Todoroki se había sentido mal al ver a su compañera tan decaída. Pensó que evadir su pregunta había sido lo mejor, pero la hizo sentir mal y por alguna razón eso no lo hizo sentirse peor.

-Yaoyorozu, espera...

Shoto la tomó de la mano para evitar que subiera al ascensor y suspiró.

-¿Podemos hablar en mi habitación?
Bueno, más que nada por si me quedo dormido, no vayas a pensar mal...

-No es necesario Todoroki-san, si necesitas descansar, hazlo, podemos tener esa plática otro día.

-Insisto, ven conmigo por favor.

Las palabras del chico hicieron que sus mejillas se encendieran ligeramente.
No notaba cansancio en él así que aceptó subir a su habitación para continuar la charla ahí.
Él soltó su mano y le hizo una señal para que ambos subieran.

Llegaron a la planta donde se encontraba la habitación del chico, abrió la puerta y la dejó pasar primero.
Él entró después de ella, cerró la puerta y se sentó en la orilla de la cama, justo al lado de Momo.

-Entonces... Querías saber cómo me siento, ¿no?

-Así es Todoroki-san...
Yo... Vi como te pusiste cuando nos entregaron nuestros resultados y quisiera saber si puedo hacer algo para que te sientas mejor...

El chico suspiró antes de hablar.

-¿Sentirme mejor?
¿Cómo podría sentirme mejor después de que reprobé un examen tan importante como ese?

Yaomomo no supo bien qué decir en ese momento.
Así que en lugar de hablar, decidió actuar, envolviendo al chico en un cálido y tierno abrazo.

-Todoroki-san... Tal vez no conseguiste tu licencia hoy, pero lo harás.
Yo sé que lo harás.
Así que no pierdas las esperanzas, aún tienes ese curso de 3 meses del que nos hablaron.
Lo lograrás, cree en ti así como yo lo hago...

Después de sus palabras la chica no supo que más decir, haciendo que sólo hubiera silencio en la habitación.

Pero no era un silencio incómodo, sino más bien uno bastante agradable, como si ese abrazo dijera el resto de lo que ella quería decir.