Capítulo XXV

Esa mañana en el hospital fue bastante interesante, ver a Thomas conversar con mi madre con tanta naturalidad, como si ellos ya se hubieran conocido, me hizo sentir tan bien, le contamos a mi madre como nos conocimos y Thomas volvió a decir que yo lo estaba espiando, más hablamos Thomas y yo, mi madre nos miraba fascinada ante nuestro relato, ni siquiera tocamos el tema de Colin o Norman, como se llame, mi madre siempre fue muy buena para perdonar y olvidar, pero yo no, y entre risas mi madre nos interrumpe.

— Me encanta verte tan feliz mi niña.. me alegro de que al fin hayas encontrado alguien que te merezca.. porque tú vales mucho.. — su mirada dulce y su voz suave son como arrullo para mi.

— Gracias mamá.. te quiero.. — digo y le doy un beso en la frente.

Unos minutos después llegó el Dr. Bianchi entra para pedirnos que la dejáramos descansar, mi madre no quiso pero el doctor  insistió que era necesario, me despedí de mi madre con un beso y un abrazo, porque ahora más que nunca la echaré de menos. El saber que casi la pierdo me hizo ver las cosas y apreciarlas de un modo distinto.

El doctor me recordó que debía hacerme una tomografía para corroborar que todo en mi cabeza estuviera bien, y aquí estoy acostada apunto de entrar a un aparato de resonancia magnética, es la primera vez que me hago un estudio así, y por ende estoy un poco nerviosa. Thomas quiso acompañarme, incluso pidió entrar conmigo pero el doctor le dijo que no, que eso no era posible.

Salgo ya toda vestida y el doctor me pide que lo acompañe a su consultorio, cuando salgo de la sala encuentro a Thomas parado en la puerta, un poco nervioso al parecer, no entiendo porque se pone así, el me abraza y me da un beso en la frente, creo que puedo acostumbrarme a estas muestras de afecto que constantemente él me está demostrando.

Entramos y el doctor nos pide que nos sentemos, él pregunta si no hay inconvenientes en que Thomas nos espere afuera, a lo que yo respondo.

— No se preocupe doctor, Thomas es mi novio y no tengo porque ocultarle nada.. — digo y le tomo la mano a Thomas, que me da una sonrisa de boca cerrada, parece complacido ante mi respuesta.

— Oh.. entiendo, pues lo felicito, su novia es muy hermosa.. — suena un poco desilusionado, y eso me hace sentir bastante incómoda.

— Soy muy afortunado, ella es maravillosa.. — dice Thomas y luego me mira, una hermosa sonrisa se dibuja en su rostro.

— Bien Srta. Scholler.. —la voz del doctor se volvió un poco fría y sentí como un puñal al escuchar como pronunciaba mi apellido. No se porque me importó tanto. — Muy bien, en el interior del cráneo tenemos crestas afiladas que podrían cortar partes del cerebro al moverse con violencia.. — trago grueso y Thomas aprieta su agarre en mi mano. — me preocupé un poco pensando que podía haber sido eso debido a los primeros síntomas, pero afortunadamente ese no es tu caso, tuviste un corte capilar y por ende se daño un poco la galea aponeurótica — y de repente lo interrumpe el sonido de un teléfono, es el teléfono de Thomas.

— Si me disculpan, debo recibir esta llamada.. — dice y luego me mira, como si estuviera pidiendo mi aprobación.

Cuando él sale del consultorio el doctor continúa con lo que estaba diciendo.

— Como te iba diciendo, la lesión se encuentra en la parte más alta del hueso occipital, es probable que la lesión sane sin necesidad de más intervención.. — dice muy tranquilo, sus palabras me tranquilizan, pensaba que esto sería más grave.

— La verdad es que no entendí casi nada de lo que me ha dicho.. pero lo último me deja mucho más tranquila.. — digo riéndome de mi misma. - Disculpe mi ignorancia doctor.. —digo intentado disimular mi risa. En realidad trato de aliviar la tensión que creció entre nosotros luego de que se enteró de que Thomas es mi novio, creo que esa información no le cayó muy bien.
Él se ríe conmigo, su risa es muy agradable, no es de esas que se escuchan a kilómetros.

— Oh.. por favor llámame Massimo, no hace falta tanta formalidad.. — dice y me regala una hermosa sonrisa, es mucho más simpático y agradable cuando Thomas no está conmigo. — y me alegro haber descartado cualquier lesión más grave..

— Te llamaré por tu nombre si tu haces lo mismo.. — enfaticé pensando en su nombre, es un nombre muy bonito, me gusta como suena. Creo que podremos llegar a ser muy buenos amigos hay cierta compatibilidad entre nosotros, él me cae muy bien.

— Claro Anne.. — dice y saca una tarjeta del cajón de su escritorio y escribe algo en él — Esta es mi tarjeta con mi número personal, si necesitas algo o te sientes mal, solo llámame.. — dice y me pasa la tarjeta.

— Gracias Massimo.. — digo y agarro la tarjeta.

Me levanto y él hace lo mismo, se adelanta a mi y me abre la puerta, antes de salir le pregunto por mi madre.

— ¿Cuánto tiempo estará mi madre aquí? — sueno un poco preocupa.

— Ella está evolucionando muy bien.. probablemente esta semana ya le daremos el alta.. y podrá regresar a casa.. — dice muy contento.
Eso me emociona, saber que mi madre pronto estará en casa, y fuera de cualquier peligro.

— ¿Me harán saber sobre los gastos médicos? — No había pensado en todo eso, lo único que quería era que mi madre estuviera a salvo y poder tenerla a mi lado más tiempo.

— Los gastos corren por mi cuenta.. no te preocupes.. — Thomas me sorprende abrazándome por detrás agarrándome de la cintura y me da un beso en la mejilla, no puedo evitar ruborizarme ante eso.

— No.. claro que no.. — farfullé, un poco molesta, él no tiene porque hacer eso yo puedo valerme por mi misma, aún tengo una gran parte del dinero de mi liquidación y algunos ahorros.

— Ya lo hice, así que no hay marcha atrás.. y también pedí que cargaran a mi tarjeta los futuros gastos, si hubiere necesidad.. — y me da una sonrisa de victoria. Dios este hombre va a matarme.

— Bueno.. — dice Massimo interrumpiendo — Yo los dejo, tengo muchos asuntos que atender.. y Anne recuerda no dudes en llamarme si me necesitas.. y ya deja de ser tan terca.. —me da dos besos en la mejilla y Thomas tensa sus brazos al rededor de mi cintura, luego Massimo entra a su consultorio.

— Gracias Massimo.. — digo alzando un poco la voz y voltea a sonreírme.

— ¿Y a éste que le pasa? — dice Thomas agarrándome de la mano para guiarme a la salida.

— ¿Por qué? Solo ha sido educado.. — digo justificando a Massimo.

— ¿Educado? — tiene un tono sarcástico. No puede ser que esté celando del doctor, es solo una persona muy gentil. — Un atrevido, eso es lo que es.. — dice un poco furioso.

— Tranquilo.. sólo fue amable y ya.. no intentes complicarlo, y mucho menos verlo de otra manera.. — digo con la voz más dulce que puedo, le doy un suave beso en la parte dorsal de su mano.

— Solo espero ya no tener que verlo, y mucho menos ver cómo te coquetea.. — dice aún un poco irritado.

— Tú ya no tendrás que verlo.. — digo tratando de calmarlo y calmarme a mí misma, pero sé que lo que estoy apunto de decir no le agradará para nada — Pero yo sí Thomas, y tendrás que aprender a lidiar con ello y confiar en mí..— le digo mientras salimos del hospital.

— Confío en ti Anne.. es en él en quien no confío.. — dice y me mira fijamente.

— Lo siento Thomas, pero mientras mi madre esté aquí, lo siento mucho por ti pero lo tendré que ver, lo quieras o no.. — alzo un poco la voz, su insistencia con este tema ya me va sacando de quicio, está apunto de sacar lo peor de mi. Se que he sonado muy fría, pero necesito que entienda que esto no es importante y que nunca lo será, y que aprenda a controlar sus impulsos — mira quien habla — me digo a mi misma.

— Solo estoy un poco paranoico, tengo miedo de dejarte sola y que te pase algo malo.. perdóname mi cielo, confío en ti.. Te quiero, nunca lo dudes.. — dice mientras me mira fijamente y acaricia mis mejillas con ambas manos. Y yo apoyo mis manos a las suyas. Escuchar de sus labios esas palabras mi cielo, hacen que sienta cosquillas en el estómago.

— Te entiendo, yo también me hubiera puesto así, pero es algo que tendremos que superarlo juntos y hablando se entienden las personas.. jamás dudes de lo que siento por ti.. Te quiero.. — digo y el planta sus labios en los míos, aquí en la entrada del hospital, no me importa que los demás nos miren, somos felices y eso es lo que importa. Me gusta que él exprese todo lo que pueda, en cambio yo debo aprender a abrirme a él, decirle todo lo qué pasa en mi cabezota y en mi corazón.

— Vamos.. Lili nos está esperando para almorzar.. — dice interrumpiendo el beso, dejándome un poco acalorada.

— Si vamos.. ya me imagino la lluvia de preguntas que me hará.. — digo y suelto un largo suspiro.

— Si.. mejor prepárate.. — me dice burlón.

Nos subimos a su vehículo, él lo pone en marcha y nos dirigimos a la casa de Lili, supongo que me espera una tarde bastante cargada de emociones.

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Lili me apretuja entre sus brazos apenas llegamos y lo que más me sorprende es que no hace preguntas, solo nos invita a pasar para que podamos almorzar. Mientras entramos veo como se seca algunas lagrimas que se le escaparon.

— Estoy muy contenta de que las dos estén bien.. estuve tan preocupada.. de no ser por Thomas ya estaría acompañando a tu madre en terapia.. — dice mientras nos indica que nos sentemos, Mark viene saliendo de la cocina con un delantal puesto. Se ve muy simpático, al parecer él se encargó de la cocina.
Mark nos saluda muy emocionado, y nos pide que nos pongamos cómodos en la mesa, me ofrezco a ayudar pero Mark rechaza rotundamente mi ofrecimiento.

— Bueno chicos el almuerzo está servido.. — dice Mark trayendo a la mesa un estofado que se ve y huele delicioso. No sabía que tenía tanto apetito cuando siento rugir mi estómago. Mark es un experto en la cocina, no necesita ningún recetario para que todo le quede perfecto.

— Muchas gracias.. esto se ve exquisito.. — digo sonriéndole a Mark, tratando de disimular el terrible apetito que tengo.

— Eres todo un genio en la cocina amor.. — le dice Lili dándole un beso en la mejilla.

— Solo lo mejor para mi futura esposa.. — y él le da un pequeño beso en los labios. ¿Qué? ¿Se van a casar? No lo puedo creer, llevan tanto tiempo viviendo juntos que al fin darán este paso tan importante, estoy tan feliz por los dos.

Me levanto de inmediato y abrazo a Lili con todas mis fuerzas. Y veo a Thomas felicitar a Mark.

— Estoy tan feliz por ti.. pero ¿porqué no me lo habías dicho? — le digo a modo de reclamo y frunzo un poco el ceño.

— Apenas y lo decidimos ayer, ya hemos comprobado por mucho tiempo que somos el uno para el otro.. — dice sonriendo y mira a Mark que se acerca para abrazarla y darle un beso.

— Todo el mundo ya sabía eso.. — le dice Thomas y se acerca para abrazar a Lili — No se porque esperaron tanto, a ver, muéstrame el anillo.. — dice agarrando la mano de Lili para poder ver el anillo, puedo ver qué es un anillo tradicional solitario de diamante incoloro, con ese diamante en su dedo, se iría al fondo del Atlántico.

— Es precioso Lili.. — digo, y siento que se me humedecen los ojos pero me contengo.

— Bien, la comida se enfría.. vamos a almorzar.. — Mark nos interrumpe para que pasemos nuevamente a la mesa, me encanta verlos felices.

Durante el almuerzo les pregunté si ya tenían una fecha posible para la boda, pero ellos dijeron que aún no lo han pensado, les rogué que no fuera invierno, aquí el invierno es muy agresivo la mayoría de las veces, y no podría andar con vestido en la nieve, de solo pensarlo ya me dio frío.
Al terminar de almorzar Thomas me ayudó con los platos y así poder liberar a Lili de levantar la mesa.

— Bueno yo tengo que ir al hotel.. — dice Thomas cuando terminamos de limpiar todo. Lili y Mark están en el porche relajándose antes de ir a descansar a su habitación.

— ¿Volverás? — le pregunto un poco sorprendida, porque no lo comento antes, bueno el también tendrá cosas que hacer así que, ¿porque me hago líos en la cabeza?.

— Tengo que volver a Illinois esta tarde, así que iré a hacer las maletas.. pero volveré para despedirme.. — dice acercándose a mi.

— ¿En serio? — No se porque me sorprende, tarde o temprano él debía volver. — ¿Fue por la llamada que recibiste? — pregunto curiosa.

— Si.. surgió algo en la Editorial  y Georgia ya no puede sobrellevar la situación, así que me llamó.. — dice mientras me abraza por la cintura. ¿Quien demonios es Georgia?, cálmate es solo trabajo, me digo a mi misma.

— Espero que puedas resolver esa situación.. — digo y le devuelvo el abrazo.

— Me he vuelto el mejor solucionando problemas.. así que no te preocupes mi cielo.. — dice orgulloso, podría ser menos engreído al respecto.
Lo beso en la comisura de sus labios, su barba pica un poco, hace cosquillas.

— Hace cosquillas.. — le digo acariciando su mentón.
Como respuesta y haciéndolo a propósito me besa en el cuello, causándome más cosquillas, trato de ahogar mi risa, para que Lili y Mark no nos escuchen.

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Cuando Thomas se fue al hotel, yo subí a mi habitación y puse a cargar la batería de mi teléfono, mientras mi teléfono se encendía — y rogué que lo hiciera — fui al lavadero a poner en remojo mi ropa ensangrentada — se me revuelve el estómago de solo pensar en ello, el olor metálico de la sangre aún está fresca y más en mi memoria —, me gusta darle su espacio a las personas así que volví a mi habitación sin molestar a los futuros esposos. Como siempre me decía mi madre — El amor siempre llega en el momento indicado y no debes forzarlo, cuando tiene que ser, será — Lili y Mark se tomaron su tiempo para dar este gran paso.

Aquí estoy acostada, revisando todas las notificaciones, tengo mensajes de Jou y llamadas perdidas, mensajes de Cathy y Lili que son del día anterior, y uno de Sam — que extraño, aunque nos habíamos hecho buenos amigos — Entonces opto por revisar el mensaje de Sam.

— Holaa An.. sólo quería avisarte que Jou me dejo las llaves de tu habitación, si quieres que te la acerque donde sea que estes envíame la dirección.. — había olvidado por completo todo eso, ahora que Colin o Norman — Creo que nunca me acostumbraré a su nombre real — ya no es un peligro, puedo regresar a mi residencia.

— Gracias Sam.. pasaré a buscarla apenas pueda.. — necesito organizar todas mis cosas para volver, aún debo ocuparme de mi madre, pero ya quiero mi soledad de nuevo, mi habitación es pequeña pero me agrada porque estoy sola y nadie puede molestarme.

— Solo avísame cuando vendrás.. porque también tengo cosas que hacer.. — su mensaje llegó casi al instante, y como siempre el siendo tan sutil.

— Ok.. te avisaré, gracias.. — digo sin más. No quiero alargar las cosas. Ya veré cuando y como me organizo para ir.

Ahora voy a los mensajes de Cathy, esa mujer se estará volviendo loca porque no le contesto los mensajes.

— An.. contéstame cuando puedas.. me estás preocupando.. — es su último mensaje, y es del día de hoy.

— Amiga de mi vida.. perdóname pero he pasado por cosas terribles.. si puedes ven esta tarde en la casa de la Srta. Huther.. Avísame, besos 😘necesito ponerme al día con ella, hay tantas cosas que quiero contarle, y sé que se molestará por no habérselo dicho antes.

No me contestó enseguida así que ahora llamaré a Jou, solo espero que no esté molesto conmigo por no haberme despedido de él.
Busco su número y lo llamo, suena y suena pero no contesta. Estará ocupado instalándose aún. Pero intentaré una última vez. Sin respuesta. Esperaré a que me devuelva la llamada, no quiero ser insistente. Así que me relajo por un rato y me dejo llevar por mis pesados párpados, y me quedo dormida.

Mi sueño es liviano y al sentir que algo se va acomodando a mi lado me exalto y un brazo rodea mi cintura.

— Tranquila soy yo.. — la gruesa voz de Thomas me tranquiliza, y doy un suspiro.

— Me asustaste.. — le reclamo mientras me acomodo entre sus fuertes brazos.

— Solo he venido a despedirme.. — dice y hunde su nariz en mi cuello.

— Te voy a extrañar.. — murmuré, mi voz es casi un susurro, estos días estuvimos muy juntos y muchas cosas han pasado, en tan poco tiempo.

— Te quiero mi cielo, siempre estaré pendiente de ti, sin importar la distancia, estaré solo a dos horas.. — sus palabras me tranquilizan, pero aún así mi corazón se achicharra, sobre todo porque me encanta tenerlo cerca y cuando esté lejos una parte de mi estará con él.

Le doy un beso, con una intensidad que jamás imaginé, como si lo estuviera reclamando, diciéndole que es mío y de nadie más, al punto de hacerlo gemir en mi boca. Entonces detengo el beso y jadeando le repito sus palabras.

— Tu eres mío.. y yo soy tuya.. — digo respirando como si el aire se me acabara.

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