Capítulo 9


Por la mañana, Atsushi se estiro en su cama, suspiro y se sentó, estaba dispuesto a levantarse cuando fue jalado hacia la cama nuevamente ahora hacia su esposo – no hagas eso, dime buenos días y bésame – pidió el azabache, Atsushi comenzó a reír. Tomo sus mejillas y beso a su esposo

- Buenos días

- Buenos días

El azabache lo abrazo dejando su nariz en el cuello del menor, lo apretó fuerte - ¿ocurrió algo?

- Anoche Akira me contó cosas...

- Qué bueno, iras avanzando poco a poco

- Si... - lo miro – por cierto, ¿Por qué bebiste anoche?

- ¿Por qué? Nada más, se me antojo un vino con la pizza y caí rendido, tenía mucho sin descansar así

- Akira creía que estabas triste

- ¿triste? ¿por qué?

- Al parecer el relaciona el vino con tu melancolía

- No puedes ser ¿en verdad?

- Si, eso dijo, bueno no con la palabra melancolía ¿verdad? Pero sí.

- Mmm... ¿Cómo le quitaré esa idea ahora? Debo hablar con él

- Si, pero ahora...

- ¿ahora?

El azabache comenzó a besar su cuello, Atsushi se sonrojo – o-oye venimos de vacaciones

- Vacacionar también es relajarse

- Oye pe – se puso totalmente rojo – e-ese dedo

La verdad es que había sido bastante temprano, así que para cuando los niños despertaron, Atsushi terminaba de tapar un par de marcar rojas que su esposo le había dejado. Akira y los mellizos entraron a la habitación – papi, mami – dijeron los tres

- Hola niños, buenos días

- ¡buenos días! – gritaron

- Mami, Akira encontró un lugar donde puedes ver tortugas

- ¿eh? ¿en serio?

- Si ¿podemos ir?

Atsushi sonrió, miro a su esposo – Ryu ¿Qué dices?

- Digo que las tortugas son bonitas ¿deberíamos combinar la ropa?

- ¡si! – gritaron los niños

Fueron corriendo con su papá, esté los abrazo – bien, vamos a ver como combinamos

Después de repartirse la ropa y acomodarse, la familia subió a la camioneta, habían optado por lucir mezclilla con playeras color verde pistache, llegaron a un lindo lugar tipo acuario; allí tuvieron una introducción sobre el cuidado de las tortugas, y después fueron viendo cada especie de tortuga que tenían. Atsushi cuidaba de los más pequeños mientras Ryunosuke pasaba el tiempo con Akira creando buenos recuerdos.

Al finalizar, los mellizos fueron a ver una incubadora logrando ver unas cuantas tortugas nacer, al final, fueron a comer cerca de la playa. – mami ¿podemos nadar mañana? – pregunto Atsuke

- Lo pensaré, ustedes tres son muy locos

- Mami, yo ya se nadar, no tienes que meterte conmigo – dijo Ryunushi – papi me enseño

Atsushi sonrió – de acuerdo, les daré unos flotis y mañana venimos a nadar

- ¡si!

- Papi nadaras con nosotros

- Si papi

Atsushi comenzó a reír, sabía que su esposo odiaba los baños largos o más bien estar con poca ropa, así que el azabache solo suspiro y les sonrió – sí, nadare con ustedes

- Me parece perfecto, tomaré el sol – dijo Atsushi alegre – con un poco de vino

Aquello preocupo a Akira pero ahora con su papá tendría ventaja así que se apresuró, claro que todo era plan de Atsushi - Mami, ¿Por qué tomas vino? – pregunto Akira

Atsushi le sonrió – porque me gusta, tiene un buen sabor y cuando tengo antojo de algo rico lo tomo – menciono

Akira miro a su papá y esté le sonrió - ¿deberíamos pedir un poco de vino? – le pregunto a su esposo

- Oh, aunque me gustaría una margarita ahora

- Será concedido – dijo para besar su mano

Atsushi se sonrojo, sus hijos miraron, estaban sonrojados y felices.

Después de eso, fueron a un super a comprar algunos licores, postres para los niños y frituras, jamás habían hecho eso, Akira y Atsuke jugaban con el carrito de compras, Ryunushi iba en los hombros de su papá. Estaban totalmente alegres los cinco.

Una vez de vuelta a la casa que rentaron, Atsushi sirvió las frituras para los niños, Akira ponía una película para que todos vieran, Ryunosuke y Ryunushi fueron por mantas y Atsuke servía las frituras. Ryunosuke llego a la cocina a preparar las margaritas.

Los niños y su esposo lo esperaban en la sala alfombrada. Habían puesto indiana Jones. La película comenzaba cuando Atsushi y Ryunosuke se miraron alegres, se besaron y bebieron su margarita. Era simplemente perfecto.


A la mañana siguiente, los adultos despertaron primero en su habitación, Atsushi comenzó a reír de ver a su esposo despeinado por su diversión nocturna – llevamos muchos días así

- Deberíamos hacer más

- Aay ya, vamos por los niños

- déjalos seguir durmiendo en la sala, cerré bien las ventanas

- ¿seguro?

- Lo juro por la garrita

- Ah, ya sabes por la garrita

- Si, ahora ven una vez más ¿sí?

- De acuerdo, de acuerdo

Para su buena o mala suerte, había decidió hacerlo en la posición más común, Atsushi estaba acostado boca abajo, apretaba las sábanas, fue cuando, si, Atsuke entro mientras bostezaba, ambos se quedaron quietos. – mami, quiero cereal

- A-ahora voy cariño, papi me da un masajito

- Ti – dijo sonriente, cerró la puerta y pudieron escucharlo – Ushi, mami viene pronto

Ambos adultos suspiraron, Atsushi comenzó a reír - ¿Por qué te ríes?

- Porque es la primera vez que no puedes estar sin mí a punto de que nuestros hijos casi nos descubren

- Tendré que darles esa platica pronto – dijo volviéndose a mover

- ¡Ah! Ryunosuke, contrólate

Terminaron, Atsushi había ido a la cocina, Akira fue el último en despertar – niños estaba pensando en algo curioso – dijo Ryunosuke

- ¿Qué papi?

- Qué tal si antes de ir a la playa, ¿vamos a ver instrumentos?

- ¿instrumentos?

- Si, el que quieran como quieran.

- ¿eh? – pregunto Atsushi – pero Ryu

- Está bien, pueden tocar lo que ellos quieran ¿no?

Atsushi trago saliva, lo primero que pensó fue en su suegro, Ryunosuke pudo notar eso, se acercó y acaricio su mejilla – Dime amor, ¿Cuánto daño te han hecho mis padres? – pregunto, Atsushi se sorprendió, vio a sus hijos quienes les ponía atención

Sonrió incomodo – aay Ryu, para nada.

- Mami, a mí tampoco me gustan los abuelos – dijo Akira tomando la mano de su papá. – mami no es feliz cuando ellos están

Los mellizos abrazaron las piernas de Atsushi – mami, nosotros te cuidaremos – dijo Atsuke

- Abuelo y abuela no te harán daño – dijo Ryunushi

- Entonces, amor ¿Qué hacemos? – dijo Ryunosuke.

Atsushi podía sentir sus ojos humedecerse, les sonrió tiernamente – está bien, si ustedes cuidaran de mí, seré la persona más feliz de todos

- ¡si! – gritaron los niños

Ryunosuke abrazo a Atsushi de la cintura, se sonrieron, el mayor beso al menor haciendo a sus hijos reír nuevamente.

Arreglaron todo, Atsushi agradecía haber llevado montones de bloqueador solar sobre todo por su esposo que no acostumbraba a tener nada de sol. Cuido de su familia y después se acomodó bajo una sombrilla con un mojito, los niños jugaban con su padre.

Los niños miraron a su madre desde lo lejos, aun en el agua, entonces lo notaron y se acercaron a su papá, - papá mira, aquí empieza el show – dijo Akira a su padre.

Un chico de cabello rojo se había acercado a Atsushi, los azabaches verían aquello. – Hola, buen día.

Atsushi movió su cabeza para verlo, sus lentes oscuros no dejaban ver sus ojos – buen día

- Oye, ¿estás aquí solo? Eres un chico muy apuesto – menciono. Atsushi subió su mano mostrando su anillo – casado, ya veo. Bueno, no veo a tu esposo. – añadió besando la palma de su mano. Atsushi la quito.

- ¿necesitas verlo acaso? – se quejó – esfúmate

El pelirrojo se puso se cuclillas – vamos, es la playa, fin de semana ¿no quieres una aventura?

Atsushi sonrió – sí, quiero una aventura muy loca

- ¿en serio?

- Si, ¿te veo en el esquí acuático?

- Perfecto, ¿vamos?

- En serio ¿no sabes lo que es un no me interesa sarcástico?

- Soy alguien insistente, cuando algo me gusta, lo obtengo, en esta vida uno gana lo que persigue

Atsushi suspiro agotado, quería relajarse. Así que Akira por fin miro a sus hermanos – Atsuke, Ryunushi, vamos

- ¿y yo?

- Papi, tú también.

Akira llego con sus hermanos – mami, tus terroncitos de azúcar volvieron – dijo Akira sentándose a su lado.

- Mami, ¿podemos pedir un agua?

- Mami, ¿quieres algo de comer?

Atsushi suspiro de ellos, y si, su esposo también llego – buen día caballero – dijo el azabache - ¿acaso es amigo tuyo?

Atsushi le sonrió – sí, dijo que quería invitar a los niños al esquí acuático, pero creo que sería peligroso para ellos

- ¿En serio? – pregunto Akira burlón – señor amigo de mami, eso es peligroso para nosotros. Que irresponsable

- Malo

- Si malo, amigo de mami malo

El chico suspiro – bien, ganan por ahora - se quejó. El pelirrojo se retiró, Ryunosuke se sentó y limpio la mano de Atsushi

- Parece que tienes todo controlado

- Los niños lo hacen más fácil. – menciono - ¿Por qué limpias mi mano?

- Ese tipo la beso

- ¿viste eso?

- Sip, oye, sabes eres muy sexy y guapo. ¿Cuántas veces pasa esto? – pregunto mirando a Akira

- Uuuy papi, a cada rato

- Mami es guapo

Atsushi comenzó a reír, - vamos niños, no es para tanto

- Todos miran a mami porque es guapo

- Sexy

- Es maravilloso

Atsushi reía avergonzado, Ryunosuke en ese momento solo podía pensar, que casi 10 años habían sido así ¿Qué pasaba antes de los niños? ¿Cómo se libraba de la gente? Recordando todo, ellos se casaron cuando Atsushi apenas tenía 16, apenas había terminado sus estudios cuando llego Akira.

En ese momento, Atsushi llevaba un pantalón playero de pierna ancha, la camisa de botones abierta así que se podía ver aquella marca de los nacimientos de sus hijos, muy tenue además de decir.

- Atsushi, ¿te gustaría nadar con nosotros? – pregunto el azabache

- Aay Ryu, no lo sé

- Anda mami

- Si, ven con nosotros

- Mami no te usaremos, solo quédate con nosotros

- Bien, de acuerdo, vamos

Atsushi se quitó el pantalón, llevaba su traje de baño abajo, quiso quitarse su camisa, pero su esposo llego a taparlo - ¿Ryu?

- Puedes quemarte los hombros, protégelos – menciono. Atsushi sonrió, la verdad es que su esposo no quería que la gente viera la espalda de su esposo.

Jugaron todos juntos en la playa, hasta el atardecer, Atsushi había terminado en una hamaca con Atsuke y Ryunushi, ambos estaban acurrucados y dormidos, tiernamente Atsuke tenía su dedo dentro de su boca mientras Atsushi los miraba alegre de ello. Akira y Ryunosuke volvían con un poco de té. – mami, mis hermanos están cansaditos

- Si Akira, ellos aún son chiquitos recuérdalo

- Mami, ¿puedo tocar la batería a partir de mañana?

Atsushi suspiro y sonrió – sí, hablare con tu maestro mañana y lo arreglaremos

- Puedo... - miro a su papá - ¿puedo cambiar de academia?

Atsushi sonrió – claro

- Llame a Naomi para que llame mañana a la escuela – dijo Ryunosuke

- Está bien. Por cierto, necesito hablar a Lucy, ella sabe el manejo de la cafetería

- Atsushi

- ¿si Ryu?

- ¿no te gustaría que hagamos algo para nuestro 10 aniversario?

- ¿algo? ¿Cómo qué?

- Una segunda boda

Atsushi se sonrojo, Akira se emocionó - ¡sí, sí! ¡boda! Adoro las bodas ¡ron por todas partes!

- ¿Qué dijo?

- Un dialogo de una película, no le prestes atención

- O-ok... - le sonrió – entonces, Nakajima Atsushi, ¿te volverías a casar conmigo?

Atsushi comenzó a reír – sí, aceptó.


Por la noche, volvían a la cabaña, Akira abrió la puerta, Atsushi cargaba a Atsuke, Ryunosuke llevaba a Ryunushi, los llevaron a acostar, Akira fue a tomar algo de cereal y fue con sus padres – mami, papi, ¿puedo dormirme también?

- Si amor – dijo Atsushi, - pero termina tu cereal y luego ve a lavar tus dientes

- Si mami

El azabache tomo la cintura de Atsushi y este lo miro - ¿Qué paso?

- ¿Cuántos hombres te han coqueteado como para que los niños tengan un plan contra ellos?

- Mmm... como 4

- ¿en serio?

- Por día

- Atsushi – le llamo quejándose, pero Atsushi solo reía, el azabache lo tomo de los brazos y comenzó a besar todo su rostro haciéndolo reír más

Akira quien los miraba desde el baño sonrió, su mamá solía sonreír mucho, pero esas risas eran geniales.



Volvieron a su hogar el lunes al medio día, Naomi y Tanizaki los recibieron alegres de poder verlos nuevamente – mami, mami ¿podemos ir a ver a Osuya? – pregunto Akira

- Al rato, tu padre condujo todo el camino, déjalo descansar

- Hablando de eso, Naomi, ¿me ayudas con agua caliente y sal? Por fis

- Claro, estará en un momento

- ¿para qué eso? – pregunto Ryunosuke

- Tu espera y lo veras – le sonrió Atsushi.

Naomi termino con el agua y llevo al baño del matrimonio, - Jun y yo llevaremos a los mellizos a su clase de recuperación, traeremos la tarea también.

- Gracias Naomi, eres la mejor

- Nos vemos al rato ¿sí?

- Si.

Atsushi llamo a su esposo, estaba en su despacho, - ¿Qué ocurre? – pregunto entrando al baño

- Quítate las pantuflas y siéntate en la bañera

- ¿Qué harás?

- Aay, hazme caso

- Ok

- Y

- ¿y?

- Quítate el pantalón

El azabache se sonrojo, quito su pantalón y se sentó en la bañera, allí estaba el balde con agua caliente y sal, Atsushi entro a la bañera, tallo los pies de su esposo sonrojándolo y limpio con la sal, - o-oye Atsushi

- Está bien, estuviste conduciendo y velando por nosotros, es lo menos que puedo hacer

- T-tú también eres un gran padre, a-así que

- Sssh, solo disfruta esto

El azabache estaba realmente sonrojado, podía sentir la suavidad en sus pies y como se relajaba por el masaje de su esposo. No podía creer todo lo que se había perdido al ignorarlo tan cruelmente. No había vuelta atrás pero ahora, podía ser el doble mejor de lo que podía ser.

Akutagawa tomo las mejillas del menor haciendo que lo mirara, entonces, lo beso haciéndolo sonreír, se besaron un rato más hasta que jalo a Atsushi y lo sentó en sus piernas – Ry-Ryunosuke...

- ¿podemos hacerlo? Ese día, fuimos interrumpidos...

- Si, podemos...

Llevo al menor fuera de la tina, pero Atsushi lo detuvo por que tenía que lavarse las manos, claro que mientras sus manos jabonosas se enjugaban, Ryunosuke besaba su cuello y espalda mientras bajaba su pantalón – es-espérate

- No, no quiero – se quejo

Atsushi apenas secaba sus manos cuando el azabache lo volteo y subió su playera para sacarla – eres un salvaje – se quejó mirándolo

- Aun no – se quejó.

Atsushi se tuvo que recargar en la mesa de lavamanos pues su amado esposo, había bajado su bóxer y comenzado un trabajo de boca y manos, Atsushi subió su rostro hacia el techo, recargo su cuerpo, los gemidos salían de sus pulmones hasta su boca, apretó un par de veces sus labios, pero era inevitable, su esposo era inevitable.

Ryunosuke hizo que terminará, estaba alegre de ello, ver a su esposo suspirando su nombre, llamando a su causa, sudando y totalmente desnudo. Lo abrazo totalmente pegándolo a su cuerpo, Atsushi jamás había sentido tanta calidez.

Lo llevo a la cama mientras acariciaba su cuerpo, sus piernas firmes, su glúteo duro y manejable. Fue lanzado a la cama como un pequeño peluche, Atsushi lo miro sosteniendo su cuerpo con sus brazos – Ryunosuke, e-eso fue – fue silenciado nuevamente por su esposo, esta vez había tomado sus glúteos para separarlos.

Esta vez aflojaba su pequeño agujero con su boca, su mano volvía a acariciar su miembro, Atsushi apretó las sábanas mientras su pecho hacia presión en la cama, no podía apretar, el azabache se lo impedía. La desesperación le estaba ganando. - Ya, ya por favor, mételo – pidió desesperado.

El azabache quito su boca y le dio una nalgueada a su esposo, - aay Ryunosuke, ya, eso duele.

- Te quedo mi mano marcada – dijo orgulloso

Se acerco besando su nalga y en ese momento también mordió, Atsushi se giró y tomo su cabeza con sus piernas – ya, deja de morder perro silencioso – se quejó. El azabache le sonrió

- Amor, tus piernas son aún más sexys – menciono tomando su tobillo, acerco su pie a su boca comenzando por besar sus dedos y proseguir a lamerlos

Atsushi tapo su rostro - ¡aaay Ryunosuke!

El azabache comenzó a reír, llevo al menor a sentarse encima de él - ¿te gusta?

- Si, me encanta...

Atsushi fue quien tomo su rostro para besarlo, Ryunosuke se acomodó, acomodaba su miembro entrando poco a poco, Atsushi se sostenía de sus hombros – aay Ryu... aaay Ryunosuke – le llamo suplicante

- Ya, para con eso, me emocionas más – se quejó.

Comenzó a moverse, Atsushi no paraba de despeinar al azabache y jalarle su cabeza, nada muy agresivo solo era el hecho que no podía quedarse quieto. Ryunosuke lo hacía moverse, mientras Atsushi sentía como entraba lo más profundo. Atsushi abrazo la cabeza de su esposo mientras lo llenaba, tenía su cabeza apretada sobre su pecho mientras gemía a grandes gritos. Habían terminado, entre ello, Atsushi había estirado su cuello, el azabache aprovecho para besarlo. - ¿relajadito?

- Aah... no siento mis piernas – menciono

- Qué bueno.

Atsushi se dejó caer en la cama, el azabache lo miro y le sonrió – que lindo eres

- Cállate – pidió avergonzado – oye

- ¿sí?

- ¿usaste condón?

- Eeh.... No, pero no pasa nada ¿no?

- Pues mi celo está lejos

- ¿no quieres otro bebé?

- No, ahora no, eso se planea

- Lo dice quien tuvo a Akira

- Cállate, llevas 2 Ryunosuke y al tercero te va a ir mal

Ryunosuke comenzó a reír abrazándolo sonriente. Atsushi mordió su mejilla y volvieron a reír, estaban disfrutando su tiempo.

Parecían recién casados, y eso hacía que tuvieran más felicidad, Akira había comenzado con las clases de batería, Atsuke estaba practicando natación y Ryunushi se había unido a un club de voleibol. Atsushi estaba arreglando el evento para su segunda boda en su décimo aniversario.

Todo iba bien hasta que llego por su pequeño Akira a la escuela, conocía el auto estacionado, respiro profundo y tomo su bolso, bajo de su camioneta y fue por su hijo, allí estaban sus suegros. – Atsushi – le llamo su suegra

- Suegra, suegro, que sorpresa – les llamo Atsushi sonriente pero tímido

- Atsushi, ¿sabías que Akira cambio su instrumento?

- Si, él... lo pidió, es un chico que quiere probar otras cosas

- Acepto el cambio – dijo su suegro – pero ¿batería? Algo tan escandaloso, no, mejor un sax o un violonchelo – exclamo y miro al menor de edad – tu padre tocaba el violín perfectamente, acaso ¿los genes de los Nakajima no son igual de buenos? Por algo te elegimos Atsushi.

El menor trago saliva, apretó su brazo con su mano – no suegro, disculpe, pero Ryunosuke y yo

- Es tu esposo ¿Cómo lo llamas solo por su nombre?

- ¿Qué te ocurre niño? Dejamos de verte 3 semanas y ya estas divagando cosas que no son, ¿luego qué? ¿seguirás con tu fantasía de hacer postres y servir té?

- Suegros, mi cafetería en verdad está funcionando, si pudieran ir les encantaría y

- Suficiente Atsushi, queremos hablar con mi hijo de este asunto, tu deberías solo dedicarte a tu casa y llevar a los niños ¿Qué es eso de batería? – volvió a quejarse su suegro – Creo que tus juegos están desviando el camino de mis nietos.

Su suegra se acercó y tomo sus hombros – Atsushi, sabemos que hoy en día los chicos son muy modernos, pero no flexiones por ellos, míranos a nosotros, Ryunosuke es un gran hombre y tiene un buen esposo, no lo eches a perder. Tienes educación y principios, no te dejes manipular – menciono y le sonrió – hablaremos con algún abogado para pasar esas tienditas a alguien. Será bueno que te dediques a los hijos, deberías estar pensando en un cuarto nieto. Tienes edad y tiempo

- Vamos a comer Atsushi o ¿tienes algo que hacer?

- Debo ir por los mellizos – menciono con cabeza baja

- Perfecto, te acompañamos – dijo su suegro – te invitamos a comer ya que tienes 3 semanas sin irnos a llevar a nuestros nietos

- Cierto, los extraño

- Cla-claro, ¿Dónde los veo?

- Queremos algo elegante, si, al jardín de lenug, no tardes

- Claro, allá los veo...

Sus suegros se marcharon, Akira lo abrazo de su pierna – mami ¿vo-voy a cambiar de nuevo de instrumento? Yo quería la batería...

- No, tranquilo... es que tus abuelos dan algo de miedito

- Si, así es... 


...

¡Gracias por leer!

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