Capítulo XLI

No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.

Miguel de Cervantes.

Hoy fue tan tedioso levantarme, mi cuerpo entumecido por los reclamos de mis músculos eran insoportables, así que de camino a la universidad pase por la farmacia a comprar un relajante muscular, eso me hizo recordar que debía agendar un turno con un ginecólogo para esta semana, no podía dejar pasar más tiempo, porque como había dicho Helena "el tiempo pasa y no perdona".

Mi clase de hoy la tenía con Lili así que iba a aprovechar y pedirle si podría consultar con él médico que la atendía a ella. Necesitaba estar segura de que podía confiar en la persona que me trataría.

Lili desarrolló su clase normal, ya habíamos adelantado la entrega de nuestro trabajo sobre grandes esperanzas, esta vez nos pidió que hagamos un ensayo sobre "El retrato de Dorian Gray" escrita por unos de los escritores cuya vida no fue ni tranquila ni monótona, pero sin embargo nos dejó increíbles obras para deleitarnos.

— Oscar Wilde, analizarán su obra y me la entregarán en ocho días.. recuerden que el semestre ya termina y no nos queda mucho tiempo.. — afirmó Lili mientras se paseaba frente a su escritorio.

Todos estábamos tomando nota sobre sus comentarios referentes al escritor y su obra más conocida, la verdad es que no logro imaginar cómo sería la universidad sin ella, me acostumbre tanto a ella, bueno seguiría trabajando con ella pero no será lo mismo cuando se vaya a Illinois.

La clase terminó y esperé a que todos mis compañeros se retiraran para acercarme a Lili para así poder preguntarle y consultarle sobre el doctor o la doctora que la trataba a ella.

— Anne.. ¿qué haces aún aquí? — preguntó sorprendida, mientras recogía sus cosas.

— Es que necesito tu ayuda Lili.. — musité un poco avergonzada por lo que iba a preguntar.

— Si.. dime ¿en qué puedo ayudarte? — preguntó mientras dejaba todo lo que estaba haciendo para prestarme atención.

— Es que.. bueno, necesito hacerme unos chequeos médicos y.. pues quería saber si podrías conseguirme un turno con tu doctor.. — confesé avergonzada con mis mejillas ya coloreadas.

— Si, claro que si Anne.. y dime.. ¿qué tipo de chequeos necesitas hacerte? — preguntó.

— Ginecológicos.. — musité apenada.

— Ahhh.. — dijo sonriendo — Sin problemas Anne.. puedes venir conmigo tengo cita para mañana con la Dra. Hill.. — afirmó.

— ¿En serio? Muchas gracias Lili.. — espeté emocionada.

— Pasaré por ti a primera hora de la mañana.. La Dra. Hill no tendrá ningún inconveniente en atenderte.. — agregó Lili mientras se disponía a  marcharse.

— Muchas gracias Lili.. la verdad es que me da un poco de pena contigo.. — confesé siguiéndola a la salida.

— No tienes porque sentir pena.. sabes que lo hago con mucho gusto.. — dijo sonriendo.

— De nuevo muchas gracias Lili.. ¿nos vemos mañana? — pregunté antes de separarnos.

— Dalo por hecho.. — dijo palmeándome en el hombro y luego se detuvo como si algo le preocupara — ¿No estarás embarazada? ¿O si? — preguntó inquieta.

Automáticamente el rubor cubrió por completo mi rostro y sentía que todo mi rostro estaba apunto de estallar. Por un momento se me atoró la lengua y no pude esbozar palabra alguna.

— ¿Anne? — sonó algo preocupada.

— Noo.. ¿Cómo crees? No.. claro que no.. — confesé nerviosa.

— Dios.. por un momento pensé que.. — dijo suspirando aliviada y llevándose una mano en el pecho.

— ¡Dios! No Lili.. ni lo mensiones.. aún no estoy lista para ser madre.. siempre ando metiendo la pata en todo.. no le desees eso un pobre inocente.. — inquirí algo nerviosa.

— Bueno.. en algo si tienes razón.. — murmuró llevándose sus dedos para sostener su barbilla como si estuviera pensando.

— ¿En qué? — pregunté picada por la curiosidad.

— En que eres una mete pata.. — dijo carcajeándose.

— ¡Lili! — exclamé divertida — solo yo puedo auto insultarme.. — defendí.

— Bueno querida debo dejarte.. tengo asuntos que atender con el rector.. nos vemos mañana.. — dijo despidiéndose con un abrazo, se lo devolví gentilmente.

— Te veo mañana.. — dije separándome de ella.

Tal vez sean asuntos sobre su desvinculación con esta universidad, el asunto que debía atender en el rectorado. Mudarse a un lugar nuevo después de haber echado raíces en uno por años no va a ser fácil, nunca lo es.

Yo no podría hacerlo, no podría iniciar de nuevo e intentar  encajar en un lugar extraño.

— ¡Aquí estás! — el grito agudo de Cathy me exalta y casi se me sale el corazón.

— ¡Mierda Cathy! — exclamé — casi me da un paro cardíaco.. — dije llevándome una mano sobre el pecho.

— Perdona.. no fue mi intención.. — se excusó tiernamente — pero es que no te he visto en días y me emocioné.. se supone que somos mejores amigas si no es que hermanas.. — bisbisó mientras caminaba a mi lado con su brazo sobre mi hombro muy relajada después de darse una tremenda corrida.

— Si lo se.. estuve fuera el fin de semana.. — confesé.

— ¿En serio? ¿Con Thomas? — preguntó curiosa y una sonrisa pícara se asomó por sus labios.

— Si.. fuimos a ver a su madre.. — comenté un poco desanimada al recordar a Helena quien estaba siendo absorbida injustamente por una enfermedad que acabaría con ella en menos de dos meses, si no es que menos.

— ¿Todo bien? — sonó preocupada.

— Si.. no te preocupes.. — murmuré intentando ocultar lo mal que me sentía — ¿Quieres almorzar conmigo? — pregunté intentando cambiar de tema, y la verdad es que en estos momentos no me apetece estar sola.

— ¡Si, claro que si! — exclamó emocionada. — ¿Comemos pasta? — chilló con entusiasmo.

— Me conoces tan bien amiga.. amo las pastas.. —confesé y un poco emocionada la abracé, me hacía bien estar con ella al igual que con Jou.

— No amiga, tú amas todo lo que sea comida.. — agregó carcajeándose a lo que la seguí porque tenía mucha razón.

El relajante muscular era tan efectivo que todo el día he estado casi adormilada, pero sin una pizca de dolor por ningún lado, el café ayudó pero no fue tanto, tengo los párpados cansados pero aún así no me dejo vencer.

Caminamos con Cathy hasta un restaurante italiano, justo se nos antoja a las dos algo de ese lugar, pero bueno es el mejor lugar para comer pastas.

Cathy ordenó spaghettis a la boloñesa, unos de los platos italianos más conocidos a nivel internacional, es una delicia. Yo ordené fettuccine con pato y salsa gravy, solo que sin los espárragos.

Mientras almorzábamos Cathy no paró de comer y hacer preguntas sobre mi viaje a Idaho. Y en una de esas casi se atora con la comida.

— Solo tranquilízate.. ¿quieres? — la reprendí entre risas.

— Es que debo aprovechar ahora que te tengo solamente para mi.. quien sabe cuándo podamos estar juntas otra vez.. — dijo haciendo pucheros.

— Está bien.. tenemos tiempo.. solo come tranquila.. no quiero tener que llamar a emergencias porque mi amiga se asfixió con su almuerzo.. — comenté con cierto sarcasmo en mi tono de voz.

— Bueno.. por si acaso solo ten listo tu teléfono en marcado rápido.. — inquirió divertida.

— No te preocupes ya lo tengo listo.. — contesté entre risas. — Por Dios Cathy yo ya no puedo contigo.. — confesé intentando que mi almuerzo no me salga por la nariz.

— No podrías vivir sin mi.. — me corrigió — Bien.. ahora sí cuéntame ¿Qué tal va todo con Thomas? — preguntó con una sonrisa torcida en los labios.

— Bien.. estamos bien.. aunque no he podido contactarme con él.. estoy preocupada.. — confesé. — Estoy preocupada por Helena.. — agregué suspirando.

— ¿Helena? — preguntó intrigada — ¿quien es Helena?

— Su madre.. tengo miedo de que algo haya sucedido.. — mi voz salió más atormentada y angustiada que nunca.

—¿Porque tienes miedo? — su tono de diversión desapreció — ¿Se opone a que estén juntos?

— Ojalá y fuera eso.. — musité — está enferma y tiene menos de dos meses de vida.. — confesé, ahora entiendo al señor Decker a veces  es bueno compartir nuestras penurias con alguien.

— Oh por Dios.. pobre mujer y su familia.. — murmuró llevándose ambas manos al rostro — ¿Como lo está llevando Thomas? — preguntó.

— Él solo sabe lo que sus padres decidieron contarle.. — murmuré.

— Entonces.. él no sabe.. ¿y tu si? — inquirió — un momento.. ¿cómo lo sabes tú? — cuestionó sorprendida.

— No se.. yo no pedí saberlo.. él Sr. Decker supongo que en un momento de desvarío o desesperación me lo contó.. — confesé mientras jugaba con mi almuerzo, que estaba delicioso pero cuando entramos en este tema mi apetito me traicionó.

— ¿Y cuándo piensas decírselo? — lo dijo como si fuera tan fácil hacerlo.

— No es tan fácil Cathy.. además no me corresponde a mi decírselo.. — manifesté.

— Bueno amiga.. creo que debes pensar muy bien lo que harás.. porque no sabes qué vendrá después.. — comenzó a decir y no la dejé terminar.

— ¿Crees que no lo pienso todos los días? — mi tono de voz pasó de tristeza a frustración — yo no pedí saberlo, pero ya lo sé.. y no sé qué hacer.. me siento frustrada y atrapada en todo esto.. — confesé mientras sostenía mi cabeza con ambas manos.

— Lo único que puedo decirte es.. que pase lo que pase siempre estaré aquí para ti.. ¿lo sabes no? — manifestó mientras me extendía su mano para que la tome.

— Si, lo se.. y te lo agradezco.. — dije tomando su mano.

Dejamos pasar ese tema, pero mi apetito ya no volvió, me sentía fatal por Thomas y por toda la situación, Cathy me acompañó a la residencia y le pedí que se quedara conmigo, nos acostamos y vimos una película, luego no recuerdo porque cuando desperté Cathy ya no estaba, yo me había quedado dormida, debió ser por todo el relajante muscular que consumí, pude percatarme de que me dejo una nota sobre la portátil cerrada.

"Tuve que volver a casa, surgió algo con mis padres, pero si me necesitas solo llámame. Te quiero amiga"

Volví a dejar la nota en su lugar y me recosté de nuevo con la mirada fija en el techo, perdida en mis pensamientos dejándome carcomer por ellos.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Al día siguiente me levanté bien temprano ya no sentía tanto dolor en mis músculos, fue un alivio para mi cuerpo y antes de ir a darme una ducha decidí enviarle un mensaje a Thomas deseándole los buenos días y rogándole que me avisara si todo iba bien, o mejor dicho si estábamos bien, también le avisé que iría a la cita médica con Lili y cualquier cosa se lo estaría avisando.

Lili no bromeaba ni exageraba cuando me dijo que pasaría a primeras horas, apenas y tuve tiempo de vestirme, salí con el pelo húmedo prácticamente casi goteando, me puse los primeros jeans que encontré, una remera blanca y camisa azul encima, mis converse negras sin calcetines porque ya no me dio tiempo, Dios que pensara de mi la doctora, que soy la persona más desaliñada del mundo.

Cuando subí al coche Lili me recibió con un latte recién hecho.

— Con leche ligth y canela.. — me lo pasó sonriendo — Buenos días.. espero que estés lista.. — musitó.

— Buenos días Lili.. si, siempre estoy lista, aunque la verdad estoy un poco nerviosa hace tiempo que no voy a este tipo de consultas.. — confesé apenada — y gracias por el latte.. — agradecí mientras le daba un sorbo, sabía a gloria.

— No te preocupes, la Dra. Hill es muy buena.. hace años que voy con ella.. — agregó intentando hacerme sentir cómoda.

— Gracias por todo Lili.. — dije mientras jugaba con el collar de mi baso de Starbucks.

— ¿Que tienes? ¿Va todo bien con Thomas? — cuestionó preocupada.

— La verdad no se, desde ayer no tengo noticias de él.. — confesé mirando por la ventanilla.

— Solo espero que Helena esté bien.. no te preocupes Anne.. intentaré averiguar algo hoy.. — dijo intentando animarme sin éxito alguno.

— Estoy muy preocupada Lili.. solo espero que nada malo haya sucedido.. — manifesté y un suspiro ahogado salió de mi.

— Todo estará bien.. — inquirió — ¿Como estaba Helena el fin de semana? — su pregunta sonó a agobio y sofocación.

— No se veía bien.. yo solo espero que tenga más tiempo.. — murmuré. — ¿Tu ya lo sabes? — pregunté preocupada porque no tenía respuestas de Lili.

— ¿Que debo saber Anne? — escrutó.

— Que ya no le queda mucho tiempo.. — solté de repente.

— Si.. — confesó. — Me enteré por la mismísima Helena.. — dijo con cierto desconsuelo.

— Todos lo saben menos Thomas.. — refuté.

— Él no es un niño ingenuo al que se le puedan ocultar cosas.. seguro ya lo dedujo o lo averiguó por su cuenta.. — manifestó.

— ¿Crees que ya lo sabe? — cuestioné mientras jugaba con mis dedos nerviosa.

— No lo creo Anne.. estoy segura.. — afirmó con convicción y certeza en su voz.

Llegamos al consultorio y Lili entró primero, me quedé esperando nerviosa a qué fuera mi turno, me fije si tenia alguna noticia de Thomas pero no había ninguna, ¿será una prueba para mi? Si así fuera ¿como tendría cabeza para ello?

Una hora después salió Lili y la Dra. Hill mencionó mi nombre, entré algo nerviosa y ella me recibió con una amplia sonrisa.

Podría decirse que tendría la edad de Lili, es una mujer castaña y pequeñita, sus ojos negros parecían botones como en los de Caroline y la puerta secreta.

— Buenos días.. — dije algo cohibida.

— Buenos días Anne.. adelante pasa y siéntate.. — su voz dulce y cargada de gentilidad.

— Gracias.. — dije sentándome.

Ella comenzó a preguntar si tenía algún tipo de antecedente médico con respecto a alguna enfermedad, si era una persona sexualmente activa y si estaba tomando algún tipo de anticonceptivo. A lo único que respondí si, fue a lo de sexualmente activa, y también le comenté que había tomado una pastilla del día después.

— Debes tener mucho cuidado con esas pastillas.. y no debes tomarlas a la ligera Anne.. — dijo mientras escribía en su portátil — bien.. haremos lo siguiente.. la pastilla que tomaste no es cien por ciento segura.. — cuando dijo esas palabras tragué grueso — así que te esperaré la próxima semana para hacerte unos análisis que aquí dejo asentado.. — se dirigió a su impresora.

— ¿Y qué hago mientras llega la próxima semana? ¿Solo espero? — consulté preocupada y nerviosa.

— Por el momento cuídate con preservativos, no vuelvas a consumir esa pastilla, en la próxima cita ven en ayunas y trata de aguantar tu orina, te haremos análisis de sangre, orina y una ecografía.. y luego de eso veré qué anticonceptivo será más efectivo para ti.. — explicó mientras me entregaba la hoja que había salido impresa hace un momento.

— Bueno doctora.. nos veremos la próxima semana.. — solté intentando procesar todo lo que me había dicho, ahora estoy más preocupada que antes.

— Te espero.. dentro de ocho días.. — agregó mientras se levantaba para despedirme.

— Muchas gracias. — agradecí pasándole mi mano para despedirme y amablemente me devolvió el saludo de despedida.

Salí del consultorio preocupada y ensimismada caminando como una zombie sosteniendo el papel en la mano, cuándo Lili de repente me saca de mi estado de estupefacción.

— ¿Todo bien? — preguntó mientras se disponía a levantarse e irnos a la salida.

— Si.. — logre musitar — debo volver la próxima semana.. — confesé hablando como un robot.

— Tranquila todo estará bien Anne.. — dijo palmeándome el hombro.

Salimos de la clínica y en lo primero que pensé fue en Thomas, debía contarle todo esto, decirle qué hay una posibilidad de que esté embarazada, de solo pensar en eso el pánico me invadió, sentí la aflicción y la sofocación estrujarme el alma, aún no estoy lista para una responsabilidad tan grande.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

La semana transcurrió en un abrir y cerrar de ojos, le conté a Thomas todo lo que la doctora me había dicho, lo llame y escribí todos los días pero no hubo respuesta alguna, intenté buscarlas con Lili pero tampoco ella contestó mis llamadas, mi apetito me abandonó y casi no comí en toda la semana, me alimentaba de la preocupación y la desesperación por no tener noticias de nadie, prácticamente estaban desaparecidos, como si la tierra se los hubiera tragado, me sentía agotada y desganada, no podía dormir por el ataque de mis pensamientos, era sábado por la mañana y estaba intentando arreglarme para no parecer un cadavérico ser y no asustar a las personas por la calle, tomé la decisión de ir a casa de Lili, era la única forma de obtener información.

Cuando me disponía a juntar mis cosas para salir unos golpes presurosos tocaron a mi puerta haciéndome saltar del susto.

— Anne.. soy Lili.. abre por favor.. — sonó más afligida de lo normal.

Me apresuré a abrir la puerta y la encontré con los ojos llorosos e hinchados, su nariz estaba roja y ella intentaba que no se le escurrieran los mocos. Al verla así temí lo peor.

—¿Que.. sucede? — tartamudee intentando no dejarme ganar por mis piernas que se habían languidecido.

— Vine a pedirte que vengas conmigo.. — confesó con la voz ronca y seca — prepara tus cosas te espero afuera.

Quise preguntar algo pero no me dio oportunidad, ¿preparar que? ¿para ir a donde?, me dispuse a guardar algunas cosas indispensables para una chica y me apresuré a tomar un par de ropas del pequeño armario.

Salí apresurada de la residencia y Lili estaba en el coche esperando ansiosa. Me abrió el maletero sin pedírselo, guardé mi maleta para luego correr y subir al coche.

— ¿Puedes decirme a donde vamos y qué es lo que está sucediendo? — inquirí un poco agitada por la pequeña carrera que hice.

— Iremos a Idaho.. todo se ha complicado.. — confesó con dificultad — Thomas te necesita más que nunca.. — apenas termino de hablar aceleró con todo lo que daba el coche.

— Dios mío.. — murmuré esperando lo peor un nudo amenazaba con atorarse en mi garganta — ¿era por eso que no me contestaba? — me pregunté a mi misma en voz alta.

— ¿Que? — me escudriño Lili con el rabillo del ojo sin perder de vista el camino.

— Es que nadie me devolvía las llamadas, justo cuándo llegaste me disponía a ir a tu casa en busca de respuestas.. — confesé.

— Perdóname.. estaba absorta con todo el asunto de Helena, la universidad y la editorial, no había tenido tiempo de nada más.. pero apenas Novalee me llamó ayer por la noche he venido por ti a primera hora.. — manifestó.

— No hay nada que perdonar.. ahora lo importante es llegar a Sandpoint en una pieza.. — musité con el corazón en la mano porque Lili estaba conduciendo como alma que se lleva el diablo.

Cuándo llegamos al aeropuerto Lili ya tenía listos nuestros pasajes había hecho reservas ayer por la noche, abordamos nuestro vuelo y las indicaciones de la asistente se me hicieron eternas, estaba apunto de gritarle que lo olvidara que nosotros ya lo sabíamos de memoria todo el protocolo.

Lili me dejo con las ganas de saber que tan grave era la situación y tampoco quise insistir, no sabía con qué me iba a encontrar allá, pero lo único que sabía era lo más importante que Thomas me necesitaba y yo estaré allí para él.

Sin darnos cuenta el tiempo se nos va escapándose como la arena entre los dedos, en un abrir y cerrar de ojos la vida se nos va, así que si tenemos la oportunidad debemos aprovecharla al máximo para estar con la persona que amamos y es lo que voy a hacer, el tiempo pasa y no perdona.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Nota de autora: Mejor tarde que nunca, nos falta poquito para llegar al final de esta historia.
Espero disfruten este capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top