Capítulo XII
Me despierto asustada, jadeando — ¡pero qué demonios pasa! — digo al darme cuenta que eran los golpes en la puerta de mi habitación que me han sacado de mi profundo sueño y escucho a Lili gritar del otro lado.
— ¡AN! ¡Es la segunda vez que vengo! ¡YA LEVÁNTATE! Thomas es muy puntual.. — al escuchar eso salgo de un salto de la cama y me apresuro a contestarle. Definitivamente es como mi madre o peor. No puedo evitar sonreír. Se preocupa demasiado.
— ¡SII.. ya te oí! — le grito mientras voy corriendo al baño a veces olvido que es mi jefa y mi maestra, pero es que estoy tan acostumbranda a ella. — voy a ducharme.. salgo en diez minutos — le digo mientras pienso que tardaré un poco más porque debo afeitarme las piernas — Dios estos pelos crecen tan rápido — digo para mi misma mientras me desvisto, he estado en pijamas casi todo el día, soy un desastre.
Cuando termino de asearme, me pongo mi crema corporal, nunca me cansaré del fresco aroma a limas y fresias que ésta le proporciona a mi piel. Busco el secador de pelo y caigo en cuenta de que no tengo ni idea de qué hacer con mi pelo — ¿y ahora que haré contigo? — miro con desagrado mi pelo que se revuelve y queda un desastre mientras lo seco. Entonces tratando de disimular lo salvaje de mi pelo me hago un rodete bien alto y salgo a vestirme.
Mientras me visto con la misma ropa que tenía, Lili vuelve a tocar la puerta.
— ¿Estás visible? — me pregunta ahora con un tono más calmado.
— Si.. sólo aguántame un segundo ya te abro — voy y le quito el seguro a la puerta, ya se me hizo costumbre porque se muy bien que Lili jamás entraría sin mi permiso.
Abro la puerta y ahí está ella sonriente con el rostro iluminado de la emoción, parada en el umbral sosteniendo el vestido que me regaló, no sé si sea buena idea ponérmelo, es bastante corto.
— Pasa.. — le hago un gesto con la mano indicándole para que entre, es inevitable contagiarse de su sonrisa y sonrío con ella.
— ¿Ya estás lista? — deja el vestido extendido en la cama y voltea a mirarme. Me observa detalladamente de pies a cabeza y comienza a menear la cabeza de un lado a otro de forma negativa.
— ¡¿Que?! — exclamo y miro hacia mis pies.
— ¡¿No irás así vestida verdad ?! — dice en un tono un tanto decepcionada.
— ¡No claro que no! — lo digo riéndome un poco avergonzada, en realidad no sé qué ponerme. — pensaba ponerme unos jeans y alguna blusa con tirantes — me dirijo al armario donde había acomodado mis pertenencias.
— ¡Ni hablar! ¡Te pondrás este vestido! ¡Te verás hermosa! — exclama autoritaria y me pasa el vestido para que me lo pruebe.
— ¿Estás segura? — No quiero decirle que me parece corto, me encanta el vestido pero no es lo que habitualmente me pondría, muestra mucha piel.
— Claro que si.. ademas no sabes a donde te va a llevar y ¡¿si es un lugar lujoso?! — ya se que está intentando asustarme y convencerme, pero por un lado ella tiene razón, no sé a donde iremos.
— Creo que tienes razón.. no puedo ir muy desaliñada — me resigno a usar el vestido y me dirijo al baño para ponérmelo.
Cuando salgo del baño, puedo ver cómo el rostro de Lili se ilumina, y yo me siento un tanto destapada el vestido tiene una abertura ovalada en la espalda y deja a relucir mi tez blanca, me queda bastante corto, bueno no tanto, me tapa lo suficiente.
— ¿Qué tal me veo? — le pregunto y doy una vuelta para que ella pueda darme su opinión.
— Estaassss hermosaaa.. — y se tapa la boca para no gritar — ¡este vestido fue hecho solo para ti! — gesticula con las manos para indicar su aprobación.
— ¿Y que puedo hacer con mi pelo? — hago pucheros mirando hacia arriba intentado ver mi pelo.
— El estilo de ese rodete me gusta, deja a relucir la espalda del vestido, solo hay que perfeccionarlo un poco.. ¿me permites? — se ofrece para recogerme mejor el pelo.
Me siento en el sillón que está al lado de la mesita de luz para que ella pueda proceder por mi pelo. Le tomó un buen rato poder acomodar mi pelo, es realmente molesto. Pero al fin quedó.
— ¡Perfecto! — dice Lili y se sienta en la cama enfrente de mi y me observa detalladamente — te falta un poco de maquille y estarás lista, iré por mi bolso — y se marcha apresurada a su habitación.
Sigo sentada en el sillón y agarro mi teléfono que está sobre la mesita para fijarme en la hora — ¡¿falta solo media hora?! — de solo pensarlo me vuelvo un manojo de nervios y otra vez me estoy mordiendo las uñas.
— ¡Ya estoy! Oye no te muerdas las uñas — hace un gesto de asco cuando me ve y automáticamente bajo la mano, realmente yo también pienso lo mismo solo que no puedo controlarme cuando estoy nerviosa o ansiosa.
— Perdón es que estoy un poco nerviosa.. — trato de justificar mi mal hábito de morder mis uñas, ya se que es asqueroso.
— Tranquila.. bien ponte cómoda voy a comenzar.. — y descarga su bolso completo en la cama, Dios porque tendrá tantos, yo ni siquiera un labial tengo.
— Que sea algo natural por favor.. no quiero ocultar mis pecas, no se ven muy bien con maquillaje.. — no me sentiré cómoda si llevo mucho maquillaje, quiero ir siendo yo misma y mis pecas son mi mejor característica.
— Esta bien.. un estilo natural será — sonríe mientras comienza su ritual, espero que termine antes de que Thomas llegue.
Le pedí algo sencillo así que termino muy rápido, decido ponerme unos zapatos bajitos color negro, el negro siempre va con todo.
Cuando estoy lista bajamos a la sala, ya casi son las seis y cuando nos disponemos a sentarnos para esperar distinguimos las luces de un coche.
— Debe ser él.. — se levanta para abrir la puerta.
Y yo estoy pensando seriamente en salir corriendo para mi habitación y quedarme encerrada hasta que llegue el día de irnos — ¡No! ¡No eres una cobarde que sale corriendo! ¡Hoy no! — me digo a mi misma y me levanto para recibir a Thomas mientras veo que Lili lo saluda y lo invita a pasar.
El es tan perfecto que hasta parece irreal, trae puesta una camisa azul francia con los puños remangados y unos vaqueros negros que le quedan bastante ajustados y deja a relucir sus glúteos hermosos — ¡ya deja de pensar en eso! — me reprendo a mi misma por mis pensamientos pecaminosos, dicen que el interior es lo que más importa de una persona pero vaya que lo de afuera también impresiona, jamás me había visto en una situación así, ni si quiera con Colin y él también tenía sus encantos — ¿Que habrá sido de él?— no debo pensar en eso, hoy no. Mientras estoy disfrutando de la vista, Thomas se acerca a mi.
— ¿Estás lista? — me pregunta con la voz más dulce del mundo que con tan solo escucharla siento que me derrito. Yo no puedo esbozar una sola palabra, como si me hubiese tragado la lengua solo me limito a asentir con la cabeza.
— Estás muy hermosa por cierto — es otro Thomas el que estoy viendo ahora, es dulce y atento, si tan solo pudiera decir algo.
— Gracias.. tú también.. — me ruborizo al darme cuenta de lo que dije y trato de hacerme entender — Perdón quise decir que también te vez bien.. — Dios me siento avergonzada, desvío la mirada hacia Lili que está parada cerca de la puerta aguantándose para no echarse a reír. — ¡Esto no es nada simpático!— pienso para mi misma.
— ¿Nos vamos? — digo porque quiero salir de esta situación incómoda antes de que Lili tenga un ataque de risa.
— Claro.. después de ti.. — me dice y pone su mano en mi espalda apenas casi rosando y ese mínimo roce en mi piel desnuda me produce un sensación como una descarga eléctrica, su tacto es suave como si tocara algo frágil y tuviera miedo de romperlo.
Me despido de Lili, ella nos pide que tengamos cuidado y que disfrutemos de esta noche.
— Te la encargo Thomas.. que no le pase nada malo.. — le guiña un ojo y cierra la puerta.
Thomas es bastante caballeroso, me abre la puerta de su coche — no sé si lo hace para impresionarme, pero de todos modos lo ha conseguido desde el primer momento en que lo vi — no conozco mucho de coches pero puedo ver que es un Audi de color negro, bastante costoso ha de ser. Pero qué le impide tenerlo, lo tiene todo.
— ¿A donde iremos? — le pregunto cuando él se sube al vehículo, estoy muy nerviosa, me sudan las manos y las yemas de mis dedos están frías.
— Iremos a la Bodega de degustación de vinos Pend d' Oreille, allí tienen los mejores vinos de la región — dice mientras pone marcha atrás y da un giro para salir en el camino que nos llevará al centro. — ¿Te gusta el vino? — enciende el reproductor de música, suena una canción que conozco "Beast of Burden".. debo admitir que tiene buen gusto.
— No soy muy conocedora ni amante de los vinos.. pero me encantaría probar un vino de ese lugar — jugueteo con el dobladillo de mi vestido que se subió un poco más de la cuenta y trato de estirarlo un poco.
— Estas con un experto en vinos.. — dice en tono orgulloso. — ya casi llegamos.. Un poco más y ya — empieza a minorar la velocidad.
Dejamos el coche a una cuadra del lugar, me pide que espere en el vehículo mientras el viene para abrirme la puerta, definitivamente sus modales ahora son incomparables, debo destacar que este tipo de detalles ya no suceden a menudo. Es más es la primera vez que alguien hace este tipo de cosas por mi.
Caminamos lentamente en un silencio bastante incómodo, cuando llegamos en la entrada del local veo dos barriales arriba sostenidos por estructuras de hierro, el edifico completo está hecho a ladrillo visto, le da un toque especial.
De nuevo Thomas sostiene la puerta de cristal para que yo pueda pasar, me sigue y coloca de nuevo su mano en mi espalda para guiarme al lugar donde nos sentaremos, se me eriza la piel cuándo siento que las puntas de sus dedos fríos se hunden en mi piel y me estremezco. Solo espero que el no se haya dado cuenta.
La mesa es para dos personas, las sillas y las mesas están hechas de hierro y madera combinados, trato de sentarme lo más erguida posible no quiero tener una mala postura y arruinar mi look que tanto trabajo le costó a Lili.
El lugar no está tan concurrido, es entre semana así que no hay mucha gente por lo que puedo ver, hay estantes con un montón de botellas y galardones que por lo visto han obtenido. Me gusta este lugar, tiene los ladrillos a la vista también por dentro, le da un estilo sencillo y único.
Thomas alza la mano y un camarero se acerca a tomar el pedido.
— Buenas noches.. ¿que les servimos señor? — el camarero es un muchacho joven, más o menos de mi edad aunque podría tener menos, es delgado pero alto, el pelo negro y ojos cafés. Es lindo y muy amable. Aunque su trabajo amerita que lo sea. Me recuerda a mí cuando trabajaba en la cafetería y siempre debía estar de buen humor para atender a los clientes por mas pesados que estos fueren.
— ¿Que te parece un vino blanco? — Me pregunta.. ¡¿porque me pregunta?! el es él experto y aquí hay una variedad de vinos de todos los colores y sabores.
— Elige tu.. sorpréndeme — es lo único que se me ocurre, no tengo ni idea de que vino elegir, miro la carta de vinos pero no sé cuál elegir no conozco ninguno.
— Esta bien.. — dice y mira una vez más la carta de vino — Una botella de Chardonnay por favor — le camarero toma nota.
— Enseguida se lo traigo señor..— dice el joven y se retira.
— ¿Chardonnay? ¿Qué tipo de vino es? — le pregunto. Nunca había escuchado el nombre y mucho menos probado.
— Es vino blanco.. — me explica — tiene un agradable sabor a frutas y cítricos.. te gustará — me dice con una leve sonrisa mientras junta las manos sobre la mesa.
— Frutas y cítricos.. eso va conmigo — trato de aliviar la tensión dentro de mi, siento que el corazón me va a salir por la boca.
— Es el favorito de mi madre.. aunque ya no pueda beberlo — baja la vista y por un momento siento pena por él, no ha de ser fácil sobrellevar esta situación para él, para nadie lo sería.
— Lo lamento.. — es lo único que puedo decir, nunca fui buena para estas cosas, para hacer sentir bien a los demás.
Soy salvada por el camarero que trae el vino y dos copas, nos sirve el vino. El pregunta si necesitamos algo más y Thomas le contesta..
— ¿Podría traernos una picada de pavo, pollo y vegetales?
— Enseguida señor.. — y el camarero se retira.
— Son la mejor compañía para el vino ¿sabes ? — me lo dice a modo de explicación, le damos un sorbo al vino al mismo tiempo.
— Mmm.. este vino es delicioso — digo, dando otro sorbo — tiene un delicioso sabor a manzana y limón — puedo ver como Thomas me mira encantado — ya veo porque a tu madre le gusta.
— Dios porque tuve que volver a mencionar a su madre, lo veo incómodo al decirlo. — Perdona.. no debí mencionarlo de nuevo.. — se me parte el alma ver su expresión de tristeza.
— Descuida solo cambiemos de tema.. — y le da otro sorbo al vino — Cuéntame de ti.. ¿que estudias?
¿Hablar de mi? Vaya tema interesante..
— Bueno la verdad es que no hay mucho que contar.. Llevo una vida muy sedentaria.. y aún no sé en qué especialidad aplicaré.. por el momento estoy llevando asignaturas al azar.. — estoy apunto de acabar mi primera copa, siento como el calor del vino sube a mis mejillas y ya comienzo a sonreír por cualquier cosa. — ¿Y tu que me cuentas? — digo mientras pongo los codos sobre la mesa y sujeto mi rostro con ambas manos, sonrío apretando los labios.
— Me gradúe hace dos años en Gestión Empresarial.. un año después de haber terminado mi madre enfermo y me pidió que tomase su lugar en el negocio familiar.. al principio me costó un poco pero ahora llevo las cosas sobre ruedas.. ¿te sirvo un poco más? — me dice al notar que tome el último trago. Creo que no le gusta hablar mucho de sí mismo.
— ¡Vaya! Llevas una vida bastante cargada.. y lamento mucho lo de tu madre.. — Helena aún es una mujer muy joven, le queda mucho por hacer y no se porque pero presiento que el tiempo se le acaba.. — Si por favor — digo respondiendo a su pregunta y acercándole mi copa.
— Solo un poco.. — me dice sonriendo — veo que ya se te está subiendo — es verdad, no estoy acostumbrada, no suelo beber a menudo.
El camarero aparece con nuestra orden y la coloca en la mesa.
— ¿Desean algo más? — pregunta de una manera muy educada.
— Por el momento estamos bien — dice Thomas
— Que disfruten de su velada — dice y se retira para atender a otros clientes.
— Que amable es.. — digo y pruebo un bocado de la picada, está riquísimo, la combinación del pavo y el pollo con los vegetales es exquisita. — ¡Dios! Esto está para chuparse los dedos.. — digo mientras saboreo la cena.
Thomas se sirve un poco más de vino, y luego me acompaña comiendo a la par la deliciosa cena.
Durante la cena hablamos de muchas cosas, de nuestros intereses, del porque decidí aceptar trabajar con Lili, él me contó sobre Sandpoint y que en mayo hacen una exhibición de autos antiguos de los años cincuenta, y desde que su madre se mudó aquí el no se pierde ninguna exhibición.
También me hablo sobre el vino que estamos tomando, qué está hecho de uvas blancas las más cultivadas en el mundo. — Jamás había imaginado que estaríamos hablando de tantas cosas y me hago a la idea de que podríamos llegar a ser grandes amigos, hasta el momento hemos coincidido en muchas cosas.
Cuando me termino la tercera copa me siento un poco mareada y le digo a Thomas que necesito tomar un poco de aire fresco.
— Espérame un rato.. pagaré la cuenta y nos vamos.. — se levanta y se va a la barra donde lo atiende una mujer rubia de unos treinta años.
Mientras él está conversando con la mujer decido salir a esperarlo en la entrada necesito salir para poder respirar.
— ¡An.. Dios! ¡Aquí estás! Pensé que ya me habías dejado.. — esta un poco exaltado, yo estoy recostada por la pared incapaz de sostenerme y no puedo controlar mi risa, como se le ocurre que voy a dejarlo ni siquiera conozco el camino de regreso.
— Como creeeess.. — Siento la lengua adormecida y me sigo riendo — jamás te dejaría y ademas ni siquiera sé cómo llegar a casa.. solo necesitaba aire fresco — trato de incorporarme y Thomas al notar que se me dificulta sostenerme me ayuda agarrándome del brazo, qué vergüenza.
— No vuelvas a desaparecer así.. ¡por favor me asustaste! — que lindo, no sé qué expresión tenga pero de seguro la más tonta que una persona pueda poner, se me escapa una risita — Déjame ayudarte para llegar al coche — me sostengo de su brazo y me voy agarrada a el.
Mis pasos son lentos y torpes, y alcanzo a ver cómo se ríe de mi.
— ¿Que es tan simpático? — se detiene y me mira. No me gusta que se burle de mi, tal vez esté un poco mareada pero aún estoy consciente.
— Nada.. Solo que jamás imaginé que podrías ser agradable.. y creo que definitivamente no sabes beber — vuelve a fijar sus ojos en el camino y continua la marcha.
— Siempre soy agradable — Ni yo misma puedo creerme, sé que aveces tengo un humor de perros y soy bastante testaruda. No puedo evitar sonreír.
— Sabes.. aún es temprano.. — dice cuando llegamos a su coche, el clima está bastante agradable, la brisa fresca me reconforta por el calor que siento en mi interior debido al alcohol que tengo circulando por mis venas. — quisiera mostrarte un lugar que ya has visto de lejos — me abre la puerta del auto y me ayuda a subir. — aún no pasan de las ocho.. — antes de cerrar la puerta se agacha y agarra el cinturón para ayudarme a ponérmelo. — Oh.. cielos tenerlo así de cerca a unos centímetros de mi hace que se me aceleren las palpitaciones, siento que un intenso calor sube por mis mejillas.. es el alcohol.. me hace perder el control.. ¡por favor contrólate An! — cierro los ojos mientras él me abrocha el cinturón siento sus manos rozar mis muslos, y puedo aspirar el aroma de su perfume, exquisito.
— ¡Listo! — dice, sale y cierra la puerta. Eso me saca de mi trance, doy un suspiro tratando de aliviar el intenso calor que siento, seguro se dio cuenta de lo que él puede provocar en mi. Solo espero que no lo haya hecho.
Pone el vehículo en marcha y nos dirigimos a ese lugar que él dice que ya conozco.. pero no puedo imaginar de qué lugar me habla..
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