CAPÍTULO 82

Manuel.

Por años a Andrew le critiqué su impulsividad, no podía entender como alguien que a simple vista parecía tan tranquilo podía explotar en cuestión de segundos con palabras que no le van a importar si hieren o no. Admiraba la capacidad que tenía por decir las cosas claras sin llegar a ser totalmente grosero.

¿Pero ahora? Andrew Reyes se estaba metiendo directo al hueco.

Lleve con el alma en el piso a las mujeres que habían sido causantes de todo a recepción. ¿Las culpaba? No, a las mismas conclusiones yo llegué en algún punto. Sin decirles mucho les pedí que esperaran antes de meterme en el ascensor de vuelta. No tenía concreto nada de lo que quería decirle pero tampoco podía esperar hasta la tarde.

Por lo mismo, al apenas abrirse la puerta después de mis mil y un golpes a la misma. Exploté.

—¡No se que pretendes que haces pero eso no!,—la voz me raspaba la garganta— ¿¡Que coño te pasa!?

El rubio respiraba de forma pesada al verme, Annie seguía en el mismo sitio que cuando me fuí hace tan solo minutos. Nos miraba a ambos sin saber que hacer.

—Si hiciste eso siendo mi amigo no quiero saber que habrías hecho sino lo fueras. ¡Las trajiste aquí un día después de que me... —las venas de su cuello sobresalían, se detuvo— Annie, sube.

—No, quédate. —quiero que oiga.

La menor nos miró con duda.

Él negó sabiendo lo que pretendía—sube. —ella lo hizo.

Cuando el sonido sordo de la puerta de arriba siendo cerrada hizo eco en la planta baja, a Reyes parecía que le habían puesto el botón de encendido.

Caí en una conclusión rápida.

«Él no quiere que Annie sepa lo que hablamos anoche.»

—Te dije, te confesé que me aterraba el hecho de lo que estaba sintiendo. Te dije que no quería que me quitarán lo único que te tenido que le da vida a todo esto ¿Y que haces?—tomó aire antes de mirarme con recelo—: ¡Hacer que vengan más rápido personas que la quieren alejar de mi!

—Es por tu bien—«¿No lo entendía?»

—¡Es por el tuyo!

—No es como yo lo veo.

«Es por el bien de todos»

—¡Me importa muy poco como lo veas! Me confieso y me apuñalas por la espalda. ¿Y así quieres que no te esconda las cosas?—se llevó las manos a la coronilla, jalando levemente los mechones de su cabello—: Vete a la mierda Green.

No me sorprendió lo que dijera, me sorprendió lo rojo que se le puso el rostro. Por cómo apretaba los párpados lo supe, estaba intentando no soltar el llanto.

No recuerdo la última vez que lo ví así, tampoco si ha existido alguna ocasión que se haya permitido a él mismo ser vulnerable frente a otra persona que no sea su madre. Andrew estaba tocando fondo, perder a Annie lo estaba llevando a su límite.

«Y yo estoy colaborando en eso»

—Andrew..

—Te juro que no te quiero ver,—se llevó las manos a los ojos, frotandoselos antes de caminar a las escaleras—: Lárgate.

—Entiendo sino me quieres hablar ahorita mismo,—me lamenté por lo que estaba por decir—: Pero soy quien lleva el caso de Annie, más rápido de lo posible voy a tener que venir.

Alzó los hombros ya sumido en su cabeza, subiendo el primer escalón.

—Mientras llega ese día no quiero saber tuyo.

Con más impotencia de la necesaria salí de su piso dando un portazo. Todo se estaba yendo a la mierda. Llame de nuevo al ascensor, deseando que este se tardara lo más posible en bajar, dándome chance de prepararme para otro cuestionario casi tan grande como el que me hicieron cuando les dije que a Annie la estaba cuidando alguien de forma particular. Las puertas metálicas se abrieron más rápido de lo que pretendía, encontrándome poco preparado para cualquier pregunta de alguna de ellas dos.

—Lo siento, de verdad que me disculpo por como actuó—es lo único que pude decir. Andrew no se iba a disculpar jamás, no lo conocían si querían que eso sucediese.

«No creo que quieran conocerlo»

—No puedo creer que siga viva,—murmuró entre lágrimas Marie sin prestarme mucha atención, estaba de piernas cruzadas sobre el sofá individual de recepción—: Mi niña si seguía con vida.—el tono de incredulidad estaba palpable.

Todavía de pie miré a su madre, la abuela de Annie.

—Ahora bajo las manos de ese..—se tocaba las manos nerviosa—: ¿No hay una forma de sacarla de ahí?

Suspiré, sabiendo que después de la escena que habían presenciado hoy, eso era lo que más querían. Andrew podría estar pensando que las cosas saldrán bien, que seguir de perro guardian le va a garantizar que Annie siga ahí con él. Cuando no, está complicando mucho las cosas.

Venían las dudas, las formas que se me podrían venir a la cabeza de como salir de esto. Las palabras del rubio y en como lo lastime, podría redactarles las mil y un soluciones que antes tenía en la cabeza, anotadas algunas en mi escritorio. Yo más que nadie quería sacar a la persona que más nos ha traído problemas sin intención.

Sin embargo..

—No tenemos nada concreto,—mentí—: Hay un papel legal de por medio.

Y aunque si, la reacciones de Andrew en las últimas 24 horas no dejaba de martillarme la cabeza. ¿En qué demonios me equivoqué para que esto llegara a estos extremos?

En silencio los tres llegamos a la patrulla, me dispuse a llevarlas al hotel que se estaban quedando intentando no soltar palabra alguna que comprometiera más la situación.

Ninguna hizo ademán de querer alguna conversación, lo que agradecí a lo que cerraron la puerta. Dejándome solo con la incertidumbre detrás del volante.

Maldije una y otra vez que las cosas estén yendo de este modo. Si Annie no hubiera aparecido lo muy probable es que estuviera trabajando con un turno normal, el rubio podría vivir su vida tranquilo buscando alguna mujer de vez en cuando. No tuviera tantos problemas con mi jefe por llevar un caso que parece interminable.

—Maldicion.—solté antes de poner el motor en marcha, en dirección a casa.

Las luces de la cocina estaban encendidas en cuanto me estacione, alumbrando parte del porche. Bajé esperando ver a la única que brinda paz en todo esto, dando pasos pasados hacia donde suponía que estaba, me dejé caer en una de las sillas indivuales. Sonriendo cuando le sentí el respingo que dió por toda el ruido que hice solo para sentarme.

—Ni quiero preguntar..—alzó el dedo hacia mi.

Reí sin ganas.

—No preguntes.—apoyé el mentón en mi mano izquierda—: Igual no te lo iba a contar.

Abrio la boca con fingido asombro.

—Ahora quiero saber.—se limpió las manos antes de imitar mi posición en la silla de enfrente.

Por lo que recuerdo, Andrew y ella siempre se han llevado bien. Cuando los presenté ambos estaban conscientes de que cada uno tenía un puesto importante en mi día, y en mi vida. El hermano de otra madre y la que en ese momento era mi novia.

Ella está consciente de que el rubio nunca la ha tenido fácil, a ciencia cierta de los dos, ella es la primera en notar cambios en ambos. Ella es la que llegó a las conclusiones más rápidas de lo que sucedía con Andrew sin siquiera haber tenido enfrente como el se comporta con mi víctima.

Por lo mismo y al saber que tiene sentimientos de por medio, no me sorprendió que me golpeara repetidas veces con el guante de cocina cuando le conté como había terminado nuestra conversación hoy.

—¿Escuchaste algo de lo que dije aquella noche?—sonaba irritada—: Por lo visto no.—se respondió sola.

—Lo intente..—comencé, pero negó.

—No te creo.

Alcé las cejas—: No es una situación fácil.

—Y eso no lo discuto, pero así como no es fácil para ti, tampoco para él.—se cruzó de brazos antes de tomar un bocado de aire—: Y mucho menos para ella.

Apoyé ambos codos en la mesa, escondiendo mi rostro en ellas.

—Cielo, no hablaste bien.—comentó más para ella que para mi—: Lo que hiciste fue encerrarlo más.

Bajé las manos, mirándola sin entender.

—¿Encerrarlo?—ante mi pregunta, rodó los ojos.

—Para ser policía especializado en investigación eres muy poco empático.—dijo antes de levantarse en dirección a la sala.

Cuando la seguí, la encontré buscando en mi maletín de hoy. Le iba a preguntar hasta que sacó la grabadora que había colocado hoy para el encuentro.

—¿Puedo?—preguntó a lo que asentí sin ganas.

En esos pocos tramos de audio no había más que argumentos poco consistentes.

Aún siendo una grabación en lo que a mí me consta que está vacía, ella duró escuchándola. Repetía y repetía el último momento, el último tramo donde Andrew había tocado límite.

—¿Cómo era que se llamaba ella?—se acomodó en el sofá con las piernas cruzadas, alzando la vista hacia mi.

—¿Quién?—me apoyé en el marco de la puerta de la cocina.

—Tu víctima.

—Annie,—le respondí—: Ahí habla muy poco.

—Y muy despacio, casi no la oí.—miró la grabadora—: Andrew está..—inclinó levemente su cabeza—: ¿Prepotente?

Asentí sin dudarlo. Hasta los momentos esa era la palabra correcta para definir aquellas actitudes sin explicación.

«Si tienen explicación»

—Tengo mucho tiempo sin verlo,—comentó al aire—: Pero no parece ser el mismo.

—Si lo es,—me apresuré a decir—: Solo parece, no lo sé.—me llevé la mano a la nuca—: Cegado.

Ella ahora conocía lo que había pasado la noche anterior, el rubio había dejado salir parte de lo que se había guardado. Partes que ahora me hacían unir varias piezas en todo el rompecabezas. ¿No pudo escoger a otra persona? ¿No está consciente de todo lo que conlleva estar involucrado con Annie?

Suspiré y caminé a paso pesado hasta la habitación. Me quité el cinturón junto con la placa, dejándola a un lado de la cama en la mesa de luz.

«—Me confieso y me apuñalas por la espalda. ¿Y así quieres que no te esconda las cosas?»

¿Hay más?

En estos momentos detestaba con todo mi ser lo cerrado que podía ser, y eso no es nuevo. Lo que si podría ser noticia de primera hora para mí es todo lo que no me ha dicho, todavía.

No me puedo dejar llevar por lo que él siente, al fin y al cabo lo hago por su bien. Y eso no lo ve, me quiere pintar como el que le quiere quitar todo pero, ¿Qué todo? Solo quiero que volvamos a estar como antes.

Tranquilos, sin Annie.

—¡Ven a comer!

Pensé en mi mujer, si a ella le decía que lo que quería era quitar a Annie de en medio me reclamaría por todo. Al igual que Andrew, no va a pensar en el caso, en los problemas que genera tener a Annie fuera de su familia, de donde pertenece. Por ahora, ese objetivo me lo guardaré para mí.

Solo espero que las cosas terminen bien. 

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Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤

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