Park JiMin intentó no arreglarse mucho más de lo necesario. TaeHyung ni siquiera le estaría mirando, solo estarían junto al otro, leyendo.

Cuando entró al amplio y silencioso lugar, no tardó en encontrar aquella peculiar cabeza.

Se acercó despacio, TaeHyung estaba en un lugar más alejado, lo cual le parecía perfecto.

Se colocó tras de él y desordenó su cabello un poco antes de tomar asiento. Kim se volteo con el ceño fruncido, pero río despacio al ver quien era.

TaeHyung era hermoso, de lejos y de cerca.

Lamentablemente la sesión de lectura no siguió sus planes, ya que TaeHyung se recostó en la mesa, observándolo, comenzaron a hablar en bajos murmullos, muy cerca del otro.

—Eres adorable —murmuró JiMin, estirando un dedo para golpear con este la punta de su nariz, TaeHyung volvió a reír, sin dejar de observarle con sus grandes ojos de cachorrito.

—¿Te habían dicho que pareces un personaje de anime? —preguntó mientras ambos salían de la biblioteca, dirigiéndose a la cafetería.

TaeHyung solo le sonrió para comenzar a hablar en un exagerado japonés.

Park estaba enamorado.