Annie.

"Lo que haces con tu vida es lo que te define"

¿Qué pasa cuando no has hecho nada?

Anteriormente mi despertar era provocado por algún grito, algún estruendo o por algún dolor que sintiera mientras dormía. Al abrir los ojos, el frío del suelo no me calaba los huesos; estaba en una cama. No me encontraba sin que cubrirme porque tenía una sábana que me arropaba.

Ya no estaba con ellos, estaba con él.

Sabiendo que no podía volver a dormir, me quité la sabana de encima y a pequeñas pisadas salí de la habitación.

Escuchaba murmullos, ¿Había alguien más?

—Andrew, son las 7 de la mañana, ¿Dónde está la supuesta niña?—dijo una voz que no reconocía, me escondí tras el pilar de la cocina.

—Durmiendo, no la quise despertar.

Hablaban de mi.

—Pues entonces creo que...

Asomé la cabeza, pensando que el sujeto de voz que no conocía no me vería. Pero me equivoqué cuando sentí ambas miradas caer sobre mi. 

Empecé a retroceder.

—No, no... Ven aqui—dijo el desconocido.

Si me ponía a razonar, ambos lo eran. Sólo que a él que me había recogido anoche ya le tenía nombre.

«Andrew»

Este al percatarse que su amigo intentaba acercarse, extendió una mano hacia él para detener su paso. Lo hizo, y se dirigió hasta donde estaba.

Mis ojos danzaban rápidamente entre uno y el otro. Andrew parecía más alto, pero el otro tenía pinta de ser más fuerte.

Un leve escalofrío recorrió mi espalda.

—Tranquila, él es mi amigo, el que te dije ayer.

Detuve mi paso pero seguía sintiendo la desconfianza. Su amigo se acercó a las espaldas de Andrew y le dijo algo que no pude escuchar.

Ambos se encaminaron hasta la sala pero yo me quedé de pie en dónde estaba. No pretendía moverme, quizás volvería a subir.

Y lo considere.

Hasta que su amigo todavía sin nombre me hizo señas de que me acercara. Miré a Andrew en busca de alguna respuesta o afirmación.

Asintió y me acerqué.

—Me llamo Manuel, oficial Manuel Green,—asentí al escucharlo—: ¿Y tú?

Me dejé caer en el sofá individual, frente a ellos.

—Annie—dije solamente, sin pensar.

¿Me llamo Annie? Me llamo Annie.

Parecía incluso una respuesta automática, como si la hubiera dicho más de una vez. Seguía observandolos, ante mi respuesta Andrew fué el que abrió más los ojos, ¿Impresión?

Ayer no le dije mi nombre ni siquiera.

—Bueno, Annie—siguió el policía—: Según tengo entendido Andrew te encontró ayer, ¿Dónde estabas?

Mi boca se secó y los últimos días antes de lanzarme a correr pasaron como ráfagas de viento en mi cabeza.

Respiré hondo, no quería desmayarme de nuevo.

—Ellos lo llamaban hogar nuevo, pero era muy feo—comenté—: No había luz, no mucha...—empecé a jugar con mis dedos.

—¿Ellos?—preguntó Manuel—: ¿Quienes ellos?

—Los que me tenían,—murmuré—: N-no recuerdo nombres, yo...—comencé a titubear—: No quiero volver con ellos.

Mis ojos se volvieron a inundar de agua y un silencio lleno de tensión abordó la habitación. Sólo sus respiraciones se escuchaban.

No parecía que nadie quisiera hablar.

—No volverás con ellos—aseguró Andrew, sorprendiendo a Manuel y apareciendo por primera vez en la charla.

No sabría describir aquella mirada que le dedicaba el oficial, parecía molesto. Yo sin embargo asentí.

Si me hubiera querido hacer algo, ya lo hubiera hecho, ¿No?