargo, eso no le parecía importar en estos momentos pues, suspiró de una manera que me dejó mucho qué pensar. Saqué mi mano de sus pantalones, no dudé en pasar mis dos brazos sobre su cuello y pasé a acariciarle la nuca con mis dedos.

El sonido de la música dejó de escucharse y sólo quedamos nosotros dos en el baño, como si nada más existiera a nuestro alrededor, como si sólo fuéramos nosotros dos en el mundo, como si...Como si todo volviera a ser como antes. Entonces para mi sorpresa, Jungkook se inclinó hacia mí y me besó con suavidad, jadeé totalmente perplejo, ya que no me esperaba ese beso de su parte, pero lo dejé pasar y cerré los ojos aferrándome a él con mis brazos, disfrutando de nuestro momento. Sin detener el beso, una de sus manos acunó mi mejilla y tímidamente metía su lengua en mi boca.

Un extraño hormigueo recorrió todo mi cuerpo cuando me percaté de cómo me besaba, de cómo me acariciaba y de cómo me trataba, lo hacía con tanto cuidado, como si realmente temiera que me fuera a romper en cualquier momento. Y mis ganas de llorar cuan niño pequeño se hicieron presente al percatarme de que Jungkook me estaba besando como la primera vez. Como la primera vez que nos atrevimos a tocar nuestros labios, la primera vez que me arropó con tanta delicadeza, la primera vez que dormimos juntos, la primera vez de muchas.

Algo mágico estalló en mi pecho. Sí, esto era lo que se debía sentir cuando te besaban con amor.

Sus manos bajaron hasta mis hombros, rozaron mis brazos y se posaron en mi región lumbar.
Cuando quise darme cuenta ya estaba totalmente sonrojado. Cerré los ojos y apoyé mi frente en su pecho.

—¿Qué fue lo que hicimos mal, Jungkook? —dije echando mi cabeza hacia atrás, sintiendo cómo mis ojos se cristalizaban, sin embargo, me negué a llorar, no quería llorar de nuevo y ni mucho menos estando delante de él. En cambio Jungkook arrugó sus cejas con confusión.—¿Por qué decidimos alejarnos si sabíamos que sería imposible?

—Lo nuestro no era sano, y lo sabes. Decidimos acabar con eso que teníamos como dos personas maduras, pero parece que no sirvió de nada.

Reí ante sus palabras.

—Nuestra relación era bastante bonita.

El silencio se hizo presente, algo que casi nunca pasaba entre nosotros. Sólo se escuchaba el leve ritmo de la música de abajo y el sonido descontrolado de mi corazón por los acontecimientos anteriores.

—Lo siento por lo de antes —miré sorprendido a Jungkook. Lo conocía demasiado bien para saber que él no era de los tipos que se disculpaban.—Por haberte hablado así antes, no iba en serio, y lo sabes —alcé la mirada para mirarle a los ojos, me sorprendió ver que lo único que reflejaban era tristeza.—Estaba dolido y a la vez muy enfadado contigo —escuché su suspiro fastidioso.—Perdóname por haberme comportado como un capullo, no te lo merecías.

—¿Por qué tendrías que estar enfadado conmigo? —mi corazón cada vez más latía con más frenesí.—Tu también estabas de acuerdo en dejar la relación.

—Joder, Taehyung —revolvió su cabello irritado.—Estuve de acuerdo porque tú también lo estabas —sentía que en cualquier momento el corazón se me saldría del pecho y las lágrimas saldrían en cualquier momento.—Te amé demasiado como para tenerte amarrado a una relación que...Que seguramente acabaría lastimándonos. Por eso acepté cuando me propusiste darnos un tiempo, no quería lastimarte, aunque eso conllevara lastimarme a mí mismo.

—Jungkook...

—¿Por qué crees que hoy estoy aquí? —me miró expectante, esperando una respuesta por mi parte, sin embargo, negué con la cabeza sin saber qué decirle.—Por que aún siento por ti lo que sentía hace un año, Taehyung.

El corazón me latía tan rápido y tan fuerte contra mi caja torácica que pensé seriamente que realmente se me saldría del pecho por los frenéticos latidos que hacía, eso provocó que en el centro de mi pecho empezara a sentir un dolorcito. Tragué saliva sintiendo los músculos de mi cara tensos al igual que el resto de mi cuerpo, sin saber cómo moverme. Sin embargo, mis ojos estaban tan abiertos que de esta manera podía sentir las lágrimas acumuladas, y tuve miedo de que éstas salieran y mojasen mis mejillas, dejando ver la evidencia de lo mucho que me había afectado sus palabras.

¿Cómo puede sentir algo por....mí?

Incluso la respiración se me volvió errática sin yo quererlo, lentamente deslicé mis manos hasta quedar en sus brazos, en donde hice un puño mis dos manos y ejercí presión sobre ellos, quería cerciorarme de que esto no se trataba de un puto sueño. Sin querer seguir escuchando nada de lo que tuviera que decir intenté apartarlo de mí utilizando mis manos, él en cambio no se movió de su lugar. Entonces con los sentimientos acumulados dentro de mí exploté, comencé a removerme entre sus brazos con el deseo de alejarme del lugar y sobre todo de él. Sabía que no debí meterme con él, no debí hablarle en un principio, ni siquiera una mirada.

—¡Apártate! —le dije volviendo apretar mis manos sobre sus brazos y mirándolo casi derrotado, y quizás notó lo rojo que estaban mis ojos pues dejó de tocarme pero no dio un paso hacia atrás.—Por favor Jungkook, quiero salir.

—¿No me escuchaste? —rió sin gracia.—Dije que jamás dejé de amarte.

Intenté empujar a Jungkook, pero sabía que sería imposible, él siempre ha sido más fuerte que yo.

—¡Cómo me puedes decir esto! —le grité de nuevo sin poder controlarme.—¡Hace unos minutos te estabas besando con una chica! Por favor Jungkook, no soy estúpido.

Mi ex me miró enfurecido, sin embargo, sin decir nada dio dos hacia atrás, dándome la suficiente distancia para poder levantarme de la mesa de cerámica y ponerme de pie al tiempo que me ponía los vaqueros. Un silencio sepulcral se instaló en el baño, envolviéndonos de manera que el ambiente se pudiera cortar con un cuchillo. Tras chasquear con mi lengua sintiendo un pequeño malestar en la boca del estómago, le eché un vistazo rápido a Jungkook para luego caminar hacia la puerta.

Sin embargo, como me temía agarró mi brazo antes de que pudiera escapar. Quise apartar mi brazo y liberarlo del agarre de Jungkook, pero al no tener éxito pese de haber estado tirando y exigiendo que me soltase, no tuve más de otra que arañarle el brazo con mi mano libre. Si sintió dolor no lo mostró en su rostro, pero de todas maneras conseguí librarme de su agarre. Mi sonrisa triunfal desaparece cuando mi ex me rodea con rapidez y se pone entre la puerta y yo.

—Creo que pudiste superarme muy bien —dije al ver que no tenía ninguna intención de dejarme marchar, tras soltar un suspiro cruzo mis brazos.—No me vengas con tonterías ahora.

—Sólo quiero que me escuches —dijo por fin, se pasó las manos por su pelo negro de un modo casi desesperado. Pareció notar mi pequeña molestia, ya que juntó sus manos y me miró de un modo que ni yo mismo le podría decir que no.—Por favor.

Odio cuando pone ese tipo de caras. No debería de ceder tan rápido, es más debería irme de aquí y no verlo más, pero vamos, se trata de Jeon Jungkook.

—Está bien, habla —reprimí mis ganas de querer abrazarlo y apretujarlo entre mis brazos cuando sus ojos brillaron de un modo que no supe ni de descifrar.

—Yo...Yo te quería superar, intenté superarte y poder pasar página e intentar ser feliz con otra persona —mordió su labio mientras se rascaba la parte trasera de su cabeza, por mi parte ignoré el malestar que su frase me causó.—Pero...Creo que....Creo que mi corazón no supo estar sin ti —apreté mis labios sintiendo un leve temblor en mis mejillas, también apreté con fuerza mis manos en puños e intentando calmar a mi maldito corazón.

¡No debo emocionarme con cada cosa que salga de su boca! Ni siquiera debo de buscar alguna mínima esperanza de volver con él, aunque mi yo interior grite para que lo haga. Lo nuestro terminó de manera unánime, y era lo mejor para los dos, porque nos estábamos haciendo daño y debíamos continuar pero en caminos separados.

Sé que cada lágrima era por él, sé que deseaba y anhelaba volver con él y sentirme completo de nuevo estando a su lado, pero luego a mis recuerdos volvían los gritos, la desconfianza, los malditos celos. Lo nuestro se volvía cada vez más tóxico, y era casi insoportable. Y que él me diga esto ahora, en estas circunstancias me rompía totalmente el corazón.

Por que, yo...Yo quiero volver con él...Pero no debo.

—Podemos volver a intentarlo —el tono en que lo dijo provocó que agachara por unos momentos la cabeza. Sentía un nudo en la garganta y parecía que las palabras mismas se negasen a salir de mi boca. Aquel tono melancólico no me calmaba en absoluto, al contrario, hacía que yo me viera en una tempestad y me ahogase en lo más profundo del océano.

El hecho de sugerir de volver a estar juntos sólo empeoraba las cosas, y cada vez más me doy cuenta de que ninguno de los dos estaba preparado para una relación y ni lo estamos ahora.

Ignoré cada señal que me indicaba mi cuerpo de acercarme a Jungkook, intentaba con todas mis fuerzas ignorar aquella mirada que tanto me había costado olvidar, aquella mirada que tanto había añorado ahora me devolvía la mirada, pero no del modo que yo hubiera querido. Ni siquiera el momento idóneo para que se pusiera en ese estado nostálgico.

—¿Q...Q-Qué te parece....Ser....amigos? —me costó horrores decir aquella frase sin sentir que en cualquier momento me iba a derrumbar. Intenté permanecer fuerte cuando sus ojos transmitieron más que desilusión y una horrible tristeza que jamás había visto en sus ojos.

—¿Amigos? —arrugó el ceño casi con asco al pronunciar la palabra, asentí sintiendo una leve tensión en lo alto de mi espalda.—¿Amigos que pueden follar? —sus orbes mostraron un rayito de esperanza y me sentí mal al saber que yo sería quien rompiera esa esperanza que tanto se aferraba Jungkook.

—No.

Jungkook me miró sin ninguna expresión en su rostro, cualquier expresión que haya podido expresar había desaparecido totalmente y ahora lo sustituía una cara completamente seria, incluso sus ojos dejaron de brillar. Ahora sólo veía la frialdad en ellos, carecía de cualquier emoción. Me fijé que sus manos se habían cerrado en puños.

—Jungkook...Yo...

—No me conformaré con un simple no —me estremecí al escuchar que sus palabras sonaban como una promesa. Sin decir nada más y sin darme otra mirada se volvió sobre sus pies y salió del cuarto de baño cerrando la puerta tras su espalda.

De modo que quedé en la absoluta soledad entre las cuatro paredes que formaban el baño y la música de fondo como acompañamiento. Sin saber cómo procesar todo lo que había vivido apenas unos minutos apoyé mi cadera en la mesa de los lavabos y me permití dejar salir un suspiro hondo y largo.

A pesar de que mi respiración volvía a un ritmo normal, y los nervios comenzaran a disiparse por mi cuerpo no podía pasar por alto que había compartido una experiencia sexual y a la vez terapéutica con mi ex.

—Joder —dije soltando otro suspiro mientras me pasaba la mano por mi pelo castaño, acorté la distancia que me separaba de la puerta, salí del baño sin molestarme en cerrar la puerta. Con cierta rapidez me acerqué al inicio de las escaleras y empecé a bajarlas esquivando a los pocos borrachos que habían por ahí desperdigados.

Bajé al segundo piso esquivando una pareja de borrachos que iban tambaleándose y apenas soportar el peso de sus cuerpos, caminando entre la poca gente que había llegué por fin a la salita y sin saber porqué no me sorprendí cuando vi a Eunbi y a Soojin totalmente borrachas, abrazando la cintura de cada una mientras se movían en círculos y balbuceaban cosas sin sentido.

Alzo una ceja al ver que la cabeza de Soojin se apoyó débilmente sobre la de Eunbi, quien puso una mueca de molestia mientras sacudía un poco la suya para apartar el peso extra que tanto parecía molestarla. Sin embargo, Eunbi al verme abrió sus ojos de golpe y descubrí que todo su maquillaje se había salido de su sitio, lo mismo le pasó a Soojin.

—¡Soojin mira, es mi amigo Tae! —dijo mi amiga tras soltar un hipo.—Ha vuelto de su laaargo viaje —una carcajada un tanto ruidosa salió de su boca mientras que echaba la cabeza hacia atrás, por otro lado Soojin alzaba la botella al techo y la empezó a sacudir de un lado a otro mientras arrugaba su cara en una mueca.

—¡¿D-D-Donde es-s-stabas?! ¡Hip! —definitivamente Soojin estaba igual o más borracha que mi amiga.

Pensé qué contestarles todo lo que me había pasado en aquel cuarto de baño sería una pérdida de tiempo, puesto que seguramente lo olvidarían al instante o no me harían ni caso con la borrachera que tenían encima.

Así que simplemente dije:

—Estaba molestando a mi ex.
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