CAPÍTULO 40

Andrew. Parte 2.

Lo último que tengo consciente es haberlo jalado por la parte trasera del chaleco de su uniforme, de resto fueron empujones por parte de los dos. Cada uno dispuesto a lo mismo: Ver quien llega primero a que Annie.

La fuerza con la que la pared golpeó mi espalda me dejó con un pitido en los oídos, sin embargo, como si fuéramos todavía unos niños; el tiempo me alcanzó para meterle el pie entre los tobillos. Su caída al suelo fue inmediata, dándome chance para correr a la habitación.

Los pasos de Manuel me respiraban en la nuca, mis piernas se movían buscando llegar hasta ella por lo menos unos segundos antes.

Y así fué.

Pero antes de poder cerrar la puerta sus  manos la empujaban para abrirla.

—¡Andrew ya para, joder!—ladró mientras continuaba empujando la puerta, sentía el sudor bajar por mi nuca.

—¡No te la vas a llevar a ningún lado!

Ambos seguíamos ejerciendo fuerza, una parte o más de lo que yo había usado para abrir la misma hace minutos.

—¡¿Qué hacen?!—no me di cuenta de Annie hasta que la tuve al lado.

—¡Apártate que no quiero que te golpees!—intenté sonar lo más suave que pude, no lo logré. Mis brazos estaban tensos haciendo la tensión que me era de vuelta del otro lado.

—¡Déjame entrar pedazo de mierda!—Green gritaba y yo sólo estaba concentrado en una cosa. Mientras esté afuera, no se la lleva.

La miré pero sus ojos no estaban en mí, sino en la puerta. Su barbilla temblaba, no sabía si quería hablar o tenía miedo.

—Ayúdame—me encontré diciéndole. Ella me miró con duda—: Empuja conmigo.

Ordené, sus ojos se abrieron con sorpresa y justo cuando pensé que no lo iba a hacer. Lo hizo. No había espacio a mis costados así que se metió entre mi pecho y la puerta. Ambos, logramos que la puerta se cerrará.

—Mierda—la puerta no tenía seguro.

«Genio»

—Reyes, no me obligues a llamar a los demás, ¡Será mucho peor si eso pasa!

Hablaba y hablaba pero ya no lo escuchaba. Annie se había volteado mientras apoyaba su espalda contra la puerta, empujando con sus piernas apoyadas en el piso. Mantenía mis manos a los costados de su cabeza, la flexión en la que tenía los brazos me dejaban a centímetros de su coronilla.

Si bajaba la vista la podía ver a los ojos, negué manteniendo la mente en blanco ejerciendo más presión a la madera.

—Lo siento—le murmuré solo para que ella me escuchara, cerré los ojos para inclinarme y besar su frente—: Te juro que lo siento.

No sabía exactamente porqué me estaba disculpando, pero si se lo debía. Su cercanía conmigo me hacía ver qué si me estaba disculpando, lo confirme cuando abrí los ojos. Los suyos me estaban viendo.

—¡Estás obstruyendo la investigación, te puedo meter preso por esto Andrew!—su grito lo pudo escuchar todo el edificio.

—¡Vamos a hablar!—grité contra la puerta, Annie se tensó.

—¡Eso ya lo intenté y mira como terminamos!—empujabamos ambos, en cualquier momento la puerta estallaría en dos.

—¡En serio, Green!—intenté razonar—: Habla con ella primero, tenla al tanto, ¡Annie no es un puto juguete que te la puedes llevar cada vez que te cante el culo!

Flexioné más los codos aproposito, en otra situación, hubiera sonreído cuando su frente se apoyó en mi pecho. Al bajar un poco la vista el pecho se me hincho al ver cómo seguía empujando contra la puerta.

—¡Manuel, por favor!—grité al no escuchar respuesta a lo anterior—: Hablar, nada más.

Y, para mí sorpresa. La presión del otro lado se detuvo. Annie y yo nos miramos al mismo tiempo notando como ya seguir ahí parecía inútil.

—Abre la puerta.

Fuí el primero en enderezarse, ella me siguió poniéndose a mis espaldas mientras extendía la mano hasta el pomo deteriorado.

Lo primero que note al girarlo fué la mirada enfurecida de Manuel. Ya se me era costumbre verla en estos últimos días, Annie sin embargo se apegó más a mi espalda.

—Encontramos un sitio posible, creemos que pudiste haber estado ahí,—una mano de ella fue a dar a mi espalda—: Creemos, es una suposición, una teoría como quieras llamarle.—sentí como su cabeza se movió en un si—: Necesito que vengas con nosotros para ver si estamos yendo por el camino correcto o no.

Silencio, nadie dijo nada. Sabía que Annie seguía consciente sólo porque sentía su respiración sobre mi brazo. Me tensé fué cuando sus dedos tiraron levemente de mi camiseta.

—Si voy...—murmuró para mí—: ¿Vienes conmigo, verdad?

Miré a Manuel, estaba pendiente a cualquier respuesta. No me atrevía a preguntarle si podía ir o no, después del suceso de ahorita su respuesta sería un rotundo no.

No estaba a discusión de todas formas.

—No dudes de ello—dije fuerte y claro.

Confundí a Green, pero la tranquilice a ella.

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Siento que se viene. Lo presiento yo, ¿Qué crees tú?

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Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤

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