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30. Los cuatro mosqueteros
—¿En serio te llamas Debbie? —Miguel rió— no puedo creerlo, que nombre tan tierno.
—Cállate —sentí mis mejillas rojas— Debbie no es tierno, es original.
—Tierno y original —no sé porque Sam y Miguel terminaron si él es tan lindo, hablando en el sentido de que es muy amigable y parece un oso panda. Es como una masita.
—¿Has visto al sensei?
—No, mi mamá no quiere que lo vea más —el semblante de Miguel decayó— cree que es culpa de él que esto pasara.
—Bueno. En teoría si —Miguel frunció el ceño— pero también es de mi papá. Si no hubieran revivido está tonta rivalidad y, papá no contraataca con el dojo, está pelea nunca hubiera pasado.
—Pero la pelea no fue por ellos.
—No, pero todo va de la mano. El sensei abrió su dojo y después del torneo, papá lo hizo para "acabar con Cobra Kai". Un grupo de psicópatas de una víbora, sin ofender, pelea contra un grupo de "pacifistas" de un grupo de karate de bonsái. La pelea más letal y brutal se lleva en una escuela y todos salen perdiendo.
—Bueno, tienes razón en eso. Oye, ¿has sabido algo de Sam?
—Solo se que la darán de alta en unos días.
—¿La viste?
—No -suspiré— solo papá y Zoe me vieron mientras estaba en terapia intensiva.
_Lamento que esto haya pasado.
—Oye, no podemos pasarnos lamentando esto. Estamos vivos, quizás incompletos, rotos y golpeados, pero vivos. Tenemos que salir adelante.
—¿Cómo vamos a hacerlo? Estuvimos dormidos por semanas, tú más que yo, y apenas sabemos que nos pasó.
—Pero vivos. Miguel, yo sé que es duro esto, sientes que la vida se te escapa de tus manos y no puedes alcanzarla, pero ve esto así. Tienes a tu mamá, a tu abuela, a los chicos, a mí y al sensei, aunque tú mamá no te deje verlo. Que más quisiera que mi mamá estuviera aquí para darme un golpe en la cabeza por pelear. Quizá suene raro lo que te diga, pero mientras estuve dormida, soñé con mi mamá y ella me dijo que despertara. No sabía para que, pero cuando abrí los ojos ví a Zoe y después me enteré que estás aquí y que no moriste por mi culpa, y comprendí porque mi mamá me pidió eso. Tienes que levantarte y seguir adelante.
—Annie, no puedo caminar.
—Yo no puedo usar bikini y aún así lo usaré —Miguel bufó, pero riendo— no impidas que la vida te quite lo que más quieres.
—¿Caminar?
—Pelear. Porque sé que aunque tú mamá te encierre en un calabozo para que no hagas karate, tu lo seguirás haciendo.
—¿Qué hice para merecer a una amiga así? -reí.
—Te portaste bien y Santa te adelantó tu regalo.
Me acerqué un poco para abrazar a Miguel y él también se acercó. Sentí un poco de presión en el vendaje pero lo ignoré, y cuando nos separamos, la puerta se abrió de golpe dejando ver al sensei, causando que me asustara y cayera.
—¿Estás bien?
—Si —me quejé.
—Enfermera —escuché que el sensei dijo.
Cómo era de esperarse, la enfermera me regañó por haberme salido de mi habitación sin permiso para ir a la de Miguel, pero le expliqué con lágrimas falsas que es mi mejor amigo y necesitaba verlo.
Ella me creyó e hizo un movimiento que hacen los presidentes para cambiar todo y ahora que, Miguel y yo estamos estables, compartimos cuarto.
Soy la mejor actriz que pueda existir.
—De nuevo aquí con mis primeros alumnos —si papá sabe que el sensei está aquí, le va a dar una diarrea explosiva— ¿ya saben que harán cuando salgan de aquí?
—Nada —dijo Miguel.
—Pelear —dije yo— pero sin golpes literales.
—No entendí lo que quisiste decir pero esa es la actitud, Annie.
El sensei siempre es tan... No sé cómo describirlo pero parece una tortuga.
—Tu mamá ya no quiere saber nada de mí y claramente tu papá me odia más, pero no podemos rendirnos ¿o si?
—¿Volverá a dar clases de karate?
—No, creo que no. Ocurrieron algunos problemas y perdí el dojo.
—¿Quién se lo quitó?
—Un viejo enemigo en común con tu papá.
—¿El Sensei Kresse? —el sensei asintió. Yo leí sobre ese sujeto cuando no conocía la historia.
—Tuvimos unos desacuerdos y se quedó con el dojo y con todos los chicos.
—Pero ese tipo está loco, va a ser un ejército de psicópatas.
—¿Hay alguien más loco que ustedes? —Miguel me miró mal— dije sin ofender.
—Si, él es quien me enseñó todo lo que se pero de la manera incorrecta. Fue lo mismo que les enseñé antes del torneo, pero me arrepentí.
—¿Por eso es que se volvieron violentos? ¿Por qué alguien más influyó en ellos?
—Asi es, Annie. Y tú hubieras seguido por el mismo camino de no dejar Cobra Kai.
—Bueno, no me fue tan bien con Miyagi Do.
—El karate debe acabar —dijo el sensei— pero con Cobra Kai comandado por John Kresse no podemos hacer nada.
—Contraatacar.
—Pero ustedes no pueden pelear más.
—Si podemos, pero no debemos —miré a Miguel y él negó— usted dijo que la vida nos trataría mal, y que deberíamos responderle sin piedad. Hay que patearle el trasero por esto que nos hizo.
Vi una ligera esperanza en los ojos del sensei, pero en Miguel seguía viendo negación.
—Bueno, tengo que irme antes de que alguien venga y me saque de aquí.
Ambos asentimos y después el Sensei se fue.
El resto del día fue un poco aburrido porque ya no tuvimos tema de conversación, aunque a la hora de la comida, Miguel hizo una rabieta de niño porque a él no le dieron aderezo Ranch.
Por la tarde, mientras veíamos una película de Marvel, alguien tocó la puerta e indicamos que pasara, era Demetri.
—¡Annie! —él corrió hacia mí y me abrazó— me alegra que estés viva. No habían dejado verte y tampoco coincidía con tu papá para preguntarle.
—Bueno, aquí me tienes.
—Y me alegra que estés bien. También tu Miguel, pero me sorprendió verla aquí.
—Bueno, compartiremos habitación de ahora en adelante.
—Eso es genial, una cama más y seríamos los tres mosqueteros —hice una pequeña mueca— aunque podría dormir contigo ¿no?
Miguel hizo una mueca también y negó.
—Bueno, mejor los vengo a ver y evitamos incomodidad.
—Esa idea me gusta.
La puerta fue tocada por segunda vez, y fruncí levemente el ceño. Quizás era Sam que venía a despedirse.
—Pase —dijo Miguel y al instante reconocí el mohicano rojo de Eli.
—Agh, este nerdo está aquí —dijo refiriéndose a Demetri.
—Halcon —lo regañó Miguel.
—Puedo esperar a que salga y volveré.
—Claro, espera allá donde el cristal no se rompe —dijo Demetri y le metí un golpe por provocar a Eli.
—Oigan —dije— ¿no podemos convivir los cuatro como cuando no había peleas? ¿Como cuando todos éramos nerdos?
—Annie tiene razón —dijo Miguel_ todos éramos amigos y ahora nos vemos cómo rivales. Allá afuera pueden pelearse y lastimarse, pero aquí debemos ser como los Cuatro Mosqueteros.
—¿Todos para uno y uno para todos?
—Si. Solo inténtelo, ya después pueden romperse la cara.
—No se lo tomen a literal —les aclaré— es solo una suposición.
Ambos asintieron y nos pusimos a hablar de cosas de "nerdos". En algún momento Eli y Demetri coincidieron, pero después se evitaban mirar o hablarse, y después volvían a llevarse bien.
Algún día Eli entenderá que Demetri solo quiere ser su amigo sin luchar o matarse, y cuando eso pase, Eli encontrará la paz consigo mismo volviendo a ser el mismo chico que me gustaba como no figuraba entre los populares y brabucones.
Y después de eso, Eli la regó feo, o no?
Esto cada vez se está poniendo más bueno.
Ahora una pregunta, en qué equipo creen que se unirá Annie?
-Cobra Kai
-Colmillo de águila
-Miyagi Do
Piensen y yo las leo 👀
Editado
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