28. Despierta.

Los mejores recuerdos que tengo de niña fueron los que viví con Zoe, hasta que se fue a la universidad.

Recuerdo muy bien el día que fue mi cumpleaños número 9. Ella y yo, junto a mamá, decoramos un poco la casa para mí fiesta "sorpresa". Ese día, comimos pastel que mamá hizo, que no quedó muy rico pero no me quejé, y me regalaron algunas cosas que aún conservo, como un collar que me dió Zoe.
Lo que si fue sorpresa ese día fue que me llevaron a una granja interactiva, dónde monte por primera vez a caballo.

Esa fue la mejor fiesta de mi vida, porque ese mismo año, nos dejó para siempre el papá de Zoe. Fue la última vez que todos sonreímos en compañía, pues después, él fue ingresado al hospital y vencido por una odiosa enfermedad meses después. Digo que fue la mejor fiesta de mi vida porque fuimos felices y después, aunque tratamos de ver el lado bueno de las cosas, no fue sencillo todo.
Más para mamá y Zoe.

La extraño tanto. No es lo mismo sin ella. A mamá y a mí nos costó su partida a la universidad. Fuimos las 3 contra el mundo hasta el cumplió 18 y nos dejó. Debería visitarla de vez en cuando, aunque haga mucho frío allá. Robby podría acompañarme para que la conozca, después de todo Daniel está molesto conmigo por lo que pasó con el sensei.

¿Existirá el día en que esos dos se lleven bien?

Hablando de Robby ¿dónde está él? Lo último que recuerdo es... La pelea en la escuela.

Tory peleando con Sam. Robby luchando contra Miguel. Miguel cayendo. Yo... Miguel cayó por mi culpa. No, mi amigo está muerto por mi culpa, esto no... Tengo que salir de aquí antes de que alguien me atrape.
No, primero tengo que despertar. Tengo que abrir mis ojos. Quiero hacerlo. ¿Por qué no puedo?

—Annie —de dónde viene esa voz— Annie, estoy aquí para ti. Ya pronto estarás bien. Lo prometo. Nadie volverá a separarnos.

Sentí un cosquilleo en mi mano, como si alguien la estuviera acariciando. Mis impulsos por abrir los ojos incrementó, pero no puedo o algo no me lo permite.

—Annie —ahora esa esa voz de mamá.

Mamá ¿dónde estás?

—Annie, sal de tu escondite.
—A que no me encuentras.

¿Por qué estoy vagando en mis recuerdos? Primero la playa y luego las escondidas. Me quedé observando aquel recuerdo y cómo es que lo había olvidado.

—Tienes que ir al jardín de niños.
—No.
—Anette Debbie Andrews Stein.
—Mamá mamá mamá mamá —ella rio— por favor.
—Ok.

Recuerdo que me di por vencida por unos segundos y luego salí corriendo como loca, ese día corrí hacia la cocina y me golpeé la frente. Me salve de ir al jardín de niños por el enorme hematoma que me quedó.
Recordar eso me mata de risa porque mientras mamá me sobada, yo reí y lloré.

Era una niña anormal.

—Tienes que despertar Annie.
—Despierta.
—Abre tus ojos, hija.
—Abrelos.
—Y recuerda que te amo.

Abrí mis ojos de golpe y lo primero que noté fue el techo blanco de la habitación donde estoy. Miré a mi alrededor viendo también las paredes de color azul claro y la máquina conectado a mi dedo índice. Centré mi mirada en las dos personas que discutían afuera, uno era Daniel y al otro no lograba verlo.

No entendía lo que decían pero era una pelea algo fuerte, claro que sin golpes.

Después Daniel miro en mi dirección y abrió sus ojos como platos. Entró corriendo, pero no le preste atención pues me centré en la persona que venía detrás de él.

—Annie.
—¿Zoe?

Si gente, nuestra hermosa Haleey es Zoe.

Este capítulo fue escrito en el 2022, y ahora casi es 2024, y no entiendo cómo no les gusta Zoeeeee

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