13. Un Filch pervertido, padrinos secretos y Snape Snape Severus Snape.
(Maratón 1/3)
Han pasado varias semanas desde que hable con Dumbledore, y no me ha llamado ni una vez. NI UNA INSIGNIFICANTE VEZ. Y Noa y Cedric andan juntos (*cof cof* gracias a mi colaboración, y la de Lea *cof cof*) aunque John no esta del todo feliz. Flint no nos ha pillado todavía (la broma de Halloween fue E-P-I-C-A, no lo pudieron borrar hasta ayer) y ya nos sabemos el mapa del merodeador de memoria. ¡Y YA HE CONSEGUIDO LA POCIÓN! Solo tenia que ir a la biblioteca y buscar en un libro llamado "Moste Potente Potions" (aunque en realidad era de la sección prohibida, pero bueno, da igual), aunque lamentablemente, la bibliotecaria me ha pillado devolviéndolo.
-Malditos niños, si se llama sección prohibida sera por algo, pero no, tenéis que romper las normas, porque si no, no podéis vivir...-maldice por lo bajo.
-Perdone, señora Prince, pero unos chicos de tercero me obligaron ¿Que iba a hacer yo en esta silla de ruedas? Usted ya sabe que amo los libros... No haría nada...-Digo con cara de angelito inocente.
-¿Quienes eran esos chicos?-Bien, ha colado- Si es que dices la verdad, no te molestara decirlo.
-Eran de Slytherin; Marcus Flint y sus amigos.
-Vale, se lo diré al profesor Snape. Ahora ¡FUERA!-Me dice con mirada fulminante. Yo obedezco sin rechistar y voy hacia los baños del segundo piso. Decidimos hacer la poción allí; nadie suele ir. Culpa de Myrtle la llorona. Intento entrar sin hacer ruido (para no chocarme con Myrtle) pero ella ya me esta esperando allí. Maldita sea.
-¡Hola Myrtle!-Digo con calma forzada. Ella era lo ultimo que me faltaba.
-Annie ¿Que haces aquí? Últimamente estáis viniendo mucho... Tu y esos dos chicos pelirrojos. No me importaría compartir retrete con ellos.-Dice soñadoramente. Yo no evito soltar una carcajada, y ella me echa una mirada fulminante, y se va llorando a su pequeño cubículo. Es muy... sensible. Niego con la cabeza y miro el caldero; ya ha adquirido el tono rosado y pomposo que tenia que tener. Lo meto en pequeños frascos y después meto todo en la mochila. Pero cuando abro la puerta del baño, me encuentro a Filch mirándome con una sonrisa malévola.
-¡FILCH! ¿Que narices haces aqui? Si no lo has notado es el baño de chicas...-Digo con una ceja enarcada.
-¿Que hacías allí dentro?-Dice con mirada inquisitiva.
-Filch, es el BAÑO de chicas. ¿Que crees que hacia? Acaso crees, tal vez ¿Que me estaba burlando de alguien desde la ventana o algo?
-Podría ser.-Entonces mira mi mochila- Enseñame la mochila.
-Filch, pequeño idiota, esto es acoso. Me voy, no nos culpes por que seas Squib, que nosotros no tenemos culpa.-Digo esquivándole y saliendo rodando de allí, mientras le dejaba con la boca abierta. Debería dejar sus documentos mejor guardados en su oficina.- ¡PERVERTIDO!
-¿Annie Potter?
Me doy la vuelta y me encuentro con un chico de 5º Año de Ravenclaw. No evito sonrojarme ligeramente. Lleva un pergamino en la mano... supongo que se me ha caído por el camino o algo.
-¿Sí?
-Esto es para ti.-Dice tendiéndome el pergamino.
-Muchas gracias...-Digo dándome la vuelta y alejándome. Cuando abro el pergamino me encuentro con la delicada caligrafía de Albus. Por fin se ha dignado a llamarme.
"Ven a mi despacho. Conos de cucaracha."
Cualquiera que hubiese leído eso no lo entendería; pero yo si. Me dirijo a la gárgola y pronuncio su nueva contraseña.
-Conos de cucaracha.
La gárgola se convierte en unas escaleras que van avanzando hasta arriba, y yo rápidamente me coloco en el primer escalón. Cuando llego al gran portón que da paso a su despacho, oigo voces, y me paro a escucharlas un momento. Oigo la voz de Albus; se que es suya por la tranquilidad con la que habla; no reconozco la segunda voz, es apagada y un poco grave; según eso, debería ser algún hombre, y el tercero es de Severus Snape, nuestro profesor de pociones; se que es suya por la cantidad de broncas que hemos recibido en este mes. Respiro hondo y toco la puerta. Entonces oigo como todas las voces se callan de sopetón.
-Pasa.-Oigo que dice Albus.
Cuando entro, veo una situación un tanto incomoda; Albus esta sentado en su mesa, masajeando sus sienes, mientras Snape le lanza miradas fulminantes a un tercer hombre; es joven y tiene un montón de cicatrices por la cara y las manos, un pelo marrón despeinado y ojos avellanas que muestran cansancio. Cuando me ve, sus ojos cambian a un color mas alegre y vivo. Le conozco de algo; pero no se de que. Me suena mucho.
-Albus, estoy muy enfadada. ¡Un mes sin decirme nada! Yo pensando que ya me ibas a echar o algo.-Digo mientras Albus esboza una sonrisa.- ¿Que te hace gracia? Estoy enfadada de verdad.
-Bueno, tengo una justificación. ¿Recuerdas que no puedes volver a Privet Drive?-Yo asiento, pero intento no pensar en Harry. Lo ultimo que me faltaba- Pues yo he intentado buscar soluciones. La familia Weasley se ha ofrecido, pero no he podido aceptarlo; si quieres puedes pasar unas semanas allí, pero no era el tema darles trabajo.
-Ahí si que tienes razón, Albus.
-Pues bueno, lo ultimo que se me ocurría era que también tenias otros tutores aparte de tus tíos.
-Mi padrino. Si es que tengo.-Digo un tanto mosqueada. Como si no se me hubiese ocurrido escapar de Privet Drive para buscarle...
-Exacto. Y he tardado un mes en encontrarlo, pero aquí esta. Remus Lupin, te presento a tu Ahijada. Pequeña Annie, tu padrino.-Dice señalando al hombre de cicatrices. El me mira con una sonrisa y yo hago mover la silla de ruedas hasta el, hasta que consigo abrazarle. El se ríe y me abraza también.
-Te pareces tanto a tu madre...-Dice el riendo.
-Pero tengo los ojos de papa y el pelo es un misterio no resuelto.-Digo riendo.
-Sigo pensando que no es una buena idea.-Dice Severus. Yo me aparto de Remus y le miro enfadada.
-¡¿Que no te parece buena idea?! ¡Es el único familiar decente (aparte de Harry) que todavía esta vivito y coleando y no muerto por una maldición asesina, señorito sabelotodo-no-me-parece-bien!-Le grito enfadada.
-También ha adquirido el genio de su madre.-Le comenta Albus a Remus mientras este asiente. Yo me doy la vuelta y miro a Albus.
-¿Y nuestro querido profesor que hace aquí, exactamente?-Digo sarcásticamente mientras miro a Severus.
-Bueno, el sera tu otra ayuda con los poderes.
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