Capítulo XXXIX
Entramos a la casa y un aroma delicioso a comida recién servida inundó mis sentidos, si el paraíso es así ya quiero estar en el.
Thomas había avisado que llegaríamos para la hora del almuerzo, apenas nos oyeron entrar él Sr. y la Sra. Decker se apresuraron a nuestro encuentro, abrazaron a su hijo como si hacía años no se veían, la sonrisa en sus rostros le daban vida a éste lugar, Helena llevaba puesto un vestido holgado color crema que le llegaba hasta las pantorrillas, se veía regularmente bien a pesar de las ojeras y de que no tenía una pizca de maquillaje, tenía una especie de pañuelo que le envolvía la cabeza para ocultar su calvicie, una punzada en mi pecho hizo presencia al verla así, una mujer tan llena de bondad y amor no merecía todo éste sufrimiento prolongado, pero por otro lado la admiro por seguir luchando y no darse por vencida ante semejante prueba.
— Bienvenida Anne.. — dijo Helena acercándose para darme un cálido abrazo y se lo devolví con la misma fuerza — eres más hermosa de lo que recordaba.. — confesó sosteniéndome de los hombros observándome de pies a cabeza con sus hermosos ojos grises llenos de un brillo inexplicable, yo llevaba puesto un vestido con manguitas en un tono rosa pastel que me llagaba hasta las rodillas, tenía mi pelo suelto porque luego de aquel alisado había quedado más dócil.
— Gracias, pero jamás sería tan hermosa como usted.. — agradecí intentando ocultar mis mejillas sonrojadas y mis nervios que se notaban a flor de piel.
— Gracias eres muy gentil.. pero no me trates de usted, llámame Helena o suegra.. — espetó mientras una risa se le escapó al pronunciar la última palabra. — Thomas no ha dejado de hablar de ti ni un solo día.. — confesó.
Yo lo único que pude hacer fue sonreír y asentir mientras contenía la respiración, mi corazón amenazaba con salir disparado y las yemas de mis dedos estaban frías, cuándo de repente una mano cálida me sostuvo, Thomas me miro con esos ojos grises idénticos a los de su madre, podía sentir lo complacido que estaba con todo esto y en ellos se reflejaba todo el cariño.
— ¿Quieres ser parte de esta familia? — Thomas preguntó.
— Pensé que ya era parte.. — confesé intentando relajarme un poco y aligerar la presión con esa pequeña broma. Una carcajada se les escapó mientras yo los observaba divertida.
— Bienvenida entonces mi querida nuera.. — agregó el Sr. Decker acercándose para darme un abrazo, algunas canas ya se hacían visible en su melena castaña.
— Muchas gracias por abrirme las puertas de su hogar.. — confesé. La verdad es que no sé cómo explicarles lo feliz que me siento al poder compartir con ellos y ser parte de éste momento tan especial para mí.
— No es solo de nuestro hogar querida.. también nuestros corazones.. — agregó Helena en un tono gentil y emotivo, casi se me escapan algunas lágrimas al oír aquellas palabras, los nervios se habían esfumado y me sentía plena aquí con ellos — Pasemos a la mesa.. antes de que se enfríe lo que Nana preparó.. — ordenó mientras nos indicaba que la siguiéramos.
— ¿Nana? — le pregunté a Thomas casi en un susurro, mientras caminábamos detrás de Helena quien iba de la mano con él Sr. Decker.
— Si.. es el sobre nombre que le puse cuándo era pequeño.. su nombre de pila es Novalee.. — afirmó entre risas. Era un nombre extraño y el apodo que le puso no iba para nada con su nombre, eso me hizo reír por lo bajo.
— Se le dificultaba pronunciar el nombre.. y creo que ya sabes como es de ingenioso.. — agregó Helena volteándose a mirarnos y me guiñó un ojo.
— Madre.. — inquirió Thomas algo incómodo con el comentario de su madre.
— Y vaya que lo he comprobado.. — afirmé divertida al comprender a lo que Helena se refería, al fin le estaba pasando factura por aquella vez que me hizo quedar mal frente a sus padres.
— ¿Lo estás disfrutando? — preguntó enarcando una ceja.
— Ni te imaginas.. — solté intentando contener un ataque de risa.
Llegamos a la mesa y Thomas como siempre muy atento me ofreció la silla para que me sentara para luego sentarse a mi lado.
Estar en la misma mesa que hace un mes me llenó de nostalgia, solo que esta vez todo era distinto y lo que prepararon eran de mis comidas favoritas, pastas de diferentes tipos con salsa blanca y roja, también había vegetales y otras guarniciones, todo se veía tan apetecible que al instante tuve que tragarme como un litro de saliva que se había juntado en mí boca.
— Bon appetit.. — dice Helena sonriendo y damos inicio al banquete — Una comida especial para nuestra invitada especial.. — declaró.
Eso me hizo recordar aquel almuerzo que tuvimos Thomas y yo en el hotel Roosevelt, fue un momento muy simpático cuándo casi me atoro con el filete por los comentarios lascivos de Thomas.
— Muchas gracias.. — dije mientras terminaba de tragar uno de los raviolis rellenos de espinaca y ricotta que me había llevado a la boca — Esto está como para chuparse los dedos.. Novalee usted es una master.. — agregué dirigiéndome a ella con la mirada haciendo gestos con las manos en señal de aprobación y una sonrisa de satisfacción se formó en sus labios.
— Lo preparé con todo el cariño.. — confesó agradecida, mientras ella tomaba su lugar en la mesa.
— Gracias Nana.. — agregó Thomas.
Nuestro almuerzo fue uno de los más alegres y divertidos que he tenido, había pensado que él Sr. Decker no sería de hacer bromas, pero resulta que también tiene su lado divertido y Thomas resultó ser la copia fiel de los dos.
Luego del almuerzo pasamos a aquella terraza en la que una vez nos habíamos reunido un mes atrás, en ese entonces ni siquiera imaginaba que volvería aquí y en esta posición, ni siquiera toleraba a Thomas lo suficiente como para entablar una conversación. Como cambian las cosas de una forma tan abruptamente maravillosa.
Mientras Novalee nos acercaba el café y el té para Helena, estábamos platicando sobre la feria de libros a la que habíamos asistido el fin de semana pasado, cuándo de repente entre risas Helena comenzó a toser sin poder parar y su rostro comenzó a tomar un color mucho más pálido del que ya era.
El rostro del Sr. Decker se contrajo de la angustia y la preocupación acercándose a su esposa para socorrerla, Thomas se apresuró para ayudarla a levantarse y así poder llevarla a su habitación mientras Novalee se disponía a ayudarlos con la intensión de acompañarlos.
— Yo me encargo padre.. — inquirió Thomas y su mirada cargada de desasosiego pasó a fijarse en mí — Me iré un momento preciosa.. no te preocupes.. — dijo mientras mi mente era un quebradero de cabeza y observaba a Helena sufrir.
— Tu ve tranquilo.. no pienses en mí ahora.. ¿seguro que no necesitas ayuda? — pregunté mientras me levantaba presurosa y angustiada.
— Estaremos bien.. Nana irá conmigo.. — espetó y apoyo a su madre en sus brazos mientras la guiaba adentro de la casa.
Yo los observé alejarse con él corazón y la mente estrujándose de la angustia y la inquietud hasta que él Sr. Decker me sacó de ese tormento.
— Anne.. — susurró y volví a sentarme en mi lugar para orientar mi atención hacia él — Hay algo que quisiera platicar contigo.. — confesó y pude ver la aflicción en sus ojos cansados.
— Si.. dígame Sr. — musité aún perturbada por mis pensamientos y preocupaciones.
— Es sobre Helena.. — confesó.
Mientras lo miraba con cautela pude ver su rostro agobiante, el desconsuelo y la tristeza aparecieron, aquella sonrisa que le daba vida se apagó, su rostro se nubló de dolor y sofocación, al verlo así sentí de nuevo esa punzada en mi pecho como si me estuviera avisando de que algo malo vendría a continuación.
— No me asuste señor.. — musité afligida por la preocupación y el tormento de que algo malo, muy malo y trágico iba a suceder.
— Hace un par de semanas fuimos con Helena para su control de rutina.. — tomó aire y continuó — quedamos devastados con los resultados.. el cancer a hecho metástasis con prácticamente todos sus órganos vitales.. — confesó intentando contener las lágrimas mientras se pasaba la mano por el pelo — los doctores ya no nos dieron más esperanzas.. solo le dieron dos meses más hasta que todo su cuerpo colapse.. — dijo mientras se paraba a caminar de un lado a otro frustrado por tener las manos atadas y no poder hacer nada, me quedé petrificada ante tal noticia mis ojos comenzaron a humedecerse y un nudo se formó en mi garganta impidiéndome musitar cualquier palabra — la voy a perder y no hay nada que pueda hacer para impedirlo.. perderé al amor de mi vida.. — susurró con dolor y aflicción. — Siento que aún no hemos tenido tiempo suficiente luego de veintiséis años juntos.. — musitó volviendo a su lugar.
— Lo siento mucho.. Thomas me había comentado que su madre no se encontraba bien y que el cancer había vuelto.. — confesé intentando no dejar escapar aquel nudo que amenazaba con atravesar mi garganta.
— Anne.. Thomas sabe lo que Helena y yo decidimos contarle.. — inquirió.
— ¿Thomas no sabe que su madre va a morir en menos de dos meses? — pregunté con aflicción y sentía como el alma se me desgarraba.
— Esa es la cuestión.. — confesó — cada vez que lo miro y cada vez que él pregunta se me rompe el corazón.. necesitaba compartir con alguien este peso.. — suspiró.
— No entiendo señor.. — musité — me está confesando esto y ¿no puedo contárselo a Thomas? — soné algo desconcertada.
— Necesitaba contártelo.. ya no puedo Anne.. solo necesito un poco más de tiempo para decirle.. eso lo destrozará.. — afirmó en un tono agotado y apagado.
— ¿Quiere que le oculte algo tan importante? — tragué grueso, traté de pensar con claridad y cuidar mis palabras — Se que no me corresponde decírselo.. pero creo que él merece saberlo antes de que sea muy tarde.. no pueden ocultarle la verdad por más tiempo.. — agregué. Ahora no solo ellos le ocultarían la verdad sino que también yo estoy implicada sin haberlo pedido, ni siquiera podré mirarlo a los ojos porque sé que sabrá que le oculto algo, mi madre siempre dijo que al diablo le encantan los secretos ocultos, sobre todo aquellos que le carcomen el alma a una persona.
— Se que es mucho lo que te pido.. — dijo apretujándose las manos — pero necesito que me ayudes con esta carga Anne.. Helena se rehúsa a decírselo, solo necesito unos días más para convencerla.. — imploró.
— Está bien.. — solté al fin — compartiré con usted su carga.. solo espero que Thomas no lo descubra y terminemos peor que ahora.. no quiero lastimarlo.. ya es suficiente con toda esta penuria que le ha tocado vivir.. — musité.
— Gracias Anne.. por compartir conmigo este calvario, no cabe duda que Thomas ha tomado la diciendo correcta al no dejarte ir.. pronto encontraremos la forma y el momento..— dijo suspirando.
— Él me odiará cuándo sepa que le oculté todo esto.. — refuté algo agobiada por toda esta noticia y el impacto que tendrá la decisión que acabo de tomar en mi relación con Thomas.
— Él no podrá odiarte jamás.. he observado como te mira y tiene los mismos ojos de su madre cada vez que me ve.. llenos de admiración y amor.. — confesó — y cuándo habla de ti se le ilumina el rostro.. es un hombre diferente desde que te conoció.. — agregó.
— Lo único que se es que si lo pierdo.. perderé una parte de mí.. por eso lo entiendo Sr. Decker, porque usted también está perdiendo una parte de su alma.. — musité, mis labios formaron una fina línea intentando sonreír, puede ver a lo lejos a Thomas acercándose, entonces toda tranquilidad desapreció y mi corazón empezó a latir preocupado.
— Tranquila.. ahora eres parte de él así como él es una parte de ti.. — murmuró ya más tranquilo.
— Listo.. — refutó Thomas al llegar a la pequeña entrada de la terraza — la dejé dormida.. estaba muy cansada y débil.. — informó.
— Las sesiones de quimioterapia la tienen agotada.. gracias hijo iré a recostarme con ella.. — inquirió él Sr. Decker levantándose y pasando por donde estaba Thomas lo palmeó en el hombro con suavidad.
— Ve tranquilo padre.. no te preocupes por nosotros.. — espetó Thomas, mientras yo evite a toda costa mirarlo directamente — ¿Quieres desempacar? — preguntó.
— ¿Uhm? — murmuré un poco distraída.
— ¿Que si me acompañas a desempacar? — volvió a preguntar.
— Sii.. claro.. — musité algo distante, pensando en el secreto que resguardaba dentro mío y que no solo a los Señores Decker les carcomía el alma si no que ahora también a mi.
— ¿Te sientes bien preciosa? — preguntó preocupado agarrándome del brazo y obligándome a mirarlo, Dios esto es tan difícil, verlo a los ojos y no poder decirle nada porque no te corresponde a ti decírselo.
— Solo estoy un poco distraída y un poco cansada.. — murmuré acercándome a él para agarrarlo de la barbilla — ¿Vamos? — pregunté y le di un suave beso en los labios.
— Se que te pasa algo más.. — inquirió tomándome del rostro con ambas manos — lo veo en tus ojos.. pero ahora vamos a descansar, quiero disfrutar contigo este fin de semana.. — confesó para luego devolverme el beso solo que un poco más caluroso e intenso.
— No es nada.. — murmuré soltando el aire que contuve sin darme cuenta.
Los dos nos fuimos tomados de las manos a buscar nuestras maletas y llevarla a la habitación, cuándo Novalee se disponía a mostrarme la habitación de huéspedes para que pudiera acomodarme allí Thomas interrumpió.
— Nana.. ella se quedará conmigo.. en mi habitación.. — afirmó muy tranquilo, y yo lo miré sorprendida, mis mejillas se sonrojaron al instante porque Novalee nos miraba divertida debido a mi expresión.
— ¿Seguro que es buena idea? — pregunté avergonzada.
— Eres mi novia.. claro que es buena idea.. — refutó divertido porque sabía que me estaba poniendo en una situación incómoda y vergonzosa frente a Novalee.
— Anda cariño ven.. — dijo Novalee jalándome del brazo para guiarme a la habitación de Thomas.
— Claro que es buena idea.. — murmuré entre dientes en tono sarcástico— si estamos en la casa de tus padres.. — dije algo molesta y fulminándolo con la mirada, a lo que él reaccionó de forma divertida.
En fin, fui presa a la habitación por Thomas que no paraba de reír y Novalee que estaba jalándome para meterme a la habitación.
— Los dejo solos.. — dijo Novalee mientras le guiñaba un ojo a Thomas y en papel de cómplice se retiró de la habitación.
— Como me conoces Nana.. — musitó Thomas divertido.
Novalee se quedó en la puerta y le regaló una sonrisa de un secuaz más fiel, posteriormente cerró la puerta y nos dejó solos.
— Voy a desempacar y ordenar todas nuestras cosas.. — confesé poniendo mis manos en mi cintura mientras le echaba un vistazo a la habitación que estaba pintada en tonos blanco y gris, la cama era enorme cabrían como cuatro personas, tenía un estante con un montón de libros que eran de un estilo antiguo. Una foto de sus padres reposaba sobre la mesita al lado de la lámpara, era de su boda y ellos se veían tan enamorados como ahora, su amor trasciende todas las barreras que les ha impuesto la vida a lo largo de estos años.
— Me daré una ducha Sherlock.. — dijo interrumpiendo divertido mientras se dirigía al baño.
— ¿Sherlock? — pregunté sorprendida y divertida a la vez.
— Si.. es que pareces un detective escudriñando mi habitación con los ojos.. — musitó burlón — como si esperarás encontrar algo sospechoso aquí.. — dijo entre risas.
— Elemental mi querido Sr. Decker.. — dije con una voz gruesa intentando imitar a un hombre y una sonrisa aún más ancha se formó en su rostro divertido. — ahora por favor.. ya date una ducha que apestas.. — confesé divertida entre risas y cubriendo mi nariz, él sabía que era mentira siempre tenía un olor delicioso aunque estuviera sudado, digamos que usan su sudor para los perfumes de Hugo Boss.
— Dios cuánto te amo.. ¿me ayudas a enjabonar mi espalda? — preguntó con una sonrisa torcida y pícara.
— Estamos en la casa de tus padres.. — refuté — ten un poco más de descendencia Thomas.. — sostuve gesticulando con las manos algo avergonzada.
— Pero si solo te pedí que me enjabonaras la espalda.. ¿o tú quieres hacer algo más que eso? — inquirió juguetón.
— Ya.. solo.. solo métete a la ducha.. — refuté tartamudeo un poco y mis mejillas coloreadas por un color carmesí otra vez.
Él se mandó unas carcajadas, satisfecho con lo que había logrado cerró la puerta y luego luego escuché como corría el agua por la regadera. Él ya no tiene solución.
Me senté en la cama suspirando profundo y recostándome me puse a pensar en todo lo que el Sr. Decker me había revelado, todo eso tendrá un impacto terrible entre Thomas y yo cuándo él termine por saberlo todo, pero por otro lado entiendo perfectamente al Sr. Decker en su desesperación me confío este secreto que no puedo revelarlo porque no me corresponde hacerlo, solo espero que Thomas pueda comprenderme dentro de su dolor, ahora estoy más cerca de él que nunca y pase lo que pase siempre estaré para él.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Nota de autora: Este capítulo se lo dedico a una amiga muy especial que ha estado apoyando esta historia desde el principio, mucha gracias por tu constante apoyo @FabianaMarifaMartine ❤️🥰
Espero les guste este capítulo, no es muy largo pero ya quería actualizar. ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top