Capítulo XXXV - Especial

Cuándo vi aquel vestido en aquella boutique supe de inmediato que había sido hecho para ella, recuerdo a la perfección cada centímetro de su cuerpo así que no me equivocaría al elegir la talla una vez más, cuando entré en el local y pedí ver el vestido palpé la tela con mis dedos y sentí la suavidad, delicada como su piel de terciopelo. No podía dejarlo ahí con ese maniquí frío y tieso, se merecía estar pegado a la mujer para quien fue hecho, Mi Anne.

Decidí obsequiarle esas rosas para demostrarle que no he dejado de pensar en ella ni un solo día, desde el primer día que la vi no había podido apartarla de mis ya acongojados pensamientos, se pasó atormentándome y poniendo todo de cabeza, desordenándolo todo a su paso, dejando sus huellas impregnadas en mi alma.

Quiero estar con ella cada segundo de cada día por el resto de mis días, no quiero desperdiciar uno solo. Pienso en ella al acostarme, sueño con ella y al alba vuelvo a pensar en ella, y como ya se lo había dicho, se ha vuelto la razón por la que me levanto todas las mañanas. Por ella soportaría lo que el mundo decidiera ponernos en el camino, me enfrentaría a lo que sea, incluso a la muerte.

Enseñarla a bailar es lo más divertido que he hecho en mi vida, aunque ella quiera ocultarlo esta llena de ternura y timidez, pero aquella noche me sorprendió, no esperé que se animara a tanto en nuestra segunda vez, no sé a quien debo agradecerle por mandarme a esta mujer que está llena de sorpresas, a pesar de su inexperiencia lo hizo bastante bien, más que bien.

Normalmente me lleva más tiempo llegar al clímax, pero con ella vaya que he perdido la dignidad, un soldado caído y abatido por una mujer con rostro de ángel pero llena de demonios indomables, ¿Quien lo diría él Sr. Decker perdidamente y jodidamente enamorado?.

— ¡Au! — exclamé haciendo muecas de dolor. No podría decir cuantas veces me había pisado los pies. — No es por nada, pero es como si tuvieras troncos en vez de pies.. — me burlé entre risas, creo que he echado a perder nuestro momento romántico porque al oírlo ella se aparta un poco, con los ceños fruncidos y las mejillas coloreadas de ese carmín que tanto me gusta en ella.

— Lo siento.. pero tampoco era para que te burlaras así de mí.. — dice molesta alejándose. — te lo advertí ¿no? — me encanta molestarla.

Antes de que se alejara un poco más de mi la tome del brazo y la puse de espaldas contra mi pecho, sentir el calor de su piel y su suave aroma a limas y fresias que van directo a invadir todos mis sentidos, dejándome abismado, como si solo fuéramos ella y yo moviéndonos lentamente al ritmo lento de la canción. Nuestra canción.

— ¿Qué estás haciendo? — preguntó mientras la envolvía entre mis brazos apretujando su cuerpo contra el mío.

Acomodé su pelo a un costado dejando a la vista su cuello, su tez blanca que se iluminaba perfecta bajo estas luces, blanca como el alabastro que se utiliza para las esculturas, pero sus pequeñas pecas hacen contraste con su blanquecina piel suave como el terciopelo de su vestido.

Ella volteó para verme y vi un brillo intenso en esos ojos azules tan profundos como el mar y tan inmensos como el azul del cielo, me ahogaría en ellos con gusto. Bajó su mirada observando él movimientos de mis dedos rozando con delicadeza sus hombros, luego besé su piel cálida y sedosa, pude sentir cómo aumentaba su ritmo cardíaco y como dejo de respirar todo el tiempo que mis labios recorrieron su piel hasta llegar a su mejilla, planté un beso allí y un suspiro se escapó de ella.

— No puedo molestarme contigo, no cuándo haces estas cosas.. — murmura.

La tibieza de sus manos que acarician mis manos que están sobre su cintura y van subiendo poquito a poco hasta su abdomen. Puedo sentir sus latidos fuertes combinados con los míos, como si quisieran salir de nuestros pechos para poder encontrase y fundirse en uno solo.

Cuando la canción llegó a su fin, ella voltea y me mira con esos ojos llenos de ternura aunque ella no quiera reconocerlo, se que siempre le ha costado mostrar lo que siente, pero yo solo necesito verla a los ojos para entender que es amor, el mas puro y genuino.

Me acarició la mejilla, para luego darme un suave beso en los labios.

— Este no se despinta.. — confesó acariciando mis labios.

— Eso no me importa y lo sabes.. — manifesté, besando la palma de su mano.

Después de aquel momento tan especial y novelesco nos retiramos de la pista abrazados para dirigirnos a las mesas donde yacían Lili y Georgia, siempre pensé que estos momentos solo se podían encontrar en la viejas páginas de un libro o en esas películas de Nicolás Sparks que son súper cursis. Pero resulta que cuándo sucede con la persona indicada no es cursi ni tonto, se vuelve un momento tan especial que esperas conservarlo por el resto de tu jodida vida.

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Realmente no esperaba que esta noche fuera mejor de lo que ya era, nuestra editorial se llevó el galardón a la editorial del año, éste es el segundo año consecutivo que nos llevamos ese premio. Realmente puedo decir que todo sacrificio vale la pena si puedes ver su recompensa, creo que yo fui recompensado doblemente.

Lili y yo nos levantamos a recibir juntos aquel reconocimiento, esto es tan importante para mi madre que me hubiera encantado traerla, pero su salud está un poco delicada ha tenido que volver a los tratamientos debido a que él cancer volvió a echar raíces en su cuerpo, mi padre no quiso darme más detalles por teléfono, apenas esto termine iré a verla, la echo tanto de menos, así que en honor a ella decidí dedicarle éste galardón.

— Buenas noches a todos.. — dije acercándome al micrófono con Lili a mi lado, ella se veía radiante con ese vestido, ya entiendo por qué Mark se ha fijado en ella, es única, como mi Anne. — Solo quisiera decir algunas palabras si me lo permiten.. — iba diciendo mientras apretujaba el premio entre mis manos y Lili puso su mano en mi hombro, ella sabe que me cuesta hablar sobre mi madre, me entiende. — Para nosotros es un honor recibir este galardón, pero quisiera darle el crédito a mi madre la Sra. Helena Decker, que se ha entregado en cuerpo y alma para sacar adelante esta compañía.. Así que.. Madre se que estás viendo, solo quería decirte que eres la mujer más fuerte que he conocido en mi vida y estoy orgulloso de ser tu hijo.. — dije sonriendo al público que aplaudía eufórico ante mis palabras, pero yo solo tengo ojos para una sola persona, Anne, se está limpiando algunas lágrimas que se le escaparon.

Mientras bajamos suspiro profundo, no tenía planeado un discurso ni nada por el estilo porque bueno uno nunca sabe como pueden terminar este tipo de cosas. Aunque siempre dicen que debemos estar preparados para lo que se venga. Y siempre me gusta tener las cosas bajo mi control, que esté todo en orden.

— ¡Felicidades! — exclama Anne cuando llegamos al final de las escaleras por detrás del telón, se abalanzó sobre mí y me abrazo tan fuerte que me hizo toser un poco. — Me encantó la dedicatoria para tu madre.. eso fue tan conmovedor.. estoy orgullosa de ti.. — confesó. Se apartó liberándome de sus brazos hubiera querido que durara un poco más.

— Gracias mi cielo.. ya quiero llevarte con ella para presentarte de forma oficial.. — dije mientras le limpiaba una lágrima que escapó por sus mejillas.

— Y a mi me encantaría pasar un tiempo a gusto con ella.. sin que tú te estés burlando de mi claro.. — percibí un atisbo de diversión en su dulce voz.

— Lo juro.. me portaré bien.. — dije levantando la mano derecha a modo de juramento. Y crucé mis dedos por detrás de la espalda porque probablemente si lo haría, se me escapa una risa al pensar en ello.

— ¿Porque siento que eso no es verdad? — dijo entornando los ojos en un tono de fastidio.

— Yo sería incapaz de algo así.. — refuté ofendido llevándome una mano al pecho.

— Si, tú serías incapaz.. — me reprende y pone sus dos manos en su pequeña cintura — de no verme como tú saco de burlas. — refunfuñó con el ceño un poco fruncido.

— Dios me vuelves loco cuándo te pones así.. — digo acercándome a ella para besarla y abrazarla.

— No.. — dice apartándome suavemente con sus pequeñas manos sobre mi pecho. — Necesito ir al baño un momento, ¿puedes estar sin mí y aguantar tu actitud burlona por unos segundos? — y no me dio tiempo de decirle nada más, se dio vuelta y se dirijo en busca de un sanitario ella sola.

Llegué a la mesa y todos me miraban raro, supongo que era por mi sonrisa de tarado y embobado que llevaba impresa en mi rostro.

— ¿Que acaso tengo pintada la cara? — pregunté con hastío, mi sonrisa se esfumó al instante en el que vi el rostro de Georgia sin expresión alguna, cuándo está así es porque está tramando algo, lo sé, la conozco.

— Es que nunca te habíamos visto así.. — la voz gruesa del señor Trainor se abre paso, él es un hombre ya mayor canoso hasta en la barbara.

— ¿Así como? — pregunté mientras me sentaba, intenté tranquilizarme pero la verdad es que Georgia tiene una actitud muy sospechosa y eso me tiene un poco incómodo.

— Enamorado.. — agregó Eliot Trainor en un tono burlón — esa pelirroja te trae de los pelos.. — afirmó riendo mientras se acomodaba sus gafas, él es el hijo menor de la familia Trainor, nuestra compañía trabaja en conjunto con la del Sr. Trainor cuando se trata de diseño gráfico.

— Ni te imaginas.. — confesé, disfrutando de la atención que me estaban prestando sobre todo porque era por Anne. La verdad me sorprendió el atrevimiento de Eliot, resulta que suele ser más callado y siempre termino por intimidarlo. 

— Si me permiten me retiro un momento.. — interrumpió Georgia, levantándose de manera en la que imponía su figura, padre e hijo se quedaron embelesados por la belleza de Georgia, su vestido negro se ajustaba a la medida mostrando tu piel pálida y anémica. Por suerte ya soy un hombre hechizado, así que solo la ignoro y me dispongo a hablar con Lili.

Mientras Georgia se aleja la observo con el rabillo del ojo y me percato que se dirige hacia el baño para damas, al mismo sitio donde fue Anne.

¿Y ahora que estará tramando esta mujer? Solo espero que nada estupido, pero la conozco y se que hará algo parecido o peor.

Un par de minutos después veo una rostro familiar salir de aquel lugar, molesto y frustrado, como si estuviera maldiciendo, pero no es cualquier persona es Anne. Al instante al verla así se me para el corazón.

Ella me mira desde lejos y niega con la cabeza, puedo distinguir qué tiene ganas de llorar que se está conteniendo otra vez, ella apretuja las manos con rabia y luego las suelta, para dirigirse a la salida, con mucha prisa.

Cuándo dije que mi corazón se detuvo ahora está latiendo a mil, me levanto bruscamente y me dirijo a zancadas para poder alcanzarla.

— ¡¿Dios y ahora qué pasó?¡ — escuchó decir a Lili por detrás de mi.

La ignoro y apresuro la marcha casi corriendo, desesperado porque no sé qué es lo que ha sucedido para que ella haya salido así.

Cuándo salgo el aire fresco golpea mi rostro con brusquedad y entonces la veo, abrazándose a sí misma con sus pequeñas manos temblando.

— ¿Anne? — pregunté acercándome con cautela y la abrazo por detrás para brindarle mi calor — ¿Que sucede? — mi voz sonó más preocupada de lo normal, suspiro intentando mantener la calma.

— Que me voy Thomas.. ¿que no lo vez? — su voz fría y cortante. Puedo sentir como ahoga el nudo en su garganta.

— ¿Puedes explicarme que fue lo qué pasó? — y la obligue a que se voltee a mirarme. Sus ojos azules estaban sumidos en una obscuridad y llenos de frialdad, nunca la había visto así. Intentando contener las lagrimas que se asomaban por sus ojos que me miraban fijamente.

— Acabó con mi paciencia, y le rompí la nariz.. — confesó cortante.

— ¿Georgia? — pregunté con los ojos abiertos, que le habrá hecho para que Anne reaccione de esta manera.

— Es mejor que te vayas con ella, te espero en el hotel.. — dice apartándose de mi con suavidad para subirse al vehículo negro con los vidrios obscuros y yo me quedé pasmado ¿Que le rompió la cara? ¿Dios está mujer de que está hecha?, solo pude observar como cerraba la puerta detrás de ella, cuando pude salir de mi estupefacción quise detenerla pero el vehículo ya se había ido.

— ¡GEORGIA AHORA SI ME VAS A CONOCER! — exclamé en mi mente mientras apretaba mis puños en los costados y mis dientes rechinando.

Espero que Anne si me espere en el hotel, necesitamos hablar de lo qué pasó y que me cuente que fue lo que le dijo Georgia para que reaccione de esa manera.

Georgia no dirá una sola palabra, se muy bien que puede inventarme cualquier cosa, incluso hacerse la víctima.

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Nota de autora: espero que disfruten este capítulo tanto como yo escribiéndolo. No es muy largo pero espero que les guste.

¿Qué habrá hecho Georgia para que Anne reaccione de esta manera? ¿Qué estará tramando?

Pronto lo sabremos..

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