Epílogo


Anika

Tres años después

Estoy sentada en el jardín, haciendo mis ejercicios de meditación. Escucho con atención como el viento mese suavemente las hojas del sauce que vive en mi jardín. ¡Mi Jardín! ¿Quién creería que alguna vez, tendría algo mío? Sonrió ante la idea de todo lo que me depara el futuro. El sol calienta mi piel, el aroma marino me trasmite calma. Mientras acaricio mi vientre, logro sentir sus pataditas, saludándome, estoy emocionada con la llegada de mi bebe. No he querido saber su sexo, su padre esta que se pega de las paredes al no saberlo, ya falta poco menos de tres meses. Jamás imagine sentir tal emoción, cuando supe del embarazo me asusté. Pensé que no debería tenerlo, luego me di cuenta que quería tenerlo, quería cuidarlo y por sobretodo quería protegerlo. Mi vida ha dado un giro radical, estuve tan cerca de morir, mi tristeza me hizo pensar tontamente que esa era la salida. ¡Gracias a Dios, no lo logre!

Anikaaaa− escucho como Belinda se acerca, últimamente me cuidan demasiado.

Aquí estoy− respondo mientras le observo, acercarse.

¿Cómo está hoy, tú y él bebe?− pregunta con una gran sonrisa.

Muy travieso, me está costando dormir. Pasa todo el día y la noche dando lata− sonrió, aun cuando no duermo, la felicidad por su llegada es más grande que el cansancio.

Observo como Eduardo se acerca a nosotros, sin decir palabras se acerca y besa mi frente. Desde hace tiempo me trata como si fuese su hija. Yo estoy más que feliz por tenerlo como tal. Me protege, regaña y guia. Es una fiera cuando algo me hace daño. Es maravilloso la forma como me ama. Cada día estoy agradecida con Dios por traerlo a mi vida. Toca mi pancita, la acaricia lentamente mientras veo en sus ojos la ilusión de la espera. Él ya es padre. Belinda y él, tienen un precioso retoño. Tiene apenas casi dos años, es muy activo. Ellos giran en torno a su bebe, Joseph.

Finaliza su saludo, se sienta al lado de Belinda. Siempre están juntos, no hay manera de separarlos. Hubo un tiempo donde los envidie, quise tener ese tipo de amor. Luego descubrí que no todos nos enamoramos igual, que a veces solo debemos agradecer lo que nos rodea y dejar de desear lo de otros. Y desde entonces vivo en paz conmigo. Comemos mientras conversamos de mi embarazo, Belinda me guia a través de su experiencia. Poco después se despiden, dejándome otra vez en compañía del sol y el viento. Vuelvo otra vez a meditar, pesando en todo aquello por lo que he pasado, el dolor, la angustia y la soledad. Cuando siento a mi bebe patear, una sonrisa me devuelve a la realidad.

Hace un año, mi duda más grande fue resuelta. Belinda me convenció de buscar a mi padre. La sola idea me daba miedo, el me odia. Sin embargo, deje que ella lo buscara, con la ilusión de que nunca lo encontraría. ¡Ha! Que equivocada estaba. Una tarde vino a mi casa, para decirme que lo había encontrado. Sin aun darme información, pudo sentir como mi corazón se aceleraba. Mi cuerpo se tornaba frio, y un susto de muerte se adueñaba de mí.

Resulta que mi padre, había muerto, según sus empleados de pena. Después de regalarme, se dio cuenta de su error, quiso remediarlo pero nunca me encontró. Leylan, le dijo que me había vendido en algún país tercermundista. Eso quebró a mi padre, quien se dedicó a ahogar sus penas en el alcohol. Al morir me dejo todo a mí, un administrador se hizo cargo de todo mientras aparecía. Cuando supe la historia le dije a Belinda que no quería nada de él. Ella me hizo entrar en razón, el dinero nunca fue de él, era de mi madre. Así que hice todos los trasmites, luego de un largo proceso, ya soy dueña de la fortuna de mi madre. El cambio fue difícil, yo nunca tuve nada, ahora era dueña de una fortuna, no tenía estudios, ni forma de manejarlo correctamente. Mi siguiente decisión fue continuar con el administrador anterior, el junto a Belinda y Eduardo, son mis asesores. Hasta el momento he logrado aprender mucho. Decidí montar una fundación contra el abuso infantil, es algo que ocupa todo mi día, debo aceptar que estoy obsesionada con ella.

Estoy cerca de graduarme en Psicología, deseo poder atender a los niños que llegan a mi fundación. Sé lo que sienten y piensan; pero quiero poder atender correctamente sus necesidades. Esta fundación me llena, me hace sentir útil, el poder ayudar aquellas victimas que no tienen quien les de apoyo, que no tienen voz. Amo mi trabajo, sin duda esto es lo que soy.

Para poder ser útil, debo atender mis propias debilidades. Sigo estando en terapia, mi psiquiatra es una muy buena persona. Ha sido paciente, creo que hasta cariño me tiene. Muchas sesiones han sido muy duras, he recordado momentos que no sabía que me habían ocurrido. El tener que aceptar que cada relación sexual no era consentida por mí, que era una violación ha sido muy difícil. Las primeras sesiones me hicieron sentir como una piltrafa, alguien sin valor. Por ello cuando me vi embarazada, me asuste. ¿Cómo alguien como yo, podría ser madre? ¿Qué le podría enseñar? Muchos temores acudieron a mí, me dio una crisis de ansiedad, por suerte conté con el apoyo de mis seres amados. Pronto me di cuenta que esta era una maravillosa oportunidad para crear algo puro y hermoso.

Siento sus pataditas mientras pienso en todo lo que he pasado y superado. Sin duda él es mi principal apoyo, me emociono solo al pensar que falta tan poco para ver su rostro. Nunca había sentido esta ilusión, casi todo el día tengo una sonrisa en mi rostro, la felicidad me embarga. Aun me queda un gran camino por recorrer, tengo cosas que aun debo solventar. Sin embargo mi hijo será mi mejor aliciente para seguir adelante y nunca desfallecer.

Cuando inicie mi tratamiento psiquiátrico, mi médico me recomendó escribir todas mis experiencias como una manera de hacer catarsis. Por ello escribí todo lo que viví, a través de estas líneas. Poco después de finalizar, entendí que la mejor forma de hacer catarsis, es haciendo publica mi experiencia. Por ello es que hoy conoces mi historia, no espero que entiendas o que me comprendas, mi único deseo es que abras los ojos, estés atento, no permitas que otros inocentes vivan lo que yo.




                                                                           FIN


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Bueno este es el final. Ahora ya pueden decidir si quieren una segunda parte de Anika o continuan su historia en Huyendo del Presente?

Aqui les espero con sus comentarios. Gracias a todos por su apoyo, sus criticas y preguntas. Esta obra me ha hecho crecer mucho como escritora.

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