1. ¿Carta para mi?

Despierto de un sobresalto, y me doy con el techo de la alacena de nuevo. Estoy sudando, así que me quito las mantas de encima. Estas pesadillas ya ni siquiera me dejan dormir en paz. Veo que Harry está dormido todavía, así que le dejo dormir y me levanto. Cojo mis gafas y salgo hacia el baño. Por el camino mi pie choca contra uno de los juguetes de Dudley.

-¿Este crío no sabe recoger o qué?-Pregunto masajeandome el pie, con una mueca de dolor.

Tiro el juguete bien lejos y me voy al baño. Entro y lo primero que hago es mirarme al espejo; debajo de mis ojos avellana unas ojeras mas grandes que la cabeza de Tío Vernon (creedme, eso es mucho) toman lugar y mi pelo está hecho un desastre. Bueno, en si es un desastre, y no entiendo por qué. ¿Acaso mis padres tenían el pelo tan... revuelto? No hay ni siquiera adjetivos que describan el nido de pájaros que tengo en la cabeza.

Salgo del baño sin siquiera intentar arreglarme. Ya he aprendido que en las peleas contra eso a lo que la gente llama pelo siempre pierdo. Además, ¿Quién me va a ver pues? Mis veranos consisten en estar metida en casa, sin hacer ruido y procurando no congelar, quemar, empapar o yo que sé a alguien. Ni siquiera sé si mi cicatriz de la frente (el de la izquierda, el de la derecha me lo hice contra un armario. Soy bastante torpe) puede definir si en realidad sobreviví. Sobreviví para estar en un infierno peor. Que bien, alegría palpable por todos los lados, aleluya. Al contrario que Harry, yo sí me acuerdo de mamá y papá. Me acuerdo lo suficiente para saber que no murieron en un accidente de coche, lo suficiente para saber que en realidad nos salvaron la vida. Harry era un bebé cuando murieron, así que bueno, tampoco se puede esperar mucho. Le contaron que habían muerto en un accidente de coche (mentira) y que los del orfanato habían venido a traernos (mentira aun mayor que la anterior).

Y aunque suene algo directa, en realidad pasó esto: Habían asesinado a nuestros padres, y un gigante nos trajo en una motocicleta azul (voladora), dejándonos en el porche. Tengo ese recuerdo bastante vivido, la verdad.

Cojo un libro (orgullo y prejuicio, era de mi madre, como casi todo lo que tengo) y empiezo a leer, pero la tranquilidad dura poco. Oigo como una morsa gigante baja las escaleras y guardo el libro rápidamente, no deben saber que lo tengo.

-¡Annie, el correo!-Me grita desde las escaleras. Este tío es tonto, está al lado del buzón. Suspiro, algo enfadada.

-Pero si estas mas cerca que yo...-Murmuro con asco. Obedezco y voy a por el correo mientras él va al salón a leer el periódico. Y mi pesadilla a la que la gente llama rutina o mañana, da igual, empieza. Voy a por el correo y miro las cartas. Hay varias; una postal de una amiga de Tía Petunia (desde Filipinas), unas cuantas facturas (quiero ver la cara de tío Vernon cuando las lea) y una carta con mi nombre. Voy a la cocina y entonces paro de golpe, mirando de nuevo las cartas. ¿Una carta con MI nombre? ¿Espera, qué? Esto no entra en mi rutina.

-¿Pero a mí quién me va escribir pues?-Murmuro mirando el sobre.

Miro la dirección. Sí, pone Annie Potter. Maldita sea. No recuerdo no haber devuelto un libro de la biblioteca, aunque tenga algunos robados. No, me rectifico, no están robados, están tomados prestados. Miro la carta y después miro la cocina. Mejor lo guardo y lo leeré después. Sí, por que sino, Dudley empezara a gritar y me robaran la carta y Annie, tú no quieres eso. Voy a la alacena y guardo la carta, donde nadie pueda encontrarla... ni siquiera Harry. Algo dentro de mí se revuelve. Espero que no me odie por guardarla.

-¡¿Por qué narices tardas tanto, cría?!-Me grita desde el salón. Cojo las demás cartas, y voy hacia el salón intentando parecer malhumorada, aunque sea algo imposible. Quiero desayunar y abrir la santa carta, y quiero hacerlo ya. Le hecho las cartas a la cara, intentando que mi "mal humor" quede a la vista. Se pone rojo, o morado, o yo que sé qué color, pero no me dice nada. Bien, empezamos genial el día. Como si fuese otro normal.

Entonces Harry aparece por la puerta y empieza a hacer el desayuno; yo voy a ayudarle. Empezamos otra de nuestras charlas mañaneras, aunque yo no tenga ganas de hablar. Acabo de recordar la pesadilla y no es nada agradable. Creo que acabo de reflejar ese sentimiento en mi cara, porque entonces Harry me pregunta:

-¿Más pesadillas?

-Ahora mismo...-Pero un grito me interrumpe. Es Dudley, quejándose.

-¡YO QUERÍA EL JUEGO DEL ORDENADOR!-Grita él. Oh, es cierto, es su NADA. Ni cumpleaños, ni nada; y... se está quejando sin razón. ¿En serio? Peor de lo normal. Aunque no estoy para soltar comentarios sarcásticos.

-A lo que iba, después te daré tu regalo.-Le digo sonriendo, o al menos, intentando sonreír.

-¡No tenías que comprarme nada!-Me dice dándome un golpe pequeñito. Yo sonrío y sigo cocinando.

Después de un desayuno movedizo, voy a lo que se hace llamar nuestro cuarto, que en realidad es una maldita y húmeda alacena llena de arañas (que cuando las veo, siempre empiezo a chillar como niña asustada). Estoy sola, porque han enviado a Harry a casa de la vecina, y se han ido a comer fuera. Señor, compadécete de mi hermanito. A mí no me enviado allá porque la congelaré, o la quemaré, o algo por el estilo. Soy muy normal, ya veis... Bueno, mas que ver lo... dejémoslo.

Empiezo a cantar, porque es algo que hago desde pequeñita, incluyendo tocar el piano y bailar (si es que lo que hago se puede considerar bailar). Sé que parece imposible con esas morsas como tutores, pero bueno, mi profesora me ayudó. Entonces me acuerdo de la carta y corro a abrirla. Doy la vuelta al sobre y veo un bonito sello. En ella figuran una serpiente, un león, un tejón y un águila. Debajo de estos, hay una frase en latín: "draco dormiens nunquam titillandus". Con algo de mis experiencias de libros con palabras en latín, intento traducir la frase (aunque no sé si tiene mucho sentido).

-¿Nunca hagas cosquillas a un dragón mientras duerme?-Pregunto al aire. Suspiro, debo dejar esto de hablar sola.- Gracias por el consejo, aunque encontrarse un dragón no sea algo habitual en mi día a día, uno nunca sabe.

Doy la vuelta a la carta y sonrío al ver la dirección. Es agradable que haya una carta a tu nombre.

Annie Potter
La alacena de debajo de las escaleras
4. Privet Drive
Little Whinging
Surrey

Me muerdo la mejilla interior. No sé cómo saben que vivo en la alacena, aunque sigo leyendo.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
Director: Albus Dumbledore

(Orden de Merlin, primera clase,

Gran Hechicero, Jefe de Magos,

Jefe supremo, Confederación Internacional

De magos.)

(¿Cuantas cosas no? Cállate An, sigue leyendo.)

Querida Señorita Potter;
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Subdirectora

¿Esto es una broma? Oh, por las barbas de Merlín (¿Desde cuando digo yo eso?) creo que voy a tener un infarto de felicidad.

-¡Espera, no tan literal!-Digo al ver la sabana quemarse.



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