31. Nueva vida.

Luego de la visita de Eli y Demetri, Miguel mejoró un poco. Pero pasó algo malo. Mientras yo fuí a un chequeó en radiología, tuvo la visita del sensei y decayó.
Sé que confía en el sensei y lo quiere, lo quiere mucho, pero está dolido por lo que le pasó, incluso podría decir que frustrado.
Además de que Tory no ha venido a verlo.

No puedo decir que lo entiendo porque yo no estoy en la misma situación que él, pero si puedo prometerle que estaré en cada obstáculo, en cada paso.

—Enhorabuena —Zoe vino a verme— la doctora me dió una gran noticia.
—¿Qué es?
—Te darán de alta —suspiré aliviada— podrás ir a casa después de tantos días.
—Que bueno, así podré ver a Sam.
—Solo que hay un pequeño detalle -ella hizo una mueca. Quizás las cosas no van bien— no volverás con los LaRusso.
—¿Qué?
—La razón por la que Daniel y yo discutimos fue porque quiero llevarte a vivir conmigo.
—¿A Minnesota?
-No, allá no volveré. El frío es horrible. Conseguí un departamento para ti y para mí. Así no tendrás que lidiar con él o con el karate.
—Pero amo el karate. Y papá, Amanda, Sam y Anthony son mi familia.
—Tambien yo lo soy. Pero si sigues con ellos, tu vida peligrará.
—Zoe, ellos no son los culpables.
—¿Y la pelea en la que estuviste involucrada? —maravillosa jugada— entiendo que no quieras dejarlos, que los quieres, pero ha pasado un año y sólo he oído historias de karate y peleas. Yo no quiero eso para ti, Annie. Y sé que tampoco mamá lo querría.

Doblemente bien jugado.

—No tengo más opciones ¿verdad?
—Lo siento —Zoe colocó su mano en mi pierna.
—¿Y qué hay del karate? Me gusta tanto que siento que es parte de mí.
—De eso hablaremos luego. Ahora concéntrate en mejorar porque tienes que volver a la escuela.
—¿Puedo seguir viniendo a ver a Miguel?
—Claro, y tus amigos o familia pueden ir a verte, pero por lo pronto, estaremos juntas —asentí.

Hace un año conocí a mi familia y ahora tengo que separarme de ella. No puedo creer que todo esto paso por una rivalidad de hace 30 años.

Zoe me trajo ropa para cambiarme, y cuando estuve lista, fui a despedirme de Miguel.

—Me alegra que te hayan dado de alta, come todo lo que quieras —Miguel seguía un poco triste.
—Voy a extrañarte.
—Puedes venir siempre que quieras —sonreí— ¿estarás aquí después del viernes?
—Por supuesto que sí. No te dejaré solo.
—Gracias Annie.
—No, gracias a ti. Verte me... Me animó a seguir. Y te prometo que no voy a dejarte solo —le extendí a Miguel la mano con mi dedo meñique alzado.
—Lo sé, se que estarás aquí —el sonrío y unimos los meñiques.

—Bueno, tengo que irme. Te veo después.
—Si, adiós Annie.

Salí de la habitación y caminé junto a Zoe. Ella traía mi maleta de mis cosas de la casa de Daniel, probablemente en el trascurso de estos días hizo el cambio.

—¿Annie? —giré cuando alguien pronunció mi nombre.
—Sam —me acerqué a ella y la abracé.
—Mamá me contó que te mudas.
—Si, viviré con Zoe. Pero te seguiré viendo en la escuela.
—No será lo mismo.
—No, pero disfrute hacer una pijamada la otra noche.
—Si, fue genial —ella sonrió— ¿has visto a Miguel?
—Está un poco decaído, pero tu visita lo animará. Estoy segura.
—He querido visitarlo desde hace días, pero no quiero empeorar las cosas.
—Solo habla con él. Lo entenderá.
—Supongo que si. Me alegró verte.
—Igual a mí. Te veo después Sam.
—Claro —nos despedimos con un abrazo y ella entró al hospital mientras yo fui al auto de Zoe.

Aquí comienza mi nueva vida.

Adivinen donde consiguió Zoe el departamento. Si, en el mismo donde vive el sensei y Miguel.
Esto se pone cada vez mejor.

—Se que no es mucho, pero...
—Descuida, está bien —los lugares así me recuerdan a mamá. A casa.
—Ahora todo estará mejor. Te dije que mejoraría y lo haremos juntas.
—Lo sé, solo falta mamá para ser imparables.
—Lamento no haber estado contigo cuando ella murió —mis ojos picaron un poco— quise estar aquí, pero fue difícil y...
—Tranquila, salí delante gracias a ella. Y ahora podemos luchar tu y yo.
—No hablas de karate ¿o si?
—No —sonreí— aún no estoy lista para volver a luchar.

Zoe sonrió y me abrazó.

—Por cierto, Daniel me dijo que tal vez te interesaría. Encontraron a Robby y lo llevaron a la correccional de menores.
—¡Robby! ¿¡Y por qué no me dijiste antes!?
—Lo había olvidado, lo siento. ¿De verdad lo quieres?
—Es un gran chico y tiene un corazón muy puro, pero se equivocó en algunas cosas. Tengo que saber cómo está.
—Mañana puedes ir a verlo.
—¿Enserio? —ella asintió— te amo Zoe.

Mañana veré a Robby.

50 mil años sin pasarme por aquí :v

Pero bueno, aquí está el capítulo y espero que les haga gustado.

Oigan, tengo una idea para un libro nuevo de Cobra Kai, pero con otro personaje, ustedes preferirían otro fanfic o un libro de One Shots?

Por cierto, tengo un groupchat dónde hay más chicas y hablamos de temas random y demás cosas, si les gustaría unirse, déjenme un mensajito por privado y les envío el link 😊

EDITADO