15. Animales Fantásticos y como hacer para que no te saquen los ojos
Acaricio con cariño la cabeza de Hermes, tirada en la cama. Los sábados de vaya me siento aun culpable por el partido son los mejores, nótese la ironía. Llevo desde después del desayuno en la misma postura, con las tripas revueltas. Odio sentirme así y lo peor es que no puedo explicar el por qué de tan horrible sensación porque ni yo soy capaz de entenderla. Miro por la ventana en una de estas y sonrío al ver humo salir de la chimenea de Hagrid. Tal vez debería hacerle una visita, llevo mucho tiempo sin hablar con él detenidamente. Me levanto, dispuesta a ponerme en marcha, pero Hermes suelta un quejido y se pega a mí. Suelto una risa pequeña, acariciando su cabeza con suavidad.
-No sabía que los Fénixes erais así de cariñosos.-Lo observo con cariño. Hermes se ha hecho enorme en el último año, pero aun así tiene cara de bebé cuando le acaricias el pelaje. Ay dios, estoy empezando a sonar como Hagrid.- ¿Hacemos un trato, Hermes? Me dejas vestirme antes de que me congele y vienes conmigo a donde Hagrid, que seguro estará encantado de tenerte.
Este se me queda mirando y yo sonrío, toda mona. Se aparta un poco y con una sonrisita me pongo la bufanda, los guantes y el gorrito, para que no se me congelen las orejas. Todo con los colores y el escudo de Gryffindor, claro. Abro la puerta y Hermes sale volando rápidamente, a lo cual abro mucho los ojos y me obligo a ir corriendo detrás de él antes de que le saque algún ojo a alguien. Cuando llego a la sala común intento no reírme al ver a todo el mundo muy confuso y los papeles y plumas por el suelo, junto a un ejemplar del profeta volando por ahí. Lo cojo y salgo corriendo detrás de Hermes.
-¡Potter, controla a tu gallina!-Me grita uno de cuarto. Alzo el pulgar, como diciendo entendido pero creo que a ese le voy a hacer una broma por haber llamado a mi pequeño fénix gallina. Los jóvenes de hoy en día no saben apreciar a los animales...
Como si tu fueses todo un vejestorio
Hacía mucho que no te oía, Henry
Sigo corriendo tras Hermes por los pasillos, dejando personas tiradas en el suelo, pelos revueltos, papeles saliendo por la ventana y bolsas por las paredes. Miro hacia atrás entre risas, esperando no encontrarme con Filch, porque tras ver este desastre, seguramente debería estar limpiando baños como castigo durante varios meses. Centro mi vista otra vez en el frente y es entonces cuando me choco de lleno con los gemelos y Lee, que tienen pinta de haber hecho algo no muy recomendable tampoco, pues tienen las manos manchadas y la respiración agitada.
-¡VOSOTROS!-Oigo el grito de Filch, lo cual hace que mire a los tres.
-¿Chicos?-Alzo una ceja
-¿An?-Dicen los tres al unísono. Sonríen nerviosos.
-Habéis hecho una broma sin mí.-Achino los ojos y los señalo. Estos le restan importancia al asunto con un gesto despreocupado. Me levanto enfadada, sacando la varita. Me aclaro la garganta con una sonrisa falsa.- Petrificus totalus
Los tres caen redondos al suelo mientras yo guardo la varita. Me cruzo de brazos y sonrío, esta vez de lado.
-Sin rencor, chicos.-Y me alejo a zancadas hacia el portón. No tardo en oír a Filch pillarlos y estallo en carcajadas. Después me tapo la boca, porque la mayoría de la gente se ha volteado a mirarme. Les sonrío de forma mona y salgo al jardín. Miro alrededor en busca de Hermes, pero este se adelanta apoyándose en mi hombro. Lo miro con una sonrisa pequeñita.- Acabo de ser una mala amiga, Hermes.-Este me acaricia la cara con el pico, de forma cariñosa.- ¿Te da igual, no?-Este me mira y me echo a reír de nuevo.- Pues sí.
Los dos nos encaminamos a casa de Hagrid, con ilusión. Lo cierto es que Hagrid es una de las mejores personas que hay en este mundo, es como un pequeño oso achuchable y gracioso, que intenta ayudarte siempre que puede. Seamos sinceros, su corazón es de oro. Me acerco a la puerta y doy tres golpes en la madera, que no suena casi. Aprieto los labios y doy tres golpes más fuertes. Pobres nudillos. La puerta se abre y me encuentro a Hagrid con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Annie!-Siento como me abraza con cariño y yo me echo a reír de nuevo. Lo abrazo con cariño también y entro a la cabaña, donde veo el fuego encendido y también a Luke sentado en una esquina, jugando con un pequeño arbolito de apenas veinte centímetros, que se mueve y habla con él. Me quedo quieta unos segundos, intentando procesar que Luke (sí, nariz torcida, la pequeña serpiente con la cual estoy en pleno proceso de guerra de bromas) está con Hagrid. Está jugando con un animalillo. Un arbolillo. Lo cierto es que no sé cómo llamarlo. Hagrid sonríe ampliamente al ver mi cara de confusión. Señala al pequeñín.- Es un Bowtruckle. Son muy pacíficos y amigables, así que no te preocupes.
Frunzo levemente el ceño, recordando algo que había leído por la biblioteca sobre estos pequeños arbolitos.
-¿No te sacan los ojos con sus uñas cuando se enfadan?
-Cuando se quieren defender. Pero ese caso es muy improbable a menos que seas muy imprudente.-Sonríe, como si hubiese dicho el menú de la cena. Abro la boca para decir algo hasta que Fang salta sobre mí y empieza a lamerme la cara. Empiezo a reír porque me hace cosquillas con la lengua. Hermes se posa en el hombro de Hagrid, y este aprovecha para acariciarlo. Tras unos minutos, el fénix empieza a revolotear a su alrededor, jugueteando con él. Hagrid ríe y le sigue la corriente, con lo cual yo aprovecho para acercarme a Luke y el Bowtruckle. El pequeño animal saca los dientes al verme, pero mi querido amigo-enemigo le acaricia la cabeza con ánimos de calmarlo.
-Es un amigo.-Le dice con una sonrisa pequeña. Sonrío levemente, pues ver así a Luke (cariñoso, no burlón y con Hagrid) me conmueve de cierta manera. Pero todos esos sentimientos se esfuman cuando nariz torcida abre su bocaza una vez más.- Bueno, mejor dicho, ella quiere ser mi amiga pero no lo admite.
-Ay, ya echaba en falta tus tonterías.-Le suelto con evidente sarcasmo. Este me sonríe burlón.
-Tú siempre tan agradable.-Ese comentario me hace gruñir por lo bajo, pero no tardo mucho en responder y dejarle con la abierta de la ofensa.
-¿Tan agradable como tu nariz torcida?
-Mi nariz es preciosa, Potter.-Antes de que pueda rebatirle, Hagrid suelta una carcajada que hace que los dos nos demos media vuelta para centrar nuestra atención en él.
-¿Qué pasa, Hagrid?-Preguntamos al unísono. Nos miramos y yo hago una mueca mientras él alza una ceja.- Estaba hablando yo.
-Ya, pero mi voz es más agradable, Potter.
-Tu sueñas demasiado, ¿no crees?
-Os parecéis tanto a Lily y James, dios mío.-Hagrid se echa a reír de nuevo, mientras yo frunzo el ceño confusa y Luke alza ambas cejas sin comprender.
-¿Quienes son Lily y James?
-Mis padres.-Digo sin mirarlo. Señalo a Hagrid.- Y eso no es verdad. Ellos eran pedantes y pasaban el día discutiendo pero estaban... medianamente enamorados desde el principio. ¡Nosotros no!
Luke aprieta los labios, aguantando la risa. Lo miro con los ojos muy abiertos, diciendo con la mirada algo así como SABES QUE TENGO RAZÓN, NO TE OIGO DARME LA RAZÓN. Este asiente para segundos después empezar a reír junto a Hagrid. Suelto un gruñido, cruzándome de brazos.
-Sois... sois...-Ladeo la cabeza, dirigiendo mi mirada a la ventana, ofendida. Luke me tira de un mechón.
-No te pongas gruñona.
-¡No toques mi pelo!-Le doy un manotazo, sin fuerza. Este se echa a reír y sigue jugando con el Bowtruckle. Suspiro, enfadada, quitándome algunos mechones de los ojos porque molestan. Miro a Hagrid.- ¿Tienes alguna buena noticia?
-¡Casi se me olvida! No os he enseñado los hipogrifos que acaban de nacer. Seguidme, anda.-Sonríe de oreja a oreja y sale rápidamente de casa, medio a zancadas. Hermes le sigue sin dudar, ya que le tiene un cariño especial a Hagrid. Me ajusto la bufanda y voy tras ellos, seguida de Luke y el arbolito en su hombro. Rodeamos el linde del bosque prohibido y llegamos a una pequeña zona rodeada por muros de piedra. Dentro del pequeño terreno hay unos seis o siete hipogrifos y dos hipogrifos bebés. Hagrid se acerca al que está despierto y acaricia su cabeza.- Este se llama Buckbeak. Es muy cariñoso, no os preocupéis. Y el dormido se llama Wodack. Ese es un poco más reservado así que os recomiendo que no os acerquéis mucho a él por ahora.
Tras jugar un rato con Buckbeak (que sí, ha resultado ser la cosa más mona y cariñosa del universo) Luke, quien se ha despedido de forma emotiva de Kota (el Bowtruckle), y yo, (que al final he tenido que dejar a Hermes con Hagrid hasta mañana porque se ha puesto pegajoso) nos encaminamos al gran comedor, con las tripas rugiendo. Suspiro mientras meto las manos en los bolsillos de la túnica y miro a Luke.
-¿Que tal tu vida, Potter? Te veo algo parada con las bromas.-Sonríe levemente, pero no hay mota de burla en su sonrisa. Miro al frente, suspirando.
-Te vas a tragar tus palabras, porque estoy preparando un gran boom.-Mentira, lo último en lo que he podido pensar estos días es en la guerra de bromas que tengo pendiente, con tanta nota, sentimientos contradictorios y personas entrando y saliendo de mi vida. Me encojo de hombros.- Si no, todo bien.
-¿Aun puedes controlar tu magia? ¿O se te sigue yendo de las manos? Sabes que puedes contar conmigo.-Sonríe. Lo miro y algo extrañada, asiento. Aunque recuerdo que el también tiene parte de este raro poder así que decido acallar las preguntas de mi cabeza y sonrío intentando parecer amable.
-Todo correcto.-Digo para añadir en voz más baja después.- Por ahora.-Luke parece no oírlo así que ninguno de los dos saca el tema otra vez. Andamos en silencio hasta entrar por las puertas y seguir nuestro camino al comedor. Noto la mano de mi acompañante agarrarme la muñeca, supongo que con intención de pararme. Lo miro.
-¿Que tal llevas... lo que sucedió en las duchas?-Aprieta los labios. Me muerdo el labio, cambiando el peso de mi cuerpo de un pie a otro. Niego con la cabeza, intentando restarle importancia.
-Llevaba mucho tiempo sin dormir... y se me acumuló todo. Problemas personales, falta de sueño, estrés. Fue un mal trago, pero ya estoy bien.
¿Por qué veo en los ojos verdes de la serpiente que no me cree? Ah, bueno, tal vez porque no me lo creo ni yo misma. Mis pesadillas han empezado a variar y ha sido con la imagen del encapuchado de las duchas, no con la muerte de mis padres. Sonrío en el mismo instante que él piensa decir algo más.
-Buenas noches, Luke. Que disfrutes de la cena.-Y tras girar sobre mis talones, voy a paso rápido al comedor, a la mesa de Gryffindor, donde sé que no me abordará para hablar de esos temas. Me quito la bufanda junto a los guantes por el camino, ya que dentro del castillo hace algo de calor. Me siento y miro a los gemelos, que ya están comiendo y el sitio vacío de Kurt. Me llevo los dedos pulgar e índice al puente de la nariz y aprieto suavemente.- ¿Habéis visto a Kurt hoy?
-Se ha quedado en la sala común. Iba algo atrasado con los deberes.-Dice Fred alzando la mirada del plato.- Pero seguro que eso es mejor que nuestro castigo limpiando baños, Annie Potter.
Abro la boca con intención de poner alguna excusa, pero dimito al instante. Saco el profeta de mi bolsillo y lo abro.
-No pienso excusarme, señor Wesley número uno.-Me subo las gafas y empiezo a leer, dejando de lado el plato de la comida. Ya comeré después, pues leer el periódico es algo que quiero hacer desde primera hora de la mañana y para lo cual no he tenido tiempo. Mi atención se centra en el artículo sobre el robo en la cámara de Gringotts, más información sobre la noticia que leí en verano.
-Pues deberías... como amigo tuyo...-La voz de Fred se pierde por el Gran Comedor cuando empiezo a leer el artículo.
"¿Qué esconde (o escondía) la cámara atracada de Gringotts? ¿Pueden los seguidores del ustedes-ya-saben-quien estar detrás de esto? Estas son algunas de las preguntas que han sido formuladas tras haber encontrado nueva información respecto al caso. Nuevas investigaciones han descubierto que la cámara 872 no estaba tan vacía como sus dueños nos han hecho creer. A pesar de mis ansias por informarlos a todos, no se me permite por las exigencias de la familia y el ministerio de llevar todo esto con la mayor discreción posible. Pero si pasamos a otro tipo de fuente de información, esto es, vosotros, mis queridos lectores, las hipótesis apuntan a que lo que con tanto recelo guardan tras la puerta con el número 872, no es nada menos que el libro..."
Mi lectura se ve interrumpida cuando noto como me arrebatan el periódico de las manos con algo de brusquedad. Alzo la mirada para encontrarme con el profesor Lucas.
-Señorita Potter, ahora no es hora de leer, sino de comer.-Sonríe y se va con el periódico en la mano, sin que yo pueda tener tiempo de reaccionar si quiera. Me quedo mirando el plato, algo descolocada.
-Aun te queda la comida.-Musita George. Trago saliva.
¿El libro... de la vida?
¡Feliz cumpleaños! Te dedico el capítulo una semana más tarde, lo sé, pero te sigo queriendo <3
Y a los demás, ¡Terminad bien el año! ¿Que tal van vuestras navidades? Espero que bien :D Contadme cositas en los comentarios, jejej
Avada Kedravas con mucho amor,
Voldy
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