Capítulo VI
Fuertes golpes se escucharon en la puerta principal, fue lo que me despertó.
No sabía que día era, lo único que me preocupaba era que hace días no comía, el agua se estaba agotando en el inodoro; pero sobre todo lo que me tenía más preocupado era que Gonzalo no aparecía.
Los golpes en la puerta habrán durado alrededor de cinco minutos en cuanto se detuvo, no se escuchó ningún ruido dentro en la casa. Incluso llegué a temer que mi humano me había abandonado, aunque lo dudaba. No tenía fuerzas, solamente me volví a recostar en la puerta de su habitación esperando a que se abriera, aunque mis esperanzas seguían estando, otro día la puerta no se abrió.
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