22.
TaeHyung había tenido una mala noche, no había logrado descansar bien, por ello ahora estaba cansado, con frío y dolor de cabeza.
—Amor… —hablo con un lamento mientras JiMin tiraba de su mano fuera de la universidad, listos para irse a casa.
Park estaba irritado, había sacado una mala nota y había discutido con un profesor hoy; además tenía hambre. Pero su irritación iba en aumento ante cada quejido que salía de la boca del menor.
Kim se sentía muy cansado para caminar hacia el departamento, por lo que había hecho una gran rabieta para que su novio le cargara, pero él se había negado, eso era muy vergonzoso.
Como TaeHyung no dejaba de lloriquear, tomó su mano y comenzó a arrastrarlo fuera, pero el menor seguía soltando quejidos mientras pegaba los talones al piso, provocando pequeños trompicones cada vez que JiMin tiraba de él.
Park noto como todas las miradas se posaban en ellos debido a la manera en que su novio lloriqueaba con seguidos "No quiero".
Se detuvo y soltó un suspiro.
—Amor, por favor, ¿cuántos años tienes? No tienes que caminar tanto, puedes ir directo a la cama en cuanto lleguemos. —susurro acariciándole la mano suavemente.
El menor negó con el ceño fruncido y un mohín en los labios, luego le soltó la mano para frotarse los ojos.
—Por favor. —volvió a pedir, con ojos llorosos—. No quiero caminar, papi.
Park apretó los dientes, TaeHyung estaba jugando sucio, rodó los ojos, dando la vuelta.
—Bien, te espero en casa.
Kim quedó boquiabierto en cuanto JiMin siguió caminando, dejándolo atrás.
No podía creerlo, JiMin siempre hacía todo lo que quería, hasta le había llamado de esa manera ridícula para que le hiciera caso.
No supo cuántos minutos se había quedado de pie en la calle, dramático, pero la figura de su novio había desaparecido hace rato.
Con un puchero y un lloriqueo volvió a caminar lentamente, le dolía mucho la cabeza, solo quería dormir y acurrucarse en los brazos de su chico bueno. Aunque estaba molesto, así que mejor no haría eso.
JiMin, por otro lado, había llegado hace rato al hogar, saludando a YeonJun que comía cereales en la mesa, parecía haber despertado recién de una siesta.
Tomó agua y luego fue al baño, para cuando salió, TaeHyung abrió la puerta, apareciendo con una expresión triste.
—Hola, Yeyo. —saludo brevemente, para luego dirigirse a la habitación y cerrar la puerta de golpe.
El menor pestañeo, volteandose hacia Park. —¿Qué paso?
El aludido se alzó de hombros, suspirando. —Está haciendo berrinche, tiene sueño.
Choi río, diciendo que eso era adorable.
JiMin se acercó a la puerta, golpeando suavemente antes de entrar, observó a su novio acurrucado en la orilla de la cama, dándole la espalda.
—Feo, vete. —murmuró despacio el pequeño bulto entre las sábanas.
—Vamos, bebé —sonrió el bajo, cerrando la puerta tras sí—. Lo siento, no debí dejarte tirado, fui muy malo con mi nene.
—Si, eres un mal chico. —susurro, sin abrir sus ojos.
El mayor se acercó a la cama, recostándose detrás del chico para abrazarle en cucharita.
TaeHyung casi ronroneó al sentir el tibio cuerpo de su novio detrás de él.
—Lo siento mucho, cielo. ¿Qué puedo hacer para volver a ser un buen chico? —indago para luego besar cariñosamente la coronilla del chico.
TaeHyung suspiro, sintiéndose mejor cuando el mayor continuó dejando besos en su cabeza y hombro.
—Duerme conmigo, entonces tal vez te perdone.
JiMin río suavemente, pero asintió, metiéndose bajo las sábanas, abrazando de mejor manera al alto. Kim sonrió también, volteando para apoyar su cabeza en el pecho contrario.
—No puedo enojarme contigo ni cinco minutos, es que te adoro tanto. —murmuró con un pucherito.
JiMin le acarició la cabeza, tocando su frente para notar que aún se sentía caliente.
—Eso es bueno, no me gusta que te enojes conmigo, gatito.
El menor soltó un bostezo, cerrando los ojos y frotando la mejilla contra la camiseta de su pareja.
—Gatito tiene sueño.
Eso fue lo último que murmuró TaeHyung con un puchero antes de dormir profundamente, JiMin sonrió encantado, acariciando su cabello.
Apostaba que parecían una pareja salida de un anime ahora.
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